Nota aclaratoria: El siguiente texto es una traducción al español hecha de su original en inglés. Para mayores referencias, consultar la fuente que se cita al final.
>ANTERIOR
***
Shuuei fue en la dirección que Riou le indicó.
Grandes copos de suave nieve caían silenciosa y copiosamente del ligeramente nublado cielo. Según su reloj interno, debía hallarse en cierto momento entre la mañana y el medio día, pero el cielo estaba un tanto oscuro, como si fuera el atardecer.
Jin había estado saliendo frecuentemente a explorar, pero mientras éste se quedaba con Shuurei, Shuuei también había investigado en la residencia de los Hyou. En vez de decir que en la ‘residencia’ del clan Hyou, era más correcto decir ‘dominios’. No obstante.
“… Esto es completamente distinto a la residencia de la familia Ran… Entonces es por eso que incluso ahora, Jin también se la pasaba dando vueltas.”
Tal vez debido a que no existía el temor de un ataque, no había altos muros de castillos como los que se veían por doquier en Kiyou o en las capitales de las provincias. En vez de estar cercadas, las amplias cordilleras montañosas estaban coronadas por palacios y torres. Considerando que habían servido arroz y leche para desayunar, al parecer, también contaban con villas, campos y granjas. El vasto palacio construido al estilo antiguo en el que se habían establecido, apenas era una de las muchas residencias, destinada para invitados y refugiados.
De haber estado dividido por calzadas como en Kiyou, y ordenado en secciones como un tablero de ajedrez, uno podría hacer sus cálculos, pero en este lugar, había diversas instalaciones dispersas entre las numerosas montañas. Esto era parte de la cordillera del Monte Banri, y las laderas montañosas, bajadas y subidas eran bastante empinadas. Al parecer Riou, siendo este su hogar, no lo había notado, pero aún cuando éste era sustentado por el poder de la alta sacerdotisa a tal nivel que era posible que los humanos vivieran ahí, el aire era muy ligero y la altitud era elevada. De no haber estado acostumbrado a alturas como la de la Bahía de los Nueve Colores en la Provincia Ran, tanto Shuuei como Jin podrían haber sufrido el mal de la altura.
“… Si Kouyuu estuviera aquí, sería un compleeeeeto inútil…”
Él sólo hubiera sido capaz de escoger entre dos cosas, dormir a causa del mal de la altura, o perderse en las nevadas montañas y morir.
Andando por el sendero de los animales que le habían dicho, al voltear, incluso las huellas que acababa de dejar ya se habían cubierto de nieve, y gradualmente, pero sin duda, estaban desapareciendo. Para asegurarse, de vez en vez miraba las tiras de tela rojas que estaban atadas al final de las ramas de los árboles. Shuuei se dio cuenta de que el blanco color de la nieve, en cierto momento había empezado a trastornar su característico sentido de orientación y de distancia.
Luego de pensar un poco, Shuuei llegó a una conclusión.
Shuuei aumentó su velocidad al momento. Había decidido llegar a su destino antes de que el camino se cubriera completamente de nieve. Sus guías eran el río y el sendero de los animales. Le habían dicho que el territorio sellado comenzaba a mitad de la montaña.
(… Si no encuentro el camino de regreso, me refugiaré en la prisión o en un cobertizo de la montaña. Como tengo a ‘Kanshou’, Jin y los demás vendrán a buscarnos. Muy bien, eso resultará. –Montañas nevadas, cobertizo, ¿refugiarme con Shusui?... Jin, no estaría mal si llegas un poco tarde a buscarme.)
Ran Shuuei era un hombre extremadamente optimista, sin importar la clase de situación en la que estuviera. Él prosiguió a distinguir el camino normalmente ilocalizable de los animales, que en medio de la nieve, indicaba el punto medio de la montaña.
(Pero Riou-kun solamente dijo que esta zona había sido sellada, y que ignoraba la localización de la prisión… Pensándolo un poco, por supuesto no percibo presencia de humanos, pero tampoco hay rastros de que algún humano haya venido aquí recientemente… ¡¿No hay gente que venga aquí a dejar comida todos los días?! No hay nada parecido a una casa-)
Entonces, ‘algo’ en la pendiente que estaba frente a él, tiró de su consciencia. Al girar inconscientemente la cabeza en esa dirección, se encontró con un enorme árbol que tenía una cuerda de paja amarrada a su alrededor. Al parecer, las tiras trenzadas de papel colgando de él, habían llamado su atención. [Ver nota] Pisando sobre la nieve, se acercó al gigantesco árbol, y entonces, mientras caminaba dándole la vuelta, pisó sobre algo.
“Kanshou”, la cual estaba portando, produjo un sonido como el de una campana tañendo, y se sacudió. Más parecía que el ruido venía desde adentro de su cabeza que estarlo escuchando en realidad a través de sus oídos.
(… ¿Uu Uu-sama mencionó algo parecido a que suena cuando siente una presencia extraña…?)
Él dio vuelta hacia el camino de los animales y el arroyo. Si tomaba ese camino, seguramente llegaría al lugar del que Riou le había hablado. Si lo abandonaba confiando en sus instintos y seguía andando por un camino invisible en la nevada montaña, incluso Shuuei mismo se perdería. Él no conocía el área.
(… Ah, bueno, aunque me pierda, teniendo a “Kanshou”, Jin probablemente vendrá y me encontrará.)
Shuuei fácilmente abandonó el camino de los animales, y caminó hasta pasar el ‘árbol sagrado’, dirigiéndose al interior. Siempre que estaba en problemas, confiaba en Jin. Este había sido un hábito desde hace mucho tiempo, y aunque Shuuei simplemente le ocasionaba muchos problemas a Jin, el único que no se daba cuenta de eso era Shuuei mismo.
De cualquier forma, mientras sujetaba a “Kanshou” con la mano derecha y caminaba en la dirección más probable, él notó que las vibraciones de la espada se hacían más fuertes o débiles. El sintió que algo estaba arrastrándose a sus espaldas.
Si lo expresara en palabras simples, era la sensación de que ‘algo malo estaba por suceder’. Cuando Riou le había dicho ‘tengo un mal presentimiento, así que no quiero que vayas ahí’, probablemente se refería a este lugar. Mientras más avanzaba en la dirección en que las vibraciones se habían más fuertes, el mal presentimiento se incrementaba.
“… Ja… el Gran General diría ‘No puedes atrapar el cachorro de un tigre a menos de que entres en su guarida.’”
Shuuei lentamente se encaminó hacia la presencia, la cual se sentía como si muchas cosas se estuvieran hiriendo juntas.
Al intentar apenas desenfundar a “Kanshou”, él sintió que cortó ligeramente a la presencia, tan fácil como se corta una telaraña.
“… Algo se cortó… Ahora esa cosa se está enredando en mí.”
Aunque cuando era niño él había pensado que sería agradable ‘poder ver cosas’, ahora sinceramente creía que era mejor no poder hacerlo. Al golpear la funda de la espada y hacerla sonar, él descubrió que la desagradable presencia se había disipado. Mientras estaba vagando solo en la montaña, con la espada sonando, él se había ido desanimando.
“Si resulta que este es el santuario de algún espíritu extraño que no tiene nada que ver con Shusui-dono, me van a dar ganas de llorar, incluso si no puedo…”
Fue entonces cuando al murmurar esto para sí mismo, que escuchó una risita.
Cuando Shuuei lentamente levantó la cabeza, a cierta distancia, vio a una mujer portando el atuendo de una sacerdotisa, y sosteniendo un deslumbrante paraguas rojo, que se reía mientras miraba a Shuuei, escondiendo la boca tras su manga. Aunque el colorido paraguas escondía la mitad de su cara, aún así, uno podía distinguir que su semblante era tan bello como una flor. Pese a que estaba en una edad que hacía difícil decidir si describirla como una hermosa jovencita o una hermosa mujer, el hecho era que su belleza se asemejaba a una fragancia que se esparce inalterablemente.
Shuuei recurrió a la sonrisa que tenía apartada especialmente para una mujer como ella. Ésta también podía usarse en fantasmas, siempre que estos fueran femeninos.
“Estoy encantado de poder conocer a una hermosa sacerdotisa como tú en estas montañas cubiertas de nieve.”
“Muy hábil. Disculpa por reírme. Estaba pensando ‘ese caballero está hablando consigo mismo de forma tan graciosa’.”
Cuando ella hizo a un lado levemente el paraguas, la nieve que se había juntado encima del rojo paraguas, cayó. Su ademán fue de una elegancia que excedía el de una joven dama de noble nacimiento, y la belleza del pequeño rostro que no terminaba de asomarse detrás del paraguas, era sorprendente.
Cuando ella avanzó, sus sandalias de paja hacían ruido al contacto con la nieve. Las cejas de Shuuei se arquearon un poco.
(… ¿No es… un fantasma o un espíritu…?)
La mirar a “Kanshou”, ésta había cambiado súbitamente, y su sonido se había acallado por completo.
Mirando a Shuuei, la sacerdotisa volvió a reír.
“Ha pasado mucho tiempo desde que vi a un caballero del clan Ran… Un rostro nostálgico. Como siempre, los hombres de ese lugar son mujeriegos, atrevidos, aunque inteligentes, les faltan algunos tornillos en la cabeza ¿y débiles frente a las mujeres?”
“… ¿Eh?”
“¿Viniste a buscar a Shusui?”
Típicamente, la cara de Shuuei cambió.
“… Si.”
La sacerdotisa hizo una pirueta de forma extrañamente infantil con su paraguas rojo, mientras sonreía.
“Ah. Entonces sígueme. Tú, que has venido por esa razón.”
A él le preocupaba que estando en la tormenta de nieve, fuera engañado por algún hermoso zorro transformado. Quizás tampoco era un error. Ella tenía pies y éstos hacían ruido al caminar en la nieve. “Kanshou” estaba tan dócil como un gatito, y una hermosa y pálida mujer con un paraguas rojo, vestida con el antiguo traje de una sacerdotisa, había aparecido repentinamente en las heladas montañas. Ella sabía el nombre de Shusui, y había dicho que lo guiaría… Sin importar cuánto lo pensara, todo eso era completamente extraño.
Fue por eso que Shuuei dejó de sospechar. Si quería ir al sitio más extraño, probablemente esa sería la ruta más corta.
“Entonces, gracias. Hace frío, así que vamos por la ruta más corta posible. No me importa cuán peligrosa pueda ser.”
“… Anteriormente, también hubo un caballero que dijo lo mismo cuando vino a rescatar a alguien. Sígueme. Aunque no puedo dejar que te cubras con este paraguas. Lo siento.”
Se oyó el sonido de sus pasos crujiendo por la nieve. Shuuei estaba impresionado mientras la seguía.
“Espera un momento. ¡¿Otro hombre vino aquí antes que yo para salvar a Shusui?!”
“No. Esto pasó antes… Mucho antes, hubo otra chica que fue encerrada aquí.”
“¿Eh? Entonces, si dijiste que no había sido usada en un tiempo… ! ¡¿Es posible que tú seas el fantasma de la chica que murió en prisión?! ¿Cuándo el hombre llegó a rescatarla, ya era demasiado tarde?”
“Estás completamente equivocado. Esa chica sigue viva ahora. Ella regresó con el caballero que vino a buscarla. Yo no asesino al azar. Honestamente, ¿eres perspicaz o torpe?... En verdad, eres un caballero del clan Ran.”
“¿Q-qué?... Ah, así que hay gente que ha podido salir a salvo de la ‘Prisión del Tiempo’.”
Riou había dicho muchas cosas intimidantes, así que Shuuei había ido ahí más que decidido en muchos aspectos.
El paraguas rojo que había estado girando temperamentalmente, sólo esta vez, se detuvo tristemente.
“… ‘Prisión’… Si, ahora es solamente una ‘prisión’. En algún momento, también, el mismo clan Hyou se volvió igual. En verdad, esto no fue construido por esa razón… La razón es que yo ya no puedo… Lo más que puedo hacer es guiar a aquellos que han venido a reunirse con los otros. Pero, mientras existan personas que vengan a rescatar a los otros, está bien.”
El paraguas se sacudió ligeramente, y el hermoso rostro empezó a sonreírle a Shuuei.
“… Especialmente, tú tienes una suerte más grande que la de los caballeros anteriores. Es raro que los caballeros vengan aquí completamente desarmados. Y la sangre del clan Ran. Como siempre, los hombres de esa casa nacen con un exceso de buena suerte.”
Los ojos de Shuuei se transformaron en puntos… Su ropa, ¿se había precipitado tanto al ir a ese lugar que ni siquiera se preparó con zapatos para la nieve?
“… Completamente desarmado… Excepto que sólo tengo a ‘Kanshou’.”
“El caballero que vino antes sólo tenía ‘amor’ y ‘agallas’. También es raro que un caballero venga aquí sin nada preparado y con las manos vacías. Él era muy impetuoso. En comparación a él, tú eres fuerte, tienes amor, la enorme suerte del clan Ran, algo que te guiará en el bolso de tu pecho, la osadía y el optimismo para confiar en mí, y un amigo que está de tu lado y tiene a ‘Bakuya’. Creo que lo único que no tienes son ‘agallas’. Pues si las tuvieras, sería mejor.”
Como la gente le había estado diciendo recientemente que no tenía agallas, él se irritó y alzó el pecho.
“¡No, las tengo! Tengo agallas. Es natural. Porque aunque me hayan desheredado, ¡sigo siendo un hombre del clan Ran!”
“¿Ah? Tú lo has dicho. Entonces, ¿te esmerarás aunque eso te cueste la vida?”
“… ¿Eh?”
La sacerdotisa se dio vuelta de cuerpo entero. Ella posó los ojos en ‘Kanshou’ con una fría mirada y atractiva majestuosidad.
“’Kanshou’… ¿escuchaste eso? Parece que él tiene agallas. Entonces todo saldrá bien. Si ha venido aquí con tanta calma, este caballero del clan Ran no se retorcerá y morirá si absorbes algo de su energía vital. Aún es inexperto, pero… Para ser un caballero de estos tiempos, es muy bueno. Por un corto tiempo, admítelo como tu amo temporal. ‘Kanshou’, muy bien, despierta, hazlo sólo para dar ese único golpe… Después, hazle más fáciles las cosas a esa joven…”
Ella murmuró esto con ojos muy distantes. El bello semblante más blanco que la nieve, se ensombreció de melancolía semejante a una profunda tristeza. Entonces, al instante ‘Kanshou’, que había estado muda hasta entonces, se revistió de calor, como si respondiera.
La sacerdotisa hizo que sus melancólicos ojos sonrieran tristemente, y en silencio le tendió su deslumbrante paraguas rojo a Shuuei.
“Te daré esto. Caballero del clan Ran del ‘exterior’… gracias… por venir a rescatar a Shusui… El viento del sur que presagia el verano, las dulces y frescas aguas… qué nostalgia, el viento de la Bahía de los Nueve Colores. Así que tú continuaste cumpliendo la promesa de un pasado remoto. Está bien… si es así, entonces no todo será en vano, para disgusto de esa persona. Cuando alguien se esfuerza tanto, definitivamente algo bueno sucederá.”
Era como una canción de cuna infantil, ese suave susurro similar a un canto. Shuuei estaba mareado, y frotó el espacio que había entre sus cejas.
Él notó que estaba sujetando el paraguas rojo.
La figura semejante a una flor vestida con las antiguas ropas de una sacerdotisa, sonrió encantadora y hechiceramente.
Shuuei desesperado, sacudió la cabeza en un intento por aclararla de esa bruma.
“… No te pregunté… tu… nombre. Yo soy Ran Shuuei, ¿Y tú?”
“Un bonito nombre. Yo, bueno… hace mucho tiempo, fui conocida como --- al parecer.”
La delgada y blanca punta del dedo de la sacerdotisa golpeó levemente el pecho de Shuuei.
Aunque no lo había empujado con fuerza hacia atrás, Shuuei trastabilló unos pasos hacia atrás. No, él creyó haber retrocedido. Detrás de él sólo había un camino cubierto de nieve en el cual había estado caminando. Sin embargo, no había nada ahí.
Sus pies literalmente estaban tocando el aire. Por un segundo sintió una extraña sensación que nunca antes había sentido.
“--- ¿Eh?”
De pronto, se adentró en ‘algún lugar’. Más bien, cayó. Como si en verdad hubiera caído atrapado en un pozo sepultado por la nieve, el escenario a su alrededor de repente se transformó en oscuridad, y su cuerpo caía como si estuviera siendo disparado hacia algún sitio.
“¡¿Ehhh--?!”
Como si persiguiera en su caída a Shuuei, quien seguía sosteniendo el dichoso paraguas rojo, la voz de la sacerdotisa se escuchó desde arriba.
“Como pediste, este es el camino más corto. Aquí tienes el paraguas rojo, esfuérzate. Con este cálido viento del sur del ‘exterior’ llevándote… ayúdala.”
***
Los ojos de Ruka se abrieron mientras estaba sentada en su trono. Cansadamente, apoyó la cabeza en sus manos.
“… Alguien ha ingresado a la ‘Prisión del Tiempo’.”
La sacerdotisa que esperaba por ella estaba aliviada de que Ruka despertara, pero después su rostro perdió el color al oír estas palabras.
“¿Eso significa que hay un imprudente que quiere ayudar a Shusui? Entonces, las ‘Muñecas Asesinas’-“
“Está bien, Rikka. Déjalo. Aunque enviáramos a las “Muñecas Asesinas”, solamente se perderían en la ‘Prisión del Tiempo’ y morirían.”
“Pero, Ruka-sama.”
“Dije que dejes en paz a Shusui. –Ya está bien. Tengo un motivo para dejar a Shusui con vida. Sin embargo, antes de eso, todo terminará.”
Por un momento, la mirada de la sacerdotisa llamada Rikka flaqueó, como si sus emociones se enmarañaran. El alivio y la alegría de que Ruka despertara, finalmente se convirtieron en indiferencia hacia Shusui, tenebrosa exaltación, y al mismo tiempo, al escuchar a Ruka decir que no era necesario acabar con ella, un dejo de malestar semejante a incertidumbre y celos. Sin embargo, todas esas sensaciones se originaban de su devoción, su veneración y adoración por Ruka.
Aunque apenas había tropezado con Shusui, al mismo tiempo le provocaba un extraño sentimiento de envidia en su interior. Originalmente, Rikka había sido una chica que se refugió en uno de los templos del clan Hyou en el ‘exterior’, y no pertenecía al clan Hyou. Era por eso que, desde luego, ella no tenía poderes especiales, y desde un inicio, Ruka nunca pidió eso de ella. No obstante, Shusui era toda una integrante de los Hyou, y aunque al principio no tenía poderes, más tarde manifestó sus habilidades sobrenaturales, y aún con esto, ella escapó hacia el ‘exterior’. Finalmente, luego de veinte años, regresó por casualidad y continuaba pidiendo que se le permitiera ver a Ruka –Rikka no perdonaría todo eso. Su envidia y descontento se extendían hacia Shusui, que había regresado con todo lo que Rikka nunca tendría sin importar cuánto lo deseara. Inesperadamente, Ruka recordó el distante pasado. Su verdadero padre… que envidiaba el enorme poder sobrenatural con el que Ruka nació, la despreciaba, y sabiendo que no podía robarlo, usó todos los métodos disponibles para sellarlo, la encerró y luego la envenenó.
Incluso ahora, ella nunca se sintió tan desdichada como entonces.
… Eso ya es parte de un lejano pasado, de hace más de ochenta años.
“… Pero, si por casualidad, Shusui pudiera escapar…”
“¿Shusui escapar de la ‘Prisión del Tiempo’?”
Ruka rió entre dientes. Al reír… su respiración se detuvo. Aún dentro del cuerpo de una de sus jóvenes sacerdotisas, incluso parpadear se volvía cada día más difícil.
“Rikka. Tú no entiendes la ‘Prisión del Tiempo’ o el verdadero significado de su existencia desde tiempos remotos, pese a que éste ha sido distorsionado desde hace mucho tiempo. Si Shusui muere ahí, también estará bien. Si ella sale –Deseo que también lo haga.”
Luego de decir esto con voz seca, ella tosió. Rikka, nerviosamente palmeó la espalda de Ruka.
Ella apenas percibía algo.
“Ruka-sama… ¿eso quiere decir que usted pretende que Shusui sea su siguiente cuerpo?”
“Si ella se convierte en una inválida. Porque yo todavía tengo que enfrentar a ese idiota que está destruyendo las reliquias sagradas. Es patético. Si tuviera mi cuerpo original y los poderes de mi juventud, uno o dos objetos sagrados no significarían nada… Sin embargo, en estos ochenta años, casi todo… se ha agotado. Está vacío.”
Ruka sonrió auto compadeciéndose.
La nieve que no debería caer, estaba cayendo.
Hasta ahora, ella no había pensado que su propio poder estuviera menguando. Quizás se había confiado demasiado.
“Ruka-sama… ¿qué pasa? Escuché que el espejo que se rompió en la Bahía de los Nueve Colores no era el verdadero.”
“Es cierto. Sin embargo, después de eso, un idiota rompió el ‘verdadero’, al parecer.”
Rikka, que estaba sirviendo agua caliente, arrugó la cara como si estuviera a punto de llorar.
Como Rikka había dicho, el espejo que el ‘Lobo Negro’ había roto en la Bahía de los Nueve Colores, era un espejo que se usaba para separar el alma, no un espejo sagrado ni mucho menos. El ‘Lobo Negro’ lo rompió sabiendo eso. Ruka lo puso a prueba, en el curso del estira y afloja para sopesar qué tan lejos llegaría él por el Emperador y su hija y si su habilidad era la misma que en el pasado. Ambos sabían muy bien que esto era una especie de declaración de guerra.
Ella finalmente notó que algo andaba mal a juzgar por la intensa lluvia. El que la noticia de que el espejo había sido roto, se retrasara, había sido perjudicial.
“… Eso es lo que supongo. Para que me haya engañado así, y estar a la defensiva hasta ahora… es magnífico. Sin siquiera mover un dedo, me ha arrinconado a mí y al clan Hyou. Pensar que en esta época de aguas tibias, que un hombre estuviera dispuesto a detenerse apenas nació. Lo menosprecié porque era joven. De haber ocurrido dos décadas antes, lo habría hecho mi amante. Cielos… con la edad, el funcionamiento de mi cabeza se ha oxidado.”
Luego de que su enemigo Senka falleció… tal vez ella había bajado la guardia. No había forma de que existiera un oponente superior a Senka y Shou Yousen. [Nota: es decir, Shou Taishi. Yousen es el nombre real de Shou Taishi] Pensando en eso, quizás ella lo había subestimado. Que el día en que tuviera que hacer uso de un jovencito sin siquiera enterarse de que la guerra llegaría.
Ella sentía el fluir del tiempo. Y que por lo tanto, ella… sin duda, había envejecido.
“Sin embargo… todavía no voy a ir.”
Ella sabía que su poder estaba fluyendo lejos de ella con el vigor de una turbia corriente. No obstante, la vida de Ruka.
“Mi princesa.”
Ella escuchó la dulce y crepuscular voz de un pasado distante.
La familia Imperial y el clan Hyou eran dos caras de la misma moneda. Si una desaparecía, la otra no podía existir. Ahora que las reliquias sagradas habían sido rotas, ella irónicamente se daba cuenta ahora, de qué tan cierto era eso para la alta sacerdotisa de la familia Hyou y el vice Ministro de la Cueva de los Iluminados.
Si Ruka moría de agotamiento aquí… Uu Uu también moriría. Ahora, todo el poder que Ruka controlaba, estaba fluyendo hacia Uu Uu. Uu Uu ya no contaba con el poder vital siquiera para soportarlo. Ruka estaba furiosa consigo misma por pensar en esto con tal consideración.
(… No lo hago especialmente por el bien de Uu Uu. Es porque éste es mi papel –el papel del clan Hyou)
Sabía que al igual que ella, Uu Uu estaba usando toda su fuerza vital para sujetar la puerta. Los objetos y dominios sagrados eran como “llaves”. A menos que todos se rompieran, la puerta no se abriría, pero si uno o dos se rompían, existiría una abertura. Por lo tanto, con sólo uno o dos objetos rotos, la Provincia Ran estaba inundada, y en la Provincia Heki había terremotos.
La política les correspondía a los humanos del ‘exterior’. A cambio, los asuntos divinos eran administrados por el clan Hyou.
Ése era el pacto desde la antigüedad.
… La nieve que no debía estar cayendo, caía.
Hasta que el último de sus deberes por cumplir, terminara. Como ella había hecho hasta ahora, usaría cualquier medio necesario.
“… Ja, el oponente es un zorro astuto, ¿y nuestra salvación dependerá de la facilidad que tengamos para predecir su siguiente movimiento? Kou Shuurei también se está moviendo como lo predije. Entonces, el giro final de los dados… dependerá de quién los tire y cómo lo haga. Hasta entonces, debo permanecer aquí… ¿Por qué estás llorando, Rikka?”
Rikka se estaba secando las lágrimas.
“Si yo fuera hija del clan Hyou, y tuviera poderes sobrenaturales… le entregaría este cuerpo enseguida.”
Esa honesta admiración y adoración, que no se esforzaba en ocultar… hacía a Ruka recordar el lejano pasado. Una mirada ya olvidada por mucho, mucho tiempo. Lo que Ruka había protegido.
“Mi princesa…”
Una voz conocida proveniente de un muy distante pasado. Incluso un recuerdo que ella había sepultado… y que no tenía intención de rememorar, estaba despertando en su interior.
“… Rikka, ¿sabes cuando fue la última vez que se abrió la ‘Prisión del Tiempo’?”
“No… pero escuché… que fue hace casi cien años.”
“Correctamente hablando… fue ochenta años atrás.”
Hubo una vez un niño de más o menos cinco años que había caído espléndidamente, gritando como tonto, mientras sujetaba un paraguas rojo. Era Uu Uu.
Aunque lucía como si estuviera a punto de llorar, él miró a su alrededor en medio de la oscuridad, y al dirigirse hacia Ruka, brillaba como el sol.
“¡Ah, aquí estás, princesa! He estado buscándote desde que desapareciste. Luego me di cuenta de que estaba perdido, y me encontré a una mujer con un paraguas rojo… Ella dijo ‘Mhh, un caballero que sólo tiene ‘amor’ y ‘agallas’. Te daré este paraguas.’ Aunque me han dicho que no acepte dulces de los extraños… -He venido por ti. Regresemos, princesa. Los dos juntos.”
Regresemos.
“La última persona que estuvo encerrada ahí… fui yo.”
Notas: Sobre el árbol, este es el tipo de cuerda atada alrededor del árbol….
***
Fuente: http://yuzutea.net/log/2010/05/book-16-chapter-3-part-2/
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SAIUNKOKU 16
Capítulo 3
La sacerdotisa del paraguas rojo
Parte 2/2
Posteado por Charmian
Traducido por Violet Raven
Capítulo 3
La sacerdotisa del paraguas rojo
Parte 2/2
Posteado por Charmian
Traducido por Violet Raven
>ANTERIOR
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Shuuei fue en la dirección que Riou le indicó.
Grandes copos de suave nieve caían silenciosa y copiosamente del ligeramente nublado cielo. Según su reloj interno, debía hallarse en cierto momento entre la mañana y el medio día, pero el cielo estaba un tanto oscuro, como si fuera el atardecer.
Jin había estado saliendo frecuentemente a explorar, pero mientras éste se quedaba con Shuurei, Shuuei también había investigado en la residencia de los Hyou. En vez de decir que en la ‘residencia’ del clan Hyou, era más correcto decir ‘dominios’. No obstante.
“… Esto es completamente distinto a la residencia de la familia Ran… Entonces es por eso que incluso ahora, Jin también se la pasaba dando vueltas.”
Tal vez debido a que no existía el temor de un ataque, no había altos muros de castillos como los que se veían por doquier en Kiyou o en las capitales de las provincias. En vez de estar cercadas, las amplias cordilleras montañosas estaban coronadas por palacios y torres. Considerando que habían servido arroz y leche para desayunar, al parecer, también contaban con villas, campos y granjas. El vasto palacio construido al estilo antiguo en el que se habían establecido, apenas era una de las muchas residencias, destinada para invitados y refugiados.
De haber estado dividido por calzadas como en Kiyou, y ordenado en secciones como un tablero de ajedrez, uno podría hacer sus cálculos, pero en este lugar, había diversas instalaciones dispersas entre las numerosas montañas. Esto era parte de la cordillera del Monte Banri, y las laderas montañosas, bajadas y subidas eran bastante empinadas. Al parecer Riou, siendo este su hogar, no lo había notado, pero aún cuando éste era sustentado por el poder de la alta sacerdotisa a tal nivel que era posible que los humanos vivieran ahí, el aire era muy ligero y la altitud era elevada. De no haber estado acostumbrado a alturas como la de la Bahía de los Nueve Colores en la Provincia Ran, tanto Shuuei como Jin podrían haber sufrido el mal de la altura.
“… Si Kouyuu estuviera aquí, sería un compleeeeeto inútil…”
Él sólo hubiera sido capaz de escoger entre dos cosas, dormir a causa del mal de la altura, o perderse en las nevadas montañas y morir.
Andando por el sendero de los animales que le habían dicho, al voltear, incluso las huellas que acababa de dejar ya se habían cubierto de nieve, y gradualmente, pero sin duda, estaban desapareciendo. Para asegurarse, de vez en vez miraba las tiras de tela rojas que estaban atadas al final de las ramas de los árboles. Shuuei se dio cuenta de que el blanco color de la nieve, en cierto momento había empezado a trastornar su característico sentido de orientación y de distancia.
Luego de pensar un poco, Shuuei llegó a una conclusión.
Shuuei aumentó su velocidad al momento. Había decidido llegar a su destino antes de que el camino se cubriera completamente de nieve. Sus guías eran el río y el sendero de los animales. Le habían dicho que el territorio sellado comenzaba a mitad de la montaña.
(… Si no encuentro el camino de regreso, me refugiaré en la prisión o en un cobertizo de la montaña. Como tengo a ‘Kanshou’, Jin y los demás vendrán a buscarnos. Muy bien, eso resultará. –Montañas nevadas, cobertizo, ¿refugiarme con Shusui?... Jin, no estaría mal si llegas un poco tarde a buscarme.)
Ran Shuuei era un hombre extremadamente optimista, sin importar la clase de situación en la que estuviera. Él prosiguió a distinguir el camino normalmente ilocalizable de los animales, que en medio de la nieve, indicaba el punto medio de la montaña.
(Pero Riou-kun solamente dijo que esta zona había sido sellada, y que ignoraba la localización de la prisión… Pensándolo un poco, por supuesto no percibo presencia de humanos, pero tampoco hay rastros de que algún humano haya venido aquí recientemente… ¡¿No hay gente que venga aquí a dejar comida todos los días?! No hay nada parecido a una casa-)
Entonces, ‘algo’ en la pendiente que estaba frente a él, tiró de su consciencia. Al girar inconscientemente la cabeza en esa dirección, se encontró con un enorme árbol que tenía una cuerda de paja amarrada a su alrededor. Al parecer, las tiras trenzadas de papel colgando de él, habían llamado su atención. [Ver nota] Pisando sobre la nieve, se acercó al gigantesco árbol, y entonces, mientras caminaba dándole la vuelta, pisó sobre algo.
“Kanshou”, la cual estaba portando, produjo un sonido como el de una campana tañendo, y se sacudió. Más parecía que el ruido venía desde adentro de su cabeza que estarlo escuchando en realidad a través de sus oídos.
(… ¿Uu Uu-sama mencionó algo parecido a que suena cuando siente una presencia extraña…?)
Él dio vuelta hacia el camino de los animales y el arroyo. Si tomaba ese camino, seguramente llegaría al lugar del que Riou le había hablado. Si lo abandonaba confiando en sus instintos y seguía andando por un camino invisible en la nevada montaña, incluso Shuuei mismo se perdería. Él no conocía el área.
(… Ah, bueno, aunque me pierda, teniendo a “Kanshou”, Jin probablemente vendrá y me encontrará.)
Shuuei fácilmente abandonó el camino de los animales, y caminó hasta pasar el ‘árbol sagrado’, dirigiéndose al interior. Siempre que estaba en problemas, confiaba en Jin. Este había sido un hábito desde hace mucho tiempo, y aunque Shuuei simplemente le ocasionaba muchos problemas a Jin, el único que no se daba cuenta de eso era Shuuei mismo.
De cualquier forma, mientras sujetaba a “Kanshou” con la mano derecha y caminaba en la dirección más probable, él notó que las vibraciones de la espada se hacían más fuertes o débiles. El sintió que algo estaba arrastrándose a sus espaldas.
Si lo expresara en palabras simples, era la sensación de que ‘algo malo estaba por suceder’. Cuando Riou le había dicho ‘tengo un mal presentimiento, así que no quiero que vayas ahí’, probablemente se refería a este lugar. Mientras más avanzaba en la dirección en que las vibraciones se habían más fuertes, el mal presentimiento se incrementaba.
“… Ja… el Gran General diría ‘No puedes atrapar el cachorro de un tigre a menos de que entres en su guarida.’”
Shuuei lentamente se encaminó hacia la presencia, la cual se sentía como si muchas cosas se estuvieran hiriendo juntas.
Al intentar apenas desenfundar a “Kanshou”, él sintió que cortó ligeramente a la presencia, tan fácil como se corta una telaraña.
“… Algo se cortó… Ahora esa cosa se está enredando en mí.”
Aunque cuando era niño él había pensado que sería agradable ‘poder ver cosas’, ahora sinceramente creía que era mejor no poder hacerlo. Al golpear la funda de la espada y hacerla sonar, él descubrió que la desagradable presencia se había disipado. Mientras estaba vagando solo en la montaña, con la espada sonando, él se había ido desanimando.
“Si resulta que este es el santuario de algún espíritu extraño que no tiene nada que ver con Shusui-dono, me van a dar ganas de llorar, incluso si no puedo…”
Fue entonces cuando al murmurar esto para sí mismo, que escuchó una risita.
Cuando Shuuei lentamente levantó la cabeza, a cierta distancia, vio a una mujer portando el atuendo de una sacerdotisa, y sosteniendo un deslumbrante paraguas rojo, que se reía mientras miraba a Shuuei, escondiendo la boca tras su manga. Aunque el colorido paraguas escondía la mitad de su cara, aún así, uno podía distinguir que su semblante era tan bello como una flor. Pese a que estaba en una edad que hacía difícil decidir si describirla como una hermosa jovencita o una hermosa mujer, el hecho era que su belleza se asemejaba a una fragancia que se esparce inalterablemente.
Shuuei recurrió a la sonrisa que tenía apartada especialmente para una mujer como ella. Ésta también podía usarse en fantasmas, siempre que estos fueran femeninos.
“Estoy encantado de poder conocer a una hermosa sacerdotisa como tú en estas montañas cubiertas de nieve.”
“Muy hábil. Disculpa por reírme. Estaba pensando ‘ese caballero está hablando consigo mismo de forma tan graciosa’.”
Cuando ella hizo a un lado levemente el paraguas, la nieve que se había juntado encima del rojo paraguas, cayó. Su ademán fue de una elegancia que excedía el de una joven dama de noble nacimiento, y la belleza del pequeño rostro que no terminaba de asomarse detrás del paraguas, era sorprendente.
Cuando ella avanzó, sus sandalias de paja hacían ruido al contacto con la nieve. Las cejas de Shuuei se arquearon un poco.
(… ¿No es… un fantasma o un espíritu…?)
La mirar a “Kanshou”, ésta había cambiado súbitamente, y su sonido se había acallado por completo.
Mirando a Shuuei, la sacerdotisa volvió a reír.
“Ha pasado mucho tiempo desde que vi a un caballero del clan Ran… Un rostro nostálgico. Como siempre, los hombres de ese lugar son mujeriegos, atrevidos, aunque inteligentes, les faltan algunos tornillos en la cabeza ¿y débiles frente a las mujeres?”
“… ¿Eh?”
“¿Viniste a buscar a Shusui?”
Típicamente, la cara de Shuuei cambió.
“… Si.”
La sacerdotisa hizo una pirueta de forma extrañamente infantil con su paraguas rojo, mientras sonreía.
“Ah. Entonces sígueme. Tú, que has venido por esa razón.”
A él le preocupaba que estando en la tormenta de nieve, fuera engañado por algún hermoso zorro transformado. Quizás tampoco era un error. Ella tenía pies y éstos hacían ruido al caminar en la nieve. “Kanshou” estaba tan dócil como un gatito, y una hermosa y pálida mujer con un paraguas rojo, vestida con el antiguo traje de una sacerdotisa, había aparecido repentinamente en las heladas montañas. Ella sabía el nombre de Shusui, y había dicho que lo guiaría… Sin importar cuánto lo pensara, todo eso era completamente extraño.
Fue por eso que Shuuei dejó de sospechar. Si quería ir al sitio más extraño, probablemente esa sería la ruta más corta.
“Entonces, gracias. Hace frío, así que vamos por la ruta más corta posible. No me importa cuán peligrosa pueda ser.”
“… Anteriormente, también hubo un caballero que dijo lo mismo cuando vino a rescatar a alguien. Sígueme. Aunque no puedo dejar que te cubras con este paraguas. Lo siento.”
Se oyó el sonido de sus pasos crujiendo por la nieve. Shuuei estaba impresionado mientras la seguía.
“Espera un momento. ¡¿Otro hombre vino aquí antes que yo para salvar a Shusui?!”
“No. Esto pasó antes… Mucho antes, hubo otra chica que fue encerrada aquí.”
“¿Eh? Entonces, si dijiste que no había sido usada en un tiempo… ! ¡¿Es posible que tú seas el fantasma de la chica que murió en prisión?! ¿Cuándo el hombre llegó a rescatarla, ya era demasiado tarde?”
“Estás completamente equivocado. Esa chica sigue viva ahora. Ella regresó con el caballero que vino a buscarla. Yo no asesino al azar. Honestamente, ¿eres perspicaz o torpe?... En verdad, eres un caballero del clan Ran.”
“¿Q-qué?... Ah, así que hay gente que ha podido salir a salvo de la ‘Prisión del Tiempo’.”
Riou había dicho muchas cosas intimidantes, así que Shuuei había ido ahí más que decidido en muchos aspectos.
El paraguas rojo que había estado girando temperamentalmente, sólo esta vez, se detuvo tristemente.
“… ‘Prisión’… Si, ahora es solamente una ‘prisión’. En algún momento, también, el mismo clan Hyou se volvió igual. En verdad, esto no fue construido por esa razón… La razón es que yo ya no puedo… Lo más que puedo hacer es guiar a aquellos que han venido a reunirse con los otros. Pero, mientras existan personas que vengan a rescatar a los otros, está bien.”
El paraguas se sacudió ligeramente, y el hermoso rostro empezó a sonreírle a Shuuei.
“… Especialmente, tú tienes una suerte más grande que la de los caballeros anteriores. Es raro que los caballeros vengan aquí completamente desarmados. Y la sangre del clan Ran. Como siempre, los hombres de esa casa nacen con un exceso de buena suerte.”
Los ojos de Shuuei se transformaron en puntos… Su ropa, ¿se había precipitado tanto al ir a ese lugar que ni siquiera se preparó con zapatos para la nieve?
“… Completamente desarmado… Excepto que sólo tengo a ‘Kanshou’.”
“El caballero que vino antes sólo tenía ‘amor’ y ‘agallas’. También es raro que un caballero venga aquí sin nada preparado y con las manos vacías. Él era muy impetuoso. En comparación a él, tú eres fuerte, tienes amor, la enorme suerte del clan Ran, algo que te guiará en el bolso de tu pecho, la osadía y el optimismo para confiar en mí, y un amigo que está de tu lado y tiene a ‘Bakuya’. Creo que lo único que no tienes son ‘agallas’. Pues si las tuvieras, sería mejor.”
Como la gente le había estado diciendo recientemente que no tenía agallas, él se irritó y alzó el pecho.
“¡No, las tengo! Tengo agallas. Es natural. Porque aunque me hayan desheredado, ¡sigo siendo un hombre del clan Ran!”
“¿Ah? Tú lo has dicho. Entonces, ¿te esmerarás aunque eso te cueste la vida?”
“… ¿Eh?”
La sacerdotisa se dio vuelta de cuerpo entero. Ella posó los ojos en ‘Kanshou’ con una fría mirada y atractiva majestuosidad.
“’Kanshou’… ¿escuchaste eso? Parece que él tiene agallas. Entonces todo saldrá bien. Si ha venido aquí con tanta calma, este caballero del clan Ran no se retorcerá y morirá si absorbes algo de su energía vital. Aún es inexperto, pero… Para ser un caballero de estos tiempos, es muy bueno. Por un corto tiempo, admítelo como tu amo temporal. ‘Kanshou’, muy bien, despierta, hazlo sólo para dar ese único golpe… Después, hazle más fáciles las cosas a esa joven…”
Ella murmuró esto con ojos muy distantes. El bello semblante más blanco que la nieve, se ensombreció de melancolía semejante a una profunda tristeza. Entonces, al instante ‘Kanshou’, que había estado muda hasta entonces, se revistió de calor, como si respondiera.
La sacerdotisa hizo que sus melancólicos ojos sonrieran tristemente, y en silencio le tendió su deslumbrante paraguas rojo a Shuuei.
“Te daré esto. Caballero del clan Ran del ‘exterior’… gracias… por venir a rescatar a Shusui… El viento del sur que presagia el verano, las dulces y frescas aguas… qué nostalgia, el viento de la Bahía de los Nueve Colores. Así que tú continuaste cumpliendo la promesa de un pasado remoto. Está bien… si es así, entonces no todo será en vano, para disgusto de esa persona. Cuando alguien se esfuerza tanto, definitivamente algo bueno sucederá.”
Era como una canción de cuna infantil, ese suave susurro similar a un canto. Shuuei estaba mareado, y frotó el espacio que había entre sus cejas.
Él notó que estaba sujetando el paraguas rojo.
La figura semejante a una flor vestida con las antiguas ropas de una sacerdotisa, sonrió encantadora y hechiceramente.
Shuuei desesperado, sacudió la cabeza en un intento por aclararla de esa bruma.
“… No te pregunté… tu… nombre. Yo soy Ran Shuuei, ¿Y tú?”
“Un bonito nombre. Yo, bueno… hace mucho tiempo, fui conocida como --- al parecer.”
La delgada y blanca punta del dedo de la sacerdotisa golpeó levemente el pecho de Shuuei.
Aunque no lo había empujado con fuerza hacia atrás, Shuuei trastabilló unos pasos hacia atrás. No, él creyó haber retrocedido. Detrás de él sólo había un camino cubierto de nieve en el cual había estado caminando. Sin embargo, no había nada ahí.
Sus pies literalmente estaban tocando el aire. Por un segundo sintió una extraña sensación que nunca antes había sentido.
“--- ¿Eh?”
De pronto, se adentró en ‘algún lugar’. Más bien, cayó. Como si en verdad hubiera caído atrapado en un pozo sepultado por la nieve, el escenario a su alrededor de repente se transformó en oscuridad, y su cuerpo caía como si estuviera siendo disparado hacia algún sitio.
“¡¿Ehhh--?!”
Como si persiguiera en su caída a Shuuei, quien seguía sosteniendo el dichoso paraguas rojo, la voz de la sacerdotisa se escuchó desde arriba.
“Como pediste, este es el camino más corto. Aquí tienes el paraguas rojo, esfuérzate. Con este cálido viento del sur del ‘exterior’ llevándote… ayúdala.”
***
Los ojos de Ruka se abrieron mientras estaba sentada en su trono. Cansadamente, apoyó la cabeza en sus manos.
“… Alguien ha ingresado a la ‘Prisión del Tiempo’.”
La sacerdotisa que esperaba por ella estaba aliviada de que Ruka despertara, pero después su rostro perdió el color al oír estas palabras.
“¿Eso significa que hay un imprudente que quiere ayudar a Shusui? Entonces, las ‘Muñecas Asesinas’-“
“Está bien, Rikka. Déjalo. Aunque enviáramos a las “Muñecas Asesinas”, solamente se perderían en la ‘Prisión del Tiempo’ y morirían.”
“Pero, Ruka-sama.”
“Dije que dejes en paz a Shusui. –Ya está bien. Tengo un motivo para dejar a Shusui con vida. Sin embargo, antes de eso, todo terminará.”
Por un momento, la mirada de la sacerdotisa llamada Rikka flaqueó, como si sus emociones se enmarañaran. El alivio y la alegría de que Ruka despertara, finalmente se convirtieron en indiferencia hacia Shusui, tenebrosa exaltación, y al mismo tiempo, al escuchar a Ruka decir que no era necesario acabar con ella, un dejo de malestar semejante a incertidumbre y celos. Sin embargo, todas esas sensaciones se originaban de su devoción, su veneración y adoración por Ruka.
Aunque apenas había tropezado con Shusui, al mismo tiempo le provocaba un extraño sentimiento de envidia en su interior. Originalmente, Rikka había sido una chica que se refugió en uno de los templos del clan Hyou en el ‘exterior’, y no pertenecía al clan Hyou. Era por eso que, desde luego, ella no tenía poderes especiales, y desde un inicio, Ruka nunca pidió eso de ella. No obstante, Shusui era toda una integrante de los Hyou, y aunque al principio no tenía poderes, más tarde manifestó sus habilidades sobrenaturales, y aún con esto, ella escapó hacia el ‘exterior’. Finalmente, luego de veinte años, regresó por casualidad y continuaba pidiendo que se le permitiera ver a Ruka –Rikka no perdonaría todo eso. Su envidia y descontento se extendían hacia Shusui, que había regresado con todo lo que Rikka nunca tendría sin importar cuánto lo deseara. Inesperadamente, Ruka recordó el distante pasado. Su verdadero padre… que envidiaba el enorme poder sobrenatural con el que Ruka nació, la despreciaba, y sabiendo que no podía robarlo, usó todos los métodos disponibles para sellarlo, la encerró y luego la envenenó.
Incluso ahora, ella nunca se sintió tan desdichada como entonces.
… Eso ya es parte de un lejano pasado, de hace más de ochenta años.
“… Pero, si por casualidad, Shusui pudiera escapar…”
“¿Shusui escapar de la ‘Prisión del Tiempo’?”
Ruka rió entre dientes. Al reír… su respiración se detuvo. Aún dentro del cuerpo de una de sus jóvenes sacerdotisas, incluso parpadear se volvía cada día más difícil.
“Rikka. Tú no entiendes la ‘Prisión del Tiempo’ o el verdadero significado de su existencia desde tiempos remotos, pese a que éste ha sido distorsionado desde hace mucho tiempo. Si Shusui muere ahí, también estará bien. Si ella sale –Deseo que también lo haga.”
Luego de decir esto con voz seca, ella tosió. Rikka, nerviosamente palmeó la espalda de Ruka.
Ella apenas percibía algo.
“Ruka-sama… ¿eso quiere decir que usted pretende que Shusui sea su siguiente cuerpo?”
“Si ella se convierte en una inválida. Porque yo todavía tengo que enfrentar a ese idiota que está destruyendo las reliquias sagradas. Es patético. Si tuviera mi cuerpo original y los poderes de mi juventud, uno o dos objetos sagrados no significarían nada… Sin embargo, en estos ochenta años, casi todo… se ha agotado. Está vacío.”
Ruka sonrió auto compadeciéndose.
La nieve que no debería caer, estaba cayendo.
Hasta ahora, ella no había pensado que su propio poder estuviera menguando. Quizás se había confiado demasiado.
“Ruka-sama… ¿qué pasa? Escuché que el espejo que se rompió en la Bahía de los Nueve Colores no era el verdadero.”
“Es cierto. Sin embargo, después de eso, un idiota rompió el ‘verdadero’, al parecer.”
Rikka, que estaba sirviendo agua caliente, arrugó la cara como si estuviera a punto de llorar.
Como Rikka había dicho, el espejo que el ‘Lobo Negro’ había roto en la Bahía de los Nueve Colores, era un espejo que se usaba para separar el alma, no un espejo sagrado ni mucho menos. El ‘Lobo Negro’ lo rompió sabiendo eso. Ruka lo puso a prueba, en el curso del estira y afloja para sopesar qué tan lejos llegaría él por el Emperador y su hija y si su habilidad era la misma que en el pasado. Ambos sabían muy bien que esto era una especie de declaración de guerra.
Ella finalmente notó que algo andaba mal a juzgar por la intensa lluvia. El que la noticia de que el espejo había sido roto, se retrasara, había sido perjudicial.
“… Eso es lo que supongo. Para que me haya engañado así, y estar a la defensiva hasta ahora… es magnífico. Sin siquiera mover un dedo, me ha arrinconado a mí y al clan Hyou. Pensar que en esta época de aguas tibias, que un hombre estuviera dispuesto a detenerse apenas nació. Lo menosprecié porque era joven. De haber ocurrido dos décadas antes, lo habría hecho mi amante. Cielos… con la edad, el funcionamiento de mi cabeza se ha oxidado.”
Luego de que su enemigo Senka falleció… tal vez ella había bajado la guardia. No había forma de que existiera un oponente superior a Senka y Shou Yousen. [Nota: es decir, Shou Taishi. Yousen es el nombre real de Shou Taishi] Pensando en eso, quizás ella lo había subestimado. Que el día en que tuviera que hacer uso de un jovencito sin siquiera enterarse de que la guerra llegaría.
Ella sentía el fluir del tiempo. Y que por lo tanto, ella… sin duda, había envejecido.
“Sin embargo… todavía no voy a ir.”
Ella sabía que su poder estaba fluyendo lejos de ella con el vigor de una turbia corriente. No obstante, la vida de Ruka.
“Mi princesa.”
Ella escuchó la dulce y crepuscular voz de un pasado distante.
La familia Imperial y el clan Hyou eran dos caras de la misma moneda. Si una desaparecía, la otra no podía existir. Ahora que las reliquias sagradas habían sido rotas, ella irónicamente se daba cuenta ahora, de qué tan cierto era eso para la alta sacerdotisa de la familia Hyou y el vice Ministro de la Cueva de los Iluminados.
Si Ruka moría de agotamiento aquí… Uu Uu también moriría. Ahora, todo el poder que Ruka controlaba, estaba fluyendo hacia Uu Uu. Uu Uu ya no contaba con el poder vital siquiera para soportarlo. Ruka estaba furiosa consigo misma por pensar en esto con tal consideración.
(… No lo hago especialmente por el bien de Uu Uu. Es porque éste es mi papel –el papel del clan Hyou)
Sabía que al igual que ella, Uu Uu estaba usando toda su fuerza vital para sujetar la puerta. Los objetos y dominios sagrados eran como “llaves”. A menos que todos se rompieran, la puerta no se abriría, pero si uno o dos se rompían, existiría una abertura. Por lo tanto, con sólo uno o dos objetos rotos, la Provincia Ran estaba inundada, y en la Provincia Heki había terremotos.
La política les correspondía a los humanos del ‘exterior’. A cambio, los asuntos divinos eran administrados por el clan Hyou.
Ése era el pacto desde la antigüedad.
… La nieve que no debía estar cayendo, caía.
Hasta que el último de sus deberes por cumplir, terminara. Como ella había hecho hasta ahora, usaría cualquier medio necesario.
“… Ja, el oponente es un zorro astuto, ¿y nuestra salvación dependerá de la facilidad que tengamos para predecir su siguiente movimiento? Kou Shuurei también se está moviendo como lo predije. Entonces, el giro final de los dados… dependerá de quién los tire y cómo lo haga. Hasta entonces, debo permanecer aquí… ¿Por qué estás llorando, Rikka?”
Rikka se estaba secando las lágrimas.
“Si yo fuera hija del clan Hyou, y tuviera poderes sobrenaturales… le entregaría este cuerpo enseguida.”
Esa honesta admiración y adoración, que no se esforzaba en ocultar… hacía a Ruka recordar el lejano pasado. Una mirada ya olvidada por mucho, mucho tiempo. Lo que Ruka había protegido.
“Mi princesa…”
Una voz conocida proveniente de un muy distante pasado. Incluso un recuerdo que ella había sepultado… y que no tenía intención de rememorar, estaba despertando en su interior.
“… Rikka, ¿sabes cuando fue la última vez que se abrió la ‘Prisión del Tiempo’?”
“No… pero escuché… que fue hace casi cien años.”
“Correctamente hablando… fue ochenta años atrás.”
Hubo una vez un niño de más o menos cinco años que había caído espléndidamente, gritando como tonto, mientras sujetaba un paraguas rojo. Era Uu Uu.
Aunque lucía como si estuviera a punto de llorar, él miró a su alrededor en medio de la oscuridad, y al dirigirse hacia Ruka, brillaba como el sol.
“¡Ah, aquí estás, princesa! He estado buscándote desde que desapareciste. Luego me di cuenta de que estaba perdido, y me encontré a una mujer con un paraguas rojo… Ella dijo ‘Mhh, un caballero que sólo tiene ‘amor’ y ‘agallas’. Te daré este paraguas.’ Aunque me han dicho que no acepte dulces de los extraños… -He venido por ti. Regresemos, princesa. Los dos juntos.”
Regresemos.
“La última persona que estuvo encerrada ahí… fui yo.”
Notas: Sobre el árbol, este es el tipo de cuerda atada alrededor del árbol….
***
Fuente: http://yuzutea.net/log/2010/05/book-16-chapter-3-part-2/
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