martes, 25 de mayo de 2010

VOLUMEN 16 Capítulo 2 (2/2)

Nota aclaratoria: El siguiente texto es una traducción al español hecha de su original en inglés. Para mayores referencias, consultar la fuente que se cita al final.


SAIUNKOKU 16
Capítulo 2
La capital sacudida
Parte 2/2
Posteado por Charmian
Traducido por Violet Raven

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“’Te confío la corte a ti’, fue como si Ou Ki-sama fuera el Emperador, jejeje.”
Después de la reunión de altos oficiales, Anju iba caminando detrás de Ou Ki. Incluso al entrar al estrecho camino que servía de atajo hacia la Cancillería, él todavía iba siguiéndolo. Notando que el entorno se había quedado extrañamente tranquilo, Ou Ki suspicazmente volteó hacia Anju.
“… Anju, ¿retiraste a todas las personas de ésta área a propósito? ¿Quieres apuñalarme hasta morir? Has estado pegado a mi, sediento de sangre. ¿Eres un patito? Si tienes algo que decirme, sólo dilo.”
“¡¿Un patito?! Ou Ki-sama, solo tú me tratarías como a un patito. Eehh, sería fabuloso haber sido un pequeño pato. Porque el papá pato no se quejaría sin importar cuánto lo siguiera.”
“Probablemente no.”
“Es que si no lo hago así, no podría hablar contigo, Ou Ki-sama. Porque estás demasiado ocupado.”
Anju recargó bruscamente la espalda contra un árbol ligeramente inclinado. Su sonrisa no era la más alegre del día, y sus siempre cambiantes ojos marrón ahora tomaron un color mucho más sombrío de lo normal.
“… Ahh, ahh, ¿qué es eso de que Ou Ki-sama va a ir a la Provincia Kou? Eso fue un desacierto. Yo estaba esperando que el Emperador saliera gritando ‘Yo iré’ y no fuera capaz de hacer nada, así su popularidad caería aún más bajo.”
“Yuushun ya está aquí. Él no permitiría una estupidez así. Yo también lo detendría. Porque eso no sería útil.”
“Lo se –si él decía ‘Yo iré’, eso por sí mismo habría estado mejor. Porque habría sido demasiado estúpido. Pese a esto, él te encomendó, Ou Ki-sama, delante del público. Eso estuvo mal, pensé. Sin importar lo preocupado que estuvieras, Ou Ki-sama, los problemas específicos hicieron que te contuvieras de ir bajo tu propio riesgo, pero a causa del deber, has creado una razón legítima para ingresar a la Provincia Kou. Ya me esperaba esto. Además, no importa cuánto me queje, tú no darás marcha atrás a tu decisión.”
Anju seguía de mal humor, y no intentó buscar los ojos de Ou Ki, ni siquiera una vez. Ou Ki puso cara de preocupación.
“… ¿Tanto te opones a que vaya a la Provincia Kou?”
“… Aunque te responda, te irás de todas formas.”
Después de una pausa, Anju, mientras suspiraba, levantó una hoja roja del suelo, y la presionó contra sus labios. Así, la mirada de Anju, más oscura que lo usual, lentamente se giró hacia Ou Ki. Su soñolienta sonrisa, como miel derretida, se tiñó de una mezcla de elegancia y dulce malicia.
“… Si no estás aquí, Ou Ki-sama, puede que haga algunas travesuras.”
“¿En serio? ¿Como cuáles?”
“Eh, ¿como cuáles? Uhhh, varias cosas, para remover del camino a los que estorban a Ou Ki-sama.”
“¿Qué? ¿No es eso lo que estás haciendo ahora? Muy bien. Hazlo.”
Él había aceptado fácilmente. Ou Ki dio unos pasos cuidadosos, como no queriendo pisar las hojas del suelo, y dio un paseo tranquilo. Anju fingió no notarlo, mirándolo fijamente de reojo. Difícilmente existía alguien que viera a Ou Ki pasear con este estilo. Hubiera sido aún mejor que nadie lo supiera, pero desafortunadamente las cosas no fueron así.
“Tú estás bajo mis órdenes. Asumiré la responsabilidad.”
Por un instante, la cara de Anju se tornó ambivalente. Aunque al parecer estaba contento, esa no era la respuesta que él hubiera deseado. Su expresión era incierta, pues ni él mismo sabía la clase de respuesta que quería. Desde los viejos tiempos, Anju había puesto esa cara de vez en cuando. Como una mariposa errante, sus ojos buscaban algo desconocido aún para él.
A veces, cuando las mariposas negras aparecían junto a Anju, Ou Ki sin miramientos, narraba la historia de las mariposas errantes que transportaban las almas.
Al final, él probablemente concluía con la frase: ‘Pero las mariposas tampoco saben en realidad lo que hay en esa tierra.’
Notando la mirada de Ou Ki, Anju evitó sus ojos. Él habló con un tono de voz deliberadamente animado.
“… Si, si. Entonces, aunque tú no estés aquí, Ou Ki-sama, esperaré un poco. Aunque habría sido fácil para él dejar la capital como hizo en el verano, esta vez, todo estará bien incluso si es Ou Ki-sama quien se va. Pensándolo bien, podría ser más interesante. Aunque tú no tomes parte, parece que las cosas resultarán a mi manera.”
No obstante, la cara de Anju no parecía contenta en absoluto.
“… Oye, Ou Ki-sama. El Emperador no es bueno. Desde la guerra entre los príncipes hasta ahora, el Emperador Senka y el Primer Ministro Shou le han servido todo en bandeja de plata, y al último, llegó a este nivel.”
Anju murmuró mientras daba vueltas alrededor de una hoja roja, como si quisiera recobrar el ánimo.
“Aunque la situación fuera tal que, sin importar lo idiota que fuera, hubiera escuchado lo que se le aconsejaba, las cosas habrían salido bien. A pesar de que es inteligente, sabe usar una espada, y es digno de lástima, es un gobernante incompetente. Ignoró los consejos de Kouki, y al final, no previno la plaga de langostas. Entonces, todos los oficiales que habían trabajado a su ritmo lento y constante, se enfadaron… La Cancillería y la nobleza provincial, especialmente, siempre han estado pendientes de ti, Ou Ki-sama. Ah, pero hoy el Emperador lo hizo muy bien. Se quedó callado, por lo que hoy ha sido más útil de lo que jamás ha sido. Gracias a eso, la discusión rápidamente siguió y siguió.”
Hubo un sonido estrujante. Anju calmadamente trituró la hoja roja que había en su mano y la tiró.
“Dentro de poco, llegará la oportunidad perfecta. Yuushun también ha regresado. Así, Ou Ki-sama, ya no quedará nadie fuera del escenario. Hay personas que te esperan… Por favor, no los traiciones.”
Sus ojos ahora estaban desprovistos de un solo fragmento de sonrisa, y sus últimas palabras fueron susurradas con singular monotonía.
Eso podía interpretarse como que si él los traicionaba, lo asesinaría, o podría escucharse como que todo estaría bien incluso si Ou Ki los traicionaba. Él no sabía la razón. Anju sabía, por ejemplo, que si él fuera a traicionar a Ou Ki, Ou Ki no lo mataría. Sin embargo, a Anju no le gustaba eso. Tenía la sensación de que siempre había estado diciendo que preferiría ser asesinado si lo traicionaba. Por eso, aún cuando a él no le importaba si Ou Ki fuera a traicionarlo, pero si eso ocurriera, él esperaba la misma compensación que si Ou Ki no lo traicionaba. Así era como sonaba. Parecía que en realidad sólo había una cosa que Anju buscaba. No importaba si se trataba de traicionar o confiar, o de quién fuera la persona. Anju siempre había vivido así. Lo que si era seguro, es que Anju esperaba un increíblemente alto precio de parte de la otra persona. Si éste no era pagado, todo se perdería. [ver notas].
“Por favor, no los traiciones.”
Una vez más, Anju susurró esto con voz ronca. Como una sirena atrayendo a los marineros a la destrucción con una bella melodía. En realidad, todos aquellos que escuchaban la voz de Anju habían sido destruidos. Con muy pocas excepciones. Sin embargo, los había. Ahora mismo, Ou Ki era uno de ellos. En el futuro, no obstante, era incierto si él sería uno de esos. ¿El futuro? Ou Ki sonrió pensando en esto. Aunque él fuera una de esas excepciones, no habría tiempo suficiente para apreciarlo.
En alguna parte, se escuchó el sonido de un ave batiendo sus alas.
“-Si, entiendo.”
Ou Ki respondió con voz serena. Como tranquilizando a un niño inocente.
Hubo un instante de serenidad. Las hojas caídas hicieron un ruido, y el primero en bajar la mirada fue Anju.
“¿Por qué? Estaba esperando esa respuesta. Si eso pasa, creo que mis deseos también se cumplirán. Pero si tú, Ou Ki-sama, te conviertes en Emperador… ¿entonces yo…? ¿Yo seré más feliz que ahora?”
Él murmuró esto como un niño que es abandonado.
Antes de que Ou Ki pudiera responder, Anju dejó el árbol donde estaba recargado, tan rápido que fue de improviso. En silencio, puso sus manos alrededor del cuello de Ou Ki. Éstas estaban tan frías como el hielo. En un instante, toda expresión se ausentó del rostro de Anju.
“… A veces me pregunto. Aunque un mundo sin ti sería tedioso… si no estuvieras aquí, yo viviría con más libertad, más a mi antojo. No tolero lo que me ata, sin importar lo que esto sea. Es por eso que a veces quiero arrugarte como una hoja de papel, y arrojarte al basurero, arrojarlo todo –y ponerle fin a todo.”
Los dedos de Anju de pronto se llenaron de fuerza. Muy pronto, la presión se hizo tan fuerte, que uno no podía descartarlo como una broma. Al momento en que las cejas de Ou Ki saltaron reflexivamente, una sola pisada quebrantó la paz del lugar.
“… Oye, es suficiente, Anju. Vuelve a trabajar ahora mismo. O vas a morir.”
La voz de Son Ryouou era grave y sonora, pero también más seria de lo usual, y el humo que le era tan familiar a Ou Ki llegó flotando a sus alrededores. Mientras masticaba su pipa, Son Ryouou acercó sus pasos. Aunque aparentaba caminar distraído, no hubo ningún sonido, aún cuando estaba pisando las hojas caídas. A pesar de que sin duda estaba ahí, lucía como si estuviera caminando en otro mundo. Si frente a Anju se comportaba como una elegante bestia, ahora Son Ryouou era el rey de las bestias. Sin importar cuán peligroso pudiera ser un animal, al enfrentarse con él, no tendrían opción más que retirarse. De todas formas, ya sea que huyeran al verlo, o se retiraran de mala gana, lo hacían.
Anju era claramente el último. Al momento de ver a Ryouou, puso una cara terriblemente indignada. Ryouou se detuvo. Aunque a simple vista quedaba alguna distancia, eso dejaba a Anju un rango de ofensiva. Después de asegurarse a sí mismo una posición en la que no pudiera impedir su ataque, Ryouou expulsó el humo de su boca. También podía ser visto como el suspiro de un niño actuando. Sin embargo, en ese momento, Ryouou no estaba bromeando.
“Ya has fastidiado lo suficiente a Ou Ki. Cuando estés en tus cabales otra vez, ve y haz lo que tienes que hacer. Tampoco eres lo suficientemente idiota para buscar pelea conmigo. Ah, bueno, pero jugaré contigo cuando quieras.”
Anju suspiró, como un niño cuya trastada ha sido descubierta. Su gesto era exactamente igual al de su yo normal.
“… Si, si. Entiendo. Volveré al trabajo. Ah, por favor no se preocupen por el clan Hyou. Estarán tan ocupados que no se meterán en el camino de Ou Ki-sama. Los peones también se han incrementado… Pero, muy pronto, esa vieja loca del clan Hyou habrña servido a su propósito. ¿Será de gran utilidad para Ou Ki-sama al final?”
Las cejas de Ryouou saltaron, pero él no dijo nada. De hecho, no sabía qué decir. Mientras se regodeaba en sus planes, Anju se fue, con su cabello meciéndose en cascada.
Mientras Ryouou miraba hacia la dirección en que Anju había desaparecido, dejó que el humo se dispersara al viento. Ou Ki no volteó.
“… Oye, Ou Ki.”
Él sintió que Ou Ki estaba sorprendido. Al parecer, había adivinado que estaba enfadado. Eso era correcto.
Ryouou se aproximó a Ou Ki, tan rápido que su movimiento pareció instantáneo, y sin decir nada, dejó caer su puño en la cabeza de Ou Ki. Con este despiadado golpe repentino, Ou Ki vio chispas en sus ojos. Él no hubiera imaginado que, llegado a sus cincuenta años, terminaría siendo golpeado por alguien. Puesto de mal humor, Ou Ki gritó furioso a Ryouou:
“¡¿Me estás golpeando aún cuando te supero en rango?! ¡¿Qué vas a hacer si mis sesos se salen de mi cabeza y abandono este mundo?!”
“¡Cállate, idiota! Ahora que Jin no te está protegiendo, empiezas a bajar la guardia. De no haber venido, en serio que habrías dejado este mundo. ¡Despierta, imbécil! ¡Si hubieras ido y muerto encima de mí, eso sería un problema!”
“¡Ya, ya lo sé!”
“¡Si, claro! ¡Si enviaste a Jin al clan Hyou! No puedo protegerte las 24 horas los 7 días de la semana como en los viejos tiempos. Aunque, si dejara de ser el Ministro de Asuntos Civiles, otra cosa sería. Aún así, he podido relajarme porque Jin te estaba protegiendo.”
“El único que podía ir es Jin. Y también, el único que podía hacerlo. –Y éste es el único momento.”
Ryouou abrió la boca mientras miraba las hojas caídas.
“… Anju acaba de decir que Ruka es inservible. Y tú dijiste que éste es el único momento. -¿Mandaste a Jin al clan Hyou por ese motivo?”
Él no dejó pasar eso en silencio. Silenciosamente, lo confirmó. Dejarlo ir, sólo en un momento como éste.
“… Si.”
“¿De veras? Entiendo… entiendo.”
Ryouou sólo dijo eso. En vez de no advertirle, Ryouou le avisó a Ou Ki ‘Voy a fumar’, y una vez más, llenó de tabaco su pipa. Ou Ki no le prohibió fumar como usualmente lo hacía. Hubo un sonido de una piedra chocando.
“… Bien, entonces. Pero, Ou Ki… algún día Anju te matará.”
No. Él tenía el presentimiento de que no sería ‘algún día’, sino que ese momento llegaría muy pronto.
Anju había volado lejos de Ou Ki en innumerables ocasiones, pero cada vez, había vuelto. Pese a afirmar que odiaba a Ou Ki, trabajaba para él. Y, de vez en cuando, intentaba matarlo. Ryouou no entendía para nada esto.
“Tú tienes tus razones para dejar a Anju a tu lado. Sólo que… es cierto… ¿no tiene él una forma de pensar distinta a la tuya?”
Después del silencio, él abrió la boca. Las ráfagas de viento ocasionaron que los bellos arcillos en sus oídos se sacudieran, haciendo un agradable sonido metálico.
“Definitivamente, pese a todo, Kouki nunca me traicionaría, pero Anju es diferente. Sin embargo, si algún día fuera a matarme, probablemente –“
En alguna parte, se escuchó el sonido de un ave batiendo sus alas.
Un repentino ventarrón sopló, y la copa del enorme árbol se balanceó.
De pronto, advertido por esto, Ryouou se quedó absorto en el árbol y el ave por un momento. Era un ave grande y blanca.
Aunque Ryouou no alcanzó a oír las palabras de Ou Ki, no pidió que se las repitiera. Habría estado bien si se tratara de algo que le hiciera feliz escuchar, pero si no, sería desagradable. Además, Ou Ki nunca se retractaba de sus palabras.
Él podía escuchar el sonido de los pasos de los guardias a lo lejos acercándose. Probablemente iban hacia allá porque Kouki estaba preocupado.
La cara de Ou Ki se transformó, de la tranquilidad cuando estaba tratando con un viejo amigo, a su cara habitual como un alto oficial.
A veces Ryouou se preguntaba si la manera en que estaba viviendo en ese castillo, junto con Ou Ki, era parte del sueño de alguien.
Él y Ou Ki sobrevivieron a esa batalla, y esa vez, él no imaginó que ambos llegarían a los cincuenta años.
“Ahora que lo pienso, ya pasaron los años. Para los dos.”
“… Si. Vivir tanto tiempo. Como sea que lo mire, quiero ver un mundo mejor. A partir de ahora, veremos si lo que hizo Hien –fue inútil o no.”
Ante el nombre de Hien, Ryouou entrecerró los ojos y echó una mirada a la silueta cansada de Ou Ki.
Había algo que él deseaba, tanto como para separarse de su amada hija única.
Y no sólo Ou Ki. Todos lo deseaban, y ahora, estaba ahí.
Mirando hacia un futuro distante, más de lo que ellos amaban.
… Eso también terminaría pronto. Ryouou esperaba que acabara bien. Con el mínimo de daño posible.
“Cuando dijiste que tú mismo irías, recordé a esa jovencita esa vez de la Provincia Sa. ¿Ella te inspiró? Si esa jovencita del Gyoshidai estuviera aquí ahora, sería la primera en decir que iría.”
Ou Ki no confirmó esa afirmación, pero tampoco la negó.
Qué mal, murmuró Ryouou.

… Luego de que Ou Ki abandonara el lugar acompañado de un guardia, Ryouou se quedó holgazaneando por ahí. Sopló el humo y después miró hacia uno de los árboles. Había un hombre ahí que, al igual que Ryouou había llegado presuroso hacia Ou Ki, había venido a proteger a Ou Ki. Aunque Anju y Ou Ki no lo notaron.
“… ¿Qué te parece si sales? En realidad, estuviste espléndido, pero a esa distancia, yo soy mejor. Me enteré de ti por Jin. Aunque te escondas, no tiene caso… Muéstrame tu cara y déjame agradecerte, Kou Shouka.”

***

Kouyuu iba rápidamente todos los días al Palacio Shoukei, localizado en una parte de la Residencia Imperial. El Palacio Shoukei era el sitio que el Gyoshidai había escogido como lugar de confinamiento para Yuri-hime, e incluso después de que Kou Shouka juró fidelidad, Ki Kouki no la liberó como rehén del clan Kou. Shouka y Yuri acordaron que por el momento, no la sacarían a la fuerza. Pese a que Kouyuu seguía suspendido, podía ir al Palacio Shoukei bajo el pretexto de cuidar a su madre adoptiva. Con la ayuda de Seiran, Suou y Jyuusan-hime, era fácil reunir información acerca de la corte, y después de que Shuurei se fue al clan Hyou, Kouyuu había estado concentrado casi todos los días en reunir diversas piezas de información, usando el Palacio Shoukei como base.
“Ah, aquí tienes, Kouyuu-san. Traje los registros de hoy de la sesión matutina de la corte.”
Cuando él entró a la habitación de siempre, Suou y Seiran levantaron la cabeza. Al parecer, ese día, Kouyuu era el último en llegar.
“Gracias, es muy útil. Primero déjame revisarlo.”
Viendo que las reuniones de la corte también eran parte de las obligaciones del Gyoshidai, Suou, como agente, podía revisar con libertad los registros de las sesiones de la corte. El día de hoy, además, al tomar el informe y echarle una ojeada, como estaba previsto, quienes habían conducido la reunión habían sido en su mayoría Ou Ki y Son Ryouou.
“¿Qué es esto? Ou Ki-san y el Ministro de Asuntos Militares se llevaron la mejor parte. –Después de eso, el Primer Ministro Tei. De cualquier forma, hoy el Emperador estuvo especialmente mal. Lo que él dijo más o menos fue ‘lo dejo a tu parecer, Primer Ministro Tei’, ¿eh?”
“… Es porque el derecho para comandar a la milicia fue entregado por completo a Ou Ki-dono. No hay nada que hacer al respecto. Desde el momento en que su majestad cedió toda la autoridad concerniente a la plaga de langostas a Ou Ki-dono, pensé que esto pasaría. Si él le hubiera entregado toda autoridad respecto al problema de las langostas no a Ou Ki-dono, sino a Yuushun-sama, entonces creo que la historia sería distinta…”
“… ¿Eh? Ah, ¿en serio? ¿Es porque así Ou Ki-san estaría bajo las órdenes del Primer Ministro Tei?”
En ese caso, Yuushun seguiría reteniendo la autoridad final, y le prestaría temporalmente a Ou Ki el derecho de mando sobre la milicia. Él no tendría el mando completo del ejército. Con ese simple hecho, la impresión que se daría sería enteramente diferente. Sería irremediable. Se dice que las negociaciones interpersonales son cuestión de experiencia. Sin embargo, Ryuuki había pasado su infancia casi sin ver a la gente, y posteriormente, Kouyuu había terminado dirigiendo todo.
“¿Ni siquiera el clan Kou puede hacer algo contra las langostas?”
“… Así parece. Yuri-san también dijo que era imposible hacer algo en el caso de las langostas. Hasta ahora, parece ser que el clan Ki, los principales servidores de los Kou, manejaban los asuntos relacionados con las langostas… No sé mucho acerca del clan Ki. Además, hace varias décadas desde la última vez que las langostas se presentaron en la Provincia Kou. Shouka-sama y los demás tampoco tienen ninguna experiencia en eso. Solamente nos queda confiar en el Gyoshidai y en Ou Ki-dono. Shouka-sama también debe habérselo dicho a la familia… Aunque con eso, la popularidad de Ou Ki-dono ha ascendido vertiginosamente.”
Ante estas últimas palabras, Seiran frunció el ceño. Kouyuu enfocó la vista en otro punto de la reunión.
“… ¿Kei Na-sama está muerto? Y el Gobernador provisional es Ouyou Gyoku… ¿Yuushun fue quien lo nominó?”
Kouyuu bajó los ojos como deliberando un momento, y miró el nombre de Ouyou Gyoku.
“… Gracias al cielo que Yuushun-sama nombró a Ouyou Gyoku como Gobernador de la Provincia Heki. Si no lo hacía, tarde o temprano él presentaría su renuncia a su majestad y regresaría a la Provincia Heki. El Secretario Ouyou… Suou, ¿qué noticias hay acerca del otro asunto relativo a la Provincia Heki que te pregunté?”
Suou sentía bastante simpatía por Kouyuu porque él lo llamaba por su propio nombre. Suou abrió otro manuscrito.
“Si, lo investigué casi todo. Como lo previste, desde este verano, los oficiales del clan Heki han renunciado, pero aún quedan unos cuantos.”
Eso bastó para que Seiran se diera cuenta de algo. Él miró a Kouyuu y luego murmuró ‘Como pensaba’.
“Ya lo verifiqué usando los contactos que tengo entre los ex oficiales de reserva. –Parece que desde este verano, el clan Heki tanteó el terreno intentando dejar la corte para observar la situación. Pero dado que el Secretario Ouyou y el hijo del líder, Heki Hakumei, no se movieron, la mayoría de ellos quedaron confundidos y no hicieron nada. –Pero, ¿por qué? ¿Habrá alguna razón misteriosa?”
“Si. Es claramente extraño. Mucho.”
Seiran entrecerró los ojos, y su cara decía que aunque le estaba respondiendo a Suou, estaba pensando en algo más.
“El clan Heki es igual que Tantan-kun ahora. –No son un clan muy listo.”
“¡En serio que no has cambiado!”
Kouyuu movió los ojos de un lado al otro. A decir verdad, Kouyuu había concluido lo mismo.
“Me gustaría decir que hablan demasiado, pero de todas formas, así están las cosas. Los Heki usualmente son una familia que mantiene distancia de la política. También son terribles para las negociaciones políticas. A pesar de eso, el que ellos hayan dado la orden de retirar a sus oficiales inmediatamente y observar la situación viendo que la reputación del Emperador empeoró velozmente este verano… es demasiado inusual. Principalmente, no imagino al clan Heki reuniendo información detallada sobre el Emperador y la corte, y tampoco tienen oficiales en esa clase de posiciones.”
Aunque el clan Heki y sus sirvientes monopolizaban los puestos relacionados a las artes y ceremonias, en el centro político casi los únicos que estaban eran Ouyou Gyoku y Heki Hakumei en la administración civil. Él había notado que había algo extraño en Heki Hakumei. Probablemente ambos habían recibido la orden de retirarse.
“Naturalmente, yo también pensé que había algo extraño acerca del Secretario Ouyou. Alguien ha estado proporcionando información acerca de la corte a la familia Heki. Tal vez los hilos están siendo jalados detrás de escena. Es por eso que pese a desobedecer a los Heki, sus amos, ellos se quedaron.”
“Ah, um, ¿así que esto es similar a lo ocurrido con los oficiales Kou? ¿Hay un sujeto que filtró información y estaba intentando hacer que los oficiales Heki regresaran a casa? ¿Así que el clan Kou fácilmente hizo que todos dejaran de asistir a la corte y todos fueron despedidos, pero el clan Heki no se dejó engañar por eso?... ¿Entonces el clan Kou no queda como el más bobo?”
Kouyuu no pudo decir nada. Ante la mirada fría de Seiran, él parecía estar llenándose de lagunas.
Realmente, Shin Suou había golpeado despiadada, franca y directamente todos los puntos débiles.
“Ah, em, en otras palabras, incluso siendo así ahora, es provechoso que Yuushun-sama nombrara a Ouyou Gyoku gobernador… En las condiciones actuales, lo único que podía retener al Secretario Ouyou es ser Gobernador de la Provincia Heki.”
Si el Secretario Ouyou hubiera presentado su renuncia entonces, los oficiales Heki que habían estado dudando hasta ahora al ver que él no se movía, habrían regresado a la Provincia Heki en masa. Aunque difícilmente había oficiales Heki involucrados en asuntos claves del gobierno central, el problema era que su renuncia se interpretaría como que el clan Heki había abandonado al Emperador. Si eso pasaba casi al mismo tiempo que el conflicto con los Kou, eso habría sido un duro golpe. Kouyuu estaba sinceramente agradecido con el Secretario Ouyou y Heki Hakumei.
Seiran se puso la mano en la barbilla. Si las Ocho Familias de los Colores fueran a retirarse pronto, representaría un colapso.
“El clan Ran, el clan Kou, y enseguida el clan Heki… Y la sincronía es perfecta... Hay un sobresaliente y astuto zorro.”
“… Seiran, me preocupan más las tres casas restantes. Ya sea que se trate de una casualidad o sea planeado… restan tres familias desagradables. Especialmente la familia Kou (Amarillo). Viendo el informe de la corte, recientemente el Ministro Kou casi no ha dicho nada.”
Seiran miró la figura de Kouyuu… Finalmente parecía que su razonamiento normal, el cual había sido la causa para que lo nombraran ‘el talento más sobresaliente de la corte’, estaba de vuelta. Ya que Reishin no estaba ahí, entonces los méritos de Kouyuu eran inconfundiblemente privilegiados.
“El clan Kou (Amarillo), a diferencia del clan Heki, usualmente monitorea los movimientos de la corte. La red de información del clan Kou es del más alto nivel, aún entre las Ocho Familias. Actualmente, me preocupa que, misteriosamente, estén callados incluso bajo las circunstancias hoy día. Es como si esto estuviera dentro de sus expectativas.”
Suou inclinó la cabeza. Si los dos clanes militares, los Koku y los Haku, se salían de control, sería grave, pero él no conocía mucho sobre del clan Kou.
“¿A qué te refieres con tres familias desagradables? De los Koku y los Haku lo entiendo, pero los Kou controlan a los comerciantes, ¿verdad?”
“… Si. Pero el clan Kou tiene un apodo especial. Por ejemplo, los clanes Koku y Haku son ‘guerreros’.”
La Provincia Kou (Amarillo) era conocida como la sede del comercio, y fue ahí donde la Cofradía de Mercaderes se inició. Pese a ser la más pequeña de las provincias, junto con la Provincia Heki, dado que era un punto estratégico donde se reunían constantemente las caravanas de mercaderes de todas las provincias, su poder económico rivalizaba con el del Kiyou. Expertos comerciantes reunidos y enormes cantidades de dinero y gente se movían a través de su territorio. Quienes manejaban todo eso era el clan Kou. Sin embargo, ellos también tenían otra faceta.
“-El otro nombre del clan Kou es ‘comerciantes de guerra’.”
‘Comerciantes de guerra’ que emergían vendiendo armas donde la esencia de la guerra estaba presente. Esa era la verdadera forma del clan Kou. En tiempos de guerra, el clan Kou rápidamente se transformaba en vendedores de información, y ese era el motivo del por qué habían permanecido en silencio hasta ahora.
“Ya que el clan Kou ha dado pasos relativamente ágiles, tal vez alguien de la corte los haya contactado.”

Después de que Suou volvió a su trabajo en el Gyoshidai, Seiran miró a Kouyuu con los brazos cruzados.
“… Kouyuu-dono, antes dijiste que había sido de ayuda, pero, ¿qué opinas del Primer Ministro Tei?”
Kouyuu cerró su ojo izquierdo y miró a Seiran con el derecho. Al parecer, Seiran ya había ingresado a Yuushun en su lista de ‘zorros astutos’ que tenía en la mira. Eso era comprensible. Kouyuu, cuidadosa y honestamente respondió.
“Su trabajo como Primer Ministro es impecable. De eso no hay duda.”
“¿Por el bien de quién? ¿Es en beneficio de su Majestad?”
“… ¿Qué puede ser? He estado pensando esto desde el inicio. Si lo ves, hay algunas cosas extrañas.”
Kouyuu estrujó su orbe con el ‘lirio’ grabado. Había algo que él podía hacer en lugar del Emperador.
“He considerado algunas cosas… Cuando llegue la oportunidad, tengo la intención de ir a ver a Yuushun-sama.”

***

“… Son Ryouou-dono, hasta este momento, me había burlado y reído de esa vieja anécdota de que en tus años de juventud te habías enfrentado contra el Emperador Senka, el General Shiba y el General Sou al mismo tiempo, y cruzado espadas con ellos en igualdad. Me disculpo por no creerlo. No pensé que el ‘Sabio de la Espada’ del clan Son, servidores del clan Koku, que había estado extraviado por algunas décadas, estaría trabajando como oficial civil en un sitio como este.”
Después de que Ryouou lo llamó, hubo una pausa. La presencia, lenta y silenciosamente se coló entre la arboleda, como un tinte que se expande a través de un lienzo blanco y puro. Ryouou alejó la mirada, molesto ante estas últimas palabras.
“¿Qué? ¿Qué es eso de ‘Sabio de la Espada’? Soy un simple plebeyo ordinario. No tengo ninguuuuna relación con el clan Son de los Koku.”
“Si fueras un plebeyo ordinario, es imposible que sintieras mi presencia. Tenía la intención de regresar en secreto.”
Ryouou contempló a Shouka, quien salió de entre la arboleda. Él estaba al tanto de que él era el actual ‘Lobo Negro’, pero estaba sorprendido de verlo con sus propios ojos. Y eso era porque siempre lo había visto holgazaneando en los archivos.
(… Aunque, creo que sería más fácil para Ou Ki si Kouki y Anju también fueran así de perezosos…)
Por una razón u otra, en esa generación, existía mucha gente retorcida que ocultaba muchas cosas, no sólo una o dos excentricidades… Tal vez era porque habían nacido en una brecha entre épocas. Esa había sido una era en la que en los giros de la marea, muchas cosas que más valía no ver, fueran empujados frente a los ojos de una despiadadamente. En ese tiempo, Ryouou ya era un adulto. Sin embargo, Shouka y Anju eran niños. Era completamente diferente.
“Vamos a olvidarnos de lo que vimos aquí. Eso te prometo, amo del clan Kou… ¿Por qué has venido aquí?”
Shouka miró en la dirección por la que Ou Ki se fue con una expresión complicada en el rostro.
Era como si hubiese visto a través de Ou Ki y tratara de traer a la memoria los recuerdos de alguien más.
Ryouou pensó que, considerándolo bien, quizás Shouka nunca había hablado con Ou Ki. Normalmente, Ou Ki estaba escoltado por alguien, así que casi no había oportunidad para que aquellos como el encargado de los archivos, se acercaran a él. Aún cuando quisiera hablar con él, mirarlo de lejos era lo mejor que podía hacer. Pero tratándose del jefe del clan Kou, las cosas eran distintas.
“Ahora mismo, ellos dos no se parecen. La hermana mayor de Ou Ki era hermosa. Hasta que él tuvo veinte años, existía un leve parecido, sin embargo. –Oye, Kou Shouka. ¿Por qué te arrodillas frente a ese niño?”
Shouka se dio vuelta hacia Ryouou con sobresalto.
“¿Te disgusta que haya ofrecido a su Majestad el sello y la lealtad del clan Kou?”
“Más bien lo encuentro misterioso. Tú también debes haberlo notado. Ese niño ni siquiera es un gobernante. –Entonces me gustaría preguntarte lo opuesto. ¿Por qué piensas que Ou Ki no será adecuado?”
Lo que sucedía ahí sería totalmente olvidado. Es por eso que Shouka decidió responderle también.
“… Entonces, te responderé honestamente. No me incliné frente a Ryuuki-sama pensando si es o no un gobernante adecuado. Esa puede ser la naturaleza del clan Kou. Me incliné frente a Ryuuki-sama porque así lo quise. Nosotros difícilmente nos inclinamos ante nadie. Entonces, hasta en esas raras ocasiones, no calculamos pérdidas ni ventajas. Para el clan Kou, el amor y la lealtad son lo mismo. Antes que importarme si es adecuado como gobernante, etc. creí que era necesario protegerlo, y aunque fuera ese solo hecho, encontré que es valioso servir a Ryuuki-sama.”
Ryouou miró desde arriba a Shouka como si la venda se le hubiera caído de los ojos. Así que eso era. Él sintió que comprendía las inexplicables acciones del clan Kou, que hasta este momento habían sido un misterio para él. Ryouou sonrió con regocijo.
“… ¿Mhhh? Eso es magnífico. Me gusta. Especialmente eso de no considerar ganancias o pérdidas. Pero proteger, ¿qué significa exactamente? Dijiste que no te importa si él tiene o no lo necesario para ser Emperador. ¿Quieres decir que pretendes proteger el trono de Ryuuki-sama hasta el final, aunque sea un gobernante estúpido? ¿O a Ryuuki-sama?”
Las preguntas de Ryouou eran agudas, despiadadas y daban en el centro de la cuestión. Magníficamente. Él podía desviarlas apropiadamente, pero luego de pensarlo un poco, decidió contestar honestamente. Después de esto, Shouka vería qué tan lejos iban a llegar Ou Ki y Son Ryouou, y lo mismo haría Ryouou. Ambos simplemente lo estaban plasmando en palabras.
“A Ryuuki-sama. A toda costa, ahora.”
“¿Ahora?”
“Ou Ki-sama puede desempeñarse mejor como gobernante. Eso lo reconozco. Es popular, tiene experiencia y fuerza de voluntad. Además siempre está pensando en este país. Mirando a Ryuuki-sama, él probablemente no puede evitar sentirse impaciente. Si es ahora, probablemente el daño será menor. Eso también lo sé. Seré el aliado de Ryuuki-sama hasta el final, pero lo que quiero proteger es a él, no su trono. Pero-“
Shouka inclinó la cabeza y vio a Ryouou con una mirada perpleja. Era como si estuviera tratando de digerir algo impreciso dentro de sí. Al final, eso no tomaría forma. Sin embargo, por primera vez Shouka había plasmado con palabras lo que siempre había pensado en lo más profundo de su mente inconsciente.
“… Pero, si llegara el momento en que Ryuuki-sama pudiera encontrar lo que le falta, tengo el presentimiento de que sería mejor gobernante que Ou Ki-dono… Si ése día llega, o si llegará a tiempo, es otro asunto.”
De pronto, la mirada de Ryouou se endureció, como si se llenara de intenciones asesinas.
“… ¿Oho? ¿Ese jovencito más adecuado que Ou Ki? ¿Cómo? ¡Dime!”
“No, en cuanto a ‘¿Cómo?’, en este momento él no lo es, así que no tengo forma de decírtelo. Es algo así como una sospecha.”
“Este sujeto. ¿Con que haciéndote el tonto? Interesante. Te he tomado simpatía, ¡así que vuélvete nuestro aliado!”
“¡¿Qué?! ¡No digas incoherencias! ¡¿No te he dicho que es imposible?!”
Era molesto. No obstante, francamente, aunque ambos eran enemigos ahora, a él también había comenzado a agradarle. Ya fuera entre los nobles o la facción del examen imperial, o entre los oficiales civiles o militares, Son Ryouou era respetado y estimado.
“Hmp, si Anju estuviera aquí, te mataría, sin duda alguna.”
“Contigo es diferente, pero si tuviera que enfrentarme a Anju, yo soy más fuerte, así que estaría bien.”
“-Ah, me siento aliviado. Protege al Emperador. Del mismo modo en que viniste directamente a proteger a Ou Ki, nosotros no queremos asesinar al joven Emperador. Tal como temes, si Ou Ki muriera ahora, sería algo irreversible. La guerra estallaría en este país. Los partidarios de Ou Ki están dispersos por todo el país, y han empezado a ocupar posiciones importantes en cada lugar. No bromeo. La guerra no es nuestro verdadero objetivo. Haremos que él abdique al trono. Hasta entonces, protege a tu joven señor.”
Eso fue lo que él declaró.
Los delgados ojos de Shouka, que traían consigo una perturbadora presencia, entonces se abrieron.
“… tú lo has dicho.”
“Si. Y he sido yo quien lo dijo. No Ou Ki, no lo olvides.”
Ryouou volcó su pipa con un fluido y elegante ademán, y dejó caer la ceniza.
“… Siempre he deseado ver el país de Ou Ki. Cuando cierro los ojos, puedo ver la clase de lugar que sería, limpio y claro. Pero, ¿tú alguna vez has deseado ver el país de Ryuuki-sama? ¿Puedes imaginarlo?”
“…”
Shouka no pudo decir nada. Incluso en un momento tan crucial. Eso por sí mismo era una respuesta. Ryouou sonrió.
“Nosotros esperamos. ¿No es cierto eso? El único que desperdició tanto tiempo por su propio beneficio y luego traicionó todas las expectativas, fue ese muchacho. Las langostas son sólo una parte de la cuenta. De aquí en adelante vendrán más. ¿Ese joven tiene la firmeza para pagar cada una de ellas y formar un camino hacia un país más grande que el de Ou Ki? Te diré esto, si él huye esta vez porque está sufriendo igual que como lo hizo la vez que huyó hacia la Provincia Ran, -será el fin.”
Antes de que Shouka pudiera decir algo, la expresión de Ryouou se suavizó.
“… Te agradezco desde el fondo de mi corazón por venir a proteger a Ou Ki. El tener a alguien como tú de ese lado, es una gran ayuda.”
Aunque amable, hubo una ráfaga de severidad repentina. En otras palabras, la conversación se había terminado.
Ambos comprendieron eso.
Aunque había seguido continuado y continuado, la efímera –y también ficticia era de paz estaba llegando a su fin.
…Muy pronto, el telón se levantaría, ya fuera para un `principio, o un final.

Notas:
Anju y su ‘precio’: Este es un pasaje muy confuso, y de antemano me disculpo si he cometido algún error. Es algo confuso lógicamente, de cualquier forma.



***

Fuente: http://yuzutea.net/log/2010/05/book-16-chapter-2-part-2/


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1 comentario:

  1. Muchisimas gracias por esta página. He estado pegada leyendo hace días.
    En estos momentos y en este punto de la historia sólo me pregunto por Shou Taishi... ese viejo maldito está muy silencioso y conociendo sus artimañas eso me parece muy sospechoso.

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