jueves, 20 de octubre de 2011

Fanfic: "Manjuu Mágico" Capítulo 2

Título: "Manjuu Mágico"
("Manjuu Magic")
Autora: Moor
Traducido por Violet Raven

Resumen: Los tres Consejeros le imponen un reto muy especial al joven Emperador Ryuuki: Probar a su pueblo que él puede guiarlos y proveerlos tal como un padre... ¡y tiene que ayudarse de la consorte Kou! Ryuuki supera el reto... ¡Con el manjuu del amor!
Pareja: Principalmente Ryuuki x Shuurei y algo de Seiran x Shuurei y otros personajes principales.
Clasificación: T
Género: Romance y Humor.


***

-2-


DOS SEMANAS DESPUÉS DE QUE LOS CONSEJEROS INFORMARAN A RYUUKI SOBRE SUS ‘GRANDES EXPECTATIVAS’ DE ÉL –A mediados de mes


Un ministro, seguido de varios asistentes de menor rango, abordó a Seiran mientras éste realizaba su rondín por la Residencia Imperial esa tarde. Sorprendido, el guardia se detuvo frente al hombre. Las doradas fibras de seda de la túnica del ministro, brillaban como escamas a la luz del sol, y éste sonrió ampliamente y saludó a Seiran, como si fuesen viejos amigos.

“¡Ah! Seiran, qué suerte encontrarte por aquí –estaba pensando en ti.” Ronroneó el inquietante hombre, ajustando sus opulentas ropas.

“¿En qué puedo servirle, señor?” preguntó el guardia, cortésmente, aunque ya había adivinado las intenciones del hombre. El ministro sonaba casi tan sutil como un potro salvaje dentro del salón de una dama –o como los ancianos consejeros…

“Oh, me preguntaba si tú y la consorte Kou siguen en buenos términos –ella ha estado tan ocupada desde que llegó al Palacio, que nosotros, los ministros, creemos que apenas si reconoce a sus viejas amistades o si acaso tiene tiempo de visitar a su padre en los archivos.” Dijo con una voz afectada. Seiran le sonrió amablemente y esperó a que continuara.

“Es que, recientemente, han habido rumores de que ella y el Emperador se han vuelto cercanos, y los sirvientes han estado diciendo que se les ve muy activos por las noches…” insinuó el hombre, alejando la mirada brevemente antes de encontrarse con la ahora severa y fría expresión de Seiran. El ministro fisgón, vaciló frente a la mirada fulminante del guardia, tragando saliva varias veces tratando de decidir cuál de las dos opciones, pelear o huir, era más convincente.

Jugueteando con su bonete, uno de los jóvenes asistentes avanzó para pronunciar gentilmente, “Seiran, queremos saber si tú puedes confirmar si ellos están pasando las noches juntos –en verdad lo sentimos, no tenemos intenciones de entrometernos, pero no queremos hacernos falsas ideas. Esperar un heredero al trono que confirme y afiance el reinado del Emperador… y que eso termine decepcionando al pueblo. Ellos ya están bastante emocionados debido a la buena influencia de la consorte Kou sobre su Majestad. Estoy seguro de que tú entiendes la situación.” Finalizó el joven hombre, cautelosamente. Sus colegas se movían a sus espaldas, inquietos e inseguros de cómo reaccionaría el distinguido guardia. Uno de ellos, rápidamente elevó una plegaria a sus antepasados, rogando le perdonaran sus pecados y le dieran una cálida bienvenida, por si acaso encontraba una muerte prematura a manos de la impresionante espada del guardia.

Seiran miró por encima al temeroso grupo de hombres, y luego de un momento de reflexión, dejó salir un paciente y resignado aliento. Luego de tantos años de desasosiego, él comprendía bastante bien el motivo de su agitación, de hecho, no podía culpar a los ministros por mostrar cierta incertidumbre al enfrentarse con un evento político tan trascendental. Y Shuurei… ella no merecía que insulsos rumores ensuciaran su reputación. Ella era demasiado bondadosa para eso.

Relajando sus hombros, para alivio de los presentes, Seiran asintió.

“Estoy seguro que su Majestad y la consorte Kou son personas muy exitosas por sus propios logros, y que tienen planes para impresionar a todos a su debido tiempo.” Dijo él, interrumpiendo el siguiente y ansioso cuestionamiento del joven asistente. “Eso es todo lo que puedo confirmar. Tendrán que esperar al anuncio oficial a finales de mes para mayores informes. ¿Puedo ayudarlos en algo más?”

“¡No, gracias!”

Los improvisados inquisidores salieron huyendo hacia su oficina, para enterrarse en su trabajo –e indudablemente, en sus rumores –dejando a Seiran, quien sacudió levemente la cabeza con resignación. ‘Estamos a medio camino’ reconoció agradecido –‘dos semanas más de esto, y la paz y la tranquilidad volverán…’ sus pensamientos viajaron hacia su señorita y su Majestad y a la forma en que sus escaramuzas se convertían en fieras batallas de obstinación. Ambos eran personas apasionadas e impulsivas; ‘tal vez eso juega a su favor, sin embargo’, reflexionó él. ‘Definitivamente, Ryuuki necesita alguien que lo mantenga alerta (alguien además de los consejeros), y Shuurei –‘ él sintió que sus entrañas se revolvían lenta, pero exponencialmente –detuvo su traicionero orden de ideas, antes de que éste avanzara más de lo que debía.

Él prosiguió con sus rondines. Al pasar por la zona de los sirvientes, hizo una pausa, contemplando el jardín por un momento. Para su sorpresa, lo que vio fue a Ryuuki arrastrando a una reacia y agotada Shuurei hacia las cocinas. Ella lucía unas enormes ojeras a pesar del impecable maquillaje que llevaba y sus pesados pies apenas podían seguir el ritmo de la impetuosa marcha del Emperador.

“Su Majestad,” le suplicó ella, “es medio día -¿no podemos tomarnos un descanso?”

El joven sacudió la cabeza vigorosamente y con perseverancia. “No, Shuurei –la gente confía en nosotros, ¡no podemos decepcionarlos!”

“Ryuuki…” Seiran escuchó el ruego de la consorte mientras la pareja daba vuelta a la esquina, fuera de su vista.

“¡Es por el bien de nuestro pueblo, Shuurei! Además, en verdad lo estoy disfrutando, ¡y quiero aprender más, después!” declaró el dedicado joven.

Mientras los sirvientes se dispersaban, con las caras rojas, para esparcir las buenas nuevas del más reciente encuentro de la pareja real, Seiran suspiró. El hecho de que el Emperador tuviera tan escabrosas nociones en su cabeza, tales como estudios culinarios avanzados, le hizo temblar internamente.

El guardia imperial hizo una mueca al suponer que, sin duda alguna, el perímetro Imperial sería incinerado en cuestión de días si es que Ryuuki cumplía su deseo.

‘Y entonces, seré yo quien tenga que continuar con el linaje Imperial,’ se quejó el peliplateado, a modo de broma ‘¡si es que por accidente él mismo se incinera en el proceso!’

Esa incoherencia arrancó una sonrisa de sus labios mientras se alejaba, perdido en sus pensamientos. Y luego se detuvo en seco.

‘Espera un momento…’



Fuente: http://www.fanfiction.net/s/3596117/2/Manjuu_Magic

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