domingo, 1 de abril de 2018

Saiunkoku Monogatari Archivo Secreto ‘Pregúntale a Mis Huesos’ ~ FLOR DE INVIERNO ~ Fin



SAIUNKOKU MONOGATARI HISTORIA SECRETA: FLOR DE INVIERNO (FIN)
Parte Final
Posteado por Whalin
Traducido por Violet Raven



¡¡Al fin está aquí!!

Este es el último capítulo de Flor de Invierno y la entrada final de la serie de Saiunkoku Monogatari.
Tengo muchas cosas que quiero decir de este final y de la historia entera, pero dejaré eso para otro momento.

Por ahora, me gustaría de nuevo agradecer a @abrownfeminist por ayudarme a editar esta historia. El producto final habría sido completamente distinto sin ella, y la experiencia de traducirlo habría sido mucho menos satisfactoria sin todas nuestras bromas. En verdad, gracias.

Como siempre, SPOILERS DEL FINAL DE LAS NOVELAS LIGERAS DE SAIUNKOKU MONOGATARI. LEAN BAJO SU PROPIO RIESGO.

Pueden encontrar los capítulos anteriores aquí.

Terminemos con esto.

Fin

Ryuuki, que estaba sentado en su trono, con la mano en la barbilla, escribiendo algo, alzó la vista al sonido del viento.

En esta tarde de primavera, los pétalos de cerezo esparcidos, flotaban en el viento como la nieve. Las flores estaban en pleno apogeo, pero esta noche hacía frío. El brasero que Riou había preparado para él, ardía al rojo vivo a sus pies.

Era ya de noche, pero en el salón de la Corte Imperial, todavía podía ver a algunos oficiales presentes.
Él se levantó del trono, tomando a Kanshou en su mano. El hombre que tenía el título de Jougen, y que se había precipitado hacia el casi muerto Emperador, y tratado de usar a Kanshou como un arma sin filo para golpearlo, se había convertido en un hombre legendario (aunque Ryuuki ignoraba por qué nadie había intentado arrestarlo bajo el cargo de tratar de golpear al Emperador).

Incidentalmente y a pesar de haber superado al hijo de Kouyuu en los exámenes imperiales, ese Jougen era notorio por jamás haber visitado el palacio. Ahora, también, estaba ausente.

Su nombre era… Shou Yousen.

No existía registro de ese nombre en el gobierno del anterior Emperador, y Kouyuu no lo recordaba. Sólo los recuerdos de Ryuuki habían regresado.

Chouka había cumplido veinte años, pero como siempre, ella no hablaba con frecuencia. Parecía que aún eran pocas las personas dispuestas a hacer el esfuerzo de hacer que abriera la boca, si es que querían oírla hablar.

Chouka, que había tomado la posición de Jougen con una victoria aplastante en los exámenes de ese año, había dicho “Ya he estado en todas las provincias”. Por esa razón, ella permaneció en el gobierno central, ayudando a Riou y a Kouyuu, y se había encargado de la mitad del trabajo de su padre. No había señales de que estuviera persiguiendo a la persona que había buscado por tanto tiempo. Sin embargo, la jaula fue puesta en su oficina, y ella ponía agua y comida dentro, esperando el día en que éstos disminuyeran. A veces, Shijaku se paraba junto a la jaula y llenaba los platos de comida con polvo de chile.

Ryuuki se reía, recordando.

… Después de eso, Ryuuki se había encontrado con Shou Taishi sólo una vez, en este palacio.

Había sido a mitad de la noche. Ryuuki despertó con el sonido de los insectos, y se puso su haori. Bajo la luz de la luna, entre los árboles cargados de ruidosos insectos, se abrió paso hacia la Cámara Celestial. Un hombre de cabello negro y ojos glaciales estaba parado bajo un viejo cerezo antiguo. 

Aunque Ryuuki expresó su gratitud, la vena en la frente de Shou Yousen palpitó.

“Estúpido mocoso. Por ahora, dile a tu hija que no soy un vagabundo que vive en un árbol.”

…era la primera vez que este vejestorio no se iba a quejar directamente.

“Díselo tú mismo. Fuiste tú quien accidentalmente entró en la trampa de la jaula. Aahh. Tú, el mismo sujeto que hace cincuenta años pasaba el tiempo pareciendo despreocupado por el hecho de que eras soltero. Sou Taifu se reiría a carcajadas ahora.”

“Eso sólo paso porque inesperadamente me dio hambre. ¿Por qué debería hacerme responsable? Deberías estar agradecido que yo hiciera de niñera ocasionalmente. Por culpa de tu hija, he roto mis principios. Y tú y esa niña, abandonando el palacio y paseando, esa fue la primera vez que vi un viaje con más espíritus que humanos en él. ¿Estás jugando?”

Cuando lo decía así, era cierto. Pero el alma de Ryuuki estaba lo suficientemente viva para comer pato índigo.

“Ya veo. Desde el punto de vista de un desconocido, parecería como una luna de miel prematrimonial para Chouka y Shijaku, así que es por eso que estabas preocupado, ¿eh?”

“¡Estaba preocupado porque los acompañantes en el viaje eran espeluznantes, idiota!”

Al ser juzgado y encontrado culpable, Ryuuki recordó como Shijaku y el cuervo se inmiscuían en feroces batallas durante su viaje. El cortejo de Shijaku también había ocurrido frente a los ojos del cuervo. No era un gran misterio si el acoso del cuervo por parte de Shijaku, era un reflejo de sus verdaderos sentimientos.

“Mira, la razón de que Chouka saliera presurosa del palacio fuiste tú. Ah, entonces, ¿esta vez no serás tú el compañero destinado de Chouka? También sería bueno otro hombre cuya belleza la hiciera olvidarse de perseguirte. Que Shijaku acabe con esa brecha, está bien. En cualquier caso, tú encontraste a Shuurei para mí. ¿Qué te parecen cien monedas de oro como… uuurgggh… ¿estás… tratando de estrangular al Emperador? Estoy viendo doble el río Sanzu por allá…”

“Muérete, estúpido Emperador. Tú vales quinientas monedas de oro, pero ¿crees que son suficientes trescientas monedas por tu hija? Vacía tu tesoro.”

Si vaciando su tesoro pudiera atrapar al hombre que estaba frente a él, Ryuuki lo haría encantado.
… Pero él no era esa clase de hombre.

Ryuuki abrió la boca para continuar.

“Shou Taishi. Chouka no pudo cambiar mi mundo, pero no sé si el tuyo sí.”

La fuerza que apretaba su garganta se detuvo. De nuevo, la decisión de Chouka, parecía que era el destino.

“Para convertirse en Emperador, Chouka ha renunciado a ti. Pero su deseo depende de ti. Ella estará aislada en una posición de soledad. Comprendes eso, ¿no? Si eso te molesta, elige. Haz lo que te plazca.”

En respuesta a esas palabras, los ojos de Shou Yousen brillaron levemente. Esos obstinados, despiadados ojos que no conocían la alegría, no habían cambiado desde que Ryuuki era un niño.

Shou Yousen quitó sus manos de Ryuuki. Pero no mostró amabilidad ni respeto.

Hacía mucho tiempo, para salvar la vida de su consorte, Shuurei, Ryuuki le había dicho a Shou Taishi que le concedería un único deseo.

… Al final, Ryuuki no pudo ser capaz de cumplirlo. Pero aún no se sabía si Chouka podía cumplirlo.

Ryuuki nunca fue capaz de lograr que este hombre volteara a verlo, como su hija había hecho. Similar a cómo el sonido de los pasos de este hombre en la Corte por el bien de Ryuuki, nunca se había escuchado.

Los pétalos de cerezo flotaban en el viento, y el hombre que no podía ser sacudido por nada, estaba parado en silencio mientras su cabello danzaba en la brisa.

“Porque nunca he visto a esa persona ser feliz.”

Había sólo una razón por la que este hombre, que parecía infeliz incluso ahora, aparecería en la Corte Imperial. Para estar al lado del Emperador que había elegido. ¿Qué clase de gobernante llenaría el corazón de este hombre que servía no al país, sino sólo al Emperador?

Al Ryuuki parpadear, el hombre pelinegro desapareció bajo la luz de la luna por encima del viejo árbol de cerezo.

Los pétalos de cerezo danzaban en el viento nocturno. Ryuuki suspiró, comprendiendo algo.

“Adiós.”

Probablemente, nunca podría ver de nuevo a Shou Taishi.

Un pétalo de cerezo flotó hacia el interior, hasta aterrizar en la mano de Ryuuki mientras él estaba sentado en el trono. En el brasero, un pedazo de carbón hizo un sonido tronando.

… Desde entonces, Shou Taishi había desaparecido. Quizás algún día Chouka podría verlo. Él no lo sabía.

No había habido Emperatrices reinantes desde tiempos antiguos. Si Chouka en verdad iba a convertirse en una, enfrentaría mayores dificultades y oposición que los caminos que Ryuuki y Shuurei habían recorrido. En el documento que Ryuuki había escrito, no había nada respecto a eso.

(Heredando el legado no de Shuurei, sino mío. No había anticipado eso…)

Pero, extrañamente, ese era el único camino para encontrarse con ese cuervo de nuevo. Ryuuki sonrió. Quizás Chouka estaba persiguiendo lo que en verdad quería, después de todo.

El nombre Shou Yousen, que había sido borrado de la época de Senka y que nunca apareció durante el reinado de Ryuuki, tal vez aparecería de nuevo durante la época de Chouka.

… Y si el deseo de Chouka se hacía realidad, y finalmente al llegar el día en que el hielo que rodeaba a ese hombre se derretía, entonces seguramente este país se volvería mucho más feliz que durante su propio reinado.

Después, él pensó un poco en la puerta que daba hacia el otro mundo. Era imposible que el despiadado Shou Taishi hubiera abierto la puerta “descuidadamente”. Aunque no era un Emperador que él considerara digno de servir, quizás en esos treinta años Shou Taishi había encontrado algo que aprobar en él. Hasta el grado de que le concediera una suspensión de su ejecución. Él se encontró a sí mismo inmerso pensando en ese espejismo.

Kouyuu se acercó a él con la medicina en la mano.

“Deberías irte a dormir pronto”, él frunció el ceño.

“Cuando termine uno o dos más”, respondió Ryuuki.

El Primer Ministro comenzó abriendo los documentos de su lado izquierdo.

Hoy, misteriosamente Kouyuu preguntó “¿Hay algo extraño en tu condición?”, incontables veces, y había merodeado cerca de él sin ninguna razón. Él murmuró algo sobre que “Las velas se han apagado”, así que Ryuuki estaba pensando en darle algunas velas la próxima vez.

Incidentalmente, él había ocultado la carta de Kouyuu que encontró en la recámara de Shuurei. Desde esa vez, él encontraba a Kouyuu en esa recámara en medio de la noche, actuando extraño. Cuando le preguntaba “¿Qué estás buscando?”, Kouyuu le respondía “Hay algo que necesito quemar.”

Desde su regreso al palacio, Chouka ya no deambulaba en él, de noche. Después de trabajar, ella iba directo a su cama y dormía tanto, que sólo despertaba con el tañer de las campanas en la mañana.

El hijo mayor de Shuuei, despertaba a Ryuuki. Después de todo, Ryuuki finalmente cedió y permitió que Shijaku se quedara cerca de él con la condición de que consiguiera un trabajo. Durante el día, Shijaku era un prometedor oficial, y de noche se quedaba parado frente a la puerta de la recámara de Ryuuki, espada en mano. Aunque era un ‘guardaespaldas’, al llegar la mañana se le encontraba profundamente dormido junto a la puerta. A veces, Chouka se dormía ahí, a su lado, también. Cuando se le preguntaba sobre esto, él decía “Si el Emperador se convierte en un espíritu y trata de huir de nuevo, probablemente salga por esta puerta.”

Sin embargo, desde esa vez, Ryuuki nunca había vuelto a dar otra caminata nocturna.

En esos dos años, Ryuuki había olido esa fragancia familiar cada mañana y disfrutado mirando a los dos jóvenes arrastrarse a sí mismos, a la Corte.

Él bebió la medicina y devolvió el tazón a Kouyuu. Sus ojos siguieron otro pétalo de cerezo mientras éste caía encima de los documentos, y estampó su sello imperial en un documento que había sido preparado por Chouka. Con el caer de este último pétalo, él pensó en que ya no le quedaba nada más por hacer, y se dio cuenta de que, en esos dos años pasados, se había encargado de la mayoría de problemas que restaban.

De pronto, excepto por Kouyuu y él mismo, el salón quedó vacío.

Él suspiró, sentado en el trono. A Ryuuki le encantaba la vista desde este lugar, después de todo.

Todas las cosas que habían pasado en este lugar, pasaron frente a sus ojos.

Pétalos de cerezo se vertieron dentro del salón, bailando al viento. Las linternas vibraron, y el anciano Shou Taishi y Sou Taifu, Sa Taiho y Uu caminaron atravesando el salón. Kai Yu y Kei Na estaban hablando. Ou Ki, Son Ryouou y Ryou Anju también estaban ahí. Yuushun estaba de pie al lado de Ki Kouki, sonriendo a Ryuuki. Si iba a los archivos, parecía que también podría ver a Shouka.

Kanshou estaba brillando a su lado.

Antes de darse cuenta, Shuuei y Seiran aparecieron a ambos lados de él, y le llamaron “Mi Señor”. A Ryuuki le agradaba más esta manera de dirigirse a él, más que ‘Su Majestad’, pero no era un término que escuchara a menudo. Cuando lo escuchaba, él se alegraba de ser el Emperador.

Shuurei estaba parada frente a sus ojos, vestida con las prendas de un oficial. Ella se reía de él, impresionada.

“Ryuuki, ¿tu trabajo aún no está terminado?”

“No, después de firmar el nombramiento de los nuevos oficiales de primavera, se terminó.”

Por muchos días, Ryuuki había luchado y pensado en los nombramientos de primavera, y al fin había podido firmarlos. Se sentía perezoso. Quizás la medicina de Kouyuu estaba haciendo efecto, después de todo.

De pronto, se sintió ansioso, y comenzó a impacientarse.

“… Shuurei es joven, pero yo ya tengo más de cincuenta años. Tengo miedo de verte.”

“Tonto”, rió Shuurei, y tocó su frente con la suya. “te has convertido en un hombre aún más maravilloso que antes. Siempre te he estado observando. Te amo.”

Ryuuki pensó que este debía ser un sueño, para que Shuurei estuviera diciendo tales cosas.

“Es la temporada en que florecen los cerezos. Vayamos a verlos de nuevo, juntos.”

Shuurei acarició su mejilla. Los pétalos de cerezo caían infinitamente alrededor de ellos.

De nuevo, juntos…

Ryuuki sonrió, cubriendo la mano de Shuurei sobre su mejilla, con la suya. Él asintió.

El árbol de cerezo que Ryuuki le había dado a Shuurei hacía tanto tiempo, ahora había crecido y se había transformado en un árbol enorme, y cada año, sus flores resplandecían.

Él estaba un poco cansado, pensó. Pero era una clase de fatiga placentera. Mirando hacia afuera, observando la vista desde el trono que tanto amaba, la boca de Ryuuki se relajó.

Mañana… sólo por poco tiempo… él descansaría de su trabajo… descansaría… e iría a ver el cerezo…

Con Kouyuu, Chouka y Shijaku también…

Él creyó escuchar el sonido del horrible erhu de Chouka desde algún lado. Estirándose por una eternidad.

Él suspiró, dejando escapar su último aliento.

“… ¿Su Majestad?”

La voz de Kouyuu resonó.


FIN


NOTAS DE LA TRADUCCIÓN:

Shou Yousen es el nombre de Shou Taishi. ‘Taishi’ es un título, que puede ser traducido como Gran Consejero.

No se señala directamente en el texto, pero Ryuuki no enlistó a Chouka como su heredera. Quedó implícito al decir “Dejen que Chouka haga lo que quiera”.


MIS PENSAMIENTOS (WHALIN):

Hemos llegado al final de Saiunkoku Monogatari. Podría quejarme del estilo en que escribe Sai Yukino la mayoría de las veces, pero este capítulo estuvo maravilloso.

Estoy triste y feliz. Siempre es triste ver morir a los personajes que has amado por años. Pero la historia trata mucho más de la vida que de la muerte, y estos personajes en verdad han vivido al máximo. Al inicio de esta historia, nunca creí que Ryuuki finalmente haría las paces con su vida. Estoy muy feliz de que estuviera equivocada.

Levántate. Sigue caminando. Una noche interminable no existe.

Estos son los temas centrales en Saiunkoku Monogatari, particularmente en las historias de ‘Pregúntale a mis Huesos’. Estos personajes soportan muchas penurias, y pierden muchas cosas en el camino. Pero continúan hasta el final, hasta que sus pies no puedan llevarlos más lejos.

Al igual que una noche interminable no existe, tampoco una historia sin fin.

Gracias a todos por leer esta traducción.


Posteado el 15 de Abril 2016. Por whalin.
http://theyseemewhalin.tumblr.com/post/126754182321/saiunkoku-monogatari-translation-masterpost

 MENSAJE DE VIOLET RAVEN:

Ha sido un placer realizar esta traducción, en verdad. Pese a que no tuve la oportunidad de leer una versión precisa de las novelas 17 y 18 que incluyen el final "oficial" de las novelas, creo que Sai Yukino nos reservaba este que viene siendo el final final de Saiunkoku Monogatari. 

Y debo decir que aunque me entristece mucho el ver morir a nuestro amado Emperador, en el fondo creo que era el desenlace más lógico que debía tener. Es decir, después de tooodas las penurias y el eterno peso que le fue impuesto desde la muerte de Senka y el destierro de Seien, me pareció muy justo que Ryuuki tuviera la recompensa de poder reunirse con Shuurei aunque fuera en el más allá. Y aún más justo, el que por fin, después de tantas cosas, que pudiéramos presenciar el momento en que Shuurei por fin le dijera "Te amo"... creo que ese momento fue el más conmovedor de toda esta serie de textos de Flor de Invierno.

Quiero agradecer primeramente a Whalin, ya que sin su excelente traducción, no nos habría sido posible conocer este último trabajo, y por supuesto, también agradecer a todos los que leen este blog y nos siguen acompañando después de tanto tiempo. Me siento muy contenta de leer sus opiniones y comentarios, y es por eso que les mando un saludo, sin saber si será esta la última entrada del blog, o quién sabe, tal vez Yukino-sensei nos tenga reservadas más sorpresas de esta maravilla llamada Saiunkoku Monogatari.

Abrazos!!

Saiunkoku Monogatari Archivo Secreto ‘Pregúntale a Mis Huesos’ ~ FLOR DE INVIERNO ~ Flor de Invierno


Nota aclaratoria: El siguiente texto es una traducción al español hecha de su original en inglés. Para mayores referencias, consultar la fuente que se cita al final.

SAIUNKOKU MONOGATARI HISTORIA SECRETA: FLOR DE INVIERNO (FLOR DE INVIERNO)
Parte 7 de 8
Posteado por Whalin
Traducido por Violet Raven



A pesar de toda la locura que acontece en mi vida esta semana, FINALMENTE pude arreglármelas para editar este capítulo a mi entera satisfacción.

Este es el penúltimo capítulo de la historia, y el capítulo que le da título al libro.

Como siempre, SPOILERS MASIVOS DEL FINAL DE LAS NOVELAS DE SAIUNKOKU MONOGATARI. LEAN BAJO SU PROPIO RIESGO.

Como siempre, mención especial a @abrownfeminist por escuchar mis gritos y leer mis escritos desvelados. <3 o:p="">


Flor de Invierno


En ese momento, Kouyuu apretó el cuerpo del Emperador, sintiendo como su corazón era aplastado. Y cayó de rodillas.

Un siniestro y helado viento sopló en el salón donde se llevaba a cabo la reunión de Año Nuevo.

Tap.

El sonido de un paso, hizo eco.

Tap…

Kouyuu levantó la cabeza, poniéndose de cuclillas en el piso y abrazando fuertemente al Emperador, que era más joven que él.

Dos hombres cargando linternas entraron al salón, el sonido de sus helados pasos reverberaba.

Kouyuu se congeló.

“… espera…”

Todo se había vuelto extrañamente oscuro. Las linternas ondearon, pero parecía que el tiempo mismo se había congelado. Por el rabillo del ojo, Kouyuu pudo ver que algunos oficiales de la Cueva de los Iluminados estaban desconcertados, pero lo único en lo que se pudo concentrar, era en la escena que estaba frente a él.

Kouyuu sostenía al Emperador, cuyos ojos estaban fuertemente cerrados. Los dos hombres que se aproximaban, no representaban su verdadera edad, ya que su apariencia databa de sus veinte años, recién cuando habían entrado al servicio del Emperador del que se mofaban como tonto. Uno de ellos, sostenía una espada labrada con un lirio en su empuñadura.

Mucho tiempo antes, él había escuchado del Emperador, que cuando el soberano estaba cansado y ya no podía caminar más, Shuuei había prometido venir para llevárselo. Seiran había prometido estar al lado del Emperador hasta el final.

“No lo hagan. Shuuei, Seiran… por favor, no se lo lleven todavía.”

Hace dos años, el día anterior al cumpleaños de la Princesa Chouka, Kouyuu fue a buscar al Emperador, que se suponía que estaba en un viaje de incógnito. Y lo encontró desmayado en la alcoba de la fallecida Emperatriz.

En realidad, Kouyuu sabía desde hace mucho, mucho tiempo que el Emperador estaba cansado, que ya quería descansar. Durante su complicado reinado, Seiran había fallecido, y Shuuei había muerto protegiendo al Emperador. Incluso después, él había seguido sentado en el trono. Muy probablemente por el bien de Kouyuu.

Ya era suficiente, ¿no? Kouyuu se había preguntado a sí mismo incontables veces. Él debería dejarlo descansar ya. Pero las palabras que salieron de su boca eran lo contrario. Había obligado al Emperador a tomar medicina que no quería, todos los días, y había movido al personal para llamar a Eigetsu al palacio.

Kouyuu abrazó al Emperador.

Estaré esperando a que regreses, mi Señor…

Cuando Kouyuu había dejado la puerta trasera en el tiempo acordado, bajo sus ojos estaba la figura del Emperador, que debía haber estado inconsciente, pero en vez de eso, estaba escapándose con su hija a caballo, despidiéndose con la mano.

El oscuro trono púrpura al que el Emperador había estado atado cruelmente, por tanto, tanto tiempo.
Su corazón se había detenido, y él se arrodilló.

Aunque el Emperador estaba profundamente dormido, sus mejillas estaban misteriosamente ruborizadas. Pero, ¿a dónde se había ido a deambular libremente? Kouyuu se preguntó.

A veces, Riou le traía documentos escritos con la letra del Emperador, con la tinta aún sin secar. Un persistente y nostálgico aroma que era el favorito de Seiran y Shuuei se elevaba de los papeles. Kouyuu había guardado absoluto silencio al respecto. (1)

Él se había contactado con el clan Hyou, sin que Riou lo supiera y había enviado una carta a la Princesa Chouka con las instrucciones para preparar muchas pociones. Ran Shijaku le envió una carta, diciendo que era posible que Kanshou pudiera cumplir el deseo del Emperador. (2)

Kouyuu estaba feliz. El Emperador había buscado constantemente a la fallecida Emperatriz, había probado el sufrimiento del trono muchas veces y había vagado en las sombras del palacio solo, pensando en Shuuei y Seiran, a quienes había perdido. Aun así, el deseo de vivir perduraba en su corazón, mientras deambulaba por el mundo. Y al final, había arrastrado su pesado cuerpo de vuelta, por el bien de Kouyuu y sus otros súbditos. Él era esa clase de soberano.

“Se los ruego… Shuuei, Seiran.” Las lágrimas corrían por su cara. “No se lo lleven. Nada será bueno sin este Emperador. Esperen un poco más. No será bueno si es Riou o Chouka-sama. Tiene que ser él. No se lo lleven.”

Kouyuu tocó el piso con la frente, implorando a sus dos amigos. Pero ellos no se detuvieron.

“Kouyuu-dono, ya deberías saber la razón por la que hemos venido aquí.” Seiran le dijo, como si fuera evidente. Mientras los dos caminaban hacia ellos, un frío diferente al del invierno, llenó el aire de la sala. Ambos permanecieron imperturbables, y todos se dieron cuenta la razón por la que estaban ahí.
Los oficiales presentes se congelaron, como si hubieran caído presas de un hechizo. Nadie dijo ni una palabra. No había nadie que hubiese amado más a su señor, que hubiese permanecido cerca de él y que hubiese dado todo por él, como Ran Shuuei y Shi Seiran.

Es por eso que todos simpatizaban con ellos.

La persona que los había llamado, era el Emperador.

Ellos estaban ahí porque el Emperador mismo lo había deseado.

Riou exclamó. En el sombrío salón, sólo Chouka y Shijaku corrieron al lado de Kouyuu. Shijaku agarró el mango de su espada y se paró directamente enfrente de los dos famosos generales, que habían sido proclamados como “los Ran y Shi de la milicia”. (3)

“… Padre. General Shi. ¿Si ustedes recibieran un alma a cambio, se irán tranquilamente?”

“Alabo tu disposición para actuar, pero, ¿te vas a sacrificar a ti mismo? Hijo tonto.”

“Entonces, les pido que se vayan con las manos vacías.”

Shijaku desenvainó la espada, y cruzó la distancia que los separaba.

Sin embargo, cuando estaba sólo a unos cuantos milímetros de distancia, Shuuei fácilmente bloqueó su ataque con su espada del lirio, devolviendo el mandoble.

Viendo que Shijaku había sido lanzado hacia el trono, las piernas de Chouka ya no pudieron quedarse quietas.

“Oji-sama…” fue todo lo que pudo pronunciar. Tomó fuertemente las pálidas manos de su padre entre las suyas. Chouka había tocado el erhu un día entero para su padre en tres ocasiones. Por su abuelo Shouka. Y luego… en los funerales de Seiran-oji y Shuuei-oji…

Ella no podía olvidar la profunda pena de su padre esa vez. Hace mucho tiempo, cuando su padre salía solo, ella había sentido que él jamás volvería. Chouka ni siquiera sabía qué decirles a sus dos oji-san que habían venido a poner a su padre a descansar, después de que él finalmente había regresado al trono.

Si…

Si existía una persona que pudiera hacer frente a Ran Shuuei y a Shi Seiran, sólo había una.

“Un Ran y un Shi en la milicia, un Li y un Kou en el gobierno”. Sólo quedaba el último. El Primer Ministro que continuaba sirviendo al Emperador. (3)

Kouyuu abrazó al Emperador, alzando la cara para mirar furioso al par.

Por primera vez, Seiran y Shuuei pusieron una expresión como si un escudo invisible hubiera aparecido. Seiran se detuvo.

“Kouyuu-dono. A mitad del camino, el Emperador también notó que algo había cambiado. No sólo por Kanshou…”

Que debido a las acciones de su preocupado Primer Ministro, él había seguido atado a este mundo.

Cuando el Emperador empezó a vagar en las sombras del palacio, Kouyuu había encendido siete velas dentro del pequeño mausoleo. Él había continuado encendiéndolas sin falta, diariamente, de tal forma que, aunque las estrellas habían caído cinco veces, el Emperador permaneció en esta tierra.

Hasta el grado que el Emperador mismo no había notado que ya era un espíritu sino hasta la mitad del viaje, e incluso Chouka siguió confundiendo su espíritu con su cuerpo vivo. El deseo de Kouyuu había sido tan fuerte, que eso extendió el tiempo del Emperador.

“… Kouyuu. La última voluntad del Emperador fue que Seiran y yo esperáramos hasta que él volviera a ti, que lo estabas esperando. Incluso separado del trono, él siempre estuvo preocupado por ti y por los súbditos a los que dejaba atrás. Él continuó con su viaje, sin tomar mi mano al final. Él siguió aquí hasta hoy, por tu bien. ¿No es eso suficiente?”

Kouyuu abrazó el cuerpo del Emperador y susurró algo con voz baja.

En el salón, donde el tiempo se había congelado, las linternas de ambos vibraron.

“Aun así, el deseo que podemos conceder, no es el tuyo.” Respondió fríamente Shuuei.

Los dos bajaron sus linternas y se arrodillaron frente al Emperador. Shuuei llevó una mano a su corazón e hizo una reverencia.

“Mi Señor. Tal como lo prometí, Ran Shuuei ha venido a llevarte.”

“Creo que estás agotado. Ahora, una vez más, me comprometo a servirte…” Con las palabras de Seiran, los dos, junto con sus linternas, desaparecieron de nuevo.

Chouka estaba impactada, sus lágrimas caían en la mano fría de su padre.

Tap.

El sonido de un paso.

Chouka levantó su cara llena de lágrimas. Con los ojos nublados, ella parpadeó.

Por primera vez, ella vio no a un cuervo o un fantasma, sino a un hombre real de cabello negro, con una expresión frustrada, caminando por el salón con expresión aristocrática y arrogante.

Las dos linternas vibraron en la oscuridad.

Ryuuki caminaba en el palacio de sombras. Era media noche y no había ni un alma cerca. Bajo la pálida luna, la luz de las linternas se proyectaba, iluminando partes de las sombras. No había nadie en su oficina, en la que sólo quedaba la jaula, los archivos y pabellones. En el jardín, donde él cortaba flores, el viento soplaba, sacudiendo las copas de los árboles… A veces, él podía escuchar el sonido del koto de Ou Ki y la canción de cuna de Shuurei del pasado.

Al afinar el oído Ryuuki, Seiran, que estaba acompañándolo a su izquierda, lo cuestionó.

“No es nada. Es sólo que estaba pensando que no puedo escuchar el erhu.”

“¿El erhu de mi Señorita?”

“No, el de Chouka. Ese increíblemente horrible erhu.” Suspiró Ryuuki mientras caminaba. “El día en que ustedes dos murieron, ella también tocó para mí, hasta que las cuerdas se rompieron. Quiero escucharlo una vez más.”

“…”

El silencio se extendió, y las linternas vibraron al viento, sobre el camino cargado de estrellas solitarias. Él había pensado una vez que, aunque fuera horrible, sería triste no poder escucharlo de nuevo jamás. Ella había practicado el erhu en las posadas, y aunque estaba consciente de su falta de talento, parecía que disfrutaba tocándolo. No se había convertido en una experta como Shuurei, pero lentamente estaba progresando, desarrollando su propio estilo. Él disfrutaba escuchándola.

Un día, él tendría que abandonar a Chouka. Hasta que ese día llegara, él pensó que no había prisa. En medio de muchas otras suposiciones erróneas, eso había sido verdad. Y finalmente, ese día había llegado.

Él deambulaba mirando los lugares donde había pasado sus días, uno por uno, en la misma forma que antes.

La figura que le vino a la mente cuando miraba el árbol de cerezos en el jardín, no era Shuurei. En vez de eso, misteriosamente, él vio las figuras de Chouka y Shijaku.

“Tú eres a quien quiero.”

(Vine aquí al final, sin darle a Shijaku ningún tipo de respuesta…)

Él no dijo palabras asombrosas como Ou Ki. Cuando recordaba su propia desesperación esa vez que Ou Ki le dijo que esperara y despiadadamente se marchó, no pudo evitar desear regresar con Shijaku.
Ryuuki pasó el árbol de cerezo, y volvió sus pasos en dirección al cuarto al que había ido frecuentemente en sus caminatas nocturnas hasta ahora. Cruzó el corredor vacío y abrió la puerta hacia la recámara donde Shuurei había muerto. Buscó la figura sonriente de Shuurei, la cual había visualizado incontables veces, día y noche. Pero no había nadie ahí, hoy también estaba vacío…

Él estaba decepcionado. Entró a la habitación vacía. Justo antes de que cayera inconsciente, él había encontrado la carta de Chouka encima de la almohada en la cama. Y nuevamente había otra carta ahí.
Estaba dirigida a Ryuuki… pero la letra no era de Chouka.

Ryuuki la tomó y la abrió. Cuando terminó de ver su contenido, se dio cuenta de que estaba parado en el quicio de la puerta que daba hacia el vacío y helado salón de la Corte Imperial. Las antorchas frente a él, se iluminaron una a una, como si fueran encendidas a manos de un fantasma. Desde la gran puerta donde Ryuuki estaba parado, el espinoso trono en el cual se había sentado por más de treinta años, estaba a plena vista.

Ryuuki, con Shuuei y Seiran a su lado, caminó hacia el trono. Él pensó en Kouyuu. Cuando pensaba en la voz de Kouyuu, rogando que no se lo llevaran, y las lágrimas rodando por sus mejillas, sentía remordimientos.

Era la primera vez que Koyuu había llorado. El día que Shouka murió, el día que Shuuei y Seiran murieron, esas tres veces, Chouka había tocado su erhu hasta que las cuerdas reventaron, y Koyuu no derramó una sola lágrima.

Estaré esperando tu regreso, mi Señor…

Durante los últimos dos años, al mirar la mano extendida de Shuuei, él lo había retrasado un poco más.

¿No es suficiente?

La respuesta de Kouyuu a la pregunta de Shuuei, él la había escuchado bien.

No es suficiente, en absoluto.

Cuando escuchó eso, el corazón le dolió. Aquellas eran las palabras que una vez le dijo a Yuushun. Parado junto al féretro de Yuushun, llorando, él había seguido a Ou Ki y continuó andando. El nevado día en que Shuurei había fallecido, cuando él y Chouka lloraron, esos tres habían venido por él. El día en que él perdió a esos dos, Chouka tocó su erhu para él. Los días en que el sonido del erhu no cesaba, Kouyuu y Riou habían venido a buscarlo sin falta. Al mirar a sus súbditos, sin importar lo doloroso y lo mucho que hubiera perdido, él no sentía ganas de escapar del palacio.

Él nunca pensó que su existencia fuera necesaria para alguien. Hace mucho, él había buscado a alguien que llenara el vacío de su corazón, pero antes de darse cuenta, alguien ya lo necesitaba. Cuando Kouyuu le preparaba medicina todos los días, cuando Riou no se percató de la enfermedad de Ryuuki, y cuando empezó a mostrar señales de notarlo, cuando Shijaku le puso un amuleto en las posadas, cada vez que Chouka venía a buscarlo a mitad de la noche con una expresión preocupada en el rostro, él pensaba en caminar un poco más. Ryuuki miró el trono.

Ryuuki había avanzado hasta este punto por el bien de sus súbditos, que deseaban que él siguiera en este trono por alguna razón.

Las muchas cosas que dejó sin hacer y sus preocupaciones sin resolver, cruzaron su mente.

“… ¿Tienes remordimientos, mi Señor?”

“Si. Tengo remordimientos. Pensé que quería levantarme de este asiento… pero Shuuei… Kouyuu no me ha pedido nada, hasta ahora…”

El papel que sujetaba en su mano, cayó al piso. La mayoría de la página estaba en blanco, y sólo dos líneas estaban escritas en él.

Era la caligrafía de Kouyuu. ¿Desde hacía cuánto estaba ahí? No, no había duda de que la habían dejado ahí desde el día en que Ryuuki colapsó dos años antes. Porque los únicos que podían entrar a ese cuarto eran Chouka y sus tres asistentes.

“El momento en que te encuentres a la fallecida Emperatriz en este cuarto, como lo deseas, quizás llegue algún día. Hasta entonces, no vayas a ninguna parte. Estoy esperando al lado del trono. Aunque yo sea la única persona que quede.”

Tal como lo prometió, sin partir antes que Ryuuki, él había continuado a su lado, apoyándolo. Hasta este día.

Él había pensado que, desde el fondo de su corazón, no habría deseado morir. Sin importar cuánto tiempo pasara, él había permanecido a su lado. Ese era el único deseo de su amado Primer Ministro y amigo. Si tan sólo pudiera concedérselo…

“Sólo un poco de tiempo más está bien, quiero estar al lado de Kouyuu…”

A su espalda, Shuuei sonrió amargamente y suspiró.

“Supongo que no hay nada qué ahcer. Si ese es tu deseo…”

El par se veía algo feliz.

“Hice arreglos por si acaso, pero ahuyentar a ese cuervo de tres patas va a ser imposible, ¿no es cierto, Seiran?”

“Si no lo haces, serás menospreciado por Yuushun-dono de nuevo. ‘Mi Señor, has venido aquí muy pronto después de mi partida, ¿cierto? ¿En verdad era una enfermedad incurable?’, es lo que dirá él con sarcasmo.”

“Si… Kouyuu también estaba furioso. Te dejó descansar por dos años… e incluso encendió esas velas… El problema es la puerta. Creo que Su Majestad puede burlarlo tal como es ahora… Esa puerta…” (4)

Una pequeña y murmurante voz rebatió algo. ¿Esa puerta? Ryuuki miró alrededor sin parar, pero sólo estaba el trono tan familiar. Mientras lo pensaba, las luces de pronto comenzaron a extinguirse y todo quedó en completa oscuridad.

Al momento siguiente, Ryuuki estaba parado solo en un campo desconocido y desolado.

Al final del estrecho camino que estaba por delante, pavimentado con piedras blancas, había un callejón sin salida. Era como un acantilado, sin nada más allá.

Seiran y Shuuei no estaban por ningún lado. El cielo nocturno debía estar lleno de estrellas, y sin embargo, se hacía extrañamente más claro. Al levantar la vista hacia el cielo de la noche, Ryuuki notó aquella puerta.

Bajo el cielo de estrellas, el vio dos hogueras ardiendo y una enorme puerta suspendida. Y una cosa más.

Al final del yermo, un cuervo solitario estaba parado en la rama de un viejo árbol, el cual bloqueaba el paisaje como un hueso. Al Ryuuki encontrarse con los púrpuras y fríos ojos del cuervo, recordó algo.
El cuervo se transformó en un hombre de cabello negro frente a los ojos de Ryuuki.

Ruido sordo.

Los pasos del hombre resonaron por el yermo.

Tal como había descrito Chouka una vez, el hombre parecía indiferente, huraño y cínico. Él había estado en el palacio desde mucho antes que cualquiera, tan antiguo como un árbol de cerezo. Él conoció a su padre, a Ou Ki, a Ruka y a otros estadistas. Era el hombre que una vez le dijo a Ryuuki que era un peón que sería desechado. El oficial de alto rango que había estado ahí antes que Ryuuki.
Su edad era diferente, pero al mirar en sus fríos ojos, Ryuuki reconoció la identidad del hombre. La cara del hombre que había estado buscando desde hace tanto tiempo, estaba ahí.  La tinta fluía por el oscuro rostro del hombre.

Ryuuki sonrió. Todos sus recuerdos habían vuelto.

“… Shou Taishi.”

Él había pensado que, de encontrar a este hombre, había algo que quería decirle. Que había una montaña cargada de cosas que decirle. El hombre que conocía la oscuridad y fragilidad de Ryuuki, que había observado el camino que había recorrido de principio a fin. Él se preguntaba cómo es que su vida se reflejaba a los ojos de este hombre.

Pero al mirar el rostro de este hombre, eso ya no le importó ni un poco.

A Ryuuki ya no le importaba cuál sería la respuesta de Shou Taishi. La respuesta a la mayoría de las preguntas que quería hacer, ya estaba en la palma de su mano. Incluso si Ryuuki le preguntaba, probablemente él no le diría la verdad. Al igual que le había mentido a Ryuuki respecto al muñeco de paja.

Mirando a los inalterables ojos de Shou Taishi, Ryuuki rio una vez más. Esta vez, de sí mismo.

Aunque sus recuerdos se habían borrado, él había buscado su figura… la había perseguido. El otro hombre que nunca había visto en verdad a Ryuuki.

Aun así, con su sola aparición al final, el peón sacrificado sentía como si los papeles se hubieran invertido…

“Mira esa patética expresión conmovida. Si ya avanzaste, abre la puerta flotante. Esa expresión franca, qué estúpido Emperador. Apúrate y devuelve esa pieza de tela triangular en tu cabeza…” (5)

Finalmente, todo encajó. Ciertamente, este era Shou Taishi, con esa arbitraria y sarcástica forma de hablar. Pero de alguna forma, estaba más enojado de lo que había estado en el pasado, ya que se veía más joven que como era (y bastante bien parecido).

“… Creí que no había nada que yo quisiera decirte, pero sí lo hay. Jodido viejo.”

“¿Quién de los dos es el viejo, anciano? Ve a lavarte la cara en el río Sanzu y mírame de nuevo.” (6)

“¡Ancia…! ¡Aún sin mirarte, no hay duda! ¡Pero!”

La mirada de Ryuuki se hizo distante, y se dio la vuelta. Había algo más que necesitaba decirle.

“Desde que era pequeña, has estado merodeando cerca de Chouka. Hazte responsable. ¡Mmph, iré corriendo al río Sanzu porque quiero hablar con Sou Taifu, Sa Taiho y Shouka antes que nadie!”

Ryuuki sintió un impacto tan fuerte que pensó que su nuca había sido aplastada, y él salió proyectado como una pelota. Para poder atrapar a Ryuuki esta vez, el cuervo de tres patas que volaba en el camino hacia el inframundo, había enviado disparado a Ryuuki con una patada giratoria del Iluminado Shi. Viendo a Ryuuki salir volando, observó su expresión estupefacta. (7)

Justo antes de entrar por la puerta que flotaba en el aire, Ryuuki vio a Shuuei y Seiran en el camino, agitando rápidamente las manos.

“Ryuuki, finalmente pudiste ganarle una a Shou Taishi, ¿eh? Pero la próxima vez, definitivamente vendremos a llevarte. La Señorita no está esperando realmente, así que está bien por esta ocasión.”

“Espeeera un segundo, Seiran. En realidad, tengo curiosidad de eso. No ha habido rastro de ella.”

“Ella dijo, para detenerme, ‘Está bien si no vamos por él todavía, ¿no?’”

“Su Majestad.” Shuuei cayó de rodillas. “Lamento haberte dejado atrás. Pero protegerte era mi más anhelado sueño. No te disculpes. Lo único de lo que me arrepiento es haberte dejado antes de lo previsto. ¿Sabes? Realmente quería que tomaras mi mano. Quería llevarte conmigo, porque quiero servirte de nuevo… pero Kouyuu ha hecho su mejor esfuerzo sólo por ti, así que esperaré un poco más…”

Las linternas que siempre estaban en manos de esos dos, se desvanecieron en la oscuridad. En el pequeño mausoleo, la luz de dos velas estaba reflejada en la mente de Ryuuki.

Ryuuki abrió los ojos. “De alguna forma… había varias cosas que me preocupaban, así que volví.”

“¿En serio? Entonces, te alabaré por primera vez.”

Ryuuki quedó envuelto en un fuerte abrazo.

La Corte, donde se llevaba a cabo la reunión de Año Nuevo, estaba hecha un escándalo. Mientras la multitud se precipitaba hacia el frente, un solo hombre de cabello negro iba en la dirección contraria. Sólo Chouka lo siguió.

El hombre se dirigía a alguna parte, su andar no mostraba titubeo. El inmenso y familiar palacio imperial estaba claro en el invierno congelado.

Más allá de las bellas columnas, de la Cámara Celestial, cargada de carámbanos, más allá del jardín cubierto de nieve…

Chouka estaba familiarizada con este paisaje desde niña, pero al acercarse al hombre, en ese momento, el paisaje repentinamente se transformó. El palacio que estaba frente a sus ojos era de un estilo arquitectónico anterior. Como si las cuatro estaciones estuvieran en reversa, el palacio se convirtió en aquél de días antiguos, quizás de hace mil años.

En el mismo escenario invernal, Chouka podía oler la sangre y la guerra. El palacio estaba cubierto de sangre hasta donde le alcanzaba la vista, y habían numerosos cadáveres y cabezas esparcidas con sangre aún saliendo de ellas. Los sonidos de destrucción, voces llenas de resentimiento, el humo negro que se elevaba de las hogueras y los estragos de la guerra… él había caminado en este desolado mundo cubierto de huesos, una y otra vez.

En este mundo lleno de cadáveres, donde nada cambia sin importar los años que pasen, había un trono cubierto de sangre.

El hombre al que ella seguía, alzó su pie para aplastar sin piedad el cráneo de algún Emperador de otra época.

Chouka agarró su manga por detrás, y le detuvo.

Él se volteó, sorprendido. Con la fría indiferencia del hielo que parecía que no se derretiría por una eternidad, él estaba molesto.

“¿Harás lo que sea por el bien de ese hombre? Incluso si eso conlleva una vida de sufrimiento, ¿estás preparada para tomar la mano de ese hombre?”

…Chouka aún no comprendía las palabras misteriosas de su padre.

Pero ahora, ella había encontrado otra razón aparte de su padre, para volver al palacio.

Este era el mundo en el que caminaba el hombre que no había mostrado la más mínima expresión de felicidad.

Chouka extendió ambas manos. Era diferente que abrazar al pequeño cuervo, así que ella se aferró con fuerza a su ropa. Él giró la cabeza hacia Chouka, confundido. Chouka miró atentamente sus fríos ojos.

Ella había apenas existido en el palacio, así que se marchó en busca de este temperamental y frío cuervo.

Si eso lo calentaba, ella acariciaría sus plumas por toda la eternidad.

Chouka se estiró de puntillas y besó la mejilla del cuervo, como confortándolo. (8)

Después de un largo momento, los ojos del hombre se abrieron de par en par, y se apartó de ella con sorpresa, zafando las manos de Chouka de él. Tras dirigir la vista hacia sus propias manos, él volvió a mirar a Chouka una vez más.

Cuando ella era una niña, el cuervo la había reprendido “No hagas esas cosas sin una buena razón, niña.”

No había forma de que lo estuviera haciendo sin una buena razón…

Preguntándose qué le diría ella, la chica alejó sus ojos de los del hombre.

Al siguiente momento, el hombre inesperadamente desapareció. Ella no tuvo tiempo de agradecerle por su padre.

Estaba rodeada por el nevado escenario del palacio durante los saludos de Año Nuevo. No había una sola huella en la nieve, ni rastro de plumas. Con su repentino encuentro, toda la confianza en sí misma, deprimentemente desapareció.

Chouka miró hacia abajo a sus manos.

Aunque sus manos habían estado cubiertas de rasguños de los dos años que duró su viaje, éstos desaparecieron sin dejar huella.


NOTAS DE LA TRADUCCIÓN:

(1) El texto menciona específicamente el olor, como uno que le agradaba tanto a Shuuei como a Seiran, a pesar de haberse referido antes a ella, como una mezcla secreta de Shuuei. No está claro que pasa con eso.

(2) Kanshou tiene habilidades místicas. Ya he respondido a una pregunta de eso, así que revisen mi tema de Flor de Invierno.

(3) Esta es una frase famosa de la novela. Básicamente, la era dorada de Saiunkoku ocurrió cuando hubo ‘Un Ran y un Shi en la milicia, y Li Kouyuu y un Kou en el gobierno’. La frase aparece al final de la primera novela.

(4) Quien pronuncia este diálogo no está identificado. Estoy aproximadamente un 86.75% segura de saber quién dice esta línea, pero sería un spoiler innecesario de las dos últimas novelas de Corazón de Hielo. Si quieren saberlo de todas formas, mándenme un mensaje.

(5) Los fantasmas en Japón se representan típicamente con un trozo de tela triangular en la frente.

(6) El Río Sanzu es un concepto en el budismo. Es el río que uno debe cruzar para alcanzar la otra vida. El equivalente occidental es el Río Estigia.

(7) El Iluminado Shi (¿Shi Sen? ¿Espíritu Shi?) es Shou Taishi. Sólo quería dejar claro eso.

(8) Dejo claro que el cuervo tiene forma humana desde aquí. El texto, desde la perspectiva de Chouka, generalmente se refiere a él como un cuervo, a pesar de su apariencia.


MIS PENSAMIENTOS (WHALIN):

Bueno. Fue un total DELEITE traducir…

Esta sección aclara mucha de la confusión que había ocurrido durante toda la historia.

Kouyuu es un dulce, dulce niño que debe ser protegido a toda costa. El lazo entre él y Ryuuki es lo más destacado en este capítulo.

Desde el punto de vista de traductor, realmente odio cuando Shou Taishi habla, por el lenguaje que usa, pero como fan, realmente disfruto su conversación con Ryuuki. El Ryuuki que vemos aquí es mucho más cercano al Ryuuki que conocemos de la serie original.

Y el hecho de que Ryuuki se enfade porque Shou Taishi es más joven y atractivo que él, me maaataa.
No había percibido un romance Chouka x cuervo (Shou Taishi) antes de esta sección, pero no estoy molesta por eso. Admito que prefiero a Shijaku, pero hay mucho bajo la superficie aquí.

El siguiente capítulo será la entrega final de Flor de Invierno. Simplemente está titulado como ‘Conclusión’.

¿QUÉ PASARÁ CON RYUUKI?

¿HABREMOS VISTO YA LO ÚLTIMO DE SHOU TAISHI?

¿QUÉ SERÁ DE CHOUKA Y SHIJAKU?

¿KOUYUU OBTENDRÁ UN ASCENSO POR TODA LA DESDICHA QUE LO HAN HECHO AGUANTAR?

¿¿¿SERÁ QUE SHUUREI SE UNIRÁ A ESTA FIESTA DE FANTASMAS ALGUNA VEZ???

Sigan pendientes del capítulo final de Flor de Invierno.


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Posteado el 13 de Abril de 2016. Por whalin.
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