viernes, 9 de abril de 2010

GAIDEN 4 "Sen-ichiya" (Las Mil y Una Noches") Parte 3

Nota aclaratoria: El siguiente texto es una traducción al español hecha de su original en inglés. Para mayores referencias, consultar la fuente que se cita al final.

GAIDEN 4
Resúmen del relato "Sen-ichiya"
(Las Mil y Una Noches)

Parte 3/3
Posteado por wishfull2
Traducido por Violet Raven


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Capítulo 10

El poder de Bara-hime se liberó y cubrió el mundo de cristal. Ella se paró frente a Shouka para proteger su cuerpo y tratar de controlar la corriente de poder. Bara-hime escuchó que el mundo de cristal se hacía añicos, y de no poder parar el flujo de poder ahí, todo se destruiría. Cuando Shouka abrió los ojos en la confusión, se dio cuenta de que Bara-hime estaba terriblemente cerca de él. Shouka creyó que era un sueño y la besó, ya que no tenía nada que perder. Bara-hime lo golpeó y le dijo que despertara. Shouka se encontró a sí mismo en un lugar lleno de montañas. Bara-hime le explicó que probablemente el hombre que la aprisionó había preparado un hechizo para contrarrestar su poder, atrapándolo en otro mundo. A causa de esto, el mundo de los humanos estaba a salvo. Shouka entonces se percató de que “Kanshou” y “Bakuya” se habían vuelto espadas normales a causa del poder liberado. Bara-hime entonces le dice que ahora están en un mundo aislado, donde sólo existen ellos dos. Shouka lo acepta fácilmente y empieza a hablar de cómo es que van a vivir ahí. entonces Shouka le cuenta lo que estaba pensando antes de ir a verla.

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“…Seré honesto contigo. Al principio… cuando me preguntaste si había venido para vivir o morir, sólo tenía una respuesta –borrar tu existencia con el propósito de morir –y entonces terminar con mi vida después de matarte…”

Bara-hime alzó levemente una ceja pero guardó silencio.

Era la primera vez en su vida que se quedaba callada mientras escuchaba hablar a un humano.

“Nunca pensé en hacer un comentario tan irresponsable sobre algo de tal importancia como la muerte. Siempre he vivido para proteger las cosas que amo. Mientras pueda protegerlas, no me importa morir. En ese entonces pensé que no importaría que yo ya no estuviera aquí. En ese caso, podría descansar para siempre entonces… aún sabiendo que yo les importaba, no aprecié mi propia existencia. Tener el deseo de vivir… en ese entonces no pude pensar algo así.”

Él siempre pensó que su amor era efímero.

“Cuando tú me dijiste que lo pensara, reflexioné mucho. Me habría arrepentido por siempre si no cortaba tus cadenas. Si cortaba tus cadenas, tal vez mis hermanos morirían… pero, cuando pensé que en el futuro… quizás…”

“…¿Quizás?”

“Pensé… si cortaba tus cadenas y el mundo volvía a estar a salvo… podría ir a casa y disfrutar de la felicidad de reunirnos a comer todos juntos…”

¡Regresar a salvo! Si él regresaba a su hogar, podría disfrutar el comer con todos, hacer muñecos risueños con Kurou, portarse superficial con Reishin, disculparse con Yuri, quejarse sobre el Emperador y Shou Taishi y enseñarle a Hakuto a escribir.

Él no quería romper ninguna otra promesa para ese momento.

Para proteger las cosas que le importaban con todas sus fuerzas, tenía que seguir viviendo. Esa fue la conclusión a la que Shouka llegó frente a la opción de destruir el país.

Si tan sólo hubiera valorado más todo eso en el pasado… él se arrepentía… lamentaba haber roto tantas promesas, lamentaba su frialdad y el romper tan fácilmente su promesa de regresar.

Si el mundo se detuviera en ese momento, él definitivamente…

Se tomaría el tiempo para escucharlos…

“Si tan sólo pudiera ser así… aunque ahora es diferente de lo que imaginé, pero el pasaje del tiempo está congelado. Así que seguiré viviendo con la idea de sobrevivir justo como pensé en aquella ocasión.”

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Bara-hime le preguntó por qué se arrepentiría si no cortaba sus cadenas. Shouka le dice que ella seguiría despreciando eternamente a los humanos si no lo hacía. Bara-hime sonrió ante sus palabras. Ella siempre había creído que los humanos vivían egoístamente para sí mismos, pero Shouka había pagado el precio por cien años de pecado de la humanidad. Bara-hime le dice a Shouka que ella le pagará a él el precio equivalente porque no dudó en sacrificarlo todo para liberarla. Ella usaría su poder para regresarlo a su mundo. Bara-hime se disculpa por haberle mentido diciendo que no podían regresar a su mundo, ya que ella quería confirmar sus pensamientos. Shouka le dice que él sabía que estaba mintiendo porque debía haber usado su poder para penetrar en ese mundo aislado. Bara-hime se siente avergonzada y Shouka le pregunta si vendrá con él. Bara-hime responde que volverán juntos a su mundo. Bara-hime notó que otro hechizo se activó cuando el mundo de cristal estaba al borde de la destrucción. Ése hombre usó el poder que le dio Bara-hime para elaborar otro hechizo en secreto para proteger al mundo. Recordando las palabras del Doctor You, Bara-hime ahora pudo comprenderlas. Su poder había cambiado al clan Hyou entero. Si nadie hubiera venido a liberarla, algún día su poder rebasaría el pequeño mundo y destruiría el mundo humano. Ella se preguntó si ése hombre había puesto en marcha el hechizo con lo último de su consciencia o si accidentalmente había revelado su verdadera naturaleza en medio de la locura.

Cuando regresaron al mundo humano, Bara-hime le agradeció a Shouka. Entonces se dio cuenta de que Shouka estaba inconsciente y lo golpeó para despertarlo. Él reaccionó y se dio cuenta de que estaban de vuelta. Él le dice que esperaba pasar más tiempo con ella porque es la primera vez que le cuenta a alguien sus verdaderos pensamientos. Bara-hime le dice que tiene que irse y Shouka responde que la observará mientras se va. De pronto ella se siente incómoda y se percata de que Shouka está sonriendo como si entendiera lo que ocurre. Bara-hime le pregunta cómo supo que ella no podía irse aunque quisiera. Shouka responde que supuso que había perdido sus poderes temporalmente y necesitaba recuperarse, y que por eso ella lo había golpeado en lugar de usar su poder para despertarlo. Bara-hime se pregunta cómo es que un simple humano puede ver a través de ella. Shouka se ofrece a ser su guardián contra el clan Hyou por el momento. Bara-hime decide quedarse con Shouka por un año hasta recuperar su poder.

Después de un año, Bara-hime repentinamente le dice que debe irse. Shouka está atontado pero le dice que quiere que se quede y le dice que la ama. Durante ese año, Shouka le dijo palabras similares cientos de veces. Bara-hime le responde que aunque él si es alguien especial para ella, no puede quedarse con él. Ella le dice que no quiere que la vea partir. Shouka regresa corriendo a su casa sin mirar atrás. Para el amanecer, Hokuto y Shusui han regresado. Shusui entonces comenta que, gracias a su clarividencia, vio a Bara-hime sentada en un lugar. Al oír las palabras de Shusui, Shouka sale corriendo de la casa y encuentra a Bara-hime sentada en el mismo sitio en que la había dejado. Bara-hime le dice que no se acerque, pero Shouka corre hacia ella y se da cuenta de que está llorando. Ella dice que no podría ser su esposa y sabía que tenía que regresar, pero no pudo. Bara-hime no entiende por qué Shouka le dijo que la necesitaba si ella ya no podía usar su poder. Shouka le dice que la ama y la abraza. Bara-hime le dice a Shouka que ella deseaba que se casara con otra mujer para que ella pudiera ver a sus hijos, de otra forma ella estaría muy sola a causa de su inmortalidad. Shouka le dice que no se casará con nadie más y que se quede con él. Bara-hime finalmente accede. Poco después, ella le dice su verdadero nombre. Su hija nació tiempo después.


Epílogo

Cierto día, Shouka miraba con nostalgia esa bolsa de tela. Shou Taishi se la había dado antes de partir hacia la residencia de los Hyou. Al sacudirla, escuchó unos ruidos. Shouka creyó escuchar cierta disonancia en el sonido. Él decidió abrir la bolsa para ver qué había dentro. Dos trozos de papel cayeron entre las habichuelas. Al abrirlos, se dio cuenta de que tenían escrita la leyenda de “Bara-hime”. El final de una de las historias era familiar para Shouka: “Los dos vivieron felices por siempre”, y el otro era…

Shouka abrió la otra pieza de papel sin pensarlo mucho y se quedó conmocionado después de leerlo. Éste era su propio final a medias del cuento. La historia iba así:

Y el tiempo pasó…

Y un día, un hombre apareció frente a Bara-hime.

Él había superado numerosas barreras circundantes y encontró a Bara-hime. El hombre se enamoró de la princesa al momento de su encuentro. Y entonces, la liberó de sus cadenas y salió huyendo lejos con ella.

Bara-hime perdió su misterioso poder sin saberlo mientras el tiempo pasaba, pero al hombre no le importó.

Él seguía admirando a Bara-hime como siempre. Ella había encontrado la forma de quedarse con él. Cobijado por su amor, el capullo dentro del corazón de la princesa comenzó a florecer en silencio.

No mucho tiempo después, ambos se enamoraron y se casaron. Y entonces tuvieron una hija.

Su hija, sin embargo, estaba agobiada por una enfermedad. Habiendo perdido su poder para curar, Bara-hime descubrió que podía intercambiar su vida por la recuperación de su hija.

Bara-hime no lo dudó.

“…Sólo estoy convirtiéndome de nuevo en una rosa normal. Pero tú estarás siempre en mi corazón. Las espinas crecerán en mi cuerpo para que nadie pueda volver a encerrarme de nuevo. Cuando veas las espinas en las rosas, me recordarás. Esa será la prueba de mi amor por ti. Por favor, no olvides que te amaré eternamente. Tú también tienes que ser feliz –mi amo, ¡el que me trajo la felicidad! Mis espinas sólo se marchitarán por ti, hasta el fin de los tiempos.”

¡Era la declaración de amor de Bara-hime que superaba incluso el corto tiempo su existencia!

Éste era… otro final desconocido para Shouka. Siempre existían muchas versiones de finales para un cuento. Shouka no podía ignorar éste. De repente, escuchó la voz de su fallecida esposa.

“Shouka… esposo mío… Quiero repetir lo mismo. Aún sabiendo que éste es el precio por quebrantar la voluntad divina… aún así quiero hacerlo…”

Mirando a Shuurei con una fiebre muy alta, Bara-hime lloraba mientras veía a Shouka.

“He cometido un error. Y ahora el castigo ha caído sobre Shuurei. Pero Shouka… tú también me perdonarás, ¿o no?...”

Eso era… volver a quebrantar la voluntad divina.

“Shouka, tú siempre estarás en mi corazón en todo momento y dondequiera. Me diste amor y felicidad… Yo también espero con todo el corazón que seas feliz. Tú, que me diste tanta felicidad, ¡también tienes que ser feliz!”

¿Tal vez… el anterior “Lobo Negro” sabía que eso era una profecía? ¿Y Shou Taishi? ¿Y el Emperador!

Esa profecía tenía escasas oportunidades de volverse realidad, como si no se difundiera entre la gente sin importar el tiempo que pasara. Pero, ¿y si Shouka lo hubiera sabido? ¿Habría escogido el final de “y los dos vivieron felices por siempre”? Shouka miraba dormir profundamente a la pequeña Shuurei, suprimiendo la tristeza en su corazón con dificultad… ¡no lo habría hecho!

Aunque fuera la decisión equivocada, su esposa seguiría eligiendo a Shuurei sin importar cuántas veces pudiera repetir su decisión. Shouka igual.

El corto tiempo que pasó junto a su esposa, sin importar cuántas veces se le rompiera el corazón, Shouka seguiría viviendo por su hija.


Sen-Ichiya Después.


De regreso en la casa principal de los Kou, Shouka leía mientras estaba recostado. De pronto escuchó el llanto de su hija pero no se levantó. Luego de un rato, el llanto de la niña cesó con el sonido de la biwa de Reishin. Bara-hime preguntó a Shouka por qué ignoró a su hija siendo que estaba llorando. Shouka le responde que todo está bien porque Kurou es bueno con los niños. Entonces él le pregunta por qué ella tampoco se movió. Bara-hime responde que Kurou y Reishin siempre la ahuyentan cuando trata de acercarse a Shuurei. Reishin y Kurou tenían a Shuurei como rehén ya que Shouka no abandonaría la casa mientras Shuurei estuviera ahí. Shouka le dice que ellos deben estar preocupados por él ya que no había regresado a casa en mucho tiempo. Bara-hime pensó en lo diferente que ahora lucía en comparación del asesino que conoció. Finalmente comprendía por qué Shouka había dicho que quería descansar eternamente después de terminar con todo. Debía estar harto de hacer lo contrario a sus intenciones. Bara-hime le preguntó si eso era lo que él siempre había querido proteger. Shouka le dice que siempre quiso mostrarle esto a Shuurei y a ella, y le sugiere que vayan a escalar las montañas. Entonces se queda dormido. Era la primera vez que Bara-hime lo veía así. A veces, ella meditaba sobre la diferencia entre Shouka y Riou. Ella creía que Riou probablemente la liberaría cuando estuviera a punto de morir, pero Shouka lo había hecho el primer día de su encuentro. Esa era la brecha que existiría entre ellos para siempre.

Kurou entonces le pregunta si quiere ir a explorar las montañas, y Bara-hime acepta ir con todos. Kurou le entrega a Shuurei y Bara-hime la mira mientras duerme. En su mente, Bara-hime desea pasar más tiempo al lado de Shouka y su hija.

***

Fuente: http://community.livejournal.com/saiunkoku/382021.html

>Temas Relacionados - Gaiden 4 Sen-Ichiya Parte 1 - Gaiden 4 Sen-Ichiya Parte 2 - Gaiden 4 Suzuran no Saku Koro Ni


3 comentarios:

  1. que triste, pero esta muy bueno, por fin nos enteramos como fueron las cosas y nos dan pistas en lo que puede pasar en el futuro, como lo del pasaje de escape de la realeza y las espadas que de por si ya sabiamos que eran importantes, ahora sabemos que finalidad tienen.

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  2. Si, es realmente interesante esta historia porque termina con todas las especulaciones de como se conocieron ellos dos y de alguna forma nos revela detalles que ayudan a comprender la razon de que Bara-hime se quedara al final junto a Shouka.

    Como siempre, la autora guarda mucho material importante de la historia y lo publica en un gaiden, esperemos que saque otros más para resolver otras dudas inquietantes.

    Gracias por comentar. Chauss

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  3. Fue hermoso leer esto, siempre quise saber sobre su tiempo juntos y como se conocieron

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