martes, 2 de enero de 2018

Saiunkoku Monogatari Archivo Secreto ‘Pregúntale a Mis Huesos’ ~ FLOR DE INVIERNO ~ Caminando a las Sombras del Palacio

Nota aclaratoria: El siguiente texto es una traducción al español hecha de su original en inglés. Para mayores referencias, consultar la fuente que se cita al final.

SAIUNKOKU MONOGATARI HISTORIA SECRETA: FLOR DE INVIERNO (CAMINANDO A LAS SOMBRAS DEL PALACIO)
Parte 3 de 8
Posteado por Whalin
Traducido por Violet Raven

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¡Aquí estáaaaa!

Muchas gracias a @ihavetobenkyou por ayudarme con algo de la traducción (y escucharme vociferar sobre Saiunkoku por casi TRES horas ayer), y a @abrownfeminist por revisarlo y asegurarse que no posteara la basura que escupe directamente mi cerebro. <3 o:p="">

Como siempre, SPOILERS MASIVOS DEL FINAL DE LAS NOVELAS LIGERAS DE SAIUNKOKU MONOGATARI.

Esta es la parte tres de mi traducción de Flor de Invierno, una historia de Pregúntale a mis Huesos (Ask my Bones no se me ocurre de qué otra forma ponerlo en español – Violet -).

Ahora, agárrense para OTRA edición depresiva de esta historia.

Caminando a las Sombras del Palacio

“Huuu… Te descartaron, ¿eh, Kouyuu?”

La mano que sostenía el retrato del prospecto a pretendiente en la oficina de Ryuuki, lo arrojó al suelo. (1) Éste golpeo el piso con un ruido seco. La pila de pergaminos llenos con propuestas de matrimonio era tan alta, que uno pensaría que provenían del pasado, de la oficina del Ministerio de Asuntos Civiles de un joven Kouyuu. Era casi nostálgico.

Kouyuu, quien en su propio tiempo había sido conocido por su inexorable manera de deshacerse de las propuestas matrimoniales, había dicho al principio “Debe haber alguno que valga la pena si escarbas en ese montón, así que definitivamente no puedes quemar ninguno.” En lo respectivo a si existía alguien digno de Chouka, nadie le preguntó al Primer Ministro.

“No me rechazaron a mí, sino a mi hijo.” Refunfuñó Kouyuu.

Ryuuki miró el tamaño de la deprimente montaña de propuestas detrás de él. Primero, habían llegado de las ocho familias, luego de los nobles. En seguida, fueron los oficiales militares y comerciantes. Ahora, incluso los oficiales novatos estaban enviándolas…

No era él quien las recibía, así que desde que ella cumplió los doce o trece años, él llamó a Chouka (y también a Kouyuu como testigo) y le mostró las propuestas, pergamino por pergamino.

Chouka educadamente miró cada una de ellas y las puso encima de la montaña de papeles. En silencio hizo una reverencia a Ryuuki, Kouyuu y a la pila como disculpándose, levantó la cabeza y se marchó.

Hoy era el día en que el segundo hijo de Kouyuu fue enviado a la pila de propuestas rechazadas.

“¿Qué es lo que pretende mi hija, destrozando a todos los hijos de personas importantes…? Ella incluso descalificó a nuestra arma secreta, el hijo mayor de Shuuei, que es tan alabado por ser un genio.”

“¿Quién es tu arma secreta? Ese tonto ingenuo, la única parte de su carácter que se asemeja a su padre es que viene a la Residencia Imperial a jugar. Así que, como Primer Ministro, definitivamente yo no podré aceptarlo, aunque se iguale a Chouka.”

“No, es bien sabido que la fama de los tres apuestos hermanos Ran, es que ellos no se parecen a su padre… También vi que habías desechado la propuesta del hijo de Riku Seiga sin permiso.”

“Idiota. ¡Esa debería ser quemada en silencio! A pesar de ser joven, no tiene fallas. Eso me enfurece.”
Kouyuu, que había sido un joven muy exitoso (Ryuuki también lo había sido), dijo “Él parece demasiado bueno para ser verdad, no tiene nada de encantador.” Con esa clase de misterioso razonamiento, en secreto había puesto la propuesta en la pila de rechazados.

“….al igual que cierto hijo del Primer Ministro. Lo lamento.”

“Qué se le va a hacer. En primer lugar, él es un novato que se conforma con ser Bougen cuando el grado de Jougen fue ocupado por algún joven desconocido en los exámenes de este año. Él no será el esposo de Chouka con esa actitud.”

“Kouyuu… tú… tú te has vuelto como Rei… no, como Seiran.”

Ellos escucharon el sonido de la pila que estaba detrás de ellos, convirtiéndose en una avalancha.

“Pero Chouka ya tiene quince años, y ha rechazado a todos los pretendientes destacados de un tajo. ¿Quién queda? No es que me preocupe en particular… Kouyuu, ¿por qué esa expresión sombría?”

Kouyuu se puso nervioso, cruzando y descruzando los brazos.

“En realidad, hablando francamente, ¿hay alguna persona a quien Chouka ame?” finalmente, él pronunció. “Aunque haga enojar a los soldados apostados en la Residencia Imperial, ella se escabulle para salir a la Corte. A veces viene aquí para ayudarte a ti o a mí, pero otras veces parece que anda buscando a alguien.”

“…Kouyuu. Eres muy agudo. Yo también he pensado eso.”

Incluso con quince años, Chouka seguía dejando su habitación a mitad de la noche. Ryuuki ya no iba en su búsqueda, pero a veces cuando él estaba caminando por el palacio, bajo la brillante luz de luna, la veía. ¿Es que estaba persiguiendo a alguien? Chouka observaba atentamente cada propuesta y el retrato que la acompañaba. Él pensaba que tal vez existía una razón de que ella los rechazara a todos…

“B… b… bueno, ¡eso es todo! ¿Qué vamos a hacer su Majestad? ¡Riou cumplirá cuarenta dentro de poco! Es cierto que luce más joven, pero hay muchos otros problemas. Como sea, ¡no podemos darnos el lujo de dejar de buscar un pretendiente ahora!”

“… Kouyuu.”

“Lo sé. Todos los primeros amores son no correspondidos. Te obligue a escucharme en silencio diciendo eso muchas veces. Y cada vez tú ponías una cara entristecida. ¡Pero!”

Un oficial vino a buscarlo, así que Kouyuu abruptamente terminó su argumento. Antes de irse, su expresión se hizo sombría.

“… Su Majestad. Tú sabes que no podemos continuar de esta manera. Ella es la única Princesa de este país. Si no podemos encontrarle un compañero decente, después de que tú y yo ya no estemos para protegerla, Chouka será infeliz. Si ella cae en manos de los de la facción noble, o del hijo de Riku Seiga, sería mejor que ella se convirtiera en concubina de Riou. Mi hijo o uno de los de Shuuei, dondequiera que estén, estarían bien. También me enoja el hecho de que no hayas tratado de controlar ninguno de los rumores sobre la Princesa.”

“…”

“Y aunque sé que te vas a oponer, este otoño haré que traigan a Eigetsu al palacio.”

Los ojos de Ryuuki se abrieron. Pasó un momento.

“… Si eso es lo que dice Kouyuu. Supongo que no hay nada que pueda hacer.” Dijo él, sonriendo dolorosamente.

Kouyuu se dio vuelta hacia la puerta y se marchó. Ryuuki quedó solo en el cuarto. Apagó la vela de un soplido. La oscuridad se esparció. Por la ventana abierta, la luz de luna brillaba tenuemente hacia dentro del cuarto.

Era primavera. Desde la última vez que había visto a Shuurei, quince primaveras habían ido y venido. Ella debía estar cansada de esperar. Afuera, las nubes estaban suspendidas sobre la brumosa luna primaveral. Él no estaba seguro desde cuando, pero en el árbol había un cuervo negro.

Ryuuki posó ambas manos sobre su abdomen… Incluso Riou, que era bastante experto en medicina, no lo había notado. ¿Por qué Kouyuu tenía que tener tan buenos instintos? Pero él tenía el presentimiento de que Kouyuu era el único que lo había adivinado.

Ya avanzada la noche, Ryuuki permaneció así solo en su oficina. Luego se levantó de su silla, sujetando a Kanshou en su mano. Salió a dar una caminata de media noche en el oscuro y durmiente palacio: más allá de los archivos en los que había pasado tiempo con Shouka, más allá de los corredores en los que había caminado con Ouki, más allá del abanico de plumas dejado por Yuushun en la oficina del Primer Ministro, (3) más allá del jardín del cual había recogido flores para Shuurei todos los días… Cuando levantó los ojos, vio la Cámara Celestial. La vista causó una extraña y zumbante sensación en su pecho…

De cara a las flores, el dejó su linterna en el pavimento y dio un paso adelante. Un momento después, una esencia familiar flotó hacia él. Sin ser vistas, a espaldas de Ryuuki, dos figuras tomaron su sitio a cada lado de él. Ryuuki se relajó al ver a Shuuei y a Seiran.

“¿En qué estás pensando, su Majestad?” preguntó amablemente Shuuei, parado a su izquierda.
“Mmm…” Respondió vagamente Ryuuki.

Llevándose al par junto a él bajo la luz de luna, esta noche también le dio la espalda a la Cámara Celestial y se dirigió en dirección a la Corte. La puerta estaba abierta. Ya fuera de día o de noche, la puerta permanecía abierta todo el tiempo. Dentro del salón, no había luces y la oscuridad se asentaba en todos los rincones. La mayor de sus aflicciones, el lugar que estaba lleno sólo de amargura y recuerdos dolorosos, estaba ahí adelante.

Las sesiones de la Corte a las cuales él diligentemente asistía los trescientos sesenta y cinco días del año…

Ryuuki entró a la sala, haciendo a un lado la oscuridad. Era como si el pasado volviera a la vida cada vez que él entraba ahí. Penosamente, penosamente, su corazón crujía en su pecho y sus pies se movían como si fueran jalados por una fuerza invisible.

Shuuei y Seiran encendieron una vela tras otra mientras caminaban. Se detuvieron al final del salón. Los ojos de Ryuuki se vieron atraídos por la sombra del trono púrpura intenso que parpadeaba a la luz de las velas.

El trono en el que él se había sentado por tanto tiempo.

¿Cuántas veces había tenido la difícil tarea de enviar lejos a Shuurei, Seiran, Shuuei… y ocasionalmente incluso a Kouyuu también? Siendo dejado atrás en este trono, sentado solo. ¿Por cuánto tiempo más tenía que seguir haciendo esto?

Si volteara la cabeza, podría ver los interminables techos del palacio a través de la puerta abierta. Para Ryuuki, sentado en el trono, ese escenario era lo único que veía. Él sólo esperaba el día en que sus súbditos volvieran a casa. En ocasiones, ellos nunca volvían. Aun así, él continuaba sentado en el trono. Incluso al día siguiente de los funerales de sus seres amados…

¿En qué estás pensando, su Majestad?

Mucho tiempo atrás, Chouka había atrapado un cuervo. Éste se había desvanecido de la jaula cerrada como si fuera humo, y se volvió libre.

¿También estaría bien que él fuera libre?

“Al final, si le preguntara a Kouyuu si yo podría levantarme de este trono y salir fuera, él se enfadaría, ¿no es cierto…?” El sonido de su voz resonó por el salón desierto. Bajo la luz de luna, los árboles de cerezos se agitaban.

Los labios de Shuuei se curvaron pícaramente, mientras cruzaba ambos brazos. “¿Por qué no intentas preguntarle a Kouyuu, mi señor? Aunque yo ya conozco la respuesta.”

“… ¿Ustedes no me van a detener?”

Una amable sonrisa afloró en el rostro de Seiran, mientras inclinaba la cabeza. “Preguntando tales cosas ahora. Cumplir tus deseos es nuestro trabajo. Encima, ya has hecho suficiente. ¿No debería estar bien ahora?” La luz de la vela parpadeó. “Si tú fueras a descansar…”

Los tres miraron la brumosa luna. La primavera en que una Shuurei de dieciséis años había entrado a la Residencia Imperial, había sido hace treinta años.

“Si Chouka-sama aceptara, le daría a cualquiera de mis hijos que quisiera. Creo que ellos podrían darle una vida pacífica en la provincia Ran. El mayor quizás sea más adecuado, porque se parece a mí.”

Ryuuki y Seiran pausaron ante estas últimas palabras.

“Ryuuki… claramente él tiene amnesia. Por favor, ¡quema las propuestas de sus tres hijos también! ¿En verdad vas a entregarle a Chouka-sama al que se parezca a su padre de tal forma que siempre va al Distrito Rojo y a la Residencia Imperial a jugar?”

“Mmm… tratándose del clan Ran, parece que el dinero no será problema, ¿eh?”

“¿¿Estás diciendo algo que la Señorita(4) diría??”

“¡Por supuesto que tales preocupaciones serían inexistentes! Y en lo que él se parece a mí es su seriedad.”

Ryuuki frotó su barbilla, y pensó en la montaña de propuestas en su oficina. “Más o menos puedo adivinar en qué está pensando Chouka.”

En el curso de los últimos dos años, Chouka se había visto más atada por las restricciones que nunca. Aun así, ella sin falta se ausentaba de la Residencia Imperial y aparecía en la oficina de Ryuuki para ayudarlo con varios asuntos. Kouyuu y Riou además, incitaban la ira de las damas de compañía y guardias y se la llevaban de vuelta a la Residencia Imperial. “¿Quién es esa extraña belleza?” preguntaban los oficiales de la corte. Y así surgieron más rumores.

Sin embargo, al aumentar las restricciones, se volvió difícil para Chouka desaparecer, y las veces en que era vista, disminuyeron. Una vez cada tres días… una vez cada diez días… una vez al mes. Aun así, Chouka no le decía nada a Ryuuki. Se limitaba a recorrer a pie el palacio de noche a la luz de la luna, persiguiendo aunque sea un poquito de libertad. Ryuuki no creía que ella estuviera vagando irreflexivamente por el palacio.

Él compartió sus pensamientos con Shuuei y Seiran. El par se veía aturdido.

“Ahora que lo mencionas, eso parece posible. Ella es hija de mi Señorita, después de todo. Parece que es algo que ella haría.”

“Su Majestad… ¿es por eso que mencionabas lo de una salida?”

Ryuuki sujetó a Kanshou con ambas manos “… Supongo.” Admitió él. “Sin embargo, para ese propósito, serán necesarios más preparativos. Cuando llegue el momento, ¿ustedes me ayudarán?”
Shuuei y Seiran parecían llenos de alegría. “Como desees…” susurraron ellos, desapareciendo en la noche.

Ryuuki abandonó la entrada de la Corte y se dirigió en dirección a la Cámara Celestial, y las flores de cerezo flotaban como nevada en el viento.

Una chica de cabello negro estaba parada en la tenue luz, al pie del árbol de cerezo. Por un momento, Chouka creyó que el cuervo posado sobre el árbol había notado su presencia, pero era sólo una ilusión. No había nada ahí, y al parecer no había cerca nadie más.

Treinta años antes, este era el sitio al que Ryuuki convocaba a Shuurei. Pero ahora, parada sola en ese punto, parecía que sólo estaba Chouka.

“Chouka,” una voz llamó en el viento. Bajo la luz de la luna, ella distraídamente levantó la cabeza. Sus grandes, astutos y oscuros ojos eran un regalo de Shuurei.

Gracias al exceso de entusiasmo de las tropas Sakura, esta era la primera vez que Ryuuki había visto a su hija en un mes.

Al acercarse, él olió incienso.

“… ¿Estuviste en el mausoleo?”

“… Si. Para dedicar flores e incienso… porque no sé si podré escabullirme para el aniversario de los difuntos.”

El aniversario de la muerte de Yuushun era al comienzo del otoño, y el de Shuurei era casi a fines de invierno. Sin embargo, durante la primavera y verano también había aniversarios de difuntos.

Ellos eran personas que tenían una profunda relación con Ryuuki, pero hasta ahora la única que no les había ofrecido incienso había sido Chouka. Quizás tenía un motivo para hacerlo este año. Quizás era la misma razón por la que Ryuuki rondaba en las sombras en el palacio.

Ryuuki le agradeció a su hija por el incienso. Ella inclinó la cabeza y siguió a su padre, caminando por detrás.

“… Padre, ¿no ha venido ningún asistente contigo? Hace unos momentos, creí escuchar pasos de dos personas…”

“… No, estoy solo.”

Chouka de pronto volteó la cabeza. Ryuuki advirtió otra fragancia además del incienso. Un solitario jovencito estaba parado detrás de ellos, a la distancia. Claramente no había estado durmiendo, ya que estaba deambulando con la ropa revuelta (y, por cierto, no era ropa de día).

Ryuuki y Chouka lo miraron tan fijamente que no habría sido una sorpresa que se les salieran los ojos.
Sin darles ninguna opción, el hombre se les aproximó. Lucía como si hubiera sido sacado de una pintura. Magnífico y elegante, sin temor ante la idea de haber sido descubierto. Al acercarse el joven a Ryuuki, se inclinó sobre una de sus rodillas.

“Si fueron los pasos de dos personas los que escuchaste, debe haber sido mi presencia.”

Normalmente, Ryuuki permitía a las personas levantarse inmediatamente, pero dudó ante la nostálgica fragancia. “Levántate”, finalmente dio su consentimiento.

Sin preguntar su identidad, Ryuuki siguió caminando con Chouka y el joven, bajo la luna de primavera. Al llegar a los límites de los aposentos del Emperador, Ryuuki le dio las gracias al joven. Pensó en entrar, pero el joven parecía reacio a marcharse. Con una reverencia, Chouka se retiró primero.

“… Caminando por el palacio a media noche sin asistentes, ¿eso es normal?”

“¿Chouka?”

“No, estoy hablando de su Majestad. Aunque no puedo decir que no noté eso de la Princesa, también.” El joven habló de frente a Ryuuki. En contraste a su elegante apariencia, sus palabras eran placenteramente honestas.

“Si. Porque mis únicos asistentes son Ran Shuuei y Shi Seiran. Esta noche fue peculiar. Me tomaron con la guardia baja. Ese perfume, no creí que hubiera otra persona que lo usara. No volverá a ocurrir. Bienvenido de vuelta.” Con esas palabras, Ryuuki se dio vuelta sobre sus talones y se marchó sin voltear atrás.

Al volver a su recámara a dormir, encontró demasiado brillantes las velas. Las apagó hasta que sólo quedo una sola. No tenía sueño, así que puso a Kanshou en la cama y él se sentó en la silla. Se sentía mejor que de costumbre.

Habría sido mejor que no llamara a Chouka, huh… Reflexionó Ryuuki.

Obligó a su mente a dejar de pensar en el jovencito, y volcó sus pensamientos a la Corte Imperial. Por primera vez, el final estaba a la vista. Él no sentía el más mínimo remordimiento.

Cerró los ojos con fuerza.

¿Desde cuándo el sonido que escuchaba ya no era el de la voz de Shuurei cantando? En vez de eso, era el sonido de Chouka tocando pobremente el erhu hasta que las cuerdas se rompían, lo que resonaba en sus oídos.

Ese año, Ryuuki pasó sus noches caminando por el palacio meditando. El verano estaba anormalmente frío, lo que causó que la Corte estuviera perturbada pensando si se trataría de un mal presagio. Además, Kouyuu empezó a traerle medicina todas las mañanas y noches.

Durante uno de esos momentos, Ryuuki le confió sus pensamientos a Kouyuu. Contrario a su imaginación, Kouyuu no estaba enojado. En lo más mínimo.

Era uno de esos momentos en que Ryuuki deseo no haber nombrado a Kouyuu Primer Ministro. Pero ya que eran tres ‘los corazones del Emperador’ (5), no había manera de que lo tratara por separado. (Este párrafo no me queda muy claro – Violet -)

Aun así, en sus caminatas por el palacio de noche, se volvió costumbre para él no sólo encontrar a Chouka, sino a Kouyuu. “Apúrate y ve a casa”, cuando Ryuuki se quejaba con el Primer Ministro que no tenía sentido de orientación, Ryuuki se sentía obligado a volver también.

Por el contrario, ya fuera en la tarde o la noche, raramente podía ver a Chouka. Cuando Riou trataba de visitarla, las damas de compañía le decían “Afecta su futuro el que alguien que no guarda relación sanguínea con ella vaya y venga a su antojo de sus aposentos.” Las visitas le eran negadas, y el que ignoraran sus derechos como Príncipe Heredero lo hacía enfurecer. “Eso no es diferente a una prisión”, decía él con resentimiento cada vez que intentaba visitarla.

El otoño de ese año, Koyuu trajo a Eigetsu al palacio. Poco después, llegó el invierno.

“He elegido a esta persona.”

Cuando Ryuuki vio el nombre que Kouyuu le mostró, se preguntó si había algún error. Una noche de otoño, Ryuuki le había hecho dos peticiones a Kouyuu, concernientes al cumpleaños número dieciséis de Chouka.

Kouyuu trabajó mucho tras bastidores respecto a la primera petición, pero la persona que él seleccionó fue una sorpresa. Ryuuki se veía algo afligido, pero asintió. Después de todo, era algo que su Primer Ministro ya fallecido, había decidido.

El Año Nuevo pasó, y los saludos de inicio de año terminaron. El cumpleaños de Chouka sería en unos días.

Ryuuki miraba caer la nieve afuera de la ventana desde su cama, traía puesto un haori. Estaba acompañado de Kouyuu, como en las noches otoñales. Él había pasado la mayoría de este año tranquilamente así con Kouyuu. Pero parecía que sin importar de cuánto tiempo dispusieran, nunca era suficiente. Eso lo hacía recordar las sensaciones de ese último año que había pasado con Shuurei.
Ese día, él había obsequiado a Kouyuu un haori con un cordón trenzado de ocho colores. Kouyuu era el único al que había regalado tal objeto hasta ahora. Para los oficiales de la Corte Imperial, esto era testimonio de que el puesto de Primer Ministro era el más grande de todos.

“Kouyuu. Cuando pienses que las reflexiones políticas de Riou o Riku Seiga son incorrectos, da tu opinión. Estoy dejando todo en tus manos.”

Kouyuu pareció querer hablar, pero igual que la blanca nieve, el silencio parecía extenderse eternamente.

Ryuuki no había creído que sintiera algún remordimiento al final, pero cuando miró el rostro de Kouyuu, su corazón titubeó.

Pausadamente, Kouyuu aceptó el haori.

“… así que, Kouyuu, por un poco de tiempo… por favor, hazte cargo después.”

Con el haori en sus brazos, Kouyuu se arrodilló frente a Ryuuki e inclinó la cabeza. Su rostro estaba escondido.

“Estaré esperando tu regreso, mi Señor.”

La nieve caía pesadamente allá afuera, en el mundo.

“Si.” Dijo Ryuuki sin pensar.

NOTAS DE LA TRADUCCIÓN

(1) Estas propuestas matrimoniales vienen con una carta y un retrato.

(2) Los tres mejores lugares de los exámenes Imperiales son: Jougen, Bougen y Tanka.

(3) El kanji que se usa para los puestos de Primer Ministro de Kouyuu y Yuushun son diferentes. El kanji de Yuushun implica un mayor rango. Lo más que puedo aproximar la traducción es “Jefe Primer Ministro” (lo cual no existe) y el otro, Primer Ministro. El puesto de Yuushun nunca fue cubierto después de su muerte.

(4) Así es como Seiran se dirigía a Shuurei. En japonés, sería Ojou-sama. ¿La gente tiene alguna preferencia en esto? ¿Ama, mi Señora, Señorita? ¿Cuál debería usar? (Creo que se entiende bastante bien solo con Señorita, creo. – Violet -)

(5) Esto es confuso en el original también. Supongo que eso se refiere a que Shuuei, Seiran y Kouyuu serían como los tres ‘corazones’ del Emperador.

MIS PENSAMIENTOS (WHALIN):

Me gusta Ryuuki mucho más en esta sección. Aún no sabemos mucho de Chouka, pero sé que tiene mucho más diálogo en la siguiente sección.

Había olvidado lo mucho que me gusta Kouyuu hasta esta sección. Siento que va a ser uno de mis personajes favoritos en esta historia.

¿¿Cómo es que Riou tiene casi cuarenta?? Desearía que mi juego completo de novelas no estuviera en América. No puedo recordar su edad cuando lo presentaron la primera vez. Aunque, supongo que si Ryuuki tiene casi cincuenta, no hay mucha diferencia para que Riou tenga casi cuarenta.

Seguro que hay más que podría escribir de mis impresiones de esta sección, pero las guardaré para otro momento.

¡Espero que lo hayan disfrutado!

                                                                       *********

Posteado el 20 de marzo 2016. Por whalin.

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