SAIUNKOKU 16
Capítulo 5
La noche en que resuena el guqin
Posteado por Charmian
Traducido por Violet Raven
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Fuerte y grave, tan nítido como la superficie de un lago, el hermoso sonido del erhu sacudió con nostalgia el ambiente.
Shuurei había regresado a la ‘Habitación de la Tranquilidad’ y estaba tocando el erhu. Quizás reaccionando a “Bakuya”, “Kanshou”, que estaba con Jin, también se sacudía levemente. Escuchando a Shuurei tocar por primera vez, Jin se quedó mudo.
“… La señorita tiene un impresionante talento especial… Riou, ¿esto será útil?”
“Probablemente. Ella también hizo esto por Li Kouyuu. El sonido actúa como guía. Ellos vendrán aquí al escuchar la música. ‘Kanshou’ y ‘Bakuya’ están ligadas, y además el erhu es ‘el instrumento divino’ [Nota: ‘kagura’ Ver nota posterior] del clan Hyou. Pero este sonido… incluso sin las espadas gemelas, puede alcanzarlos.”
Riou había escuchado a Shuurei tocar el erhu incontables veces antes, pero sintió que ella se había vuelto mejor de lo que era antes.
Él sintió que la profundidad de su interpretación se había incrementado. También sintió que el inestable clan Hyou, se había enderezado un poco desde que el sonido de ese erhu empezó a resonar.
“… A propósito, Riou. Esa señora del paraguas rojo… ¿Era humana?”
“No, era un fantasma. Por su forma, creo que ella fue una de nuestras sacerdotisas de alto rango, de hace mucho tiempo. Eso no es muy raro entre nosotros. Normalmente, algunos zorros transformados vienen y van, hablan con nosotros, y también comen comida si quieren.”
“Qué descaro… ¿acaso no es su trabajo exorcizar espíritus?”
“Eso es para los individuos que hacen cosas malas. Los espíritus que son perseguidos por los humanos y se refugian aquí también son, para el clan Hyou, seres débiles. Porque los fantasmas, a diferencia de los humanos, no son iguales, creo que lo que dijo esa mujer era cierto.”
Después de decirles cuál era el propósito original de la Prisión del Tiempo, la sacerdotisa del paraguas rojo le entregó el erhu a Shuurei.
“Por favor, toca el erhu para ‘Shusui’. Si tocas el erhu, entonces el sonido será suficiente para guiarla. Eso la ayudará… Pero, lo que yo puedo hacer, termina aquí.”
Sonriendo tristemente, la sacerdotisa se marchó con paso elegante, como si fuera una verdadera humana.
(… si tenía forma humana, y sobre todo, ya que tenía el erhu, en vida debió ser una sacerdotisa de muy alto rango… Quizás debió ser la alta sacerdotisa de alguna época.)
Mientras pensaba detenidamente en esto, silenciosamente, alguien se acercó a Riou y se sentó a su lado con elegancia.
Al voltear casualmente Riou a su lado, se quedó boquiabierto. Ese cabello plateado, y esa cara, sentado en una silla, apoyando la barbilla en su mano, con movimientos tranquilos, como si estuviera en su propio cuarto, al tiempo que escuchaba el erhu.
(¡¿Pa-padre--?! ¿Incluso llamó a mi padre que es tan opuesto al cambio y antisocial que ha pasado los últimos cincuenta años enclaustrado en su habitación?)
Entonces, definitivamente llegaría hasta Shusui, pensó Riou. Además, su padre se había sentado al lado de Riou sin dudarlo. De alguna forma, eso se sentía raro.
Riou (padre) cerró los ojos, y escuchó a Shuurei mientras tocaba. El sonido del erhu que hace mucho tiempo él había tocado para “Bara-hime”.
…Aunque él había pensado que ella había escapado, dejando todo atrás.
Al parecer, ella había traído únicamente el sonido del erhu con ella. Riou sonrió discretamente, tristemente y en secreto.
Sólo el erhu, el cual él había aprendido a tocar por ella,
Eso evocó un misterioso sentimiento en el corazón de Riou.
“Padre.”
Al apenas abrir un ojo ante la voz de su hijo, Riou habló con voz nerviosa, todavía mirando al frente.
“… Gracias por decirme acerca de Shusui.”
Riou (padre) no respondió y bajó sus pestañas. Como si su humor fuera mejor que lo habitual.
… Finalmente, la “Bakuya” de Jin sonó.
Junto con un suave viento, aparecieron dos personas. Una de ellas era Ran Shuuei. La otra era—
Shusui sonrió y miró a Shuurei, que estaba tocando el erhu. Un sonido familiar. El sonido de su Señora.
Al mirar el rostro de Shuurei, todo lo que había sentido se disipó. Cálidos sentimientos brotaron en su interior.
“… Ha pasado mucho tiempo, Shuurei-sama.”
Shuurei soltó el erhu y corrió hacia ella. Con la cara descompuesta.
“¡¡Shusui!!”
Shusui sonrió abiertamente a Shuurei, quien había corrido hacia ella llorando.
***
El líder de la familia Hyou regresó a su habitación sin dar problemas cuando Shuurei dejó el erhu.
Mientras Shusui atendía sus heridas, se bañaba y comía, Shuurei de pronto notó algunos cambios, y abrió los cerrojos del enrejado. Sus ojos se abrieron de par en par. La copiosa nieve que había estado cayendo era ahora una ligera nevada.
“La nieve… casi se ha parado. Además, la temperatura es un poco más cálida. Esto—“
“Escuché que las cosas se estabilizan cuando hay muchos magos y sacerdotisas en el clan…”
Era demasiado drástico. Riou miró a Shusui. ¿Era posible? Shusui asintió, bajando su mentón.
“… Parece que casi se ha detenido porque salí de la Prisión del Tiempo.”
“Entonces, como pensábamos, la Prisión del Tiempo-“
“… Si. Originalmente, aparentemente era usada con ese propósito. No obstante, ya que ha sido mal utilizada durante cientos de años, se ha vuelto bastante perversa…”
Ella pensó en Ruka, que había salido una sola vez de la Prisión del Tiempo.
Era como si esos fríos ojos le hubieran estado preguntando cuánto valor tenía.
Ahora comprendía el significado de eso.
Viendo que Shusui se había tranquilizado, Shuurei le resumió lo que había ocurrido. Desde la plaga de langostas, hasta el hecho de que quizá existía una forma de exterminarlas en los templos que estaban del otro lado de los ‘pasajes’. Después de que Shusui terminó de escuchar esto, ella asintió.
“Entonces primero que nada, confirmaremos con los templos si hay un método de exterminio o no. Shuurei-sama, yo abriré algunos ‘pasajes’. Abrirlos todos es imposible… pero probablemente, con unos cuantos, podremos hacer algo.”
“… ¿Puedes hacerlo?”
Riou preguntó esto sorprendido. En tiempos normales, muchos magos y sacerdotisas podían usar los ‘pasajes’. Pero como era similar a una puerta abierta, ellos no necesitaban mucho poder para abrirlos. Sin embargo, ahora Ruka los tenía enérgicamente cerrados. Con una fuerza tal, que incluso Uu Uu tenía las manos ocupadas solamente abriendo una.
“Si. Probablemente… Ahora puedo hacerlo, creo. Pero como solamente la alta sacerdotisa es capaz de abrir todos los ‘pasajes’, enseguida debo ver a Ruka-sama.”
Shuurei reaccionó con sorpresa. Luego enderezó su postura, y volteó de nuevo hacia Shusui.
“Shusui –acerca de eso, tengo una petición que hacerte.”
“Lo sé. Ruka-sama se encuentra-“
“No, no sólo quiero que encuentres el paradero de Ruka-hime con tu ‘clarividencia’. Si es posible, quisiera que tomes de inmediato el lugar de Ruka-hime en el trono de la alta sacerdotisa. Aunque éstas pueden ser circunstancias convenientes para nosotros, si la alta sacerdotisa es reemplazada, podemos hablar directamente contigo y no con Ruka-hime. Respecto a las langostas y a los ‘pasajes’ también –Podemos pasar sin que la decisión final sea controlada por la opinión de Ruka-hime.”
En el clan Hyou, cualquier cosa que ellos intentaran hacer era al final, entorpecida por ‘Hyou Ruka’. Probablemente, Ruka no cedería fácilmente a las palabras de Shuurei y Riou. –Por tanto, era mejor para ellos cambiar de sacerdotisas. Desde la vez que Shuurei escuchó que el poder de Ruka estaba menguando, pensó en eso. Si fuera Shusui…
“Pero, no es por eso que envié al General Ran. Poderes sobrenaturales, la alta sacerdotisa, todo eso está en segundo plano. No estoy negociando. Incluso si te niegas, no importa. Pero me gustaría que lo pensaras.”
“… Shuurei-sama… yo también volví con la intención de ver a Ruka-sama una vez más.”
Shusui respondió esto con los ojos llenos de decisión, mientras veía sus brazos, que se habían vuelto algo delgados.
Shuurei se dio cuenta que incluso antes de decirle nada, Shusui ya había tomado esa decisión. Era penoso, pero si lo soportaba, ella podría cambiar algo en ese lugar.
… No obstante, algo la molestaba. Tal vez era que Shusui no había respondido claramente si o no. Cuando eso pasaba, la mayoría de las veces, era porque Shusui estaba ocultándole algo a Shuurei.-
“… Shusui, Riou-kun, ¿cómo es que cambian de alta sacerdotisa? ¿Existe una especie de retiro?”
Riou apartó la mirada con una cara asustada. Shusui le explicó la situación.
“No puede haber dos altas sacerdotisas a la vez. El cambio… ocurre solamente cuando la alta sacerdotisa muere.”
Al darse cuenta de esto, Shuurei agarró los brazos de Shusui. El rostro de Shusui, que estaba ocultando algo, parecía decidido.
“Shusui, dije eso pensando que sería más fácil cambiar de altas sacerdotisas que convencer a Ruka-hime con la excusa de que no tenemos tiempo, pero si algo te abruma a causa de eso, no deseo que eso suceda. Entonces, optaré tenazmente por persuadir a Ruka-hime y hacerla cambiar de opinión, a toda costa.”
Riou bajó la mirada, percibiendo que ella ya había notado que él estaba considerando si la forma más rápida sería matar a su tía. Aún ahora, esa idea permanecía ahí en un rincón, y fue por eso que él guardó silencio. Sin embargo, esa fue la respuesta de Shuurei a la cuestión, aunque ella había compartido ese pensamiento con Riou.
La cara de Shusui lucía contenta, como si hubiera perdido. Shuurei en verdad no permitiría tomar la salida fácil. Pero.
“… Shuurei-sama, no puedo responderte. Sólo esta vez, permíteme hacer lo que quiero.”
Shuurei y Shusui se miraron la una a la otra. De pronto, ellos se percataron de que Shiba Jin había desaparecido abruptamente.
Shusui todavía no estaba acostumbrada a su ‘clarividencia’, así que tampoco había ‘visto’ dónde se encontraba Ruka. Pero –
“… Riou-kun, no es posible que nadie en el clan Hyou sepa dónde está Ruka-hime. La gente cercana a ella lo sabe. No puede ser que ella haga todo sola, así que definitivamente tiene personas a su disposición.”
“¿Eh? Si, pero. No sé dónde puedan estar…”
Jin era extremadamente versado en los asuntos del clan Hyou. Ellos ignoraban si Hien-hime había enviado cartas detalladas referentes al clan Hyou, aparte de las que trataban sobre las langostas. Sin embargo, existía la posibilidad de que Jin ya –No, seguramente desde el principio, él sabía dónde estaba Ruka. Él solamente había estado haciendo tiempo hasta ahora.
Shuurei se mordió los labios. Si sus sospechas eran correctas.
“-Shusui, tengo una petición más. Después de que abras los ‘pasajes’ hacia los templos que probablemente tengan información acerca del exterminio, hay un sitio al que quiero que vayas con el General Ran. Riou-kun y yo tenemos asuntos que atender aquí.”
Después de que Shuurei vio partir a Shusui y Shuuei, ellos se pararon enfrente del círculo mágico trazado con patrones geométricos de luz, que estaba empezando a abrirse, en el cuarto conocido como ‘la sala de los pasajes’.
Este era el deber del Ministro de la Cueva de los Iluminados y el de un Inspector del Gyoshidai.
Riou tocó uno de los círculos de los ‘pasajes’ y habló con suavidad.
“Soy Hyou Riou, el Ministro. Tengo algunas preguntas para el Director del Templo Principal concernientes a la plaga de langostas.”
Aún entre los santuarios y templos asociados con el clan Hyou, este Templo Principal ponía mucho empeño en las medidas contra las langostas. Ellos también frecuentaban el centro de investigación y realizaban estudios ahí. –Él y Shuurei habían comparado cuidadosamente la letra de ese panfleto con el índice, y el resultado fue… como lo esperaban, provenía del Templo Principal.
Después de un momento, él escuchó una voz que venía del ‘pasaje’. La calmada y ronca voz de un hombre anciano.
“…Vaya, vaya, al fin escucho algo que viene de este ‘pasaje’. Pero, ¿qué es lo que ha ocurrido en la casa principal…? O eso me gustaría preguntar. –Pero primero responderé tu pregunta. ¿Cuál es?”
“Se trata del exterminio de las langostas. Quisiera preguntarle si es posible conducir a las langostas, una vez que enjambran en grandes cantidades y han empezado a volar en grupos, hacia un estado de destrucción. –Por ejemplo, a través de una enfermedad contagiosa, como en el caso de la Isla Kage.”
Se hizo un silencio como si el hombre se hubiese sorprendido. Era como si él no esperara que ellos supieran eso.
La respuesta fue concisa.
“-Existe un método.”
‘Sin embargo’, él continuó.
“Actualmente, no podemos intervenir. –Mientras no recibamos órdenes de Ruka-sama.”
***
Cuando Ou Ki terminó de revisar todos los documentos, dejó el pincel al lado. Al mirar hacia fuera, ya era media noche. Ouyou Gyoku había partido hacia la Provincia Heki antes que Ou Ki, el frente de la elite de la Guardia Imperial. Ahora que había dejado en orden todo su trabajo, Ou Ki ya podía marcharse al día siguiente por la mañana.
(…Bueno, ahora, ¿qué haré?...)
Ou Ki miró en dirección hacia el Ministerio de la Cueva de los Iluminados. Anteriormente, Uu Uu-dono le había pedido que tocara el guqin si tenía tiempo [ver notas para más información]. Siempre que tenía oportunidad, tocaba en su mansión varias veces, pero recientemente no había tenido espacio para hacerlo. Sin embargo, él no se había distraído del trabajo; en un rincón de su mente, algo lo molestaba. Uu Uu-dono no era de las personas que decían cosas a la ligera, y sobre todo… desde entonces, él no había visto a Uu Uu-dono.
La atmósfera era extraña. No podía saber por qué, pero no era una sensación agradable. En momentos así, él sentía un impulso por tocar el guqin, aunque nadie se lo pidiera. Ou Ki salió al jardín en medio de la noche, e hizo los preparativos él mismo. No obstante, diciendo esto, sólo tenía tres cosas. Una pequeña mesa para el guqin, una silla, y después de eso, el guqin. A diferencia del zheng [Nota: la cítara china, también conocida como guzhen], era mejor que el guqin fuera una medida tal que fuera fácil de transportarlo.
Él no quiso encender una vela. Las linternas del jardín estaban encendidas, y también había luz de la luna y las estrellas. Teniendo la destreza de Ou Ki, no le era necesario ver sus manos. Los preparativos estaban listos. Después de voltear cuidadosamente el guqin, primero empezó por tocar una melodía corta para practicar. Luego, cuando terminó la segunda pieza, de pronto detuvo sus dedos.
“No me parece correcto que ande paseando así, a altas horas de la noche, su Majestad.”
Definitivamente, tenía dudas sobre qué hacer.
Él había salido por el balcón, pensó en llamarlo en voz alta, pero no pudo. Luego, terminó retrocediendo, pero entonces se quedó aún más confundido por no saber qué hacer después. Si embargo, antes de poder reflexionarlo, Ou Ki salió al jardín. Después de que él empezó a prepararse sin parar para algo, sacó el guqin. Él no sabía que Ou Ki tocaba el qin –no sólo eso, sino el excepcional guqin. Mientras seguía titubeando, el sonido del instrumento empezó a fluir.
Sereno, aunque sin variaciones, el sonido era completamente limpio y puro.
¿Por qué Ryuuki encontraba este sonido tan familiar? Él sentía que lo había escuchado remotamente antes, en algún lugar.
Ryuuki se percató de que a la mitad de la segunda pieza, sus pies lo habían guiado hacia el sonido del guqin. Al ser reprendido tajantemente por Ou Ki, Ryuuki agachó la cabeza. Aún así, esperó.
“¿Puedo… escuchar un poco?”
Una de las cejas de Ou Ki brincó, aunque esto estaba cercano a una expresión de sorpresa.
Luego de un momento, Ou Ki le dijo que no había problema.
“Si eso le agrada. Ya que necesito la silla para tocar, no puedo ofrecérsela.”
“…¿No estás enfadado?... ¿Y tienes tiempo libre ahora?”
“Yo fui quien dijo que cualquiera podría venir a verme cuando quisiera, siempre que tuvieran asuntos que tratar conmigo. Incluso su Majestad. Si tiene algo que discutir, puede quedarse. De lo contrario, debería regresar.”
Después de un compás de silencio, Ryuuki asintió y se aproximó a Ou Ki. Ya que no había otra silla, se sentó directamente en el suelo, cerca. Esta vez, a Ou Ki no le importaron los modales.
De nuevo, los sonidos melódicos del qin empezaron a vibrar, fuertes y graves.
Un sonido misterioso, al cual sus oídos estaban acostumbrados. Ryuuki cerró los ojos, como si fueran seducidos por el sonido.
Una extraña sensación se apoderó de él. Familiar. En su corazón, hubo un murmullo.
Mucho antes, él había escuchado ese sonido. Alguien había permitido a Ryuuki escucharlo.
(…Eso no puede ser)
El único que había estado al lado de Ryuuki era su hermano Seien. Nadie más.
… Eso debía ser correcto. Aún así, ese sonido tranquilizaba el corazón de Ryuuki. Mientras seguía casi soñando, la canción terminó. Los ecos del sonido se dispersaban, pero la siguiente pieza no empezó.
Al mirar, se dio cuenta de que él estaba afinando concienzudamente el instrumento.
“… ¿Lo afinas con cada pieza que tocas?”
“Si. Porque el sonido tiende a desafinarse.”
Ryuuki se sintió herido en su curiosidad innata, se levantó y se acercó a la mesa del qin.
“¿Acaso el qin no se usaba en la música antigua? Tal vez es debido a que existen pocos intérpretes, pero esta es la primera vez que veo uno de cerca. Es muy diferente del zheng. No tiene puentes. ¿También tiene siete cuerdas?”
Por alguna razón, Ou Ki estaba callado. Ryuuki se cubrió la boca con la mano.
“… ¡¿Eso fue inapropiado para un emperador?!”
“No es eso, es que dijiste exactamente lo mismo que hace mucho tiempo.”
Ryuuki estaba sorprendido ante su inesperada respuesta. ¿Hace mucho tiempo?
“¿Ehh? ¿Te había escuchado tocar el guqin antes?”
La mano de Ou Ki, que estaba afinando el guqin, se detuvo. Pero no respondió la pregunta.
“… ¿Le gustaría intentar tocarlo?”
“¿Estás de acuerdo?”
“Yo le enseñaré. Empezando por cómo afinarlo.”
Ryuuki se encogió -¡¿Empezando por afinarlo?!
(No sólo me enseñará cómo rasgar las cuerdas adecuadamente, ¡¿sino que va a comenzar por la afinación?!)
No obstante, abrumado por la mirada penetrante de Ou Ki, igual que un halcón cuya presa se escapa, se dio por vencido rápidamente.
“… Gracias.”
Ou Ki lo hizo sentar en la silla que él había ocupado.
“En realidad, comenzaré por mostrarle cómo se alistan las cuerdas –No, me gustaría empezar por cómo se hace el guqin.”
“… ¿Qué? ¿Por cómo se hace?”
“Si. Si tuviera tiempo, entonces iríamos a buscar un buen árbol de palownia. El qin es un instrumento que uno debe tallar por sí mismo. Yo mismo elaboré este qin. Esa es la verdadera forma de tocar el qin. Hasta hace poco en el pasado, era común para los intérpretes de qin construir sus propios instrumentos de acuerdo a sus preferencias. Usar el qin de otra persona se consideraba sacrilegio.”
Él había comenzado con un sermón sobre la historia del qin, no por la afinación. ¿De qué se trataba todo eso?
Sin embargo, él no podía imaginar a Ou Ki en persona yendo al bosque para buscar un árbol de palownia, luego tallarlo delicadamente para hacer un qin. Pero indudablemente, el modesto qin hecho de palownia que estaba puesto llamativamente frente a sus ojos, había sido cuidado con esmero. Era un hermoso y bien empleado qin.
“Primero, se debe corregir el sonido de la séptima posición en la quinta cuerda [nota: hay algo aquí que fui incapaz de traducir.], y enseguida, hay que afinar la séptima cuerda-“
Él escuchó con cuidado, y tal como Ou Ki había dicho, afinó el tono, desde la primera hasta la séptima cuerda.
“Esta es la afinación para melodías tradicionales de qin. Ahora, para tocarlo, hay trece marcas alineadas aquí. Esas marcas se conocen como ‘ki’. Desde el primer ‘ki’, hasta el treceavo ‘ki’. Cuando pise sobre las cuerdas con la mano izquierda, éstas se volverán una referencia. El guqin se toca con la mano izquierda presionando las cuerdas y la derecha, punteándolas.”
Ya que el qin no tenía puentes como el zheng, en vez de eso, tenía trece marcas en forma de puntos.
“La posición de apoyo está entre el cuarto y quinto ‘ki’. Normalmente, sólo se debe mirar la mano izquierda, y la derecha puntea las cuerdas percibiéndolas.”
“¿Percibiéndolas?”
“No debe puntear las cuerdas mirándolas con los ojos, debe conocer su posición por el tacto. Es por eso que no se mira la mano derecha mientras puntea las cuerdas. Sólo debe mirar la izquierda que presiona las cuerdas. Ya que no lleva muescas, por favor también recuerde la música por el oído y la percepción.”
Intuición otra vez. Él sintió eso hace mucho tiempo, Sou Taifu también le había dicho algo parecido. ‘No mires los movimientos de tu oponente con los ojos. Recuérdalos con el cuerpo y la percepción.’… Él ahora sentía que Ou Ki también tenía una personalidad caprichosa en realidad.
Dado que Ryuuki era rápido captando las cosas, y su sentido del oído tampoco era malo, al irse habituando al uso de los dedos, los cuales usualmente no utilizaba, pronto le agarró el modo. Aunque era algo torpe, una vez que lentamente terminó de tocar una pieza fácil, Ou Ki le aplaudió.
Ryuuki estaba contento por el elogio aunque sabía que le había salido mal.
“… Ou Ki-dono.”
Las manos de Ryuuki se cerraron en apretados puños. En su mente, las ideas que no había tenido hasta ahora, comenzaron a aflorar.
Antes de darse cuenta, Ryuuki dejó salir las palabras.
“… ¿No soy bueno para esto, Ou Ki-dono? ¿No importa qué?”
En medio de la luz de luna y la débil iluminación de las linternas, Ou Ki miró a Ryuuki. Con una mirada reservada. Entonces, no hizo nada más que eso.
Ryuuki se dio cuenta de que con tales palabras, el corazón de Ou Ki no se conmovería ni siquiera un poquito.
Luego de un largo, largo silencio, Ou Ki cerró los ojos.
“… ¿Existe algo que odie, su Majestad?”
“… ¿Algo que odie…?”
“Se lo diré de otra forma. Creo que usted ha estado ocupando el trono por las cosas que le agradan.”
Parado frente a Ryuuki con la mesa del qin entre ellos, Ou Ki volvió a afinar el qin.
“… No digo esto con especial sarcasmo. Ascender al trono por el bien de algo o alguien no es del todo malo. En efecto… es mucho mejor que volverse emperador en beneficio propio.”
Él afinó las cuerdas, produciendo un bello sonido. Por alguna razón, Ryuuki se preguntó de pronto si la persona a la que hacían referencia esas últimas palabras, era a su fallecido padre –el Emperador Senka.
Ou Ki, todavía parado ahí, pausadamente empezó a tocar el qin.
“Probablemente, por el bien de la gente que estima, no sólo Kou Shuurei, sino Kou Shouka, que ha velado por usted, Ran Shuuei, Li Kouyuu, el oficial Shi… Creo que en su esencia probablemente existen sentimientos que lo hacen desear existir para proteger a la gente que le importa, la gente que no quiere perder, y por el bien de los deseos de la gente que le agrada.”
Así era. Y Ryuuki no creía que fuera incorrecto hacerlo así.
No obstante, ahora estaba equivocado en algo. Dado que entre más avanzara, más equivocado estaría y sería criticado por cualquiera al hacer algo, tenía que detener por completo su propio avance. Ese era el motivo por el que, aunque Ryuuki no creyera que estaba errado, no podía hablar. El mentón de Ryuuki tembló levemente.
Ou Ki fingió no ver esto, y continuó punteando el qin. Era un sonido apacible, con la calma de una noche en el bosque.
“… Sin embargo, su Majestad, yo soy diferente.”
La brisa nocturna murmuró entre los árboles, y las llamas de las linternas vibraron.
“He llegado tan lejos por todo aquello que odio.”
“… ¿Lo que odias?”
Ou Ki punteó con fuerza el qin, arrancándole un sonido grave.
“—Yo odiaba a tu padre.”
Ese sonido descendió ante sus últimas palabras, que no dejaron de hacerse notar, como si las borrara. Pero éstas llegaron inequívocamente a oídos de Ryuuki, que era diestro en las artes marciales, y Ou Ki también sabía eso. Si, él había hecho esto de forma que esas palabras solamente llegaran a oídos de Ryuuki. Los ojos de Ryuuki se abrieron de par en par. Él se percató de que ahora, y en el pasado, no había existido nadie que dijera que odiaba a su padre.
El emperador anterior, Senka. Conocido como el tirano sangriento, un héroe aclamado como la reencarnación del Emperador Sou Gen. El padre que su hermano mayor, Seien, había venerado.
Los dedos de Ou Ki puntearon las cuerdas. Esos sonidos, uno tras otro, viajaron en la brisa nocturna, como si fueran llevadas a alguna parte.
“Lo odiaba. Sin volver la mirada a los débiles, masacró a cada una de las personas en su camino, y obligó a todos a arrodillarse ante su poder absoluto. Yo no podía aceptar a semejante persona… Me negué a aceptarlo. He llegado tan lejos, no como tú, que quieres proteger a los que amas, sino para combatir las cosas que odio, y cambiarlas.”
Él había escuchado algo del General Sou. Que uno de los generales que se había opuesto a su padre hasta el final, había sido Ou Ki. Y era tal y como le habían dicho.
“Hay muchísimas cosas que odio. Hambre, guerra y enfermedad… a dondequiera que iba, había pilas de cadáveres, y como eso era ‘normal’, odié esa clase de ‘normalidad’. Quería cambiarla. En mis propiedades, contraté mucha gente, y aunque no fuera mucho, les ordené que crearan cultivos resistentes a las malas cosechas, y fui por ahí ayudando a los que habían caído en la pobreza. El sistema de exámenes aún no estaba establecido, así que muchos nobles y funcionarios eran incultos. Pasaban los días enteros escribiendo extravagantes e incoherentes poemas, y complaciéndose en decadentes banquetes… Tal vez ellos lo sabían. Que pronto, algo terrible ocurriría. Que el día de su destrucción se acercaba. Aún sabiendo esto, apartaron la vista de la realidad y se destruyeron a sí mismos.”
Como la fruta antes de caer al suelo podrida. El estrafalario y dulce olor de la decadencia, aunque éste ya estaba a punto de desplomarse.
“… En aquél tiempo, yo era joven como usted, sin poder… Aún así, me dolía ver que nada pasaría a menos de que los altos oficiales y nobles cambiaran. Es por eso que guié a la nobleza provincial, y los introduje al mundo de la política… Pero en aquel entonces, yo no tenía poder, así que no pude cambiar nada. Finalmente, el príncipe Senka se levantó. Él no esperaba nada de los nobles y oficiales. Decidió masacrar a los vasallos de su clan. Él no cambió a su padre, sino que eligió arrasar despiadadamente con él… Aún después de ascender al trono, no cambió su forma de proceder. Eso tú también lo sabes a la perfección.”
Ryuuki alejó la mirada. Eso era cierto. Aparte de sus cinco hermanos, dejando de lado a Seien, que había sido exiliado, Ryuuki no tenía parientes sanguíneos. Algunos habían sido asesinados durante la guerra entre los príncipes, y finalmente, todos terminaron siendo ejecutados por órdenes de su padre. Los príncipes restantes, las consortes, y también los miembros del clan. Igual que los nobles y oficiales que participaron. No quedó uno solo.
En ese momento, aunque Ryuuki se había enterado, realmente no sintió nada. Desde un principio, no sentía estima por sus hermanos mayores o las consortes, así que tampoco pensó en abogar por ellos. Aún cuando escuchó que todos ellos habían sido ejecutados, sólo pudo pensar en esos eventos como cosas que pasaban en un mundo muy lejano, que no tenía nada que ver con él. Él tampoco pensó que la forma de actuar de su padre fuera errónea. Probablemente eso era todo lo que había hecho. Ni siquiera había sentido lástima.
De pronto, el recuerdo de su yo pasado le dio escalofríos. Por vez primera, podía ver que su yo adolescente, que no había experimentado sentimiento alguno pese al hecho de que su padre había ejecutado a sus hermanos mayores y sus madrastras uno tras otro, era insólito.
“… ¿Estás diciendo que… mi padre… estaba equivocado?”
Él sabía que aunque preguntara una cosa así a estas alturas, no tenía sentido. Era una conversación sin sentido.
Los dedos, que habían estado punteando el qin de Ou Ki, se detuvieron. Los fragmentos de la melodía desaparecieron entre las sombras de la noche.
“… Lo que yo no pude hacer, fue consumado por esa persona y el Primer Ministro Shou. Se derramo mucha sangre, muchos murieron. Todos decían ‘es la única forma’. Que no había otra manera de finalizar la guerra. Pero, es raro, el Emperador Senka y el Primer Ministro Shou mismos fueron los únicos que no pronunciaron esas palabras, ni siquiera una vez… Si lo hubieran hecho, aunque fuera una vez, yo habría sido capaz de decirles directo y a la cara, que estaban equivocados.”
Él habría sido capaz de denunciarlo, diciendo que existían métodos diferentes, sin importar lo mucho que lo encubrieran.
Sin embargo, hasta el mismo final, él no puso excusas. ‘No esperen nada de mí’. [nota: citando de cierta forma a Senka]. Él siempre rió sarcásticamente, vivió como quiso, y luego murió. ‘Después, haz lo que te plazca.’ Esas fueron las palabras que dejó detrás.
Él no fue un hombre encomiable, que creyera que él mismo estaba equivocado. Sin embargo, tampoco creía que estuviera en lo correcto. Sólo había optado por una forma de hacer las cosas, entre muchas. Y entonces, ¿cuál fue el resultado de eso?
“… Reconozco esto. Él empleó a muchas personas talentosas, sin tomar en consideración su rango, inició el sistema del examen imperial, abrió las puertas, recibió a la gente… El país se volvió mucho más próspero de lo que era antes. Sobre todo –puso fin a la larga y turbia guerra. No puedo decir que la manera de esos dos de hacer las cosas que yo no pude… sea incorrecta. No todavía.”
Él no podía decir que ellos estuvieran equivocados. Pero tampoco podía aceptarlos. Existían otros métodos. Quizás por eso él había permanecido aquí hasta ahora, para apostar su vida en demostrarlo. Eso era lo que Ou Ki pensaba de vez en cuando.
“… He llegado tan lejos por las cosas que odio. Ni una sola vez se me ha ocurrido que fuera por las cosas que me ‘agradan’, como usted. Ni una sola vez he pensado en hacer los sueños de la gente o de alguien más, realidad, o que ese sea el papel del gobierno. Eso sería simplemente una gratificación para mi ego.”
“… ¿Eh?”
“… Su Majestad, por favor, considere esta la primera y última vez que hablaré de estas cosas con usted. –Al menos, he venido aquí pensando que el gobernar significa no satisfacer los ‘deseos’ de los ministros y el pueblo uno tras otro, sino más bien disminuir ‘las cosas que la gente odia’. Preparar medidas contra el hambre, sequía, inundaciones, epidemias y otros desastres naturales; deshacer los prejuicios, discriminación, corrupción y supersticiones infundadas… Ya que hay un montón de ‘cosas odiosas’ que deben ser disminuidas, sé perfectamente lo que debo hacer. Ya sea de forma correcta o equivocada, el gobierno debe llevarse a cabo. Si uno se despreocupa de las críticas de los demás, entonces no le importará ser odiado o amado por los ministros y el pueblo a causa de sus acciones.”
Los flequillos de Ryuuki temblaron levemente.
Lo primero que Ou Ki le preguntó era si había algo que él odiara.
Eso era lo que quería decir.
“Yo no hago este trabajo porque me ‘guste’ gobernar. Eso también se aplica a Ki Kouki y Son Ryouou… Y probablemente para la Oficial Kou también.”
Ryuuki se sobresaltó. Ou Ki había dicho ‘la Oficial Kou’. Él sintió que era la primera vez que escuchaba que Shuurei era nombrada así.
“Probablemente ella tampoco se dispuso a ser un oficial sólo por el mero ‘gusto’ de ser uno. Dado que el cariño es un sentimiento que cambia fácilmente, ella no habría llegado tan lejos sólo por eso. Eso pasa en todos los trabajos. Ser capaz de continuar, aún cuando es doloroso, sólo es posible si existe una razón más allá. Incluso si es para poder alimentarse, o satisfacer las necesidades de una familia. Toda vez que se trate de algo que no se quiera volver a ver, o de un sentimiento que no se quiera volver a tener. O de el mundo que uno quiere ver… Cosas así.”
Shuurei se lo había dicho a Ryuuki la vez que se conocieron. Que ella no quería volver a sentirse de esa forma de nuevo.
“Hay muchas cosas que pueden hacerse de alguna forma, con el poder de los humanos.”
Es por eso que quiero volverme un oficial, le dijo.
Ese ‘deseo’ que Ryuuki mismo le había concedido, tan fácilmente como si tirara comida, después, fácilmente se lo quitó.
Sus palabras eran severas, pero en contraste, misteriosamente no parecían ser pronunciadas en tal forma. Solamente eran serenas. Ou Ki rasgó el qin con sus uñas. Por algún motivo, la melodía que había escogido era dulce, como una suave canción de cuna para un niño. Sin embargo, él sintió que en alguna parte, en algún momento, ya la había escuchado. No podía acordarse.
“… No creo que haya sido usted bendecido con buena fortuna, Majestad, y no puedo decir que es un error sentarse en el trono por el bienestar de la gente que ama. Esa también es una manera de hacer las cosas… Por lo menos, a diferencia de mí, no cometerá la locura de encontrarse con que está perdiendo a sus seres queridos, uno por uno, mientras se enfrasca en un combate a muerte contra aquello que odia.”
Al levantar la cabeza, como para escuchar otra vez, sorprendido por esas últimas palabras, se topó con la penetrante mirada de Ou Ki.
“… Pero no me arrepiento. Aunque estoy plagado de dudas, aún así, este es el camino que escogí seguir. No creo estar equivocado. Ese es exactamente el por qué, su Majestad, no puedo creer.”
Los ojos de Ou Ki miraron directamente a Ryuuki.
“Yo, que he llegado hasta aquí por todo aquello que odio, no puedo creer en usted, que ocupa el trono por el bien de lo que ama, o en su forma de hacer las cosas. Ha aplazado tener que lidiar con lo que no le gusta, actuando negligente. Tal como ha hecho con nosotros en la Cancillería… Su Majestad, durante el tiempo en que usted nos ignoró, ahí estuvimos. Yo estaba de su lado, como uno de sus ministros, para servirle… Siempre.”
Aunque existía, aunque hablaba, fue tratado como si no estuviera ahí. ¿Qué tan peligroso era eso?
“Cuando los seres a los que uno ama cambian, uno también cambia, y si los pierdes, caes en una profunda desesperación. Sin embargo, mañana, y al día siguiente, el mundo seguirá su curso, en esos momentos, no puedes ser la persona que eras antes. Como esa vez con el príncipe Seien. Usted no tendría la misma fortaleza, a diferencia de su padre, para asistir a la corte tranquilamente, con la misma cara que tenía el día anterior. A causa de su gentileza.”
Ryuuki no pudo pronunciar una sola palabra como respuesta.
Su razón para decir que no quería ser emperador y encerrarse a sí mismo en la Residencia Imperial realmente había sido por su hermano. Pensándolo bien, era como si no hubiera cambiado mucho desde ese tiempo. El permitir a las mujeres tomar parte en los exámenes, y también eludir el matrimonio, había sido a causa de la chica a la que amaba. Cuando fue a la Provincia Ran, igualmente, la razón había sido ‘para traer a Shuuei de regreso’.
Ou Ki siempre criticó y se opuso a todo eso. Sin embargo, Ryuuki no había puesto atención a ninguna de esas cosas.
Si, Ryuuki era malo tratando con Ou Ki. Quizás se debía a que él sabía que en su severidad no había cabida para el amor en absoluto. Él le había asegurado a Ryuuki que ese era simplemente uno de sus deberes, y no consideraba placentero ver a Ryuuki. Así, Ryuuki llegó a desear evitar a Ou Ki, y terminó por no escuchar adecuadamente su consejo.
“Tú eres el emperador. Tú gobiernas sobre este vasto país, llevas el peso del pueblo sobre tus hombros. Incluso uno de tus errores puede conducir al desastre… Si eso pasa, será demasiado tarde para lamentarlo.” [nota: esta es una cita del pasado. ¿De quién sera? ¿Shuurei?]
Sin embargo, Ou Ki era diferente. Aunque no le agradara Ryuuki, siempre dejaba fuera las cuestiones personales, lo enfrentaba con la cabeza en alto, y lo aconsejaba cuando lo ameritaba. Él llevaba a cabo su ‘trabajo’ con sinceridad. Fue Ryuuki quien escogió a la gente basado en sus simpatías y aversión, y lo arruinó todo. Ahora, todo eso sencillamente se le regresaba.
“No pienso que usted, o su forma de pensar sea mala. Es sólo que yo soy totalmente incompatible con ello. Si vives por el bien de los que amas, el mundo siempre será cómodo. También es normal que quiera evitar pensar en lo que odia tanto como sea posible. Pero esta corte, y su soberano no pueden ser así. Esos son mis principios, mi estilo de vida. En el futuro, tampoco, pretendo desviarme de eso… Esa es mi respuesta a su pregunta de si hay alguna esperanza para usted.”
La cara de Ryuuki se retorció.
No funcionará contigo. No existía una expresión de sus ideas más clara que esa.
“Su Majestad, hay un mundo que deseo ver. Hay cosas que tengo que hacer mientras los vestigios de la era del Emperador Senka y Shou Taishi permanezcan. Todavía queda algo que sólo puede hacerse ahora… Sin embargo, para usted es completamente imposible. Aunque ahora pone una cara como si este fuera el peor momento de su vida, por experiencia, ésta es la edad decente y oportuna. Aún así, es demasiado difícil para usted. Es inevitable. El trono es un sitio frío, despiadado y solitario. Pese a esto, usted es la persona menos adecuada para soportar semejante soledad. Todavía no ha hallado una razón que le permita tolerarla… ¿O estoy equivocado?”
“…”
“Si es tan doloroso, está bien si saliera huyendo.”
Ou Ki dijo esto tranquilamente. Esas palabras que hasta ahora, ni una sola vez había pronunciado.
Los ojos de Ryuuki se abrieron inmensamente. Con una ronca voz, él repitió ausentemente.
“… ¿Está bien… salir huyendo…?”
“Si. De aquí en adelante –especialmente cuando yo esté ausente de la corte, los tiempos venideros serán los más difíciles que usted haya enfrentado hasta ahora, y todo recaerá pesadamente sobre usted. Honestamente, no creo que sea capaz de sobrellevarlo, así que no le pediré que lo soporte más. Si siente que es imposible, que nada puede hacerse, debería huir lejos, como la vez que se marchó a la Provincia Ran… Solamente, que ésta será la última vez. A diferencia de esa ocasión, por favor, considere que el día de regresar al trono de nuevo, no llegará.”
En ese momento, el pecho de Ryuuki se llenó de emociones violentas que no podía expresar. Esa masa caliente que brotaba en su interior se asemejaba al odio, pero también estaba mezclada con angustia, tristeza, desdicha, como si todos esos sentimientos se arremolinaran dentro de su cuerpo como un torbellino. Eso le dolía más que cualquier crítica, denuncia o severas palabras que hubiera enfrentado con anterioridad. Él no pensó que tales sentimientos, que eran capaces de nublar su visión, explotaran dentro de él al escuchar que podía salir huyendo y que ya no tenía que esforzarse más. En verdad, Ou Ki se había percatado de que estaba acabado. No importando lo que dijera, sería inútil, él no regresaría. Él había dicho que nunca volvería a esperar nada de Ryuuki otra vez.
En ese instante, él entendió en el fondo de su corazón, que no habría ni una oportunidad en un millón, de contener a Ou Ki.
Él se dio cuenta de que estaba llorando. Una tras otra, las lágrimas se derramaban, como si lo estuvieran exprimiendo, y no podía pararlas. Incluso si tratara de reprimirlas, él gradualmente empezó a gimotear como si fuera un niño.
De pronto, se dio cuenta de algo. ¿Era posible que Shuurei también tuviera esos pensamientos? La noche en que Ryuuki le pidió que renunciara a ser un oficial –que era lo mismo que decirle ‘ya no necesitas ser un oficial’, ¿con qué pensamientos le había respondido ‘está bien’? ¿Con qué sentimientos le había sonreído a Ryuuki?
Luego de un silencio atronador, frente a sus ojos se extendió un pañuelo blanco.
Al tomar el pañuelo, reconoció que éste no estaba hecho de seda ni nada parecido, sino de un blanco algodón, de aquellos que podían comprarse en cualquier parte. Ryuuki se dio cuenta de que pese a que Ou Ki siempre vestía correcta y pulcramente, la tela de sus ropas oficiales y las alhajas en sus oídos y dedos, no eran de gran valor. Sólo hasta ahora había comenzado a poner atención en Ou Ki. Si, porque él sólo había volteado a ver a la gente que le agradaba.
Como siempre, Ryuuki había llegado demasiado tarde. Para todo, de eso se dio cuenta.
“… Una persona como usted… llorando frente a mí. Estoy aún más impresionado.”
“L-lo siento… No era mi intención llorar así.”
Ryuuki se tragó sus siguientes palabras. Aunque estuviera tan perdido como para ignorar los errores que estaba cometiendo, sólo sabía una cosa. Decir que lo escucharía de ahora en adelante no cambiaría ni un poco el corazón de Ou Ki. Eso sólo significaría que la persona a la que él escucharía habría cambiado de Shuurei, a Kouyuu, a Yuushun y luego a Ou Ki. Esa misma actitud era, probablemente, la mayor razón por la que él le había dado la espalda a Ryuuki. Por lo tanto, ahora Ryuuki no tenía palabras más que esas. Ou Ki probablemente también lo sabía. Esa era exactamente la razón de que él le dijera discretamente ‘ya no funcionará contigo’. Era la pura verdad. El tiempo se había agotado.
Él percibió que Ou Ki estaba limpiando el qin sobre el que Ryuuki había rociado sus lágrimas. Y suspiró.
“… En verdad que usted no ha cambiado. Discúlpeme por decir esto, pero incluso ahora es un misterio para mí el cómo pudo nacer un príncipe como usted de esos dos padres.”
Mientras secaba su cara con el pañuelo, un bello sonido salió del qin.
Pese a que no conocía esa melodía, por alguna razón, él sintió que la había escuchado antes, en algún lugar. En un lejano pasado. Cuando su hermano desapareció repentinamente del palacio, él todavía no conocía a Shouka. El período de un año vacío, en el que él había estado vagando solo por la Residencia Imperial.
Hubo un tiempo en que él había dormido solo, escuchando en la lejanía una canción de cuna interpretada con el qin.
(Eso era…)
¿Ese sonido del qin era…?
Cuando los sollozos de Ryuuki se detuvieron, la canción también. No era propiamente una composición, sino una especie de pieza improvisada, hecha de tal forma que podía detenerse en cualquier momento.
“… Por favor, vuelva pronto, su Majestad. El cielo empieza a aclarar. Dentro de un rato, cuando amanezca, partiré a la Provincia Kou. Ya que cuento con poco tiempo, me marcharé sin ninguna formalidad… Probablemente esta sea la última vez. Me despido, su Majestad. La próxima vez que nos veamos—“
Ou Ki cortó ahí sus palabras, y dejó de hablar. No obstante, Ryuuki además tuvo una premonición. La próxima vez que se vieran, probablemente todo cambiaría drásticamente para ambos. Tanto para Ryuuki como para Ou Ki, algo que solamente había seguido en curso, llegaría a su fin. Quizás esta era la última vez que se reunirían y hablarían de esta forma. Él quería permanecer sentado en esa silla para la eternidad, no obstante, Ryuuki se levantó pesadamente.
La noche había empezado vagamente a disolverse. El cielo del este iluminaba la oscuridad transformándola en índigo. Al ver esto, sus últimas palabras se derramaron de sus labios.
“… Ou Ki-dono, te encomiendo la Provincia Kou. Por favor, ayúdalos…”
Finalmente, miró una vez más el rostro de Ou Ki. De frente. Ahora se daba cuenta de que las veces que había mirado a Ou Ki completamente a la cara, habían sido tan pocas que podían contarse.
Se hizo un silencio peculiar. No, era Ou Ki quien miraba a Ryuuki con una mirada peculiar. Tal vez el emperador había visitado a Ou Ki en su mansión no para conversar como lo habían hecho hasta ahora, sino para expresarle esas dos frases. Kou Shouka le había dicho que si enmendaba sus imperfecciones, podría ser un mejor gobernante que Ou Ki. Ou Ki cerró los ojos, juntó ambas manos e inclinó su cabeza. Una reverencia para el emperador.
“-Como desee, su Majestad.”
Ryuuki asintió, y con su rostro aún inexpresivo, se dio vuelta y se fue.
Después de observar al soberano partir hasta que ya no pudo ver su figura, Ou Ki aspiró profundamente. El frío, limpio y dulce aire del momento antes del amanecer llenó sus pulmones.
La desagradable y estancada atmósfera que había sentido al principio, se había desaparecido.
CONTINÚA
Notas:
Kagura (神楽): Usualmente en japonés la palabra indica un estilo antiguo de teatro interpretado en los templos acompañado de música, bailarines que representaban escenas de la mitología japonesa, tales como el cuento de la derrota de Yamato-no-Orochi. Me pregunto si aquí la autora quiso referirse a la ‘música divina’ o algo por el estilo, pero optó por el instrumento. (En general hay una similitud confusa entre los instrumentos, la música y el estilo personal de tocar un instrumento específico, que debe haber hecho un lío este fragmento del texto.)
El guqin es un instrumento clásico chino, parecido a la cítara. Ver
aquí para más información.
El ‘gu’ en guqin significa ‘antiguo’, y el ‘qin’ se refiere al instrumento.
El guzheng (o zheng) también es otro instrumento chino. Es mucho más largo que un qin. Como comenta Ryuuki, éste tiene puentes.
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Fuente: http://yuzutea.net/log/2010/05/book-16-chapter-5/
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