Nota aclaratoria: El siguiente texto es una traducción al español hecha de su original en inglés. Para mayores referencias, consultar la fuente que se cita al final.
Pensé que finalmente era hora.
“Deberías convertirte en el próximo Gobernador de la Provincia Sa… Rou Ensei.”
Dijo Sa Enjun, con un tono de voz suave, pero que al mismo tiempo no admitía negativas, mientras vigilaba mis estudios para el examen cuando yo tenía alrededor de 15 o 16 años.
Aunque yo estaba en shock, de alguna forma me convenció, de tal forma que antes de saberlo, ya había aceptado.
Y en un abrir y cerrar de ojos, ya habían pasado 10 años.
--- A veces creo que tal vez todo eso fue un sueño.
No sé si esos 10 años fueron largos o cortos. Pero cuando recibí la noticia de la muerte de Sa Enjun, por primera vez, conté los años con los dedos, y aturdido, reconocí cuánto tiempo había pasado. Y que el sueño había terminado.
Luego de la muerte de Sa Enjun, tarde o temprano, la familia Sa me removería por la fuerza del puesto como Gobernador. Cuando me di cuenta de esto… me sentí un poco aliviado.
Nunca imaginé que ser Gobernador fuera tan difícil. Nunca me negué a trabajar, ni tampoco quise escapar. Pero si, yo simplemente percibí que mi trabajo había llegado a su fin. No era necesario que yo siguiera siendo el Gobernador.
El décimo año que él había prometido a ciertos hermanos comerciantes se estaba acercando. Todo lo que restaba por hacer, era estar preparado para enfrentar abiertamente a la familia Sa, y llevar allí al siguiente Gobernador.
Después de eso--- seré libre.
“… Vas a regresar, ¿verdad?”
Cuando su ayudante le preguntó esto discretamente, el día que partió hacia Kiyou para regresar el haigyoku que simbolizaba la posición de Gobernador, Ensei no respondió.
Sólo se rió.
Y se puso en marcha para su viaje. Un viaje que, había decidido, sería el último que haría siendo Gobernador y oficial.
---Sin voltear a ver, ni una sola vez, a todos los oficiales que habían ido a despedirlo.
--Fue pura coincidencia que él colapsara frente a esta casa.
“…Umm, ¿dónde está ése lugar que Yuushun mencionó?”
Aunque no esperaba encontrarse con el calor extremo, él llegó a Kiyou de acuerdo con sus cálculos. Sin embargo, mientras luchaba día y noche con los asesinos enviados por la familia Sa, su mapa desapareció en alguna parte. Eso significaba que ahora todo en lo que podía confiar era en su memoria, la cual estaba entre las tres cosas menos fiables en la vida de Rou Ensei. Ya había olvidado lo que la mayoría de sus subordinados le habían dicho, y la información que recordaba no tenía mucho sentido. Por ejemplo---
(¿Qué significa: “Si te pierdes, ve a la ciudad y pregunta dónde vive el hombre enmascarado”…? ¿Qué quiso decir con un “hombre enmascarado”…?)
Independientemente de cuanto lo pensara, era imposible que un “hombre enmascarado” fuera capaz de llevarlo con el emperador.
“Umm… y otra cosa más… creo que era en el distrito Kou… oh, éste es el distrito Kou. Me pregunto si está cerca… Oh, tengo hambre… ¡Ooh! Una casa sin guardia en la puerta. Descansaré aquí un poco.”
En ese momento, Ensei vestía ropas sucias, llevaba el cabello revuelto y largo y una barba, tan desaliñado que incluso él mismo pensaría que lucía bastante sospechoso. Tomando en cuenta que ese distrito de los siete colores era donde habitaban los nobles y él había sido echado por tantos guardias que no había tenido oportunidad de buscar un lugar sombreado para descansar, encontrar una mansión que lucía casi en ruinas y no tenía guardias en la puerta, hizo que Ensei aprovechara la oportunidad para meterse bajo la sombra de la entrada. La sombra se sentía tan bien que, para olvidarse del hambre, Ensei simplemente optó por dormir.
---Él no supo cuánto tiempo transcurrió, pero una voz desesperada lo despertó.
“¡Oye, oye, despierta! No estás… No estás muerto, ¿o si? ¡Despierta!”
Cuando él despertó aturdido, sintió que algo era empujado contra sus labios, y el agua fresca se coló por su garganta.
---Antes de darse cuenta, Ensei bebió ansiosamente el agua hasta dejar vacío el tazón.
“… ¿Oh?”
“Q-qué alegría…”
Frente a él estaba una chica que lucía como si estuviera a punto de desplomarse y llorar.
Justo entonces, Ensei notó el pañuelo húmedo que había sido colocado en su frente…
Sin preocuparse por las circunstancias, su estómago gruñó extremadamente fuerte.
“…”
“…”
La chica, luego de mostrar algo de desconfianza hacia el extraño hombre-oso, jaló a Ensei de las mangas.
“No tenemos mucho, pero entra. Si tu intención es robarnos, no tenemos nada de valor, así que no te hagas esperanzas.”
Y así fue como la conoció, y luego de diez años, a ÉSE hombre.
(Esto se está poniendo un poco extraño)
Mientras corría por toda la ciudad de noche, Ensei jalaba su descuidada barba.
Se suponía que podría acceder al palacio habiendo conseguido un extraño trabajo siendo el asistente número 2 del Ministro de Finanzas Kou, y ahora podía acercarse libremente al palacio. A este paso, podría investigar las actividades del emperador o encontrar su recámara con mucha facilidad.
(El Ministro Kou… )
Ensei recordó al hombre que conoció inesperadamente cuando acompañó a Shuurei, y suspiró profundamente… En el momento en que se conocieron, él se quedó helado.
Por un momento, él no creyó que el amigo de su asistente, el “hombre enmascarado”, fuera el Ministro de Finanzas.
“… Rou Ensei, ¿dices?”
La voz del funcionario enmascarado cambió cuando Li Kouyuu los presentó. El Secretario Kei, quien estaba parado a un lado, también entrecerró los ojos.
Dado que la Provincia Sa estaba tan lejos, su cabello y su barba habían crecido bastante, así que él pensó que nadie lo reconocería si usaba su nombre real, pero de alguna forma, fue descubierto en el acto. Y por dos oficiales importantes.
(… Si, tendría que haber recordado algo más acerca de él que su máscara, pero…)
Él no quería darle molestias a nadie, así que a menos de que fuera absolutamente necesario, no tenía intención de pedirle ayuda al amigo de Yuushun. Era cierto que él era malo para escuchar concienzudamente lo que le habían dicho, pero aún así, ¿quién en éste mundo podría deducir que el hombre enmascarado era el Ministro de Finanzas Kou?
Atravesando la cálida y bochornosa noche, él se dirigió al centro de la ciudad, hacia donde las flores sólo florecen después de la puesta del sol, un barrio nocturno que atrae a la gente con sus placeres. Quizás era debido a la ola de calor que, pese a que las luces eran brillantes, muy poca gente estaba en las calles. Contrario a esto, las riñas se desarrollaban por doquier. La irritabilidad a causa del calor probablemente contribuía a esto—
“… Ya están aquí otra vez… Ugh, pero es mi culpa.”
Lo primero que notó fue un alboroto que ocurría frente a las puertas de una lujosa torrecilla, que no era menos esplendorosa que la de cualquier mansión de una familia de nobles. Vestían ropas sucias, eran altaneros y claramente se veía que eran unos palurdos, esos maleantes formaron grupos y estaban vociferando acerca de algo. Aparentemente, estaban reclamando que los dejaran entrar.
“… Cielos, ¿a qué vinieron aquí?”
Ellos habían sido contratados por la familia Sa para capturar a Ensei, pero quedaron deslumbrados con el glamour de la capital y perdieron el interés en su misión. Era de esperarse de una ciudad así.
Mientras Ensei masajeaba sus sienes, agarró su bastón de pelea.
---Después de un rato, gracias a su vulgaridad y obstinación, que ocasionaron disturbios, la líder anónima de la Casa Kouga, Kochou, finalmente llamó a sus subordinados y los maleantes de la Provincia Sa fueron atados y dejados frente a la puerta.
Se dice que si a ella le da la gana, con una sola sonrisa podría voltear al país entero. La cortesana número uno de Kiyou, Kochou, estrechó los ojos ante la escena.
“… ¿Mhh? Escuché que algunos idiotas de la Provincia Sa estaban llegando aquí, pero… si todos los días estamos atando exclusivamente a la gente de la Provincia Sa, debe existir una buena razón. Esta vez, parece que no tendremos que hacer nada… pero…”
Kochou miró a los maleantes, y sonrió conmovedoramente.
“Él tiene buenas habilidades. Quizás ni siquiera Ran-sama se le iguale.”
“… Ugh, ya amaneció. Hoy tampoco pude dormir suficiente.”
Al ir por ahí capturando a los matones de la Provincia Sa que estaban ocasionando problemas por doquier, Ensei veía el amanecer todos los días, provocándole una depresión extrema. Y no sólo eso, mientras regresaba a la residencia de Shouka, vio a dos niños durmiendo profundamente en lo alto de un gran árbol, y se sintió abatido.
(Ahh, los otros ladrones no son problema para mí pero, ¿qué hago con ellos…?)
Ensei había intentado atraparlos y enviarlos de vuelta a la Provincia Sa en incontables ocasiones, pero ellos persistieron en seguirlo durante el viaje, y escapaban una y otra vez. Ni el mismo Ensei podía igualar su rapidez con las piernas ni su percepción para el peligro, ya que fueron entrenados por su predecesor.
Por ahora, él no tenía tiempo para ocuparse de ellos, así que lo dejó por la paz e ingresó a escondidas a la residencia de Shouka. Viendo que las luces de la habitación de Shuurei aún estaban encendidas otra vez… su cara se tornó complicada.
Acercándose a la ventana mientras se aseguraba de no ser descubierto, apenas pudo distinguir una figura sentada en el escritorio. Él podía escuchar con certeza las páginas de un libro siendo hojeadas.
Ensei se rascó la cabeza toscamente y se sentó bajo la ventana.
--- Todos los días él observaba trabajar a Shuurei en el Ministerio de Finanzas. Sería raro no enterarse cuál era su mayor deseo.
Un sueño que nunca se cumpliría.
Igual que la luna se refleja en un lago, éste era un sueño que no podía ser alcanzado, sin importar lo mucho que extendiera su mano.
… Ella es una chica inteligente y muy realista. Él pensó que la palabra “quizá” probablemente ni siquiera se encontraba en un rincón de su mente. Ella sabía que eso nunca se haría realidad. Aún así—ella no puede evitar enterrarse en los libros. Aún sabiendo que la luna reflejada en un lago es inalcanzable, su deseo es tan fuerte que es inevitable para ella tratar de atraparla.
--- Convertirse en un oficial.
Ensei bajó la mirada suavemente.
Su corazón, que ya estaba decidido, se estremeció.
La luz que Ensei veía en ése cuarto todos los días, iluminaba su corazón.
Lo que ella deseaba, para lo que trabajaba diligentemente y que, aún así no podía poseer, Ensei lo tenía al alcance de sus manos.
… Algo que Ensei estaba a punto de echar por la borda sin ninguna contemplación.
Cuanto más tiempo pasaba al lado de Shuurei, más difícil se le hacía deshacerse de ello.
Habían pasado diez años. Su benefactor, Sa Enjun, había fallecido. Y él seguía pensando que ya era hora de dejarlo. A falta del jefe de la familia, los Sa entrarían en un período de caos. Su oficina ya estaba preparada para la batalla que se avecinaba. Y en último lugar, la persona más indicada para dirigirlos no debería ser un Gobernador que ni siquiera había pasado el examen regional.
Es tiempo de regresar lo que me fue dado. No es que esté mal… pero…
En algún lugar de mi corazón, escucho una voz que me dice que tal vez esté haciendo tirando a la basura algo que no debo.
“… Vas a regresar, ¿verdad?”
Él no pudo responder a los corazones de sus queridos amigos, y les dio la espalda.
El largamente ausente sonido del volver de las páginas.
El sonido que hacía a Ensei recordar a su antiguo yo, parecía estar preguntándole:
¿No estás olvidando algo importante?
--- Si no es así entonces, ¿por qué me siento culpable al oír éste sonido que representa un sueño doloroso…?
La luz en el cuarto de Shuurei se apagó en silencio.
Ensei miró el brillante azul del cielo matutino, y tomó un profundo, profundo respiro.
* * *
“Ensei, Ensei… ¡cielos! Eres muy travieso. Me pregunto en qué te convertirás en el futuro.”
En la lejanía, resonaban las suaves voces de sus hermanos.
“Está bien que seas el jefe de los demás niños, pero no puedes ser un oficial militar, es demasiado peligroso.”
“Si. No te pedimos que te quedes siempre en casa, pero no puedes hacer nada peligroso. Oye, estate quieto, te pondré algo de medicina.”
“En todo caso, sin importar cuánto lo piense, no eres adecuado para encargarte de los negocios familiares...”
“Ahh, pero Ensei es inteligente, así que cuando crezca, ambos podemos ser oficiales. Él es fuerte y amable, así que definitivamente es apto para eso.”
“¿Quieres volverte oficial conmigo?..." Cuando su segundo hermano mayor, y su favorito, gentilmente palmeó su cabeza, Ensei asintió con una gran sonrisa.
“¡Lo haré! Mi segundo hermano mayor es débil, y yo tengo que protegerlo. Los oficiales corruptos tienen muchos sirvientes malos, así que él puede estar en peligro. Por eso, me volveré un oficial de combate para ayudar a mi hermano.”
El mayor de sus hermanos presionó la mano en su frente, y sus hermanas mayores suspiraron con preocupación, pero Ensei sabía que ellos lo amaban mucho.
Su segundo hermano mayor se rió felizmente.
“Gracias, Ensei. Ja, ja, estoy orgulloso de ti, hermanito. Pero por ahora, juega mucho. Luego de un rato, leeremos libros juntos.”
Cuando él extendió la mano para tocar la mejilla de Ensei, hubo un sonido extraño. Cuando él miró hacia el piso, la cabeza de su hermano, con los ojos vacíos, estaba rodando en un charco de sangre.
El abrumador olor de la sangre. Un mundo teñido de rojo. En el goteante sonido del rojo, rodando como basura, su amada familia fue cortada en pedazos.
Tantas promesas que no pudieron cumplirse.
“Ensei…”
Él tenía la certeza de que su familia lo amaba por la forma que tenían de llamarlo. Las diversas voces que sonaban tan agradables, jamás volverían a ser escuchadas.
Ensei despertó. No había lágrimas en sus ojos.
Cualquiera que fuera el sueño que había tenido, desapareció.
Únicamente su corazón lloraba ante los vestigios de ése dulce y triste recuerdo.
Día tras día, Shuurei trabajaba incansablemente.
Ensei la miró fijamente, y dejó salir:
“Princesa, te esfuerzas mucho. ¿Te diviertes?”
“Si.”
Mientras que sonreía inconscientemente ante su respuesta inmediata, Ensei concentró sus sentidos detrás de él.
(… Aquí está él otra vez…)
Ensei se rascó las sienes, mientras sentía una presencia y una mirada que había estado percibiendo bastante seguido, recientemente.
Él sintió de inmediato que la mirada ahora se enfocaba en Shuurei. Él no percibía ninguna mala intención, y tampoco era como si él fuera a hacerle algo a ella, pero no cabía la menor duda de que era extremadamente sospechoso. Seiran le había pedido que cuidara a Shuurei, y también lo hacía por propia voluntad, y pronto descubrió la identidad de la persona e intentó confirmarlo con el Ministro Kou.
---El Ministro de Asuntos Civiles, Kou Reishin.
… Al girar su cuello se preguntó por qué una persona tan importante estaba rondando a Shuurei todo el día, todos los días, pero era obvio que era una persona sospechosa.
Pero el Ministro Kou, después de guardar silencio por cinco largos compases-
“… Imagina que es un mosquito. No importa cuántas veces le eches de aquí, regresará. Ignorarlo es el mejor plan. Si te metes con el de mala forma, serás maldecido por las siguientes 100 generaciones. Te puedo garantizar que no significa ningún peligro para Shuu.”
… Él nunca había visto al Ministo Kou ser tan tranquilo. Por el momento, él decidió confiar en la palabra del Ministro Kou y no interferir, pero… ¿Qué motivos tenía el Ministro Kou para hacer lo que estaba haciendo? La corte imperial es bastante misteriosa.
“¿Tu querías ser un oficial provincial? ¿Un oficial civil?”
Inesperadamente, él fue llevado de nuevo a la conversación.
“¿Decidiste renunciar a presentar el examen?”
Ante la mirada de Shuurei, él inconscientemente evitó sus ojos. No era que había decidido no hacerlo, más bien se saltó los procedimientos y se volvió Gobernador.
“Al final, sucedieron muchas cosas.”
(… Oh, si. Quería ser oficial provincial.)
Algo cruzó por su mente. Era cierto, mucho tiempo atrás, él quería…
En un instante, un sueño olvidado, regresó a él vívidamente.
“¿Quieres volverte oficial conmigo?”
Una dulce promesa que no fue cumplida… la recuerdo.
… Después de llevar a cabo mi venganza, ¿por qué quise convertirme en oficial de la provincia?
Trece años antes, después de matar al hombre que masacró a mi familia, con mis propias manos, quería recuperar lo que había abandonado.
Una promesa importante que parecía adherirse a mis manos manchadas de sangre.
(Pensé que yo sería el único que podría cumplir esa promesa)
Por eso tomé la mano de Sa Enjun. Empecé a hojear los libros y sujetar un pincel. Páginas que se suponía que tenía que estudiar con mi familia. Un camino que supuestamente seguiría detrás de mi hermano.
Reconstruir un camino roto.
--- Voy a cumplir esa promesa. Esta vez…
De ahora en adelante, yo protegeré a la Provincia Sa, el lugar en el que nací, donde yacen los preciados recuerdos del tiempo que pasé con mi familia. Para que nadie tenga que pasar por todo lo que yo pasé. Incluso siendo sólo yo, sin importar cuánto tiempo me tome—
Ser un oficial de la Provincia Sa.
Algún día, seguro.
(… ¡Fue por eso que yo…!)
Shuurei desvió la mirada de Ensei, y levemente miró hacia abajo.
“Todavía puedes hacerlo, incluso ahora.”
… Creí que dejaría de respirar.
Finalmente pude ver lo que estaba a punto de desechar.
Un deseo que era muy preciado para mí diez años atrás.
Un deseo tan fuerte que incluso me hizo batallar con los libros a los que no estaba acostumbrado hasta muy entrada la noche, todas las noches.
“Deberías convertirte en el próximo Gobernador de la Provincia Sa… Rou Ensei.”
Yo acepté esa absurda petición. El oficial provincial simplemente se volvió Gobernador. Incluso si era una excepción, si los peces gordos del gobierno central no quisieran protegerlo, entonces no había remedio. Es un gran salto, pero sabía que podría hacerlo.
Aún así, después de sólo diez años de ser Gobernador—¿estaba satisfecho, siendo capaz de mirar un poco hacia delante, pensando “mi deber se acabó”?
¿Pensar que, después de todo este tiempo, hacer el examen es pesado?
Qué arrogancia.
Pensar que el puesto como Gobernador que me cayó del cielo me pertenecía.
Tan pronto como supe que éste me sería arrebatado, traté de hacer todo a un lado.
Si mi yo del pasado lo oyera, sin duda patearía mi trasero.
Ensei alborotó el cabello de Shuurei. --- Ella era igual a él, cuando todavía tenía sueños.
“¿Tu querías ser un oficial provincial?”
… Si. Tanto que hasta se había encariñado con el discreto sonido de los libros.
¿Qué tal ahora?
“… Es verdad.”
Él tomó un profundo, profundo respiro.
Esos diez años pasaron como un sueño. Esa es la sensación que tengo porque en algún lugar de mi corazón, siento como si no me los hubiera ganado por mí mismo.
Un lugar que le fue prestado. Sin embargo, no era pasajero.
Es una realidad que puedo alcanzar, si lo intento… A diferencia de ella.
Lo pensaré. Hasta que el personal regrese al Ministerio de Finanzas. Hasta que vea al emperador. Mientras esté trabajando junto con esta chica, podré aclarar mi corazón.
“… Vas a regresar, ¿verdad?”
Encontrar una respuesta firme para corresponder a esas palabras, sin tener que escapar.
Ser capaz de sostener la mirada a los firmes ojos de esta chica.
“Yo también lo creo.”
Después pensé “¿Huh?”, ante lo que acababa de decir.
(… ¿En serio ya le respondí a ella?)
Oh, bueno, la comida de la Princesa es deliciosa, así que sólo un poco más. Me quedaré un poco más en este lugar.
* * *
Unos días después, inesperadamente Ensei se apareció en la habitación de Shouka.
“Umm, Shouka-san.”
“¿Si, Ensei-kun? ¿Ocurre algo?”
“… Umm, sé que esto no va conmigo pero, ¿puedo tomar prestados algunos libros y otras cosas para leer?”
Para Shouka no fue sorpresa. Él sonrió, y de inmediato tomó unos cuantos de los que estaban apilados por todas partes.
“Desde luego, puedes tomar los que quieras. Ese bastón para pelear va muy bien contigo, pero los libros también. Aquí tienes.”
Todos los libros que estaban a la mano eran sobre poesía, mi punto débil.
(… ¿Cómo lo supo…?)
Aún cuando retorció el cuello, Ensei aceptó agradecido los libros, y salió al jardín. Caminando bajo la serena luz de la luna, él se sentó a los pies de la habitación de Shuurei.
“… Está mal, mira aquí…”
La voz del Secretario Li se podía escuchar. Era el día de estudio que ocurría cada 4 días.
Creo que yo también debería tomar un receso para exterminar bandidos cada 4 días.
Dando un vistazo a los libros de poesía después de una eternidad, éstos le parecieron incomprensibles, y no pudo más que ausentarse de la realidad.
“Umm, ser un oficial de combate me sigue pareciendo bueno, de alguna forma.”
“… ¿De qué estás hablando? Haces una combinación tan rara, que supera a un cerdo usando perlas.”
“Qué grosero. Justo a tiempo. Oye, Seiran, si estás libre, ayúdame a estudiar.”
“¡¿Libre?! Aunque esté libre, ¿por qué debería ayudarte a estudiar?”
“¿Entonces a qué veniste?”
“No tengo tiempo, así que no puedo hacerte compañía.”
“Oh, si no entiendes éstos libros, sólo dilo. No se lo contaré a nadie.”
“Momento, insecto. ¿A quién le estás diciendo idiota?”
Mirando a un amenazante Seiran, Ensei sintió admiración… Realmente se ha vuelto emocionalmente expresivo. Enojarse así es signo de que está saludable.
“Dámelo… ¡¿Qué es esto?! Hasta un niño de cinco años podría entenderlo.”
“¿Qué estás diciendo? Yo no lo entiendo, y eso que tengo 26. En serio.”
“Eres realmente estúpido. ¿Qué parte de esto es incomprensible?”
Su mal lenguaje también era señal de salud. Especialmente tratándose de Seiran.
Le eché un vistazo al cielo nocturno que empezaba a parpadear.
Algún día, puede que añore el corto verano que pasé en esta casa, donde me desmayé por casualidad.
Y pensar que ése fue el momento en que encontré mi destino.'
Fuente: http://wanlily.livejournal.com/1467.html
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Natsu to Onigiri to Ougon no Chikai
(El verano, las bolas de arroz y un valioso juramento)
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* * *
Pensé que finalmente era hora.
“Deberías convertirte en el próximo Gobernador de la Provincia Sa… Rou Ensei.”
Dijo Sa Enjun, con un tono de voz suave, pero que al mismo tiempo no admitía negativas, mientras vigilaba mis estudios para el examen cuando yo tenía alrededor de 15 o 16 años.
Aunque yo estaba en shock, de alguna forma me convenció, de tal forma que antes de saberlo, ya había aceptado.
Y en un abrir y cerrar de ojos, ya habían pasado 10 años.
--- A veces creo que tal vez todo eso fue un sueño.
No sé si esos 10 años fueron largos o cortos. Pero cuando recibí la noticia de la muerte de Sa Enjun, por primera vez, conté los años con los dedos, y aturdido, reconocí cuánto tiempo había pasado. Y que el sueño había terminado.
Luego de la muerte de Sa Enjun, tarde o temprano, la familia Sa me removería por la fuerza del puesto como Gobernador. Cuando me di cuenta de esto… me sentí un poco aliviado.
Nunca imaginé que ser Gobernador fuera tan difícil. Nunca me negué a trabajar, ni tampoco quise escapar. Pero si, yo simplemente percibí que mi trabajo había llegado a su fin. No era necesario que yo siguiera siendo el Gobernador.
El décimo año que él había prometido a ciertos hermanos comerciantes se estaba acercando. Todo lo que restaba por hacer, era estar preparado para enfrentar abiertamente a la familia Sa, y llevar allí al siguiente Gobernador.
Después de eso--- seré libre.
“… Vas a regresar, ¿verdad?”
Cuando su ayudante le preguntó esto discretamente, el día que partió hacia Kiyou para regresar el haigyoku que simbolizaba la posición de Gobernador, Ensei no respondió.
Sólo se rió.
Y se puso en marcha para su viaje. Un viaje que, había decidido, sería el último que haría siendo Gobernador y oficial.
---Sin voltear a ver, ni una sola vez, a todos los oficiales que habían ido a despedirlo.
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--Fue pura coincidencia que él colapsara frente a esta casa.
“…Umm, ¿dónde está ése lugar que Yuushun mencionó?”
Aunque no esperaba encontrarse con el calor extremo, él llegó a Kiyou de acuerdo con sus cálculos. Sin embargo, mientras luchaba día y noche con los asesinos enviados por la familia Sa, su mapa desapareció en alguna parte. Eso significaba que ahora todo en lo que podía confiar era en su memoria, la cual estaba entre las tres cosas menos fiables en la vida de Rou Ensei. Ya había olvidado lo que la mayoría de sus subordinados le habían dicho, y la información que recordaba no tenía mucho sentido. Por ejemplo---
(¿Qué significa: “Si te pierdes, ve a la ciudad y pregunta dónde vive el hombre enmascarado”…? ¿Qué quiso decir con un “hombre enmascarado”…?)
Independientemente de cuanto lo pensara, era imposible que un “hombre enmascarado” fuera capaz de llevarlo con el emperador.
“Umm… y otra cosa más… creo que era en el distrito Kou… oh, éste es el distrito Kou. Me pregunto si está cerca… Oh, tengo hambre… ¡Ooh! Una casa sin guardia en la puerta. Descansaré aquí un poco.”
En ese momento, Ensei vestía ropas sucias, llevaba el cabello revuelto y largo y una barba, tan desaliñado que incluso él mismo pensaría que lucía bastante sospechoso. Tomando en cuenta que ese distrito de los siete colores era donde habitaban los nobles y él había sido echado por tantos guardias que no había tenido oportunidad de buscar un lugar sombreado para descansar, encontrar una mansión que lucía casi en ruinas y no tenía guardias en la puerta, hizo que Ensei aprovechara la oportunidad para meterse bajo la sombra de la entrada. La sombra se sentía tan bien que, para olvidarse del hambre, Ensei simplemente optó por dormir.
---Él no supo cuánto tiempo transcurrió, pero una voz desesperada lo despertó.
“¡Oye, oye, despierta! No estás… No estás muerto, ¿o si? ¡Despierta!”
Cuando él despertó aturdido, sintió que algo era empujado contra sus labios, y el agua fresca se coló por su garganta.
---Antes de darse cuenta, Ensei bebió ansiosamente el agua hasta dejar vacío el tazón.
“… ¿Oh?”
“Q-qué alegría…”
Frente a él estaba una chica que lucía como si estuviera a punto de desplomarse y llorar.
Justo entonces, Ensei notó el pañuelo húmedo que había sido colocado en su frente…
Sin preocuparse por las circunstancias, su estómago gruñó extremadamente fuerte.
“…”
“…”
La chica, luego de mostrar algo de desconfianza hacia el extraño hombre-oso, jaló a Ensei de las mangas.
“No tenemos mucho, pero entra. Si tu intención es robarnos, no tenemos nada de valor, así que no te hagas esperanzas.”
Y así fue como la conoció, y luego de diez años, a ÉSE hombre.
* * *
(Esto se está poniendo un poco extraño)
Mientras corría por toda la ciudad de noche, Ensei jalaba su descuidada barba.
Se suponía que podría acceder al palacio habiendo conseguido un extraño trabajo siendo el asistente número 2 del Ministro de Finanzas Kou, y ahora podía acercarse libremente al palacio. A este paso, podría investigar las actividades del emperador o encontrar su recámara con mucha facilidad.
(El Ministro Kou… )
Ensei recordó al hombre que conoció inesperadamente cuando acompañó a Shuurei, y suspiró profundamente… En el momento en que se conocieron, él se quedó helado.
Por un momento, él no creyó que el amigo de su asistente, el “hombre enmascarado”, fuera el Ministro de Finanzas.
“… Rou Ensei, ¿dices?”
La voz del funcionario enmascarado cambió cuando Li Kouyuu los presentó. El Secretario Kei, quien estaba parado a un lado, también entrecerró los ojos.
Dado que la Provincia Sa estaba tan lejos, su cabello y su barba habían crecido bastante, así que él pensó que nadie lo reconocería si usaba su nombre real, pero de alguna forma, fue descubierto en el acto. Y por dos oficiales importantes.
(… Si, tendría que haber recordado algo más acerca de él que su máscara, pero…)
Él no quería darle molestias a nadie, así que a menos de que fuera absolutamente necesario, no tenía intención de pedirle ayuda al amigo de Yuushun. Era cierto que él era malo para escuchar concienzudamente lo que le habían dicho, pero aún así, ¿quién en éste mundo podría deducir que el hombre enmascarado era el Ministro de Finanzas Kou?
Atravesando la cálida y bochornosa noche, él se dirigió al centro de la ciudad, hacia donde las flores sólo florecen después de la puesta del sol, un barrio nocturno que atrae a la gente con sus placeres. Quizás era debido a la ola de calor que, pese a que las luces eran brillantes, muy poca gente estaba en las calles. Contrario a esto, las riñas se desarrollaban por doquier. La irritabilidad a causa del calor probablemente contribuía a esto—
“… Ya están aquí otra vez… Ugh, pero es mi culpa.”
Lo primero que notó fue un alboroto que ocurría frente a las puertas de una lujosa torrecilla, que no era menos esplendorosa que la de cualquier mansión de una familia de nobles. Vestían ropas sucias, eran altaneros y claramente se veía que eran unos palurdos, esos maleantes formaron grupos y estaban vociferando acerca de algo. Aparentemente, estaban reclamando que los dejaran entrar.
“… Cielos, ¿a qué vinieron aquí?”
Ellos habían sido contratados por la familia Sa para capturar a Ensei, pero quedaron deslumbrados con el glamour de la capital y perdieron el interés en su misión. Era de esperarse de una ciudad así.
Mientras Ensei masajeaba sus sienes, agarró su bastón de pelea.
---Después de un rato, gracias a su vulgaridad y obstinación, que ocasionaron disturbios, la líder anónima de la Casa Kouga, Kochou, finalmente llamó a sus subordinados y los maleantes de la Provincia Sa fueron atados y dejados frente a la puerta.
Se dice que si a ella le da la gana, con una sola sonrisa podría voltear al país entero. La cortesana número uno de Kiyou, Kochou, estrechó los ojos ante la escena.
“… ¿Mhh? Escuché que algunos idiotas de la Provincia Sa estaban llegando aquí, pero… si todos los días estamos atando exclusivamente a la gente de la Provincia Sa, debe existir una buena razón. Esta vez, parece que no tendremos que hacer nada… pero…”
Kochou miró a los maleantes, y sonrió conmovedoramente.
“Él tiene buenas habilidades. Quizás ni siquiera Ran-sama se le iguale.”
“… Ugh, ya amaneció. Hoy tampoco pude dormir suficiente.”
Al ir por ahí capturando a los matones de la Provincia Sa que estaban ocasionando problemas por doquier, Ensei veía el amanecer todos los días, provocándole una depresión extrema. Y no sólo eso, mientras regresaba a la residencia de Shouka, vio a dos niños durmiendo profundamente en lo alto de un gran árbol, y se sintió abatido.
(Ahh, los otros ladrones no son problema para mí pero, ¿qué hago con ellos…?)
Ensei había intentado atraparlos y enviarlos de vuelta a la Provincia Sa en incontables ocasiones, pero ellos persistieron en seguirlo durante el viaje, y escapaban una y otra vez. Ni el mismo Ensei podía igualar su rapidez con las piernas ni su percepción para el peligro, ya que fueron entrenados por su predecesor.
Por ahora, él no tenía tiempo para ocuparse de ellos, así que lo dejó por la paz e ingresó a escondidas a la residencia de Shouka. Viendo que las luces de la habitación de Shuurei aún estaban encendidas otra vez… su cara se tornó complicada.
Acercándose a la ventana mientras se aseguraba de no ser descubierto, apenas pudo distinguir una figura sentada en el escritorio. Él podía escuchar con certeza las páginas de un libro siendo hojeadas.
Ensei se rascó la cabeza toscamente y se sentó bajo la ventana.
--- Todos los días él observaba trabajar a Shuurei en el Ministerio de Finanzas. Sería raro no enterarse cuál era su mayor deseo.
Un sueño que nunca se cumpliría.
Igual que la luna se refleja en un lago, éste era un sueño que no podía ser alcanzado, sin importar lo mucho que extendiera su mano.
… Ella es una chica inteligente y muy realista. Él pensó que la palabra “quizá” probablemente ni siquiera se encontraba en un rincón de su mente. Ella sabía que eso nunca se haría realidad. Aún así—ella no puede evitar enterrarse en los libros. Aún sabiendo que la luna reflejada en un lago es inalcanzable, su deseo es tan fuerte que es inevitable para ella tratar de atraparla.
--- Convertirse en un oficial.
Ensei bajó la mirada suavemente.
Su corazón, que ya estaba decidido, se estremeció.
La luz que Ensei veía en ése cuarto todos los días, iluminaba su corazón.
Lo que ella deseaba, para lo que trabajaba diligentemente y que, aún así no podía poseer, Ensei lo tenía al alcance de sus manos.
… Algo que Ensei estaba a punto de echar por la borda sin ninguna contemplación.
Cuanto más tiempo pasaba al lado de Shuurei, más difícil se le hacía deshacerse de ello.
Habían pasado diez años. Su benefactor, Sa Enjun, había fallecido. Y él seguía pensando que ya era hora de dejarlo. A falta del jefe de la familia, los Sa entrarían en un período de caos. Su oficina ya estaba preparada para la batalla que se avecinaba. Y en último lugar, la persona más indicada para dirigirlos no debería ser un Gobernador que ni siquiera había pasado el examen regional.
Es tiempo de regresar lo que me fue dado. No es que esté mal… pero…
En algún lugar de mi corazón, escucho una voz que me dice que tal vez esté haciendo tirando a la basura algo que no debo.
“… Vas a regresar, ¿verdad?”
Él no pudo responder a los corazones de sus queridos amigos, y les dio la espalda.
El largamente ausente sonido del volver de las páginas.
El sonido que hacía a Ensei recordar a su antiguo yo, parecía estar preguntándole:
¿No estás olvidando algo importante?
--- Si no es así entonces, ¿por qué me siento culpable al oír éste sonido que representa un sueño doloroso…?
La luz en el cuarto de Shuurei se apagó en silencio.
Ensei miró el brillante azul del cielo matutino, y tomó un profundo, profundo respiro.
* * *
“Ensei, Ensei… ¡cielos! Eres muy travieso. Me pregunto en qué te convertirás en el futuro.”
En la lejanía, resonaban las suaves voces de sus hermanos.
“Está bien que seas el jefe de los demás niños, pero no puedes ser un oficial militar, es demasiado peligroso.”
“Si. No te pedimos que te quedes siempre en casa, pero no puedes hacer nada peligroso. Oye, estate quieto, te pondré algo de medicina.”
“En todo caso, sin importar cuánto lo piense, no eres adecuado para encargarte de los negocios familiares...”
“Ahh, pero Ensei es inteligente, así que cuando crezca, ambos podemos ser oficiales. Él es fuerte y amable, así que definitivamente es apto para eso.”
“¿Quieres volverte oficial conmigo?..." Cuando su segundo hermano mayor, y su favorito, gentilmente palmeó su cabeza, Ensei asintió con una gran sonrisa.
“¡Lo haré! Mi segundo hermano mayor es débil, y yo tengo que protegerlo. Los oficiales corruptos tienen muchos sirvientes malos, así que él puede estar en peligro. Por eso, me volveré un oficial de combate para ayudar a mi hermano.”
El mayor de sus hermanos presionó la mano en su frente, y sus hermanas mayores suspiraron con preocupación, pero Ensei sabía que ellos lo amaban mucho.
Su segundo hermano mayor se rió felizmente.
“Gracias, Ensei. Ja, ja, estoy orgulloso de ti, hermanito. Pero por ahora, juega mucho. Luego de un rato, leeremos libros juntos.”
Cuando él extendió la mano para tocar la mejilla de Ensei, hubo un sonido extraño. Cuando él miró hacia el piso, la cabeza de su hermano, con los ojos vacíos, estaba rodando en un charco de sangre.
El abrumador olor de la sangre. Un mundo teñido de rojo. En el goteante sonido del rojo, rodando como basura, su amada familia fue cortada en pedazos.
Tantas promesas que no pudieron cumplirse.
“Ensei…”
Él tenía la certeza de que su familia lo amaba por la forma que tenían de llamarlo. Las diversas voces que sonaban tan agradables, jamás volverían a ser escuchadas.
Ensei despertó. No había lágrimas en sus ojos.
Cualquiera que fuera el sueño que había tenido, desapareció.
Únicamente su corazón lloraba ante los vestigios de ése dulce y triste recuerdo.
Día tras día, Shuurei trabajaba incansablemente.
Ensei la miró fijamente, y dejó salir:
“Princesa, te esfuerzas mucho. ¿Te diviertes?”
“Si.”
Mientras que sonreía inconscientemente ante su respuesta inmediata, Ensei concentró sus sentidos detrás de él.
(… Aquí está él otra vez…)
Ensei se rascó las sienes, mientras sentía una presencia y una mirada que había estado percibiendo bastante seguido, recientemente.
Él sintió de inmediato que la mirada ahora se enfocaba en Shuurei. Él no percibía ninguna mala intención, y tampoco era como si él fuera a hacerle algo a ella, pero no cabía la menor duda de que era extremadamente sospechoso. Seiran le había pedido que cuidara a Shuurei, y también lo hacía por propia voluntad, y pronto descubrió la identidad de la persona e intentó confirmarlo con el Ministro Kou.
---El Ministro de Asuntos Civiles, Kou Reishin.
… Al girar su cuello se preguntó por qué una persona tan importante estaba rondando a Shuurei todo el día, todos los días, pero era obvio que era una persona sospechosa.
Pero el Ministro Kou, después de guardar silencio por cinco largos compases-
“… Imagina que es un mosquito. No importa cuántas veces le eches de aquí, regresará. Ignorarlo es el mejor plan. Si te metes con el de mala forma, serás maldecido por las siguientes 100 generaciones. Te puedo garantizar que no significa ningún peligro para Shuu.”
… Él nunca había visto al Ministo Kou ser tan tranquilo. Por el momento, él decidió confiar en la palabra del Ministro Kou y no interferir, pero… ¿Qué motivos tenía el Ministro Kou para hacer lo que estaba haciendo? La corte imperial es bastante misteriosa.
“¿Tu querías ser un oficial provincial? ¿Un oficial civil?”
Inesperadamente, él fue llevado de nuevo a la conversación.
“¿Decidiste renunciar a presentar el examen?”
Ante la mirada de Shuurei, él inconscientemente evitó sus ojos. No era que había decidido no hacerlo, más bien se saltó los procedimientos y se volvió Gobernador.
“Al final, sucedieron muchas cosas.”
(… Oh, si. Quería ser oficial provincial.)
Algo cruzó por su mente. Era cierto, mucho tiempo atrás, él quería…
En un instante, un sueño olvidado, regresó a él vívidamente.
“¿Quieres volverte oficial conmigo?”
Una dulce promesa que no fue cumplida… la recuerdo.
… Después de llevar a cabo mi venganza, ¿por qué quise convertirme en oficial de la provincia?
Trece años antes, después de matar al hombre que masacró a mi familia, con mis propias manos, quería recuperar lo que había abandonado.
Una promesa importante que parecía adherirse a mis manos manchadas de sangre.
(Pensé que yo sería el único que podría cumplir esa promesa)
Por eso tomé la mano de Sa Enjun. Empecé a hojear los libros y sujetar un pincel. Páginas que se suponía que tenía que estudiar con mi familia. Un camino que supuestamente seguiría detrás de mi hermano.
Reconstruir un camino roto.
--- Voy a cumplir esa promesa. Esta vez…
De ahora en adelante, yo protegeré a la Provincia Sa, el lugar en el que nací, donde yacen los preciados recuerdos del tiempo que pasé con mi familia. Para que nadie tenga que pasar por todo lo que yo pasé. Incluso siendo sólo yo, sin importar cuánto tiempo me tome—
Ser un oficial de la Provincia Sa.
Algún día, seguro.
(… ¡Fue por eso que yo…!)
Shuurei desvió la mirada de Ensei, y levemente miró hacia abajo.
“Todavía puedes hacerlo, incluso ahora.”
… Creí que dejaría de respirar.
Finalmente pude ver lo que estaba a punto de desechar.
Un deseo que era muy preciado para mí diez años atrás.
Un deseo tan fuerte que incluso me hizo batallar con los libros a los que no estaba acostumbrado hasta muy entrada la noche, todas las noches.
“Deberías convertirte en el próximo Gobernador de la Provincia Sa… Rou Ensei.”
Yo acepté esa absurda petición. El oficial provincial simplemente se volvió Gobernador. Incluso si era una excepción, si los peces gordos del gobierno central no quisieran protegerlo, entonces no había remedio. Es un gran salto, pero sabía que podría hacerlo.
Aún así, después de sólo diez años de ser Gobernador—¿estaba satisfecho, siendo capaz de mirar un poco hacia delante, pensando “mi deber se acabó”?
¿Pensar que, después de todo este tiempo, hacer el examen es pesado?
Qué arrogancia.
Pensar que el puesto como Gobernador que me cayó del cielo me pertenecía.
Tan pronto como supe que éste me sería arrebatado, traté de hacer todo a un lado.
Si mi yo del pasado lo oyera, sin duda patearía mi trasero.
Ensei alborotó el cabello de Shuurei. --- Ella era igual a él, cuando todavía tenía sueños.
“¿Tu querías ser un oficial provincial?”
… Si. Tanto que hasta se había encariñado con el discreto sonido de los libros.
¿Qué tal ahora?
“… Es verdad.”
Él tomó un profundo, profundo respiro.
Esos diez años pasaron como un sueño. Esa es la sensación que tengo porque en algún lugar de mi corazón, siento como si no me los hubiera ganado por mí mismo.
Un lugar que le fue prestado. Sin embargo, no era pasajero.
Es una realidad que puedo alcanzar, si lo intento… A diferencia de ella.
Lo pensaré. Hasta que el personal regrese al Ministerio de Finanzas. Hasta que vea al emperador. Mientras esté trabajando junto con esta chica, podré aclarar mi corazón.
“… Vas a regresar, ¿verdad?”
Encontrar una respuesta firme para corresponder a esas palabras, sin tener que escapar.
Ser capaz de sostener la mirada a los firmes ojos de esta chica.
“Yo también lo creo.”
Después pensé “¿Huh?”, ante lo que acababa de decir.
(… ¿En serio ya le respondí a ella?)
Oh, bueno, la comida de la Princesa es deliciosa, así que sólo un poco más. Me quedaré un poco más en este lugar.
* * *
Unos días después, inesperadamente Ensei se apareció en la habitación de Shouka.
“Umm, Shouka-san.”
“¿Si, Ensei-kun? ¿Ocurre algo?”
“… Umm, sé que esto no va conmigo pero, ¿puedo tomar prestados algunos libros y otras cosas para leer?”
Para Shouka no fue sorpresa. Él sonrió, y de inmediato tomó unos cuantos de los que estaban apilados por todas partes.
“Desde luego, puedes tomar los que quieras. Ese bastón para pelear va muy bien contigo, pero los libros también. Aquí tienes.”
Todos los libros que estaban a la mano eran sobre poesía, mi punto débil.
(… ¿Cómo lo supo…?)
Aún cuando retorció el cuello, Ensei aceptó agradecido los libros, y salió al jardín. Caminando bajo la serena luz de la luna, él se sentó a los pies de la habitación de Shuurei.
“… Está mal, mira aquí…”
La voz del Secretario Li se podía escuchar. Era el día de estudio que ocurría cada 4 días.
Creo que yo también debería tomar un receso para exterminar bandidos cada 4 días.
Dando un vistazo a los libros de poesía después de una eternidad, éstos le parecieron incomprensibles, y no pudo más que ausentarse de la realidad.
“Umm, ser un oficial de combate me sigue pareciendo bueno, de alguna forma.”
“… ¿De qué estás hablando? Haces una combinación tan rara, que supera a un cerdo usando perlas.”
“Qué grosero. Justo a tiempo. Oye, Seiran, si estás libre, ayúdame a estudiar.”
“¡¿Libre?! Aunque esté libre, ¿por qué debería ayudarte a estudiar?”
“¿Entonces a qué veniste?”
“No tengo tiempo, así que no puedo hacerte compañía.”
“Oh, si no entiendes éstos libros, sólo dilo. No se lo contaré a nadie.”
“Momento, insecto. ¿A quién le estás diciendo idiota?”
Mirando a un amenazante Seiran, Ensei sintió admiración… Realmente se ha vuelto emocionalmente expresivo. Enojarse así es signo de que está saludable.
“Dámelo… ¡¿Qué es esto?! Hasta un niño de cinco años podría entenderlo.”
“¿Qué estás diciendo? Yo no lo entiendo, y eso que tengo 26. En serio.”
“Eres realmente estúpido. ¿Qué parte de esto es incomprensible?”
Su mal lenguaje también era señal de salud. Especialmente tratándose de Seiran.
Le eché un vistazo al cielo nocturno que empezaba a parpadear.
Algún día, puede que añore el corto verano que pasé en esta casa, donde me desmayé por casualidad.
Y pensar que ése fue el momento en que encontré mi destino.'
Fuente: http://wanlily.livejournal.com/1467.html
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