martes, 1 de junio de 2010

VOLUMEN 16 Capítulo 4 (2/2)

Nota aclaratoria: El siguiente texto es una traducción al español hecha de su original en inglés. Para mayores referencias, consultar la fuente que se cita al final.

SAIUNKOKU 16
Capítulo 4
Cadenas de oscuridad azul
Parte 2/2
Posteado por Charmian
Traducido por Violet Raven

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***

Él escuchó en algún lado un pequeño gimoteo, parecido a un sollozo.
Aunque distorsionado, era un pequeño sollozo. El abanico vibró.
Shuuei conocía esa voz. Cansada, adolorida, triste. Aunque ella avanzó con todas sus fuerzas mientras miraba hacia atrás, pensó que ya era irremediable. Su pecho estaba cansado. Se sentía forzada a gritar. Ella ya estaba despareciendo. Y pensó que estaría bien que desapareciera. Por favor, espera un poco más.
Porque ella podía seguir adelante un poco más.
“-¡Shusui-dono!”
Al gritar tan fuerte, él se percató de que esta era la primera vez que él le había gritado desde que llegó ahí. Él lamentó esto.
Habría sido mejor que la llamara por su nombre, porque no importaba si era inútil o no.
La voz cesó.
Después de un momento vacío, el cual pudo ser largo o corto, Shuuei sintió como si fuera arrojado en algún sitio. “Kanshou”, en su cadera, se sacudió aún más. Hasta Shuuei podía distinguir que la clase de oscuridad que ahí acechaba era enteramente distinta de la que había en los Cien Pasadizos. Él creyó haber oído un sonido al momento de ser arrojado. Era una desagradable, confusa y profunda oscuridad, la cual se sentía como si penetrara en cada poro de su cuerpo. Era una sensación de odio y opresión que cortaba la respiración, él se sentía repugnantemente mareado, como si sufriera anemia, y le zumbaban los oídos. El sudor brotó por todo su cuerpo.
Ella había estado en un lugar así. Por mucho tiempo.
Él tomó una postura defensiva y se incorporó, y primero buscó a Shusui. El espacio, que era tan abierto que le recordaba la sala del trono, estaba coloreado con una extraña pero hermosa luz azul pálida. En medio de éste, ahí estaba Shusui, que yacía desplomada como flor marchita, y un hombre alto. Él estaba mirando apenas a Shusui. Entonces, con un elegante ademán inapropiado para el escenario, empuñó una espada. Su objetivo era ese esbelto cuello. Su intención era cortarle la cabeza.
Shuuei corrió hasta que estuvo a diez pasos de distancia.
Enseguida, acortó sus pasos. Ésta era una clase de caminata que rara vez usaba, incluso contra Jin. Él sabía que “Kanshou”, en su cadera, estaba desprendiendo calor. No obstante, Shuuei lo ignoró. Él sentía que una vez que la empuñara, incluso contra alguien que no fuera Shusui, algo terminaría. Sacando su habitual espada de “lirio”, se deslizó por la abertura. Él evitó la espada del sujeto antes de que ésta lo golpeara, y contrarrestó su ataque.
Más que sorprenderse, el hombre frunció ligeramente el ceño. Su acción ligeramente se asemejaba a la de un niño que se enfada cuando un intruso interrumpe su juego. Shuuei siguió atacando con su deslumbrante esgrima, y en un parpadeo, alejó al hombre de Shusui. Para ser capaz de recibir el golpe de la espada de Shuuei era magnífico, pero su destreza no excedía a la de Shuuei, y su fuerza era casi la misma que la de Seiran. Aunque claro que era fuerte, él no se igualaba a Shuuei cuando éste se ponía serio. al parecer, el hombre también se dio cuenta de esto. Su cara se volvió cada vez más malhumorada, y con un ademán similar a una danza, puso distancia entre Shuuei y él mismo.
Shuuei también retrocedió su espada por un momento, y finalmente observó bien la cara del sujeto. Era un poco mayor que Shuuei. Él percibió que él no era un asesino como las “Muñecas Asesinas”, y de alguna forma, tampoco era integrante del clan Hyou. Tenía ojos similares a los de un gato, largo y abundante cabello ondulado, y unas bellas y elegantes facciones, aunque de alguna forma una decadente y lánguida atmósfera lo rodeaba.
Él nunca había visto a este hombre. Y aún así, sentía que sus facciones le recordaban a alguien conocido.
“… Tienes un buen brazo, Ran Shuuei. Espléndido. Te alabo.”
Ruka descendió ágilmente. Ella fijó sus ojos en el hombre, y sus labios rojos se relajaron. Era una sonrisa sublime. No era irónica ni nada por el estilo, era un rencor suficientemente fuerte que lo hacía a uno preguntarse cómo es que ella podía sonreír tan seductoramente por la ira.
“… Ya imaginaba yo que vendrías, ¿pero viniste buscando a Shusui aquí? Tú eres un estratega que siempre toma medidas para asegurarse. Ran Shuuei, córtale la cabeza enseguida. Con eso, la mitad de mis problemas se resolverán.”
“¡¿Huh?!”
El hombre miró sucesivamente a Shusui, Shuuei y Ruka, y su expresión de pronto cambió. Él entrecerró sus ojos de gato y rió entre dientes.
“Qué cosa tan ruin has dicho. No tengo oportunidad de ganar contra Ran Shuuei. Qué mal. Me voy a casa.”
Esas fueron las primeras palabras que el hombre pronunció.
Balanceando sus espadas, el hombre dio vuelta sobre sus talones y desapareció, como si se fundiera en la azul oscuridad. Su partida fue tan incierta, que Shuuei fue incapaz de distinguir si había usado magia, o si había una salida por ahí.
Ruka chasqueó la lengua.
“… Es irremediable. Al menos pude confirmarlo. Con esto… lo he comprendido.”
Shuuei no le preguntó sobre esto, o cuál era el nombre del sujeto. Probablemente no se lo diría.
“… Te agradezco por traerme hasta aquí… ¿Y bien?”
Shuuei se dio vuelta de nuevo hacia Ruka. Se levantó dando la espalda a Shusui, como protegiéndola. Ruka no miró a Shuuei, sino a Shusui, que estaba detrás de él, tirada ahí inmóvil. Con una expresión indiferente. Sin embargo, también parecía interesada observándola.
“… Ya he utilizado demasiado poder por tu culpa. El tiempo se acaba… Ran Shuuei, te daré un buen consejo. No pienses en llevarte a Shusui contigo. Deberías matarla cuanto antes con ‘Kanshou’.”
“¡¿Qu-?!”
“Con Shusui en esas condiciones, tarde o temprano será poseída por algo maligno. Las mujeres del clan Hyou son los mejores recipientes. Mientras siga viva, los seres que normalmente sólo pueden mover a una persona muerta, pueden abalanzarse sobre ella. Su fuerza vital será devorada desde adentro, y luego matará a cualquier humano que está a su alcance, y se los comerá… Hazle las cosas más fáciles.”
Después, Ruka desapareció en una espiral nebulosa.
En el lugar, que había regresado a una calma casi escalofriante ahora que ya no había nadie, Shuuei se dio vuelta para dirigirse hacia Shusui. Al sostener a Shusui, que estaba tirada a un lado cual flor deshojada, sus blancos brazos se desplomaron hacia abajo como los de una muñeca. Ella tenía pulso, y aunque la temperatura de su cuerpo era baja, seguía cálida. Él limpió con un pañuelo su rostro sucio, peinó el cabello de su frente y puso su mano en su fría y redondeada mejilla. Él la sacudió suavemente.
“… Shusui-dono… vine a buscarte. Despierta, por favor.”
Al acercar su cabeza a su pecho y susurrar esto, ella abrió los ojos.
Cuando Shuuei miró hacia abajo, su cara se retorció. Ella parpadeó muy lentamente.
Esa mirada que siempre veía a la lejanía, había desaparecido.
Ella ya no veía nada, aunque todo lo demás estaba ahí.
Su corazón ya no estaba ahí.
“Shusui-dono…”
Sin necesidad de que Ruka se lo dijera, él se dio cuenta de que aunque Shusui estaba durmiendo, no se trataba de que sólo estuviera inconciente. Él lo supo desde que escuchó aquél sollozo. Shuuei descansó su cara sobre la pequeña cabeza de Shusui, con una expresión compungida.
Al abrazar con fuerza ese cuerpo similar a una flor marchita, sus lágrimas brotaron.
No había llegado a tiempo. Siempre era así.
“Volvamos juntos, Shusui-dono… Y entonces, siempre, siempre estaremos juntos.”
Los ojos de Shusui, que parpadeaban como los de una muñeca –entonces se transformaron.
Un brillo rojo similar al iris de una serpiente, invadió sus ojos. “Kanshou” desprendió más calor y brilló.
Junto con un grito que no era humano, Shusui empujó a un lado a Shuuei con una fuerza descomunal, y se alejó corriendo.
Al mismo tiempo, ella tomó la espada del ‘Lirio’.
Shuuei retrocedió y recordó lo que Ruka había dicho antes –Ella había sido poseída por algo maligno.
“Kanshou” desprendió calor como si esperara ser desenfundada. Una espada exorcizante. Probablemente, al desenfundarla, ésta mataría a Shusui por sí sola. Y la espada del ‘Lirio’ estaba ya en manos de Shusui.
Él se dio cuenta de que Shusui estaba parpadeando. Tal vez por acto reflejo, un surco de lágrimas fluía de sus ojos.
En ese instante, Shuuei dejó de escapar y de tratar de someterla.
En su mente apareció la cara de Ryuuki. Quizás fue en ese único instante al pensar en el Emperador, que su inconsciente decidió que debía seguirse moviendo, y aunque no tenía intención de hacerlo, su cuerpo reaccionó por sí solo. Sin pensarlo, se defendió y cayó al suelo. Hizo todo lo que pudo para no tomar una postura defensiva.
Shusui se abalanzó sobre él y sin dudarlo, dio una estocada.
(Lo siento, su Majestad-)
Aún así, sólo pasó eso.
Al golpe de la espada, se escuchó un sonido seco.

…Shuuei parpadeó y miró a Shusui.

Saiunkoku 16
La punta de la espada solamente había arañado el suelo por encima de su hombro.
Shusui permaneció en esa posición y no se movió para nada. Su largo y ondeado cabello caía suavemente sobre el pecho de Shuuei. Shuuei enroscó un mechón de cabello alrededor de su dedo, y suavemente lo estiró.
“… ¿Shusui-dono?”
Los ojos de Shusui flaquearon enormemente al momento.
Mientras las lágrimas fluían de sus ojos, Shusui miró directamente a Shuuei.
“… ¿Por qué no lo esquivaste?”
Al instante, Shuuei sintió como si lo hubiera golpeado un rayo. -¿Era posible?
Shuuei estiró ambos brazos, tocó las mejillas de Shusui, y la atrajo hacia él.
Al contemplar sus ojos, notó que eran esos ojos húmedos, inexpresivos, nublados por la soledad. Los ojos a los que Shuuei había estado persiguiendo sin darse cuenta.
Él no supo qué decir.
Shuuei entonces dijo algo que, aunque era estúpido, aunque arruinaría su reputación de casanova –era la genuina y pura verdad.
“… Porque es un principio inquebrantable para mi rendirme incondicionalmente frente a una mujer llorando, incluso si eso me cuesta la vida.”
Shusui retiró la mano de la empuñadura de la espada del ‘Lirio’.
Shuuei cerró los ojos creyendo que sería abofeteado, y en su mejilla, hubo un pequeño sonido.
Había sido abofeteado, pero con una muy suave palmada.
“… Después de esto, volveré a abofetearte… No tienes consciencia de lo que significa una ‘Flor’… ¿Acaso su Majestad no volvería a llorar?... Pero… Gracias… um… um… ¿Puedo preguntarte algo?”
Shuuei sonrió y abrazó dulcemente a Shusui. Shusui no se resistió. Él pensó que con eso bastaría. Él secó sus lágrimas con su dedo, y con su afamada voz sensual, susurró suavemente a su oído.
“… Si, lo que sea. ¿Qué es?”
“… ¿Tienes… algo de comida y agua?”
El estómago de Shusui gruñó.

***

Fue al momento en que esa oscuridad estiró una mano hacia el último fragmento.
Una cálida brisa envolvió a Shusui. Como consolándola al abrazarla.
“Yo siempre he estado aquí para ti.”
… ¿Quién? ¿Quién puede estar diciéndome a mí esas palabras?
Una esencia familiar se dejó llevar por el viento y cosquilleó su nariz. La fragancia del sándalo. La esencia favorita de Shusui. Y junto con eso, algo semejante a una reavivante electricidad estática se condujo hacia el pecho de Shusui.
La voz de alguien estaba llamando a Shusui.
“Vine a buscarte, Shusui-dono.”
(… ¿vine a buscarte?)
No a otra persona… ¿sino a mí?
“Discúlpame por llegar tarde… volvamos.”
Al darse cuenta de quién era esa clara voz.
-Los ojos de Shusui se abrieron de par en par.
(Espera, espera, ¿ése es Ran Shuuei? ¿Eh? ¡Imposible! ¡¿Por qué está él aquí?! ¡¿Por qué esa larva de mosquito que siempre se aparece por doquier?! ¡Y, ¿cómo es que llegó al clan Hyou?!)
Para Shusui, que por tantos años había cruzado espadas con él en el campo de batalla que era la Residencia Imperial, el nombre de Ran Shuuei sobresaltó su mente, y la reacción a eso fue suficiente para volver a fijar su tornillo. Cada vez que ese hombre aparecía, Shusui no tenía oportunidad para descansar. Definitivamente, algo iba a pasar. Tengo que razonar, ella pensó.
La pregunta –Eh, en este momento, ¡¿qué hora es, dónde estoy y qué he estado haciendo?!
La respuesta: Agonizando en la Prisión del Tiempo. Ella sentía que ya habían pasado cien años.
Un intervalo.
Sus dedos se movieron. Espera. Espera un momento, estúpido general.
(¡No! ¡¿Una persona ordinaria, no del clan Hyou, en serio planea entrar a la Prisión del Tiempo?! ¡¿Es que está decidido a morir?! ¡Aunque yo esté así, ¿en qué esta pensando ese hombre?! Urgh, pero es seguro que él haría una idiotez así sin pensar. Ah, pero está bien, porque si no tiene poderes sobrenaturales, no podrá abrir la ‘puerta’ del nivel inferior… Pero, ¿no había una ruta por la que cualquiera podría pasar para rescatar a alguien o escapar? Umm, si recuerdo bien… el gran laberinto…)
Silencio. Normalmente eso sería imposible. Pero tratándose de ese hombre, es posible que pudiera hacerlo.
La oscuridad se iluminó un poco, pero Shusui no lo notó.
(… Un momento… él no tiene un ‘mapa’… La prisión ha estado sellada por casi cien años, así que aunque lo tuviera, un mapa de hace cien años no serviría. Es una gruta de piedra caliza, así que el agua cambia la forma de las piedras. Aún así, ¿cómo piensa llegar hasta aquí? ¿Luchando con las manos vacías? ¡¿En serio es él un general?! ¡No puedo decir si es listo o un estúpido!)
Aventurarse a entrar a un enorme laberinto natural de una gruta de piedra caliza sin ninguna pista, con las manos vacías, siendo una persona ordinaria.
Sólo podía interpretarse como deseo de morir o insensatez.
Shusui buscó los poderes sobrenaturales que habían sido sellados dentro de ella. Ella buscó el ‘ojo’ que había sido sellado profundamente dentro de ella, en un sitio del que no tenía conocimiento, con esa increíble fortaleza que emplean las personas cuando se encuentran en situaciones de emergencia. La ‘caja’ en la que su ‘ojo’ había sido encerrado, pero Shusui, haciendo un enorme esfuerzo, la rasgó como si estuviera rompiendo papel. Shusui abrió su ‘Ojo de Mil Leguas’ [Nota: típicamente se traduce como ‘clarividencia’, pero así tiene más lógica en este contexto], y percibió algo extraño. Se sentía diferente a lo normal, pero ella pudo ‘ver’ sin ningún obstáculo.
Al abrir su campo visual en todas direcciones, inmediatamente se vio atraída por algo deslumbrantemente rojo.
(… ¡El General Ran! En verdad está aquí…)
Él estaba adentrándose en la gruta de piedra caliza a una velocidad escalofriante. Aunque quejándose por los murciélagos, él estaba derribando las barreras una tras otra, a una velocidad tal, que ni siquiera las “Muñecas Asesinas” podrían alcanzar. Aunque Shusui había pensado que era fuerte hasta ahora –esto era increíble. Incluso si Shusui se lanzara con todo hacia él, su fuerza era tan grande, que fácilmente podría inmovilizarla, como si le quitara un dulce a un niño. Ella jamás había visto esa expresión en el rostro de Shuuei. Cuando él fue directo a ayudar al Emperador en la Bahía de los Nueve Colores, la actitud que demostró ahí la hizo cambiar en cierta forma su opinión de él, pero ahora su cara estaba aún más severa que entonces. Una expresión desesperada.
Por alguna razón, él se dirigía hacia donde estaba Shusui. Directamente.
“Vine a buscarte, Shusui-dono.”
Volvamos-
Había llegado a su límite. Ella no notó la cara que estaba poniendo Shuuei mientras iba hacia ella, porque justo antes, a ella se le agotó su poder y cerró su ‘Ojo de Mil Leguas’.
Dado que ella había abierto su ‘Ojo de Mil Leguas’, su fuerza física y mental tocaron fondo al mismo tiempo.
Ella sabía que ese algo que había estado alejado, una vez más se arrastraba hacia ella, como su hubiera adivinado esto.
Shusui intentó sonreír, pero su cuerpo no podía mover un solo dedo. Hacía tanto que no sonreía, que sus mejillas no se movían.
(Ran Shuuei… vienes hacia aquí tan rápido… pero no pensaste en absoluto en cómo regresar…)
Era tan tonto que sonrió. Ran Shuuei definitivamente no estaba pensando en ‘regresar’.
No, aunque lo hubiera considerado, no tendría sentido. Sólo existía una forma de ‘regresar a salvo’ de ahí. Sin embargo, Shusui no podía hacer eso… y probablemente él lo sabía. Aún así, él había entrado.
Él sólo estaba pensando en ir hacia Shusui, no en preocuparse de lo demás.
… No había existido nadie que diera todo por el bien de Shusui de esta forma, ni siquiera temporalmente. Porque las personas que eran importantes para Shusui, siempre tenían a alguien más que era valioso para ellos. Shusui nunca había sido la persona más importante para ellos.
“Yo siempre he estado aquí para ti.”
Ella sintió que algo brotaba por todos los poros de su cuerpo. Aunque ella había gastando una increíble cantidad de fuerza emergente, eso no cambiaba el hecho de faltara poco antes de que Shusui quedara ‘vacía’. Cuando el último trozo fuera comido, ella desaparecería en ese instante, y los espíritus malignos acurrucados que esperaban en la oscuridad, entrarían uno tras otro.
Shusui cerró los ojos… Esa ‘desesperación’ también debía ser un demonio.
(… Si el General Ran… puede irse a salvo… eso es lo único… No puedo permitir que lo maten… el Emperador… llorará…)
Pensando en el solitario Emperador, al que no había podido ver en mucho tiempo, las lágrimas brotaron de sus ojos. Shusui no podía dejar que una de sus ‘Flores’ muriera aquí por su culpa. Además, ella se había dado cuenta de algo más.
(El General Ran no puede haber venido al clan Hyou sólo por mí… Shuurei-sama… está en el clan Hyou)
Ellos estaban apoderándose de los lugares ‘vacíos’ de Shusui, y juntos trataban de devorarla.
Shusui cerró los ojos. Al momento, su corazón, que se había debilitado hasta que fuera poseído por los demonios, tomó una decisión.
… Ella pudo escuchar el familiar sonido de un erhu, desde algún lugar.

***

“… Cielos… ¿por qué me preguntas si tengo comida, Shusui-dono?...”
Él no quería saber si la razón por la que ella le había permitido abrazarla era simple y sencillamente porque ‘estaba hambrienta y no tenía fuerzas’. Dado que Shuuei era quien la perseguía, había empezado a comprender los diversos sentimientos del Emperador hacia Shuurei-dono. Anteriormente se había reído porque era divertido, pero ahora en verdad se disculpaba por ello.
Él se quitó la capa y la tendió sobre la fría superficie rocosa para Shusui, ya que ella no podía moverse de ese sitio, y la sentó sobre ella. Él pensó en recostarla contra él, pero acomodó sus piernas e hizo que se sentara.
“Lo siento. Estoy muy cansada… Ah, arroz seco… qué nostalgia.”
¿Cansada? Shuuei, que había preparado raciones de emergencia para sí mismo, aunque sólo fuera en pequeñas cantidades, ya que después de todo era un oficial militar, las sacó para Shusui, y le dio el agua que había recogido en el camino en un tubo de bambú.
Shusui, lentamente y poco a poco, masticó el arroz seco y su cara parecía contenta. Dado que eran raciones militares, estaban secas, y aunque nutritivas, casi no tenían sabor y textura, pero si bien no tenían buen sabor, ella lucía como si le supieran deliciosas. Se veía completamente diferente de la cara de muñeca que tenía antes. Cada uno de sus gestos y expresiones, desde la cabeza a los pies, lo atraía. Era una pena que él tuviera que apartar la mirada, los dedos le temblaban.
Él no deseaba hablar de cosas poco románticas, pero era inevitable.
“… Shusui-dono, ¿qué paso? Yo en verdad estaba… preparado.”
Mientras bebía lentamente agua, Shusui no supo qué responder. ¿Qué había pasado?
“… Es difícil ponerlo en palabras… Um… si tratara de explicarlo… hasta ahora, estaba haciendo algo parecido a ‘golpea al topo’. [Nota]…”
“… ¿Qué?”
“Es como si estuviera golpeando, huyendo, ahuyentando y silenciando cosas que me estaban atacando por todos lados… Te hice algo malo. Ése era el último de ellos. Era increíblemente persistente.”
“¿? Um…”
Shuuei no entendía nada de esto, pero imaginó que mientras él había estado corriendo a través de la gruta de piedra caliza con los murciélagos, Shusui estuvo enfrascada por mucho tiempo en un combate mortal con un extraño ejército de topos. Ella había vencido a los topos, y luego, en el último momento… había regresado.
Shuuei, sosteniéndola para incorporarse, sabía… que en verdad estaba preparado para enfrentar el estado en el que estuviera Shusui en ese momento. Sin importar la condición en la que estuviera, su intención era volver con ella, y cuidarla el resto de su vida. No obstante, ella había vencido al rey de los topos, y enseguida de eso, había regresado. Eso no había sido, como había dicho Shusui, una tarea fácil. Shuuei tomó la mano de Shusui. Su delgada mano cabía fácilmente en la de Shuuei.
Él solamente le preguntó lo más importante.
“… ¿Estás bien ahora?”
Shusui miró esa mano que siempre había evitado.
Eran muchas las escenas que ella había visto.
“… Shusui-dono… Vine a buscarte. Despierta, por favor.”
En el fondo, ella había pensado que si Shuuei hubiera desenfundado a “Kanshou”… también habría estado bien. Entonces, en ese preciso instante, todo se solucionaría. Cuando Shusui estaba tratando de exorcizar al último topo –ese molesto espíritu-serpiente que estaba en su interior, había enloquecido, robado su cuerpo y atacado a Shuuei.
Ella creyó que él sacaría a “Kanshou”. Era inevitable. Pero Shuuei no lo hizo. Cuando ella se dio cuenta de que en verdad no iba a desenfundarla, hasta el final e incluso más, y de que había renunciado a toda intención de luchar, ella creyó que realmente lo mataría.
… Ella había llegado a tiempo.
“Si, estoy bien ahora… Pero, ¡¿por qué no retrocediste aunque sea un poco?! De no haber llegado a tiempo, realmente habrías muerto. ¡¿Qué paso con tu rendición incondicional ante las lágrimas de una mujer?!”
“¿A tiempo?... Um, eso también puede ser… pero es porque decidí algo.”
“¡¿Qué?!”
“Decidí que ya que siempre he escapado de ti, absolutamente no volvería a hacerlo. Dejar de lado venir a ayudarte, y entonces matarte, no sería cosa de broma. Ya que estabas llorando, quería estar a tu lado esta vez, y abrazarte como se debe, pero si de pronto optara por huir porque estabas tratando de asesinarme, eso seria cobarde.”
Shusui parpadeó.
Posiblemente, Shuuei se percató en ese momento que Shusui estaba pensando ‘está bien si muero’. Él hizo su espada a un lado, diciendo ‘no juegues, esto no es gracioso’, y esperó.
Para no matar a Shuuei, ella no tuvo más remedio que descartar hasta la última membrana de pensamiento negativo –‘Si de eso se trata, está bien si muero’ –dentro de ella. Shusui recordó a esa serpiente… Posiblemente, el demonio más persistente que existía de las especies que se nutrían de ese sentimiento.
Hasta el final, Shuuei no había dejado siquiera un espacio para que ella pensara ‘está bien si muero’. Sin duda, cuando ella sentía ocasionalmente que su espíritu flaqueaba, Shuuei había cambiado las cosas para ella. Aunque probablemente él mismo no lo notara, el final, quizás fue Shuuei quien los salvó a ambos.
Aún así, Shusui, a causa de ciertos sentimientos que no llegaba a comprender, abofeteó levemente la mejilla de Shuuei.
“… Um, ¿y esa pequeña bofetada?”
“Sentí ganas. Pero, es cierto, gracias a que hiciste todas esas insensateces, no caí en la desesperación, y luchando a muerte, pude regresar… Así que, tal vez sea gracias a ti que yo esté aquí.”
De pronto, ella recordó su tiempo en la Residencia Imperial. Por alguna razón, ella sentía que durante ese período también, las cosas habían sido así.
“-Entonces, General Ran, antes de irnos, por favor cuéntame todo, incluyendo por qué has venido al clan Hyou. Acerca de lo que has estado haciendo antes de venir aquí por mí.”

… Después de escuchar lo que Shuuei dijo, Shusui cerró los ojos por largo tiempo.
“… Entiendo. Mi ‘clarividencia’ es necesaria para saber dónde está ‘Madre’.”
“… Shusui-dono.”
Shusui sonrió brevemente a Shuuei, que la miraba atentamente.
“No estoy siendo sarcástica. Vámonos en seguida. Necesitamos mi clarividencia para todo. –Yo también debo ver a ‘Madre’. Incluso aunque sea un minuto más pronto. Debo verla –especialmente ahora.”
Entonces, ella cortó de tajo sus palabras.
“Primero, ver dónde están Shuurei-sama y los otros… Ellos nos esperan.”
Shusui cerró los ojos. Una suave brisa se elevó y los envolvió a ambos.
De pronto, Shuuei se percató de algo. La pesada y desagradable atmósfera que estaba impregnada en ese lugar desde que llegó, de repente se allanó. Ese poder—
Finalmente, él escuchó su voz.
“Ahora que lo pienso, no te lo dije. Gracias por venir a buscarme. Pero… no puedo quedarme contigo para siempre. Porque el lugar al que debo volver -–ya ha sido decidido.”



***
Fuente: http://yuzutea.net/log/2010/05/book-16-chapter-4-part-2/

Notas:
‘Pegarle al topo’ o en inglés Whack-a-mole es una clase de juego en el que se golpea con un mazo a los topos que salen de unos agujeros.

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