viernes, 26 de marzo de 2010

VOLUMEN 15 Epilogo

Nota aclaratoria: El siguiente texto es una traducción al español hecha de su original en inglés. Para mayores referencias, consultar la fuente que se cita al final.

SAIUNKOKU 15
(Kuraki Tasogare no Miya)
Epilogo
Editado por Charmian
Traducido por Violet Raven


>ANTERIOR


Epilogo


La Provincia Sa –La casa principal de la familia Sa.
Hyou Eiki alzó la vista hacia el camino trazado por la estrella que había aparecido, con su abanico de plumas en la mano. Su mirada se tornó severa.
“¿Ese cometa caerá desde Tenki, y se dirigirá hacia La Doncella Tejedora?...”
Eiki cerró los ojos… Habían pasado más de cincuenta años desde que abandonó el clan Hyou.
Eiki, que había nacido con inmensos poderes sobrenaturales, había sido criada con mucho esmero como la sucesora de Ruka, una posición que no había sido decidida por mucho tiempo. No obstante, Eiki rechazó todo y huyó. Definitivamente, ella quería estar con Enjun. Pero, más que eso, ella no quiso permanecer en esa casa. Ella no deseaba estar atada a ella. Lo que ella quería, en este salvaje mundo, era vivir como lo deseara. Ella había pensado que decidir su propia vida era algo digno de orgullo. El deseo de la que alguna vez fuera una jovencita, se había realizado al abandonar la casa en la que había nacido.
-¿Decidir tu propia vida? Qué absurdo. Ella había escapado. Tal y como Ruka-sama había dicho.
De los labios de Eiki salió una mofa de autocompasión. Aún cuando ella había sermoneado a Kokujun por huir.
Ahora, ella sabía lo que debía haber hecho.
“…Así que, ¿también me ha llegado la hora?...”
Había alguien que había continuado con su labor, después de que Eiki hizo todo a un lado.
La orgullosa chica había volado y volado a través de la vida, con todas sus fuerzas.
Sólo lamentaba una cosa.
Viendo los movimientos del cielo, Eiki repentinamente sonrió, con una cara jovial.
“…Una vez que se termine, ¿nos encontraremos sin prisas en el reino del crepúsculo? Mi Señor…”
Ella sintió que el espacio se deformó a sus espaldas. Cuando ella volteó, había un hombre joven parado ahí. Cuando Eiki vio esa cara familiar, no movió ni un poco las cejas, pero si masajeo sus sienes… Una cosa más de qué lamentarse.
“Cielos, despertándote a estas alturas. Si necesitabas ayuda, ¡¿por qué no viniste antes?!”
Eiki se acercó al hombre. Levantó la vista hacia sus ojos, que se parecían a los de un gato en un lugar alto, y el hombre le sonrió de vuelta como si se estuvieran burlando un poco de él. Eiki bufó. Este hombre nunca fue sincero con Eiki o Enjun. Él siempre evadía las cosas de brazos cruzados. De pronto, Eiki movió su larga mano. Su envejecida, pero elegante mano se acomodó en la mejilla del hombre, que era bastante atractivo.
“Idiota… mira que perder la vida siendo tan joven… El mundo es grande, y tú eras tan débil. La vida y la muerte, y también el amor, no eran lo que tú pensabas… Enjun y yo no fuimos capaces de enseñarte esto cuando estabas vivo. Bueno entonces, esta es la última oportunidad que tienes para que yo haga algo por ti. Dime lo que quieres.”
Hubo un compás de silencio. El hombre lentamente estrechó sus ojos de gato, y llevó un largo y elegante dedo al mentón de Eiki. Él murmuró, con encanto inaudible. Con una voz que no era voz.
-Por favor, dame tu vida, dijo.
De pronto, hechiceros del clan Hyou y “Muñecas Asesinas” rodearon a Eiki y al hombre, formando un círculo.
Los labios de Eiki sonrieron atractivamente. Ella vio algunas caras conocidas.
“Hmph. ¿Han venido a matarme y a destruir por completo el santuario de la Provincia Sa esta vez?”
Eiki ya no poseía el poder sobrenatural que se igualaba al de Ruka. Se había casado con una persona normal, y con los años, su vida y poderes se habían debilitado. Los hechiceros y “Muñecas Asesinas” habían sido enviados por si acaso. Era como si él hubiera anticipado todos los movimientos de Eiki. Esta forma artera de hacer las cosas, sin rodeos, era igual a cómo el joven que tenía frente a sus ojos, hacía las cosas en vida.
Inexorablemente, los hechiceros y las “Muñecas Asesinas” se movían sigilosamente, presionando, cerrando el círculo.
Ella sólo lamentaba una cosa. Todavía tenía cosas qué hacer. Ella pensó que había llegado a la edad en que podía terminar con esto. No obstante, tal vez no era así. Esa sería la persona a la que ella tendría que entregar su vida.
Eiki miró ferozmente al hombre, que seguía sonriendo con elegancia, por el rabillo de su ojo.
“Tonto… Muy bien. Si tanto deseas matarme –Entonces te la entregaré.”
Eso significaría entonces, darle algo a su nieto al que nunca fue capaz de darle nada en toda su vida.
El viento sopló. Los ojos de Eiki se cerraron, y de su mano, cayó suavemente el abanico de plumas.
…Lo último que Eiki vio, fue a Sakujun, con sus ojos angostos como los de un gato, y una elegante sonrisa en su cara.

**

Siguiendo al santuario de la Provincia Heki, ahora el santuario de la Provincia Sa había desaparecido.
-Por el rabillo del ojo, él pudo ver una estrella roja aparecer repentinamente y caer del cielo, arrastrando una cola.
Una estrella que anunciaba la calamidad. El cometa cayó de la constelación de las Memorias de los Cielos hacia la constelación de la Doncella Tejedora. Un gran peso cayó sobre el pequeño cuerpo de Uu Uu. Él trataba con todas sus fuerzas de no gritar. Kiyou era el eje de toda la nación. Especialmente en cuestiones espirituales. El Ministerio de la Cueva de los Iluminados y la casa principal de la familia Hyou estaban por encima de todos los sellos de las tierras sagradas de cada provincia, y al mismo tiempo, el poder que fluía de las tierras sagradas de cada provincia protegía a Kiyou. Si alguna fallaba, los otros precintos sagrados llenarían el vacío, y juntos llenarían cualquier hueco.
Después del de la Provincia Heki, ahora era el de la Provincia Sa. Y además, la reparación del espejo que había sido roto en la Cueva de los Nueve Colores, había sido confiada a Heki Karin-dono, pero todavía no estaba terminado.
…Cuando éste estuviera completo, probablemente Heki Karin-dono moriría.
No obstante, el Ministerio de la Cueva de los Iluminados tenía que pedírselo a ella.
(Está hecho en tal forma…)
Desde tiempos antiguos, sin embargo, ha habido cosas que han sido protegidas por el bien de alguien. Había alguien que podía entrar en el recinto sagrado y llegar hasta el objeto sagrado, y entonces fácilmente destruirlo.
Esa persona –de una forma u otra, sólo podía ser una persona ligada al clan Hyou.
Él había escuchado que Ruka no había tratado de evitar que el “Lobo Negro” rompiera el espejo en la Cueva de los Nueve Colores.
“El exterior está asolado por la guerra. Has obtenido la sabiduría y la magia necesarias para poder irte. Es una regla inquebrantable para la familia Hyou no involucrarse en la política, pero no podemos permanecer indiferentes. No puedes olvidar esto. Nosotros protegemos a las personas sin luchar. Cuando salgas al “exterior”, observa al mundo y su gente, piénsalo bien y al final, haz lo que creas correcto. No te olvides del honor del clan Uu al ser sirvientes de la familia Hyou.”
En medio de la oscuridad, ésas palabras siempre fueron una guía para Uu Uu.
Él ignoraba el motivo de que ella se transformara. No obstante, Uu Uu también había cometido un error en algún punto.
Él no se arrepentía de haber dejado escapar a “Bara-hime”, traicionándola. Sin embargo, desde ese momento, era como si una enorme sombra oscura hubiera caído. La sombra, gradualmente había tomado una extraña forma, había crecido, y aún cuando él notó esto, Uu Uu no dio marcha atrás. Entre más viejo se hacía, más hábil se volvía en darle la espalda a sus errores. En verdad, él no tenía derecho a sermonear a los jóvenes.
Gradualmente, las cosas habían llegado a esto. A Uu Uu también le había llegado la hora de rendir cuentas.
Por el bien del joven emperador, por el bien de Riou, había algo que él tenía que hacer.
…Antes, él había dejado que el “Lobo Negro”se ocupara. Pero precisamente a causa de eso, su mala conciencia se había vuelto una gran sombra.
(Mi princesa)
Si no vuelves a ser la de antes…
Esta vez, tendré que enfrentarte.
Como lo prometí, te ofreceré toda mi vida, que ha sido preservada por tu bien.
-Incluso si termino por perderte para siempre.

***

Fuente: http://yuzutea.net/log/2010/01/saiunkoku-book-15-epilogue/

>Temas Relacionados - Volumen 15 Prólogo - Volumen 15 Capítulo 1 1/3 - Volumen 15 Capítulo 1 2/3 - Volumen 15 Capítulo 1 3/3 - Volumen 15 Capítulo 2 1/2 - Volumen 15 Capítulo 2 2/2 - Volumen 15 Capítulo 3 1/4 - Volumen 15 Capítulo 3 2/4 - Volumen 15 Capítulo 3 3/4 - Volumen 15 Capítulo 3 4/4 - Volumen 15 Capítulo 4 1/2 - Volumen 15 Capítulo 4 2/2 - Volumen 15 Capítulo 5 1/2 - Volumen 15 Capítulo 5 2/2 - Volumen 15 Capítulo 6 - Volumen 15 Capítulo 7


VOLUMEN 15 Capítulo 7

Nota aclaratoria: El siguiente texto es una traducción al español hecha de su original en inglés. Para mayores referencias, consultar la fuente que se cita al final.

SAIUNKOKU 15
(Kuraki Tasogare no Miya)
Capítulo 7
Editado por Charmian
Traducido por Violet Raven


>ANTERIOR


Capítulo 7


El abanico abultado en el bolsillo de su pecho estaba envuelto en calor, como electricidad estática.
Lo reconsideró tres segundos. Cuatro. Entonces, era inútil seguir esperando, pensó.
Aunque en realidad él había tenido ganas de preguntar, había soportado desesperadamente, pensando que no se podía hacer nada.
Éste era el límite.
“---¡¡Lo siento, Riou-kun!! Seguramente te vas a enfadar y dirás que este no es el momento ni el lugar, pero te preguntaré de todas formas. Te preguntaré porque después de hacerlo no me importa cuánto me grites. -¡¿Es realmente cierto que Shusui-dono está a salvo?!”
La ubicación de Jin era desconocida, no se encontraba por ningún lado. Shuuei estaba ansioso respecto a Jin, pero vio que era ridículo preocuparse por la seguridad de Jin. Con Shusui era distinto.
“Si, ella debe estar bien. A veces, Shusui merodea a nuestro alrededor.”
Los ojos de Shuuei se volvieron dos puntos. ¿Ella a veces merodeaba a su alrededor? Él se preguntó si Riou estaba mal de la cabeza, pero luego de considerar que esa era la mansión de la familia Hyou, se puso tremendamente pálido.
“…¡¿Será posible que ya sea demasiado tarde, y ella se ha vuelto un fantasma?! ¡¿Ella está vagando por ahí en algún lado?!”
Y encima de eso, ¡¿por qué Riou podía verla y él no?! Si se tratara de Shuurei-dono, podría perdonarla, ¡¿pero Riou?!
(Momento, ¡¿qué significa esto?! ¡¿El amor que le he tenido por diez años no la ha alcanzado?! Es un insulto.)
Riou estaba irritado. Shuurei estaba bien –pero parecía que para la gente del “exterior”, el clan Hyou era visto completamente como un “clan misterioso”. Aún cuando él no podía asegurar que no era así.
“¡Tonto! No. Hay un ratón blanco que merodea por aquí. Es ella. A veces ella viene aquí.”
“¿Qué? ¿Dijiste un ratón blanco?... ¿Eh?”
Era cierto, había un ratón blanco que a veces merodeaba por ahí. Shuuei también lo había observado con interés, porque era un ratón blanco que dejaba una impresión diferente a la normal.
Recordando eso, Shuuei declaró firmemente:
“No, no es Shusui-dono.”
“…¿Cómo puedes asegurar eso? Tú eres un humano normal.”
“Instinto. En verdad tiene un aura femenina, pero ése ratón tiene una belleza de clase austera.”
“¿Eres un experto en ratones-? ¿Haces tal afirmación solamente basado en el instinto?”
“No, no, soy experto en mujeres, no en ratones. Mis ojos no me engañan.”
Una firme declaración. En el clan Hyou, donde los hombres estaban por debajo de los ratones, esta era la primera vez que él había visto un hombre con tanto coraje. Riou deseó que Ruka y todos los hombres de la familia Hyou pudieran escuchar esto.
“Riou-kun, tú también eres un humano normal, ¿por qué estás tan seguro de que es Shusui-dono?”
“Pues-“
Él había visto con sus propios ojos que el ratón usó un relámpago mágico para revivir a Shuurei, y de alguna forma, el que la ilusión de Shiba Jin se dispersara, parecía haber sido obra del ratón. Era imposible que fuera un ratón normal.
(…Pero en realidad, aunque él había dicho que era Shusui, el ratón no había asentido…)
El pecho de Riou produjo un sonido desagradable. El cabello de su nuca se erizó.
(…¿Y qué pasaría si ése ratón no era Shusui? Si fuera alguien más.)
Ahora, todos los magos y sacerdotisas de alto nivel habían sido enviados lejos, y había una persona que podía usar el hechizo del relámpago mágico revitalizante.
-Había una, sólo una.
Definitivamente, si se trataba de ésa persona, la muerte de Shuurei sería un inconveniente. Siendo más exactos, la muerte del ‘cuerpo’ de Shuurei.
(¿Era posible que ése ratón fuera--)
Shuurei estaba sola en el cuarto. Riou había dicho que la dejaran ahí. Porque él había pensado que una de las razones por las que esa persona no le había hecho nada a Shuurei era porque ésa era “la Habitación de la Tranquilidad”. La regla dictaba que las personas que estuvieran dentro de “la Habitación de la Tranquilidad” estaban bajo la protección de la familia Hyou. Fue por eso que él eligió ese cuarto desde el principio. Esa regla podía ser suficiente para estar seguro de ello, y si Ruka respetaba el honor del clan Hyou- además, el ratón blanco estaba ahí, por lo tanto aunque ni Shuuei o Jin estuvieran ahí, si la presión aumentaba, Shusui seguramente la protegería.
…Esa vez, Shuurei, extraña y obedientemente había dicho “Entiendo. Vayan, entonces”, y se retiró.
Entonces, ella se quedó en la habitación con el ratón blanco.
Riou crujió los dientes.
“Entiendo. Vayan, entonces.”
No fue un ‘Los esperaré. Vayan, entonces’. Era como si algo pudiera pasar inclusive dentro de ese cuarto.
Riou escuchaba un desagradable latido en sus oídos.
…En otras palabras, si tiene mi cuerpo, Ruka-san puede vivir.
Te pido que te detengas. No te traje aquí para eso.
Te lo pido.
“…Riou-kun, ¿qué pasa?”
“—Nada.”

Riou no volvería.
“Por favor, regresa después de hacer que todas las puertas del clan Hyou que han sido cerradas herméticamente, sean abiertas de ese lado”
Él había decidido cumplir el deber del clan Hyou.

**

Shuurei, sola en la habitación, se sentó en la cama. Juntó las rodillas y puso ambas manos sobre ellas. El ratón blanco se escabulló dentro, y velozmente se aproximó, quedando frente a Shuurei.
Shuurei saludó al elegante ratón blanco.
¿Por qué razón, desde el principio, Shuurei vio a ese ratón como una mujer?
Una hermosa mujer, con chispas flameantes dentro de sus ojos negros de carbón, parecida a una niña, parecida a una anciana dama.
Los ratones blancos eran los guardianes de la mansión. Pequeños mensajeros de los dioses.
Así, ella era en especial, la persona que continuamente protegía a la familia Hyou.
El ratón blanco enroscó su cola alrededor de su garganta. Sus redondos y brillantes ojos negros, al mismo tiempo, recordaban a los de una oscuridad abismal.
De alguna parte, surgió un sonido de hojas crujiendo, como el sonido de las olas.
Por un segundo, ella creyó ver un gigantesco árbol de pagoda, con la copa de sus ramas meciéndose. Al instante en que parpadeó por la sorpresa, el sonido del crujir de las hojas y la sombra del árbol de pagoda, se desvanecieron.
En su lugar, ante los ojos de Shuurei, apareció la figura de una chica tan hermosa, que su belleza era capaz de hacerle cerrar los ojos a cualquiera.
“Hmph… eres valiente, niña. ¿Acaso has elegido enfrentarme tú sola?”
Shuurei recordaba a esa chica.
El cabello del color de la oscuridad, su pálida piel, sus labios como la sangre.
Era la joven que se le apareció a Shuurei junto a la cama, en medio del solitario rayo azul de la luna derramándose en la habitación.
-Hyou Ruka.
Ruka estiró sus elegantes, delgados y transparentes dedos hacia Shuurei.
Shuurei no se apartó.
Los dedos de Ruka se entrelazaron en la muñeca de Shuurei, una sensación más etérea que la realidad y aún así, más cierta que la nada.
Algo se transmitió de Shuurei a Ruka, como una corriente eléctrica. Algo estaba siendo succionado – al momento siguiente, después de que creyó que, junto con la ilusión de que lo que estaba delante de ella se había dado media vuelta, su visión se deformó.
Estaba extremadamente mareada, y los oídos le zumbaban.
Puntos rojos, azules y negros aparecieron en su vista.
De la nada, surgieron las escandalosas risas de algunas jovencitas.

**

Shuurei estaba rodeada de decenas de hermosas jovencitas, adolescentes y algunas como de veinte años.
Todas sonreían con inocencia.
Pese a su edad, parecían tan indefensas como infantes.
Entonces, Shuurei, quien estaba rodeada de ellas –Shuurei, quien estaba siendo observada desde arriba por ellas, era una niña más joven que ellas, tenía alrededor de diez años. Una de las chicas le jaló una manga, como si no pudiera esperar.
-Princesa, nuestra princesa.
Aunque parecía estar hablando, Shuurei notó que sus labios no se movían en absoluto.
-Hoy, por favor háblanos mucho.
-Por favor, tócanos tu hermoso erhu.
-Por favor, cántanos las canciones de la tarde.
-Estoy tan contenta de que regresaras. Princesa nuestra…
Pequeñas voces, como hojas crujiendo, lo suficientemente suaves como para hacer sentir mareado a cualquiera.
Una de las chicas, con una expresión confundida, tocó la mejilla de Shuureii con sus dedos.
¡¿Por qué lloras? ¿Pasó algo triste?
Ella estaba llorando. Surcos de lágrimas caían de su rostro acompañados de sollozos, mojando su mano. Alguien respondió. La voz, clara como la de una campana, todavía joven, era hermosa, aunque distorsionada por los sollozos.
“No… las tristezas terminaron… Han terminado. Hoy, he asesinado a todos los estúpidos miembros del clan, magos y sacerdotisas que temían y halagaban a mi padre, quien hizo a un lado su orgullo y cuyos ojos se nublaron por el deseo y la ambición. Por eso, ahora estamos bien. No volverán a escuchar la voz de mi padre. Yo lo he silenciado. Mi padre se ha vuelto loco, así que lo encerré en un lugar que nadie pueda encontrar, en la torre de “Bara-hime”. He utilizado sellos muy poderosos, así que nadie podrá volver a ver a mi padre otra vez. Ni siquiera yo puedo entrar… Así él no volverá a ver a nadie. Después de esto, no volveremos a ver a mi padre otra vez. Podemos actuar sin odiarlo. Por eso, no quedan más tristezas. Las tristezas han terminado…”
Las jóvenes ladearon sus cabezas, y con su última palabra, sonrieron. Como si dijeran “Gracias a Dios.”
Su cuerpo entero estaba manchado de sangre que goteaba, y la voz finalmente murmuró.
“Mi padre era el ‘amo’. Mientras los humanos no lleguen aquí, las cosas permanecerán como están. Mientras nadie mate a mi padre, él seguirá siendo el ‘amo’. No obstante, nadie más es capaz de hacer eso. Es imposible que alguien rompa mis sellos y lo encuentre. No puede haber otra persona que pueda matar a mi padre.”
A excepción de ella, que había nacido bajo la estrella del parricidio, no era posible que alguien más pudiera hacerlo.

La escena cambió.
Rápidamente, ella alzó la vista.
“-¿Eiki ha escapado hacia el “exterior”? ¡Esa niña estúpida! ¡¡Persíganla hasta los confines de la tierra y tráiganla de regreso!!”
A decir por el tono de la enfadada voz, que había impactado como un rayo, la persona de la que provenía tenía alrededor de treinta años.
Su vista vaciló y cayó sobre sus rodillas. Se arañó el pecho, como si fuera un pez sobre tierra seca.
“…¿Acaso… he usado demasiado poder?... Guh, esa estúpida niña… Sabía que esto pasaría pronto, por eso la crié con esmero para que fuera mi sucesora, pero… Esperé y esperé a que naciera, la única sacerdotisa que poseyera los divinos poderes ideales para ser mi sucesora… De todas las cosas, tenía que huir tras un noble de tercera categoría que eligió a ese maldito príncipe, ¿cómo puede ser tan idiota…?”
El sonido de su vida fluyendo era como los rápidos de un río. Era una sensación que Shuurei podía recordar.
“Debo vivir… al menos, hasta que Eiki vuelva –Alguien… que proteja…”
No había nadie más. Sacerdotisas que poseyeran suficiente poder para suceder a Ruka, hechiceros, nadie.
Pero- su vida, su cuerpo, ella los había estado usando al límite continuamente, y por eso se agotaron.
La emperatriz sanguinaria, blandiendo suficiente poder divino. La velocidad a la que su vida se estaba acabando, tampoco era normal.
Aún así, ella no cambió. Ella tenía un deber. Tenía trabajo qué hacer. No tenía tiempo para preocuparse de su propia vida o su cuerpo.

Existir para el bien de la gente desvalida, a la que ella tenía que proteger, era el orgullo de la familia Hyou. El orgullo de Ruka.
Si ella dejaba ir eso, Ruka dejaría de ser Ruka.
‘Mi princesa’ una voz familiar surgió de algún lado. Una voz que no había escuchado en más de diez años.
-‘Veámonos de nuevo en el crepúsculo’
‘Hasta entonces, por favor no muera, por favor, espéreme’ –incluso si ella tenía que traicionar las palabras de Uu Uu.
Porque su orgullo era la diferencia entre Ruka y su enloquecido padre.
Es mejor morir, que perderlo.
Shuurei sentía sus latidos junto a su oído. Eso era tan-
Ella sabía que ella estaba llorando. No Shuurei. Las mejillas de la dueña de esa voz, estaban mojadas de calientes lágrimas, que humedecieron sus mangas. ¿Frustración? ¿Rabia? ¿Miseria? Podía ser cualquiera de ellas, o todas mezcladas juntas. Era solamente ella quien lloraba de esta forma.
“Aún… me quedan infinidad de cosas por hacer…”
Con sus pasos cayendo como hojas, alguien se arrodilló a su lado.
Jóvenes que se habían vuelto adultas, incesantemente sonriendo inocentemente como siempre.
-Nuestra Señora… um, um, por favor, úsanos.
-Nuestros cuerpos, por favor, úsalos.
-No llores.
-Tú nos has hablado mucho, nos has cantado muchas canciones.
-Por favor, permítenos devolverte el favor. Tú siempre nos has protegido, nuestra amada Señora.
-Al igual que nuestras hermanas, poco a poco nos quedaremos en blanco, y algún día dormiremos profundamente y moriremos. Princesa, por favor, entra en nosotras. Así seremos felices.
-Entonces podremos vivir mucho tiempo a tu lado. No estaremos solas. ¿Verdad…?

Ésa fue la razón.

**

Ella sintió como si hubiera sido tirada en algún lado por una mano gigante. Se levantó, tambaleándose. Veía puntos negros danzando en sus ojos.
(Ahora era -¿qué…?)
Ese tiempo pasó como un segundo, pero también como cientos de años.
Ella limpió el sudor de su frente y levantó la cabeza. Los ojos de Shuurei se abrieron velozmente.
Ése no era el cuarto donde había estado antes.
La luz de luna azul. Linternas alineadas como si fuera un cortejo fúnebre.
Entre ellas, había algunas decenas de cajas largas y blancas.
Eran ataúdes.
“¡---¡“
Ruka apareció en el aire e hizo como si caminara entre los ataúdes.
Su transparente y delgado pie se detuvo frente a uno de ellos. Lentamente volteó hacia Shuurei.
“Ahora, niña-Kou Shuurei.”
Una voz tan fría como nieve que no se derrite ni en el verano, y ojos tan oscuros como un abismo.
“Ya debes saber esto. Los caminos que te quedan por elegir son pocos. No obstante, los hay. Si me estabas esperando, entonces parece que ya te decidiste por uno.”
Esa mirada, y una autoridad opresiva. Sin saberlo, Shuurei emitió un sonido desde su garganta. Aunque Ruka la observaba fijamente, no la estaba amenazando. Pese a que ella sólo estaba parada ahí, Shuurei sintió que sus rodillas estaban a punto de doblarse.
La emperatriz sanguinaria. En algún lado… ella no podía recordar dónde había escuchado eso, pero ése nombre le quedaba a la perfección.
Shuurei reunió fuerzas en su interior, y miró a Ruka. Ya que las escenas que Shuurei vio con anterioridad no fueron mencionadas, parecía que por mera casualidad, Shuurei había sido la única que las había visto.
Ruka sonrió, y los extremos de sus labios se elevaron lentamente.
“…Sin embargo, antes de preguntarte, ¿quieres que te ofrezca una simple garantía? En verdad no era mi intención, pero abriré este camino para ti.”
Ruka simuló dar un ligero toque al ataúd frente al que se había detenido. Por un breve momento, parecía como si la persona que estaba dentro, fuera a despertar.
“Si quieres probar, entonces abre el que desees. No tengas miedo, todos están vacíos. Excepto éste.”
Aunque eso le había dicho, a Shuurei no se le ordenó específicamente que lo hiciera, pero ya que la palabra ‘vacío’ le molestaba, ella, lentamente, sólo un poquito, abrió el ataúd más cercano.
Tenía un dulce olor a flores. Ella se asomó dentro… y definitivamente estaba vacío. Sólo tenía flores muy blancas, esparcidas como una alfombra. Shuurei, con un vuelco en el estómago, abrió uno o dos más, pero todos ellos estaban iguales. Sólo había lechos de flores.
“Ya debes haber oído que he extendido mi vida. Yo quería vivir. Por esa razón, he usado sin piedad a muchas de las hijas de este clan. El número de estos ataúdes vacíos representa el número de chicas que he usado. Ahora, todas ellas han fallecido, y descansan bajo el suelo.”
Shuurei estaba sin habla.
Había varias decenas de ataúdes blancos. Casi todos…
No obstante, la expresión de Ruka no cambió ni un poco. Sus ojos inexpresivos recorrieron con indiferencia los ataúdes.
“Un hechizo especial ha sido puesto sobre estos ataúdes. Las chicas pueden permanecer vivas algunas décadas, durmiendo. Cuando el cuerpo que estoy usando ha alcanzado su límite, elijo un cuerpo de uno de estos ataúdes, y lo utilizo como mi nuevo cuerpo. Ahora ya sólo queda un ataúd.”
Ruka le dio un golpe al ataúd que había tocado antes, con un toque tan ligero como una pluma.
“-Sólo queda un cuerpo.”
Ella lanzó una mirada al rostro de Shuurei.
“¿No crees que tienes suerte? Si hubiera usado este cuerpo, no quedaría ninguno para ti. Claro que no tengo motivos para darte este preciado cuerpo… Pero, esta vez tengo un capricho. Tú puedes usar el cuerpo de esta chica. Cualquiera que sea la razón: si quieres vivir en el ‘exterior’, si deseas vivir, si tienes algún deseo, cualquiera está bien. Si quieres seguir viviendo –entonces te daré la vida de esta chica. Te garantizo que moveré toda tu ‘alma’ al cuerpo de esta chica. Juro por mi nombre que no es una trampa.”
Ruka aterrizó tres pasos lejos de Shuurei. Su altiva mirada se posó sobre Shuurei, como una flecha.
“…Entonces, después de esto, te preguntaré otra vez. Kou Shuurei, ¿qué es lo que harás? ¿Escogerás el mismo método que yo? ¿Usaras el cuerpo de esta chica y volverás al ‘exterior’?”
Shuurei lentamente volteó la vista hacia el ataúd que quedaba.
“…¿Puedo abrirlo y ver lo que hay dentro?”
Por alguna razón, se hizo un silencio extraño. Luego de este intervalo anormal, Ruka asintió sin interés. Shuurei se acercó al ataúd y abrió la tapa. Tenía el dulce olor a flores. Pero, a diferencia de los otros ataúdes, una chica dormía ahí, rodeada de flores. Parecía ser algo más grande que Shuurei, tenía poco más de veinte años. Sus manos estaban cruzadas sobre su pecho, y las mejillas rosadas, y cuando ella estiró su mano y la tocó, estaban suaves y cálidas. Tanto que era difícil creer que no volvería a despertar. Shuurei miró a la chica. Estaba ahí dormida, como si hubiera sido enterrada en flores cien años atrás.
“…Es hermosa. Si me mudara a ella, la cara de esta persona me pertenecería.”
“Si.”
Shuurei sonrió levemente, y luego… cerró el ataúd.
“Habría sido lindo haber nacido tan hermosa… Pero, me gusta como soy.”
“¿Te desagrada cambiar tu rostro?”
“No.”
“¿No quieres vivir?”
“No, si quiero vivir. Quiero vivir mucho tiempo. Hay muchas cosas que quiero hacer. Si hubiera una forma, me lanzaría hacia ella. Pero no escogeré este método.”
Los ojos de Ruka se estrecharon. No estaba enfadada o irritada.
Más bien era como si estuviera intentando cuidadosamente de captar con detalle cada cambio de expresión y de palabras de Shuurei.
“¿Te desagrada intercambiar tu cuerpo por el de una persona viva en cuerpo y alma, aunque ésta no vuelva a despertar?”
“No es cuestión de hacer bien o mal.”
Las escenas que había vislumbrado un segundo antes, volvieron a despertar en su interior. Si ese era el pasado, y era verdad, entonces la chica a la que llamaban ‘princesa’, quizás había sido Ruka.
…Ruka no había poseído a las jóvenes en contra de su voluntad, sino más bien, ellas le habían ofrecido sus cuerpos por su libre albedrío. Ellas querían que Ruka usara sus cuerpos cuando algún día se sumieran en un sueño parecido a la muerte.
El cuerpo de la chica que estaba en el ataúd era suave, cálido, y tenía pulso. Quizás ella era más humana que Shuurei, quien se había vuelto fría hasta las puntas de los dedos. Sin embargo, ella nunca despertaría.
Mientras ellas no pudieran despertar. Intercambiar tu corazón por el de otra persona viva.
¿Eso significaba ‘matar’ a la joven del ataúd, o ‘revivirla’?
No existía una respuesta correcta, sino dar vueltas en círculos infructuosamente. Era decisión de la persona a la que se le cuestionaba.
Si, no era cuestión de hacer el bien o el mal.
Cualquiera que sea la razón: si quieres vivir en el ‘exterior’, si deseas vivir, si tienes algún deseo, cualquiera está bien. Si quieres seguir viviendo –entonces te daré la vida de esta chica.
“Ruka-hime… Quiero vivir. Ya sea si tengo una razón o no. Aún más si hay algunas cosas que quiero. Es por eso que no creo que el método que tú escogiste sea incorrecto. Aunque sólo tú sabes si tenías razón. Sin embargo, mi respuesta es diferente. No se trata de si este método es bueno o malo, sino de saber si yo elijo este camino o no –eso es lo que pienso.”
Una pregunta sin una respuesta correcta. La decisión esta en el corazón de la persona que ha sido cuestionada.
Después de que Riou se lo contó, lo había pensado por un tiempo.
“Aunque cambiara mi rostro, seguramente mi padre y los demás lo entenderían. Ellos dirían que está bien que haya recibido el cuerpo de otra persona para extender mi vida. Creo que ellos dirían ‘gracias por vivir’. Si mi padre hubiera caído en esta condición, desearía que siguiera viviendo, sin importar los medios. No me desagrada ese método. Solamente quiero vivir hasta el final, así como soy. Prefiero vivir incluso con este rostro tan común, con mi cuerpo agotado, hasta el final, permaneciendo así como soy.”
“¿Eso prefieres? Hmph, tienes una forma muy interesante de plantearlo.”
A Ruka le gustaba esa manera de hablar. Encajaba mejor que ‘bien o mal’.
Si no era cuestión de hacer bien o mal, entonces se lo dejaba a sus gustos particulares. Sus preferencias eran distintas a las de Ruka.
“¿Incluso si agotas tu vida?”
Shuurei sonrió dolorida, jalando las puntas de su cabello.
“Porque hasta el final, me quedaré tal cual soy. Es lo que recibí desde el principio. Lo que me pertenece. Cuidaré bien de ello. Así que, Ruka-hime, no voy a abrir este ataúd.”
“Entonces, ¿vivirás hasta tus últimos días en el clan Hyou?”
“No.”
“Entonces, ¿aceptarás cederme tu cuerpo, momentos antes de que dejes este mundo? Porque, claro, la forma en que yo preferiría vivir es seguir viva habiendo recibido tu cuerpo. Yo, más que tú, puedo aprovechar más a ése cuerpo. Es una solución que nos satisface a ambas.”
“-No, no te lo daré.”
Shuurei, tranquilamente, pero con confianza, respondió. Sólo de eso estaba segura.
“Riou-kun se enfadó conmigo y me dijo que pensara primero en mí misma. Definitivamente, ¿cómo podría ser tan cruel como para que, después de haberme traído aquí agonizando, darme la medicina, e investigar con todas sus fuerzas para encontrar un método, te lo entregue tan fácilmente?”
Si él había dicho ‘protégete a ti misma’.
“Por favor, piensa en lo que será de ti, y luego toma una decisión.”
Aquella vez, ella apenas había entendido vagamente y asintió con la cabeza.
Hasta entonces, cuando Shuurei tomaba una decisión, realmente nunca había pensado en sí misma. ‘Sin embargo, aunque elijas el mismo camino al final, en vez de escoger sin pensar en ti misma, piénsalo bien y después elige, por favor.’ Tal vez era debido a que había querido decir eso, que ella pasó el tiempo en el clan Hyou, y repentinamente concluyó ‘Porque si lo piensas y eliges, entonces nadie se quejará.’
Esa era, incluso si el resultado era el mismo, verdaderamente una gran diferencia.
Se dio cuenta de que al no pensar en sí misma, sino sólo en la otra persona, había seguid cometiendo errores.
“…Parece que mi cuerpo se siente como en casa dentro de este tranquilo y misterioso palacio en el cielo, y me gusta. Cuando me enteré de que podía seguir viviendo si me quedaba para siempre en el clan Hyou, creí que estaría bien. Mejor dicho, honestamente… no quería volver a Kiyou. Tenía el presentimiento de que había cometido un terrible error, pero no sabía cuál era, así que si regresaba así, ¿no significaría eso continuar con una avalancha de errores? Esa era la razón.”
Esa era la razón.
“Cuando me dijeron que no tenía que regresar, me sentí aliviada. De igual forma, cuando escuché que este era un sitio de refugio, donde me protegerían de toda autoridad. Había un problema con mi cuerpo, pero mientras estuviera aquí y no volviera a la corte, aunque no fuera lo mejor, al menos evitaría el peor escenario, ¿no es así? Pensé.”
Las cejas de Ruka dieron un salto. Había dado en el clavo.
Shuurei cerró los ojos y tomó un largo, largo respiro.
“Pero, sin importar nada, terminé pensando en mi trabajo.”
“¿No es bueno eso?”
“He tenido mucho tiempo para pensar detenidamente. –Ruka-hime, te preguntaré algunas cosas, como agente.”
Shuurei fijó su mirada directo sobre Ruka.
“…¿Hay alguna conexión entre el clan Hyou y el Jyasenkyou?”
“…”
“¿Estuvo involucrado el clan Hyou en la muerte del Secretario de Asuntos Militares?”
“…”
“¿Estuvo involucrado el clan Hyou en el hecho de que Li Kouyuu cayera una vez en coma?”
“…”
“-¿Tú ordenaste el asesinato del emperador en la Cueva de los Nueve Colores?”
Por vez primera, Ruka sonrió levantando los extremos de sus labios. Sin embargo, no respondió.
“Hay gente que te escuchó ordenar la muerte del emperador. Esta sospecha de rebelión, que es uno de los Diez Grandes Crímenes, es un asunto serio.”
La cara de Shuurei se había transformado en la de un oficial. Ruka sonrió divertida, mirándola hacia abajo. Nadie creería que esta era la niña con esa fea expresión.
“Pensé que estaría bien quedarme aquí para siempre, pasar el tiempo libre de preocupaciones, pero desafortunadamente, tengo que volver, permaneciendo como soy. Aunque, eso será después de haber hecho lo que tengo que hacer aquí.”
“Oho, ¿y qué es eso?”
“Este es un territorio sellado fuera de la autoridad imperial. Mientras alguien permanezca aquí, estará fuera del alcance del ‘exterior’, según he oído. –Sin embargo, tratándose de los Diez Grandes Crímenes, es distinto. Creo que lo sabes.”
Ruka rió entre dientes.
“Es verdad. Sacaría más ventaja si me deshago de ti para que no regreses.”
“Pero hasta ahora, ni me has poseído ni me has matado. ¿Por qué me has dejado permanecer como ‘yo’ misma, y permitido merodear por ahí a mi antojo?”
Ruka se quedó en silencio, mirando hacia abajo a Shuurei. Con una mirada tranquila.
Shuurei miró sin temor dentro de esos ojos sobrenaturales y firmes.
“Es porque si yo desapareciera ahora, tú estarías en problemas -¿no es así? En realidad no como ‘Kou Shuurei’, sino como ‘agente’.”
“…Y, ¿qué es lo que descubriste?”
“Respecto al incidente anterior, por la forma en que trataste de poseer mi cuerpo, no estaba relacionada directamente con eso, ¿correcto? Para ti, el revelarte contra el emperador y luego tratar de posesionarte de mi cuerpo, es una completa insensatez. Más que eso, era hacer las cosas a medias. Pero, ¿y si hubiera ‘alguien’ en la corte con quien estuvieras cooperando, y al mismo tiempo, debido a intereses mutuos, ustedes hayan unido fuerzas, de forma que a cualquier ingenuo le pareciera una extraña forma de obtenerme?”
Jin había dicho, ‘la abuela del clan Hyou’. En la Cueva de los Nueve Colores, él había usado las palabras ‘mi amo’. Sin embargo, sin importar cuánto se pensara, esas eran dos personas separadas. Quien estaba detrás de Jin era una persona diferente. Con una autoridad tan importante como para poder pedirle a Uu Uu-sama que enviara a Jin al clan Hyou.
“…Hay otra persona además de ti. En cuanto ‘esa persona’ supo que yo estaba en el clan Hyou, vio que existía la posibilidad de que yo regresara y reportara uno de los ‘Diez Grandes Crímenes’. Tratándose de uno de ‘los Diez Grandes Crímenes’, hasta un alto oficial sería ejecutado, sin duda alguna. Si yo optaba por quedarme a vivir aquí el resto de mi vida, ese ‘alguien’ me dejaría en paz. De igual forma, si tú me poseías. Pero, si ocurría que yo seguía trabajando como yo misma, esa persona se vería perjudicada. Ellos enviaron a alguien para que me vigilara.”
“Seguramente es porque este territorio está fuera de la autoridad imperial. Si alguien te asesinara aquí, no habría problema.”
“-Tienes razón. Al mismo tiempo, si alguien te asesinara a ti en este lugar, tampoco sería un crimen.”
Shuurei miró a Ruka.
“Esa persona sólo quiere evitar que yo siga siendo un agente, que yo regrese y se escuche el nombre de ese ‘alguien’ en la corte. Por lo tanto, matarnos a ambas sería la forma más rápida de resolver las cosas. Especialmente ahora que ha habido un embargo y una plaga de langostas, el Gyoshidai no puede enviar a nadie. Además, por alguna razón, tú has sacado a todos de esta casa y creo que algo debió pasar para que los enviaras a todos fuera. Son pocos los que pueden protegerte. Por eso me permitiste permanecer como yo misma y en libertad. Porque sólo existiría la posibilidad de que yo te proteja como ‘agente’.”
Ya que todos los medios de comunicación habían sido sellados desde antes que llegara Shuurei –Entonces eso quería decir que Ruka había pensado que podía ser asesinada antes de eso. Si esa persona quisiera asesinar a Ruka, entonces ella debió pensar que ‘alguien’ iría, aún si Shuurei llegaba o no.
Shuurei, que inocentemente había llegado en semejante momento, se había vuelto una garantía para Ruka.
Ruka sonrió.
“Entonces, ¿qué vas a hacer?”
“…La forma en que me dejaste en paz, y sólo interferiste conmigo una vez, fue deliberada.”
Si, una vez que ella le hubiera puesto las manos encima a Shuurei, esperaba para contactar directamente con Shuurei, entonces ‘alguien’ entraría en acción. Y eso en sí, le dio algo de tiempo a Ruka.
Eso le dio tiempo para hacer que Shuurei notara que había algo extraño. Y aunque no lo hiciera, a Ruka no le importaría. Para empezar, ella no esperaba que Shuurei viniera. Si Ruka hubiera decidido que Shuurei no le era útil cuando llegó, la habría poseído por la fuerza.
‘Qué persona tan ingeniosa’, pensó Shuurei haciendo una cara como si hubiera morido algo amargo.
Definitivamente algo había ocurrido en el clan Hyou. Ella no sabía que, pero dado que todos los hechiceros y sacerdotisas habían sido enviados fuera, entonces seguramente las fuerzas que le quedaban a Ruka eran escasas. No había nadie que pudiera protegerla. Precisamente por eso, la intención de Ruka era hacer que Shuurei la protegiera.
Ya que si Ruka desaparecía, Shuurei ya no podría regresar al ‘exterior’.
También estaba el problema de las langostas. Muchas cosas estaban ocurriendo al mismo tiempo.
Las palabras de Ki Kouki resonaban en lo profundo de su memoria.
“Hasta que vuelvas, tú estás bajo mis órdenes.”
Si. Era ridículo pensar que su trabajo había terminado. Hasta que ella regresara frente a esa persona una vez más, Shuurei era un agente del Gyoshidai. Ella era un agente. Tenía cosas qué hacer. Cosas que debía hacer.

“-No voy a entregarte mi cuerpo. Pero, a decir verdad sigo con la idea de que sería bueno si puedo persuadirte, y siendo yo misma, hacer algo útil dentro de la familia Hyou. A ese respecto, sigo confundida en mi interior.”
“Hmph, qué sincera.”
El ‘cuerpo original’ de Ruka estaba altamente resguardado en alguna parte, y nadie sabía dónde. Si su ‘cuerpo original’ moría, entonces Ruka moriría también. Si en verdad había alguien que quisiera deshacerse de Ruka, definitivamente iría ahí.
“-Primero que nada, iré a conocerte. Como agente, y también por mí misma.”

Ruka sonrió encantadoramente.
“También, rebelarse contra el emperador actual es uno de esos Diez Grandes Crímenes. Después de haberme protegido, no sabemos si será uno de los Diez Grandes Crímenes.”




**

Fuente: http://yuzutea.net/log/2010/01/saiunkoku-book-15-chapter-7/

>Temas Relacionados - Volumen 15 Prólogo - Volumen 15 Capítulo 1 1/3- Volumen 15 Capítulo 1 2/3 - Volumen 15 Capítulo 1 3/3 - Volumen 15 Capítulo 2 1/2 - Volumen 15 Capítulo 2 2/2 - Volumen 15 Capítulo 3 1/4 - Volumen 15 Capítulo 3 2/4 - Volumen 15 Capítulo 3 3/4 - Volumen 15 Capítulo 3 4/4 - Volumen 15 Capítulo 4 1/2 - Volumen 15 Capítulo 4 2/2 - Volumen 15 Capítulo 5 1/2 - Volumen 15 Capítulo 5 2/2 - Volumen 15 Capítulo 6 - Volumen 15 Epílogo


VOLUMEN 15 Capítulo 6

Nota aclaratoria: El siguiente texto es una traducción al español hecha de su original en inglés. Para mayores referencias, consultar la fuente que se cita al final.

SAIUNKOKU 15
(Kuraki Tasogare no Miya)
Capítulo 6
Editado por Charmian
Traducido por Violet Raven

>ANTERIOR

Capítulo 6


Ki Kouki entró a la oficina del Primer Ministro sin pasar por los guardias. Dio un paso adentro, y luego se detuvo. Enseguida, cerró la puerta para que los guardias no pudieran verlo.
Él se aproximó a Yuushun, quien se había desmayado sobre su escritorio como si hubiera usado toda su energía, y puso su mano sobre su frente. Su cara estaba mortalmente pálida.
Kouki inmediatamente empujó a Yuushun a su silla, y tendió una de sus prendas y recostó a Yuushun sobre ella.
“…Eres un tonto. Si no despiertas en tres segundos, voy a llamar a un doctor.”
Aunque susurró esto suavemente, Yuushun abrió pesadamente sus párpados.
“No lo hagas, por favor, Kouki. Sólo es anemia. Estaba descansando un rato.”
Kouki entonces trajo algo de agua caliente. Sacó la medicina del bolsillo de Yuushun, y la diluyó en el agua caliente. Incorporó a Yuushun, y le hizo beber la medicina. Yuushun tragó lentamente. Parecía que le resultaba difícil tragar siquiera agua.
Aún así, luego de beberla toda, el color regresó a su pálido rostro. Kouki estaba aliviado.
“Si te desmayas, será un problema para mí. Debes cuidarte.”
“…Si, si. Lo sé… No me desmayé porque así lo quisiera.”
“¿Debo llamar a tu esposa?”
“…Ah, si la veo, puede que me recupere. Pero no deberías.”
“¿Porque se preocupará?”
“Porque la haría entristecer. No quiero ver su rostro triste…”
Pronto, se hizo el silencio. Afuera, se escuchaba el sonido de los insectos.
“Me enteré que el emperador estuvo aquí. ¿A qué vino?”
“Mmm –por varios asuntos. Está en una edad problemática. Bueno, creo que pasará pronto, espero.”
“Está claro que sospechan de ti. El peor de esos adefesios, Shi Seiran, ha comenzado a investigar. Qué patético. Aún cuando trabajas hasta el agotamiento, tus aliados no confían en ti.”
“Qué remedio. Es mucho mejor que antes, cuando nada les preocupaba. Además, sus sospechas son ciertas, ¿no es así?”
Kouki, todavía con Yuushun descansando sobre su brazo, puso su fría mano sobre su frente y cuello.
Su cara era como la de un hombre muerto.
“…¿Qué opinas si renuncias ahora?”
“…¿Qué? Por favor, no digas lo mismo que Reishin… ¿Quién más sino yo podría hacerlo? Debo decir que tú no servirías para esto. Tú no podrías traicionarlo. No estás calificado para semejante papel. Obedecerías ciegamente a Ou Ki-sama. Y de Anju ni hablar.”
“Eso es porque él sólo cuenta las mentiras que le gusta decir.”
“Es por eso que volví, ¿no es cierto?”
Claro, murmuró Kouki.
“…No obstante, sinceramente pensé que no regresarías.”
Yuushun sonrió ligeramente.
“Si, yo también… Pero pensé… ¿por qué no apostar en esta primera y última oportunidad?”
“¿Hasta estos extremos? Pero dijiste que no querías ver el rostro de tu esposa triste.”
“…Tú tenías algo más importante que la persona a la que más amabas, e incluso después de haber perdido a esa persona, llegaste hasta aquí, ¿cierto? Para ser honesto, cuando ví a Riou-kun… quedé sorprendido. Él se parece tanto a Hien-hime…”
“…”
“Tú, y Ou Ki-sama también, dejaron ir a las personas que más les importaban, y finalmente llegaron hasta aquí. Probablemente, yo volví porque lo sentí. Ahora que he llegado tan lejos… quizás sea capaz de hacerlo realidad.”
Cuando él cerró los ojos, blancos pétalos de perales se esparcieron detrás de sus párpados. Él sintió que eso era extraño. Nunca pensó que siguiera añorando tanto aquellos tiempos.
Su lejano hogar, hacía mucho que había desaparecido.
“…La primera vez que ví a Ou Ki-sama… más que sorprendido, estaba anonadado. Había escuchado sobre él, pero no lo creía del todo. ¿Cómo podía existir semejante persona…? Bueno, quizás fue porque antes de eso conocí a Reishin y al emperador Senka, que lo creí mejor.”
“No lo compares con ellos.”
“Pensé en tratar de seguir viviendo.”
Él había pensado que no importaba si seguía vivo. ¿Qué tal si intentaba vivir aunque fuera un poco? Si podía vivir al lado de esa persona, entonces no le ocasionaría problemas a los demás.
“Yo no tenía intención… de convertirme en un oficial. Ah…”
“Ou Ki-sama me dijo esto: la cosa a la que más temes, es a ti mismo.”
Yuushun, hábilmente, sólo abrió un ojo. Luego lo cerró, y suspiró.
¿Qué es lo que había descubierto esa persona?
“Eso es cierto. Esa es la razón por la que nuestros clanes se escondían en las montañas. Porque si alguna vez bajaban la montaña, usualmente nada bueno ocurría. Y pensé, ‘sólo esta vez, estaría bien.’”
Sólo esta vez, él daría todo de sí, y trataría de vivir con fervor por el bien de alguien más.
Si él podía hacer que esa persona, que vivía de tal forma que no sería extraño que muriera en cualquier momento, viviera.
“…Si abandono esto ahora, ¿acaso esa persona no morirá pronto?”
Kouki lo miró ferozmente. Este tipo siempre tuvo la costumbre de mencionar cosas desagradables a la ligera.
“No invoques a la mala suerte. Por cierto, ahora te ves como si estuvieras a punto de morir. Incluso cuando has pasado por tantos problemas para convertirte en Primer Ministro, y Ou Ki-sama está tan complacido.”
“Estoy bien. Creo que soy bastante fuerte. No voy a morir. Aún no…”

Aún no. Era como si él hubiera decidido que moriría en cualquier momento.
“Aunque sospechen de mí, lo que debo hacer no ha cambiado. Si tengo que destruirme a mí mismo, que así sea. Sin embargo, aunque descubran varias cosas, no importaría demasiado…Así que está bien seguir adelante sin descanso, como hasta ahora.”
“¿Qué? Gracias a ése montón de idiotas que siempre te llevan a rastras, hemos seguido acumulado victorias tan sencillas.”
“…Si, en realidad, creo que mis cálculos fallaron un poco, no esperaba que resultaran tan tontos como hasta ahora.
No obstante, pensé, ‘¿Debería tomármelo con más calma?’…No, está bien. Estoy acostumbrado a los idiotas. Es deleitable observarlos, si. Yo los comparo con un juego que se comienza con desventaja, para luego entregárselos a ustedes.”
“¿Qué tanto murmuras con esa cara tan pálida? Aunque te hagas sugerencias a ti mismo, la realidad no cambiará. Te diré esto: desprecio a los tontos. ¿Quién se los tomaría a la ligera? No tengo intenciones de considerar a ese idiota como emperador.”
Yuushun sonrió. Tal como dijo Shouka, de los tres, Kouki era quien seguía más de cerca los pasos de Ou Ki.
“…Entonces, Kouki. ¿Ha habido noticias de la Provincia Heki?”
“Todavía no. Tardan demasiado…Quizás algo más ocurrió.”
“…¿Será que a causa del terremoto, ha ocurrido algún deslave? Me preocupa que, recientemente, haya habido tantas ligeras sacudidas…Aún cuando, de acuerdo a las estadísticas, en Kiyou rara vez ocurren terremotos.”
“Recientemente, reportes de signos de que ocurrirán desastres naturales, han llegado desde cada provincia al Gyoshidai. Al parecer, sucedió algo fuera de lo común en la Cueva Secreta de Piedra de la Provincia Heki. Después de eso, el Ministro de la Cueva de los Iluminados, se ha comportado de forma extraña.”
Yuushun puso una expresión en el rostro, como si hubiera deseado morir sin tener que escuchar eso.
“…¿No es ese un asunto que le concierne al ‘otro lugar’?... Ahh, ¿qué te parece si lo dejamos por la paz?”
“No te quejes.”
“Si, si. Sólo pensé en decirlo. Sólo lo intenté. Seguramente, tendré que trabajar como un caballo.”
“No te desesperes. ¿Qué hacemos con el Ministro de la Cueva de los Iluminados y el clan Hyou? ¿Debería enviar a alguien del Gyoshidai?”
“No tienes que hacerlo. Estará bien si lo dejas en paz.”
“Oye.”
“En este momento, ¿el Gyoshidai tiene personal de sobra para desperdiciar? Si hay alguien que esté libre, entonces mándalo. Si te han llegado reportes al Gyoshidai, entonces Uu Uu ya debe estar al tanto de estos desastres. El deber de los templos pertenecientes a la familia Hyou recolectar informes acerca de condiciones inusuales en el clima y desastres, y enviarlos al Ministro de la Cueva de los Iluminados. Durante la epidemia en la Provincia Sa, su capacidad de reunir información era tal, que iban un paso delante de nosotros en la oficina del gobernador. Si ellos no dicen nada, probablemente harán algo. En general, nuestro ámbito es gobernar, no involucrarnos en los asuntos místicos. Si ‘ese lugar’ no puede encargarse de sus obligaciones, eso sería un problema.”
“¿Crees que tengan intenciones de hacer algo?”
“¿Quién sabe? Pregúntaselo a la abuela del clan Hyou. De cualquier forma, si no lo hacen, eso significaría el fin de la familia Hyou. Realmente, si esas anormalidades son de origen sobrenatural, no podemos hacer nada. Nuestro trabajo es encargarnos de los daños, y es imposible para nosotros detener esos extraños terremotos antes de que comiencen. Como nosotros somos seres humanos normales, comunes y corrientes, estamos más que ocupados con el asunto de las langostas… ¿por qué pones esa cara?”
“…No, había pensado que quizá podrías utilizar algo de magia en caso de emergencia. Tú eres “Hourin”. Cuando me hablaste del cambio de color en las langostas, fue la primera vez que escuché eso.”
El rostro de Kouki estaba serio. Realmente parecía que lo había creído. Yuushun puso su mano en la frente.
“…Yo soy diferente de “Ryuuren”. Soy un humano normal, lo soy. Sencillamente es que, en nuestras montañas, hay un gran número de estudios y resultados de investigaciones que mis ancestros pasaron de generación en generación, y a causa de ello, tengo más conocimientos peculiares que las personas promedio. Si pudiera usar magia, no me estaría muriendo así… De todas formas, Uu Uu-sama nos dirá si es necesario el poder del gobierno. Es mejor hacer las cosas sin depender demasiado de los demás.”
“…Sólo.”
“¿Sólo qué?”
En ese momento, ellos oyeron los pasos del guardia, quien entró corriendo. Ya era medianoche.
-Mensajeros express.
Yuushun y Kouki intercambiaron miradas. Kouki ayudó a Yuushun a incorporarse y lo puso en su silla.
“…¿Ya llegó?”
“Eso parece…”
Yuushun presionó ligeramente entre sus cejas, y cerró los ojos.
Antes, su cara estaba sudorosa, y lucía como si se estuviera muriendo, pero en un parpadeo, regresó a su “cara normal”. Un cambio suficiente para impresionar a Kouki. Difícil sería para los demás, saber que Yuushun no era el mismo de siempre. Lo que vio el guardia que entró corriendo luego de gritar sólo una vez, fue a Yuushun, con su acostumbrado rostro tranquilo y dulce, y a Kouki, con una fría expresión. Una vez que los vio a ambos, el guardia pareció aliviado.
“¡Disculpen! ¡Acaban de llegar los mensajeros de la oficina de la Provincia Heki y de la Provincia Shi! ¡Traen el sello rojo, lo cual indica una emergencia! ¡Ellos solicitan ver al Primer Ministro y al jefe del Gyoshidai lo más pronto posible! También, se ha confirmado una señal de fuego en el puesto fronterizo de la Provincia Kou. ¡Parece que ellos han enviado un mensaje urgente!”
Yuushun asintió lentamente.
“Envía a los mensajeros aquí, luego de que hayan bebido suficiente agua. El Jefe del Gyoshidai y yo escucharemos primero el informe. Mientras tanto, por favor reúne a Su Majestad y a los responsables de los Cuatro Ministerios y los Seis Departamentos. –Convocaremos a una sesión de emergencia en el Salón del Trono.”

**

En cuanto Shuurei terminó de oír lo que había sucedido en la Cueva de los Nueve Colores, simplemente asintió una vez, en vez de pronunciar palabra. Era como si estuviera verificando que las piezas encajaran juntas.
Shuuei y Riou intercambiaron miradas.
“Shuurei-dono, ¿es posible que sólo con eso, sepas lo que pasó en el clan Hyou?”
“¿Eh? No, ¿cómo iba a saberlo? Sé casi lo mismo que usted, General Ran, sé que ‘algo ocurrió en la familia Hyou’. Es sólo que… probablemente entiendo la razón de que Ruka-san me haya dejado en paz.”
“¡¿Eh?!”
De repente, Shuurei lanzó una mirada extraña y perspicaz. Era como si, hasta ahora, hubiera existido un misterio que ella acababa de descubrir por primera vez.
“…A propósito, General Ran, es muy tarde para que yo lo diga pero, ¿está bien para usted no regresar?”
“Es muy tarde… Si me pides que regrese, lo haré. Pero hasta entonces, me quedaré aquí.”
Desde el principio, Shuuei no había ido ahí porque le hubieran ordenado hacer algo. Él estaba preocupado por el emperador, pero pensó en ver cómo estaba Shuurei, y hasta que las cosas se calmaran, se quedaría a su lado. Especialmente ahora que sabía que Hyou Ruka estaba interesada en el cuerpo de Shuurei, no podía dejarla ahí y regresar. Además, también estaba el asunto de Jin.
“Además, en este momento, aunque quisiera regresar, no podría.”
Shuuei se estremeció un poco ante los inescrutables ojos de Shuurei. Ella buscaba algo en los ojos de Shuuei.
“…Pero, General Ran, no es posible que haya venido aquí sin saber cómo regresar.”
“No, traté de preguntar. Uu Uu-sama dijo que podría hacerlo si conseguía que alguien de aquí, abriera la puerta para mí.”
“…¿Alguien de aquí? Pero Riou-kun dijo que incluso si queríamos regresar, no podíamos. Y usted dice que Uu Uu-sama lo envió aquí, y le dijo que hiciera que alguien abriera la puerta de regreso.”
El color en los ojos de Shuurei se profundizó. Parecía como si ella hubiera pescado algo y ahora lo estuviera jalando con todas sus fuerzas. Shuuei estaba asombrado.
(¡Un minuto! ¿Qué pasa con esto?)
Shuuei, inadvertidamente, reveló esto, pero había tratado de ser cuidadoso con los detalles de la conversación. Definitivamente no era su intención hablar descuidadamente, pero cuando lo reconsideró, esa había sido una conversación bastante normal.
(¡¿O habría sido mejor decir ‘nah, no sé cómo regresar, pero vine de todas formas’?!)
No, no lo sería. Eso habría sido definitivamente aún más sospechoso. Shuurei habría comprendido lo difícil que era para Shuuei apartarse del lado de Ryuuki, considerando su actual condición. Shuuei había venido porque sabía que habían al menos dos formas de regresar, ya fuera usando los ‘contactos’ de Jin, o ‘si alguien del clan Hyou le abría la puerta para volver’. Si le hubieran dicho que no había ninguna forma, se habría prevenido al buscarla por sus medios y luego ir, incluso si tenía que preguntarle a Ryuuren.
Él no tenía intenciones de desviar el rumbo de la conversación. No obstante…
“…General Ran, ¿pasó algo antes de venir aquí? ¿Algo importante?”
Riou miró a Shuurei con una expresión de asombro en el rostro.
Shuuei puso su mano en la frente. ¿Cómo se habían salido del tema de ‘Uu Uu-sama dijo que alguien de aquí abriera la puerta’? Era lógico que alguien preguntara ‘¿Qué sucedió?’ Porque aunque él hubiera dicho ‘No, nada pasó’, Shuurei habría notado algo, así que, ¿cómo podía decirle?
…Él había intentado no decirle ‘Es posible que haya una plaga de langostas’. Especialmente desde que vio con sus propios ojos lo mucho que Shuurei se había desgastado. El mismo Shuuei y los demás, habían sido quienes dependieron de Shuurei todo el tiempo, y finalmente la respaldaron para que renunciara. Si le contaba sobre las langostas ahora, y Shuurei se decidía a partir sin preocuparse por su propia vida, entonces ellos realmente la habrían asesinado. “Después de esto, no deberías decir ‘cielos, realmente necesitábamos a Shuurei-chan’, incluso aunque esas palabras escapen de tu boca.”
Justo como Jyuusan-hime había dicho, él ya no tenía derecho a decir eso. Es por eso que había venido aquí con mucha cautela, sin insinuar nada. Sin embargo, si mentía ahora, Shuurei lo descubriría. Y ya que había sido expuesto, no le quedaba más que ser honesto.
“…¿Cómo lo descubriste? Dímelo por favor, así aprenderé de esto.”
Shuurei rodó los ojos. Ella pensó que tal vez respondería con un ‘¿por qué?’ o ‘nada en realidad’. Ella tenía la sensación de que pudo ver claramente el instante en que algo cambió dentro de Shuuei hacia ella.
“Aunque Riou, que es ‘de aquí’ no puede regresar aunque quiera, Uu Uu-sama dijo ‘haz que alguien de ahí la abra para ti’. Eso quiere decir que si se los pedimos, la abrirán, pero entonces no hubiera dicho que ‘no podemos regresar aunque lo quisiéramos’. En otras palabras, a menos de que se lo pidamos a alguien a quien incluso Riou encuentra difícil pedírselo, no podemos volver… Son pocas las personas a quienes Riou-kun, siendo hijo del jefe del clan, encuentra difícil recurrir.”
Shuuei miró fijamente a Shuurei… ¿Desde cuando era ella capaz de sacar tan impresionantes conclusiones en tan poco tiempo? Si esa era la habilidad que ella había acumulado en el Gyoshidai, entonces era una cualidad que pondría en vergüenza a los demás oficiales.”
“Por lo visto, es gracias a que está cerrada desde adentro, que tenemos que pedirle a alguien de aquí que la abra. Es lógico. Pero, ¿acaso eso no significa que tenemos que hacer que la persona que la cerró, la abra?”
“…”
“Sólo me baso en lo que he escuchado, pero es muy probable que esa persona sea Ruka-san. Creo que eso significa que, a menos de que Ruka-san, o alguien con el mismo nivel de poder la abra, no podemos regresar.”
“…Aunque así sea, ¿por qué deduces que ‘algo ocurrió antes de venir aquí’?”
“Porque ahora que Riou-kun está aquí, Uu Uu es el Ministro de la Cueva de los Iluminados en funciones.”
La expresión de Shuuei cambió. Y fue porque él sintió que Shuurei estaba pescando un pez que nadaba más profundo de lo que Shuuei esperaba.
Fue Riou quien respondió en lugar de Shuuei.
“…Si. Justo ahora, Uu Uu está actuando como Ministro de la Cueva de los Iluminados en mi lugar.”
“General Ran, ¿Uu Uu-sama tenía tiempo libre?”
“…No, parecía demasiado presionado tanto por su cuerpo como por su trabajo, como para tener tiempo de verme. Desde hace tiempo, Uu ha estado esforzándose de más. Y también es un anciano. Riou quería regresar lo más pronto posible, así que él estaba enfadado porque no pudo volver.”
“Pese a ello, él hizo espacio en su agenda para verlo. General Ran… uh, ahora su rango ha descendido bastante.”
“Si. Mi rango es más bajo de entre los que hacen trabajos extravagantes, y tampoco tengo un nombramiento por escrito del emperador… En otras palabras, es extraño que estando tan ocupado, el Ministro de la Cueva de los Iluminados se reuniera deliberadamente y enviara a un subordinado con intenciones inciertas y que no llevaba órdenes de nadie.”
Tanto Shuuei como Shuurei asumieron expresiones cautelosas. Como no dejando escapar a la presa.
“…¿Uu Uu-sama dijo ‘haz que la abran’?”
“No. Lo que en realidad dijo fue: ‘Por favor, regresa después de hacer que todas las puertas del clan Hyou que han sido cerradas herméticamente, sean abiertas de ese lado’ y a toda costa.”
Mientras decía esto, Shuuei jalaba sus flequillos con una seria expresión.
“¿De verdad? Por supuesto, ahora que lo he escuchado, parece que eso podría tomarse como una petición del actual Ministro. No, al decir ‘a toda costa’, casi podría tomarse como una orden.”
Él recordó que desde el momento en que el Ministerio de la Cueva de los Iluminados se distanció de los asuntos políticos, era una regla que no pudieran decir las cosas claramente.
De lo único que Shuuei estaba enterado, era de las langostas. Incluso aunque Uu Uu ya estuviera al tanto de las langostas, él no creía que la familia Hyou, que se encargaba de los asuntos religiosos, pudiera hacer algo al respecto. Incluso si pudieran intervenir usando algún hechizo misterioso, Riou había dicho que, en ese momento, todos los magos y sacerdotisas por encima del rango medio, habían sido enviados fuera.
(…¿Qué significa esto?)
Hubo un sonido.
Cuando él se volteó, la cara de Riou estaba gravemente pálida.
“…Oye, ¿qué fue lo que dijo Uu?”
Shuuei no había dicho nada excesivo.
“Dijo: ‘Por favor, regresa después de hacer que todas las puertas del clan Hyou que han sido cerradas herméticamente, sean abiertas de ese lado’”
Tanto Shuuei como Shuurei sabían que Riou estaba pensando en algo con tal intensidad que se estaba mareando.
Casi gimiendo, Riou preguntó para confirmar.
“…¿haz que todas las puertas se abran, dijo?”
“Si, eso es lo que oí.”
“Después de que nosotros desaparecimos, ¿pasó algo? ¿Alguna clase de desastre?”
Shuuei estaba asombrado.
“…Cuando llegué aquí, todavía no sucedía. Escuché que era probable que ocurriera.”
“¿Qué?”
Shuuei aspiró ligeramente. Ya no podía evitarlo.
“Una plaga de langostas.”
Al instante en que ella comprendió lo que eso significaba, los ojos de Shuurei se abrieron alarmados. Langostas.
Riou lanzó al piso los documentos que estaba sujetando.
“-¡Rápido, cuéntamelo todo, idiota!”
Su grito fue suficientemente alto como para hacer pensar a cualquiera que el palacio entero se estaba sacudiendo.
En algún lugar, el ratón blanco chillaba.

**

“…Esta vez son langostas.”
Kan Hishou, el Ministro de Obras Públicas, arrugó las cejas. Rápidamente volteó al asiento que estaba a su lado. Su segundo al mando, Ouyou Gyoku estaba inexpresivo. Inexpresivo. Con tantos años de conocerlo, Hishou sabía que esto se debía a que estaba suprimiendo la avalancha de sentimientos que se revolvían en su interior. Eso no lo sorprendió. La Provincia Heki era el hogar de Ouyou Gyoku, asimismo, él era parte del clan Ouyou, que servía a la familia Heki.
La familia de Kan Hishou residía en las Provincias Haku y Koku, las cuales estaban localizadas en el frío norte del país, por lo que era difícil que las langostas incubaran ahí, como podían hacerlo en las planicies del sur, así que el daño directo ocasionado por las langostas era mínimo. No obstante, habría una montaña de efectos colaterales. Las dos provincias del norte, donde la gente padecía cada año el frío y el hambre, dependían grandemente de las provincias Kou y Shi, que eran ricas en reservas de comida. Pero si ocurría una plaga de langostas, éstas se comerían todas las cosechas existentes. Al final, hubo muchos casos en los cuales, debido a que las reservas de comida no llegaban, las dos provincias del norte fueron las más afectadas por la gran hambruna ocasionada por las langostas. Especialmente en pleno invierno, cuando no había reservas de comida.
Pronto, ése invierno llegaría.
“Las zonas afectadas son las siguientes. La fuente de la plaga está en su mayoría en la ribera del Río Tenzan en la Provincia Heki, y se cree que gradualmente invadirán la Provincia Kou y la Provincia Shi. Lo más seguro es pensar que destruirán los cultivos de la Provincia Heki en su mayoría.”
Ran Shunshin, mirando los documentos sobre la situación de las langostas, levantó las cejas.
“…Los sitios de los brotes y las zonas afectadas varían ampliamente. Especialmente, parece haber pocas incursiones en la Provincia Shi. Aparentemente, todavía no han formado grandes enjambres, como esperábamos. ¿Acaso la disminución del daño se debe a que…?”
Mientras le echaba una rápida mirada a los documentos, Ryou Anju inclinó un poco la cabeza.
“…¿Hm? Viendo esto, ¿no son la mayoría de los sitios en que el daño ha sido reducido al mínimo, donde anteriormente Ou Ki-sama fue enviado a vigilar?”
Ante esas palabras, los ojos de los altos oficiales se abrieron grandemente.
El Secretario de Asuntos Civiles, You Shuu, estrechó los ojos detrás de sus anteojos. Desde luego, los cambios en las principales posiciones de la administración provincial estaban todas, sin excepción, grabadas en la cabeza de You Shuu. Especialmente las destituciones y nombramientos de los altos oficiales.
“…Por supuesto, así parece. Ou Ki-dono, ¿es posible que cuando fuiste asignado en esos lugares para vigilarlos, hayas instruido a la gente y tomado medidas preventivas?”
“Ése era mi deber. Era lo más lógico.”
Al momento en que Ou Ki pronunció esas palabras, todos y cada uno de los oficiales miraron al emperador. Ryuuki estaba tratando con todas sus fuerzas de no bajar la mirada. Hasta ahora, nunca había sentido nada tan terrible. Aquello era sin duda, una cama de clavos, pero al mismo tiempo sabía que sus denuncias y críticas eran válidas. Para soportar eso, estaba tratando con todas sus fuerzas de reunir todo el coraje que pudiera encontrar. Era aún más difícil porque sabía que estaba pagando por lo que había hecho.
Anju prosiguió, consciente de esto o no, con un tono de voz que no mostraba ni un dejo de malicia.
“Langostas… Su kanji significa ‘insecto’ y ‘emperador’. Se dice que, hace mucho tiempo, hubo un gran gobernante que, cuando hubo una plaga de langostas, él mismo se las comió y oró, y después las langostas se extinguieron. Por supuesto, desde tiempos remotos, se dice que aquél con el poder para aniquilar a las langostas es el verdadero emperador, y de ahí surgió el kanji. Su Majestad también debe intentar lo posible.”
Ante las palabras de Anju, él sintió que el ambiente se enfriaba en ese lugar.
Ou Ki se frotó las sienes. Le lanzó una mirada de enojo a su subordinado.
“Ryou Anju, no digas estupideces. ¿Es posible acabar con las langostas comiéndoselas y orando?”
“Ah, bueno, eso es cierto. Se dice que durante el reinado de un gobernante sabio, no ocurrirían plagas de langostas.”
Los altos oficiales intercambiaron miradas, y comenzaron a murmurar en voz baja como si hubieran recordado algo.
“…Hablando de eso, el Libro de los Cambios dice…’Del desorden del soberano, proviene el desorden del mundo’, y ocurre una plaga de langostas. Desde luego, durante el reinado del emperador anterior, no ocurrió ninguna…”
“Ya han pasado cuatro años desde su coronación… Ahora que lo pienso, también hubo una epidemia en la Provincia Sa. ¿No sería posible que hubiera una conexión entre una epidemia y gobernar?”
“El ex Secretario de Asuntos Militares murió sospechosamente de repente…”
“Él hizo enfurecer a la familia Kou y el número de oficiales disminuyó, hubo un embargo y ahora una plaga de langostas, lo que no había sucedido en décadas…”
“Recientemente, los terremotos han aumentado su frecuencia… ¿Qué hay de eso…?”
En un segundo, se hizo un silencio abismal. Un silencio frío, como un vacío sin fin. Ryuuki sentía un sudor frío brotar de su frente. Estaba mareado, como si algo lo estuviera aplastando, y sintió que su visión se nublaba. Igual que si fuera un pez fuera del agua, no podía respirar bien.
“—Ahora abriremos la discusión sobre el tema de la plaga de langostas. Se dará prioridad a las medidas preventivas de inmediato. Aquellos que deseen interrumpir con argumentos inútiles en un momento como este, se les invita a retirarse inmediatamente.”
Yuushun los abofeteó con un tono de voz fuerte.
Ya que era la primera vez que el hacía esto desde que tomó el cargo de Primer Ministro, todos estaban sorprendidos.
Ou Ki fue el único que no cambió su expresión, y masajeó sus sienes.
“…Eso es cierto. Históricamente, el Gyoshidai ha sido el responsable de las medidas preventivas contra las langostas—“
Yuushun interrumpió cortésmente a Ou Ki.
“Primero, escuchemos la opinión de su Majestad.”
Kouki lentamente levantó la cabeza. El Secretario Kei de Finanzas se estremeció. Su cara estaba preocupantemente pálida, hasta el grado de poder verla aún fuera del alcance de su visión. Luego de leer los informes, de momento, nadie comprendió el motivo de que el Ministerio de Finanzas recortara los fondos para las medidas preventivas contra las langostas al mismo nivel que habían estado durante la guerra entre los príncipes, y no se habían elevado. Ryuuki estaba hasta el cuello de críticas silenciosas provenientes de todos lados, y su mente estaba confusa. Si tomaba una decisión y decía alguna tontería –no, más bien, ¿qué pasaría si no decía nada? –El Secretario Kei estaba inquieto. ¿Acaso él lo ayudaría?
(¿Mi… opinión?)
Probablemente, Ryuuki no sabía lo que le estaban diciendo. Tiempo atrás, cuando su madre lo golpeaba, si él se hacía un ovillo de forma que no pudiera ver nada, y se quedaba callado, aguantando, eventualmente, todo se terminaría. Si esperaba, su hermano llegaría en su auxilio. Sin embargo, ahora nadie vendría. Nadie le diría nada. Y tampoco estaba Riou.
(Yuushun… ¿qué diría él que se debería hacer respecto a este asunto…?)
Él no se lo había preguntado. Yuushun no le había dicho nada sobre qué hacer.
¿Qué debía decir? Él no tenía la más mínima idea… entonces, ¿qué?
Yuushun, con el abanico en mano y cerrando los párpados, lo apresuró.
“MI Señor, ¿qué crees que sea lo mejor?”
Aquél con el poder para aniquilar a las langostas es el verdadero emperador. Ryuuki también había leído algo así en los libros. Entonces.
(Yo…)
Ir y exterminarlas. Pero, ¿cuál era el mejor método?
Para Ryuuki, ésa sería la mejor decisión. Pero.
¿Cuál sería la mejor opción para los demás aparte de Ryuuki? ¿Qué era lo mejor para el pueblo de la Provincia Heki y Kou?
Cerrando el puño, Ryuuki miró a esa persona, aunque sentía cierta pesadez como si estuviera arrastrando plomo.
“Ou Ki-dono.”
Ou Ki alzó ligeramente una ceja, como si no esperara que lo llamaran.
“-Quiero darte plena autoridad para hacer frente a las langostas. ¿Qué opinas?”
Kouki y Anju, inusualmente, mostraron algo de verdadera sorpresa. Son Ryouou también estaba un poco sorprendido.
Pese a que Anju deliberadamente dijo “Aquél con el poder para aniquilar a las langostas es el verdadero emperador”, él le estaba dando esas atribuciones de poder a Ou Ki. Y tanto más, en este momento, el emperador estaba rodeado. Ou Ki mismo, sin siquiera inmutarse, le sostuvo la mirada a Ryuuki.
Por un momento, hubo un pesado silencio.
“-Que así sea. Si esa es su orden, la llevaré a cabo de inmediato. No obstante, hay una cosa. Quiero que me conceda la autoridad para comandar al ejército. Ésas son mis condiciones. ¿Qué opina usted de esto?”
-La autoridad para comandar al ejército.

Él dijo eso con tal indiferencia, que tomó un tiempo para que el impacto se dispersara.
Si Ou Ki, quien como jefe de la Cancillería, que estaba al nivel del Consejo de Estado, decía que deseaba recibir el derecho para comandar al ejército, entonces eso quería decir que lo que estaba diciendo era ‘déme el poder para comandar a la armada entera.’
Como de costumbre, Kan Hishou abrió la boca.
“…Un minuto. Un ejército está bien, pero no necesitas la autoridad para comandar a toda la armada. ¿Acaso no tienes ya a Son Ryouou, el Ministro de Asuntos Militares, a tu entera disposición? No importa como lo veas, eso es demasiada autoridad.”
“Yo soy el Canciller, por eso tengo la autoridad para hacer tal petición. Además, mi intención no es movilizar a todo el ejército a la vez. Es porque no tenemos tiempo que perder para enviar peticiones a Kiyou cuando sea necesario. A diferencia de los humanos, las langostas no se sentarán a esperar una respuesta.”
Las cejas del Ministro de Finanzas también se alzaron bajo su máscara.
“…Son contadas las ocasiones en que el ejército central se ha movilizado a las provincias, excepto cuando se ha tratado de una guerra. Sin embargo, si es para salir a exterminar langostas… De necesitarse un ejército, creo que lo normal sería tomar prestados los ejércitos de las provincias y ciudades.”
“¿Hay alguna ley que prohíba enviar al ejército a exterminar langostas? Ministro Rai.”
“No la hay. Por lo tanto, no me importaría si eso se hiciera. Las langostas son el peor de los desastres naturales. Mientras esperamos una respuesta, dos o tres villas pueden ser arrasadas. Una vez que llegan, no se irán enseguida, normalmente. Desde luego, si se envía al ejército, me gustaría que los enviara con bastantes provisiones. De no ser suficientes, los suministros de comida serían arrasados por el ejército central, en vez de las langostas… Siempre y cuando se eviten semejantes ridiculeces, yo no tengo queja alguna.”
Kouki puso una cara de enojo, pero Ou Ki y Son Ryouou asintieron discretamente, y no se enfadaron.
Hasta el momento en que el emperador Senka asumió el trono, tales cosas eran cotidianas.
“Es lo más lógico. Solicité al ejército para que una vasta cantidad de suministros pudiera ser enviada a cada lugar al mismo tiempo con la mayor rapidez. Por suerte, debido al embargo reciente de la familia Kou, los almacenes del gobierno tienen amplios suministros de comida y carbón que no se utilizaron. Por favor, permítame disponer de ellos. –Su Majestad, Primer Ministro, ¿qué opinan de esto?”
Darle a Ou Ki la autoridad para comandar a la milicia.
Era como si no estuviera claro quién de ellos era el emperador.
Ryuuki, en medio de su averiado campo visual, finalmente… asintió aturdido.
“…Ya veo. Le daré a Ou Ki-dono… la autoridad sobre la milicia.”
Él sintió que Yuushun estaba sonriendo.




***

Fuente: http://yuzutea.net/log/2010/01/saiunkoku-book-15-chapter-6/

>Temas Relacionados - Volumen 15 Prólogo - Volumen 15 Capítulo 1 1/3 - Volumen 15 Capítulo 1 2/3 - Volumen 15 Capítulo 1 3/3 - Volumen 15 Capítulo 2 1/2- Volumen 15 Capítulo 2 2/2 - Volumen 15 Capítulo 3 1/4 - Volumen 15 Capítulo 3 2/4 - Volumen 15 Capítulo 3 3/4 - Volumen 15 Capítulo 3 4/4 - Volumen 15 Capítulo 4 1/2 - Volumen 15 Capítulo 4 2/2 - Volumen 15 Capítulo 5 1/2 - Volumen 15 Capítulo 5 2/2 - Volumen 15 Capítulo 7 - Volumen 15 Epílogo


VOLUMEN 15 Capítulo 5 (2/2)

Nota aclaratoria: El siguiente texto es una traducción al español hecha de su original en inglés. Para mayores referencias, consultar la fuente que se cita al final.

SAIUNKOKU 15
(Kuraki Tasogare no Miya)
Capítulo 5 parte 2/2
Editado por Charmian
Traducido por Violet Raven


>ANTERIOR



Shuurei pasó los siguientes dos días casi sin moverse de su cama en el palacio escondido. En realidad, cuando intentaba recobrar las fuerzas, encontraba que su cuerpo estaba agotado, así que por un tiempo le resultaba difícil incluso moverse. Su cuerpo parecía una marioneta con los hilos cortados, pero luego de dormir suficiente, comer alimentos nutritivos y tomar medicina, ocupándose de leer libros, ella sintió que algo revivía dentro de ella, hasta las puntas de sus dedos. La última vez que había pasado el tiempo de esta forma, había sido en su infancia.
Ella no tenía que hacer nada.
Anteriormente, cuando había sido suspendida y se convirtió en un oficial de reserva, aunque era un momento en que no tenía obligaciones y podía descansar, simplemente se había vuelto impaciente. Ella pensaba que eso no estaba bien, que estar ociosa estaba prohibido.
(…Aún si regreso o no, ya no puedo ser un oficial, así que tal vez me he vuelto despreocupada…)
Ella en verdad pasaba el tiempo sin usar mucho la cabeza. No obstante, eso también era confortable.
Shuurei sintió la mirada de Jin, y volvió la cara hacia él. Jin frecuentemente miraba a Shuurei de esta forma, sentado en una silla, con sus largas piernas cruzadas. En realidad lo que él veía en Shuurei, era a otra princesa, a quien Shuurei se parecía.
“…¿Me veo como ella? Como Jyuusan-hime…”
“Disculpa si te incomoda. Es porque no puedo ver a la verdadera.”
Dijo él ligeramente. Dado que no sabían cuándo vendría Ruka, ya fuera Jin o Shuuei, que tenían a Kanshou y a Bakuya, se quedaban al lado de ella la mayor parte del tiempo. Ahora era turno de Jin. Shuurei no lo recordaba, pero aparentemente ella había sido poseída por Ruka una vez. Sin embargo, ahora no había una sola señal de Ruka. Ella tenía la sensación de que en verdad tenía que pensar en las razones de Jin para ir ahí, pero no lograba que su cabeza funcionara. Tal vez se debía a que en algún lugar de su corazón, su prioridad era pensar, antes que en sí misma, en su último deber como oficial, la disolución del embargo, y ahora ella ya no era un oficial. Ella ya no era un oficial. No tenía caso pensar. Todo se había terminado. Así se sentía. Había perdido la energía para hacer cualquier cosa, como si los tendones de su corazón hubieran sido cortados por completo.
“Ella no aparece, la anciana Hyou, ¿verdad?”
Ante esas palabras, repentinamente Shuurei recordó la Bahía de los Nueve Colores. La anciana del clan Hyou. Se refería a Ruka. Una campanilla repiqueteó en un rincón de su cabeza. Ella sintió como si algo se hubiera secado en su interior.
“…Si, no ha venido.”
Ella repitió como loro. Jin sonrió un poco.
“Sigues bastante cansada, señorita. Realmente te sobrepasaste.”
“Ya casi regreso a la normalidad.”
“Tu mente y tu corazón están cansados. Cuando piensas detenidamente, lo más que llega a pasar es que tus ojos están abiertos.”
Su mente y su corazón estaban cansados. ¿Era cierto eso? Posiblemente. Ella se había dado cuenta de algo.
(…No he dicho ni una sola vez ‘quiero regresar’.)
No era la idea de no querer regresar, sino la de ‘no tener que regresar’, la que la hacía sentir más aliviada. Ella había meditado, y decidido. Aún si los demás la maldecían, ella había persistido. Sin embargo, ella lo decidió. Si nadie más que Ryuuki pensara que estaría en problemas si continuaba siendo un oficial… su papel se había terminado. Aunque sólo se trataba de que el momento había llegado, sin duda, Shuurei, como Tantan se lo había dicho, lo había meditado. Y luego, había llegado a un lugar donde no necesitaba pensar en ello, y eso la aliviaba. Un compás de consuelo.
“Es estupendo que no tengas que volver, ¿no?”
Dijo Jin como si leyera su mente, con una ligereza igual a la del papel. Ella trató de mirarlo furiosa, pero él estaba indiferente.
“…La mayoría de tu esencia, señorita, es la de una mujer del ‘exterior’. Es lo opuesto cuando estás trabajando.”
“¿Qué? ¿A qué te refieres?”
“Si es por el bien de un hombre, tú haces todo por él, soportas todo mientras te quedas callada. Las palabras ‘es irremediable’ te quedan a la perfección. Es por eso que los hombres dependen de ti. Porque cuando pasan ese tipo de cosas, es obvio que en algún momento morirás por un hombre.”
“…¿Morir, dices?”
“Por tu propia mano. Es decir que ‘te matarás a ti misma’.”
Shuurei sintió que la apuñalaban en el pecho. Ella no pudo responder que no fuera de esa manera.
“Haciendo a un lado a esa extraña anciana y al señor que viven aquí, creo que encajas muy bien en el clan Hyou. Ya que el deber original del clan Hyou es, utilizando los templos en el ‘exterior’ como bases, ir por ahí rescatando gente cuando hay desastres o guerras, recibir las plegarias de las personas, y a veces luchar con los oficiales. Ellos salvan a quienes han sido maltratados por las autoridades, y son su último refugio. Es por eso que los templos y santuarios del clan Hyou en el ‘exterior’ son considerados lugares fuera del alcance de la autoridad oficial. Es casi como una autoridad independiente. Ése es el ‘deber’ de la familia Hyou, no sólo exorcizar demonios o pronunciar y celebrar rezos o funerales.”
Los ojos de Shuurei se abrieron grandemente con esta inesperada charla. En efecto, eso se asemejaba a lo que ella quería hacer. Proteger, con amplio poder, a los débiles que habían sido pisoteados como hierbajos o abandonados. Por eso quería ser oficial. Si no lo fuera, no podría hacer eso. Pero…
“…N-no lo sabía. ¿Es eso lo que significa el clan Hyou?”
“Entre otras cosas. Especialmente, esa anciana, Ruka, estuvo bastante sorprendente durante las épocas de disturbios. Ella alentó al clan entero, tanto hombres como mujeres, a estudiar, haciendo que pulieran sus conocimientos y magia, y los envió uno tras otro al ‘exterior’ a ayudar a la gente. Escuché que principalmente Ruka antepuso el trabajo, ya fueran hombres o mujeres, y los hizo trabajar duro en medicina, astronomía, fenómenos naturales, agricultura, investigaciones, etc., y tienen un alto nivel de conocimiento práctico en la acumulación de información y medidas de prevención, mucho más que cualquiera en este país. Bueno, eso pasó hace décadas, y ahora parece que Ruka no es tan decidida como antes… En este lugar, con el simple hecho de ser mujer, ella les otorga mucha autoridad, con muchas expectativas y responsabilidades, así que si quieres y si persistes en negociar con Ruka y ganarte su aprobación, aún si no quieres volver al ‘exterior’, podrías hacer mucho más de lo que puedes hacer como oficial.”
“…”
“Desde luego, cuando un matrimonio es decidido aquí, es la mujer quien tiene derecho a elegir al hombre. Es mas bien como ‘No bromees, si puedo morir dando a luz, entonces tiene que ser alguien con quien quiera tener hijos.’ Seguro. Incluso cuando el matrimonio ha sido decidido, una vez que llegas al clan Hyou, obtienes ese derecho. Es el ‘derecho a decidir’. Incluso puedes deshacer un compromiso. Seguramente, incluso si la otra persona es el emperador.”
“-Um… espera… espera un momento…”
Shuurei estaba trastornada. Ella había pensado ‘es inevitable’ –claro, ella había pensado que así era, en el fondo de su corazón –pero ahora no parecía ser así. Entonces, ¿qué debía hacer?
-Realmente no se trataba de que detestara casarse. No se trataba de que odiara la idea de entrar a la Residencia Imperial y pasar su vida apoyando a Ryuuki. Ella lo había meditado muchas veces. Sin embargo, Tantan tenía razón cuando le dijo “No lo entiendo, pero tengo la sensación de que estoy cometiendo un gran error. Pero no sé lo que es, así que no quiero pensar en ello.”, ella tenía el presentimiento de que no había una sola razón para eso, sino muchas. ¿Qué era lo que le hacía pensar que no debía entrar a la Residencia Imperial ahora?
Ella se había dado cuenta de que en algún punto, ella se había desviado. No estaba satisfecha, se había desviado. Cuando ella vio el rostro de Ryuuki cansado, ella pensó que esto era suficiente. Aún ahora, ella pensaba que su respuesta basada en eso no estaba equivocada. Pero después de dejar Kiyou, esto se coló gradualmente dentro de ella y viéndolo a gran escala, ese podría haber sido ‘un gran error’. Para ella… seguramente, y para Ryuuki también.
Si se quedaba en el clan Hyou, al menos podría aplazar su entrada en el harén Imperial. Ella no podía negar que había pensado ‘no tengo que regresar’. Pero un nuevo camino se abrió inesperadamente para ella.
(…¿Qué pasará si regreso a la corte y entro a la Residencia Imperial en este estado…?)
Confiando en las palabras de Riou, dentro de la jaula de la Residencia Imperial, a ella sólo le quedaría esperar la muerte. Eso quizá estaría bien. Ella esperaría su propia muerte prematura, y después Ryuuki ascendería a Jyuusan-hime… Aunque si ella moría, sería como si la mujer que aprobó el examen imperial nunca hubiera existido. Al recordar a Shuuran en la Provincia Sa, el interior de la nariz le dolió. Shuurei tenía que limpiar varias cosas.
(…Si no lo tomo como si se tratara de alguien más, no podré hacerlo…)
Pero si se quedaba en el clan Hyou podría vivir. Aunque no fuera un oficial, había cosas que Shuurei podía hacer en el clan Hyou. Incluso si tenía que persuadir a Ruka. No obstante, Shuurei no sabía si eso es lo que quería en realidad.

Riou, que estaba cargando una montaña de libros y hierbas medicinales junto con Shuuei, caminando en los corredores, frunció el ceño.
“Está demasiado silencioso…”
“¿Será la anciana del clan Hyou?”
Shuuei puso atención otra vez. Se había preguntado si era peligroso dejar a Jin a solas con Shuurei, pero Jin había dicho “en este momento, está bien”. Él era un hombre de palabra. Al decir “en este momento” era un hecho que, tal como pensaba, eso era mejor que permitirle vagar libremente las veinticuatro horas, los siete días de la semana.
“Tal vez. Mi tía bien podría, enseguida de que Kou Shuurei llegó aquí, aparecer directamente frente a ella, y con una risa escandalosa, decir que la poseería, y hacerlo sin que nadie se le opusiera. No creo que haga las cosas a medias.”
“¿Y entonces qué?”
“…Tal y como están las cosas ahora, ¿significa que mi tía sólo puede hacer las cosas a medias…?”
“Puede ser. A juzgar por cómo todos los medios de comunicación han sido sellados por completo, quizás algo extraño haya ocurrido en el clan Hyou. ¿Cuánto tiempo ha estado así de tranquilo?”
Él estaba preocupado por Shuurei, pero también le inquietaba Shusui. Le había preguntado a Riou por ella, pero él no sabía dónde estaba. Había ido a buscarla por los alrededores mientras dejaba a Shuurei al cuidado de Jin y Riou, pero no estaba familiarizado con la zona, y además, la construcción era diferente del ‘exterior’ (el mundo exterior). El simple hecho de que su diseño era antiguo, bastaba para que él se perdiera. Era tan amplio que ni siquiera podía descifrar en dónde estaba parado. Había intentado preguntarle a alguien, pero difícilmente había alguien cerca.
“…Escuché que todos los magos y sacerdotisas por encima del rango promedio fueron enviados fuera. Cuando miré alrededor, me di cuenta que los que quedaron ‘no tienen poderes’, y aún así son muy pocos. Cuando les pregunto, nadie sabe lo que está pasando. Es por eso que están ayudando a cuidar a Kou Shuurei. Probablemente creen que ella es un ‘refugiado’ normal…”
“¿Y tu papá?”
Papá. Riou pensó en tratar de llamarlo así para la próxima. Eso no encajaba con él en absoluto.
“Él dijo ‘No me interesa’.”
“…Es asombroso que él sea el jefe de la familia. Pero ya que Ruka intentó manipular el cuerpo de Shuurei-dono una vez, probablemente quiera hacerlo. ¿Es posible convencer a Ruka-dono de que renuncie al cuerpo de Shuurei-dono?”
“¿Convencer… a mi tía de renunciar al cuerpo de Kou Shuurei?”
Él nunca había considerado tal cosa. Que otra gente quisiera cambiar la voluntad de su tía, era algo que él jamás había considerado hasta ahora. Desde un principio, Riou pensó que lo único que podía hacer era tomar medidas provisionales para prevenir que su tía se posesionara del cuerpo de Kou Shuurei. No obstante, eso no podía durar para siempre. Riou ‘no tenía poderes’, así que era normal que no pudiera tomar medidas para enfrentarse a su tía.
Una forma de convencer a su tía de renunciar al cuerpo de Kou Shuurei.
…Había una.
Y esta le cayó del cielo con un shock similar al golpe de un trueno. Aunque distaba de la idea de ‘hacerla renunciar’. Había una forma. Pero no era fácil.
-Él debía matar a Ruka.
Si lo hacía, entonces con certeza, podía garantizar la seguridad del cuerpo de Shuurei.
Pero -¿Matar a su tía? Esa idea vino acompañada de un odio y culpa hacia sí mismo por haber pensado semejante cosa, pero se esparció en su cerebro. No era sólo por el bien de Shuurei, sino por el de los demás también. Este clan era extraño. Él sabía que el estancamiento que se había acumulado por largos años y meses, había ocasionado –al igual que si se tratara de un cuerpo humano, deformándose, sellado y silencioso, emitiendo el dulce olor de la corrupción –que se pudriera hasta la muerte, empezando por las orillas. Su padre, Riou, también era extraño, y podía decirse que sólo por la forma en que no hacía nada, era inocuo. Pero Ruka-
Ruka.
Escuchó un suspiro junto a él. Riou dio un salto como si esos pensamientos hubieran sido leídos. De pronto, Shuuei se acercó palmeando su espalda intentando tranquilizarlo.
“Si eso te provoca una cara tan extraña, será mejor dejar por la paz esa idea. Olvídalo, por favor.”
“…”
Riou abrió su boca como si tratara de decir algo, pero nada salió.
Quizás así era… pero.
Riou no volteó hacia Shuuei porque no quería que viera su expresión.

***

De nuevo, pasaron varios días sin que nada ocurriera. –una tarde, Shuurei despertó. La luz azul llenaba el cuarto. Tenía un color místico, como si un sonido de ‘saaaan’ pudiera ser escuchado. Era igual que el fondo del lago de la Bahía de los Nueve Colores. Con sorpresa, ella notó que en sus mejillas había fríos surcos de lágrimas. Sollozando, Shuurei limpio el remanente de lágrimas con su manga. Aunque quizá estaba llorando por alguna razón mientras dormía, ahora estaba acostumbrada a hacerlo. Era como si las muchas emociones que estaban sumergidas en su interior, hasta el punto en que se diluían y salían. Aún cuando ella estaba pasando este tiempo sin pensar en nada.
Por supuesto, en algún punto dentro de Shuurei, eso había sido cortado en pedacitos y mitigado. Era un gran período de descanso que ella no había tenido hasta ahora. Como Jin había dicho, más que su cuerpo, un lugar más hondo de ella estaba completamente exhausto.
…Por el rabillo del ojo, ella vio que Jin estaba saliendo del cuarto. Jin se movía como una enorme bestia, sus pasos no producían sonido alguno. Fue sólo por casualidad que ella lo vio irse a mitad de la noche. Shuurei de repente se levantó. Pensó un poco y dio un paso, aún descalza. Aunque pensara un poco, no era muy diferente de no pensar nada. Por alguna razón, ella sintió que era mejor seguirlo. Ella se había enterado por Shuuei que ahora el clan Hyou se estaba comportando algo extraño, pero estaba sorprendida de que eso le hubiera entrado por un oído y salido por el otro. Se había habituado tanto a no usar la cabeza, que cuando lo intentaba, se agotaba fácilmente. Era escalofriante.
Quizá la razón de perseguirlo era para poner fin de golpe a algo en su interior. Ella pensó que Jin era la “clave” de algo. Ahora, en un rincón de su deshabituada cabeza, cierta ‘clave’ brillaba vagamente. Sin pensar en nada, ella se pegó a él y lo siguió. De alguna forma, era posible que la notara, y si la sorprendía en el camino, no había nada que hacer, pensó ella. Pero, ¿por qué la inquietaba Jin? ¿Podía ser que él saliera de esa forma todas las noches?
(…¿Huh? Es extraño. No lleva a “Bakuya”)
Como lo había previsto, luego de que lo siguió por un rato, Jin se dio vuelta. Como si estuviera diciendo ‘vaya, vaya’.
“…Si vas a seguirme, entonces acércate. Es molesto para mí.”
“¿Está bien que vaya contigo?”
“Claro. Porque si pasa algo malo, podría perderte enseguida.”
Era cierto.
“Entonces, creo que iré y descubriré qué es eso tan malo que puede pasar para que me evites.”
El ojo que no estaba cubierto con el parche brilló con algo de regocijo.
“¿Ya recuperaste un poco de tu energía? Bien, entonces prepárate para una caminata nocturna.”

(Esto es igual a aquella vez en la Bahía de los Nueve Colores…)
Ella recordó que esa vez escaló junto con Jin hacia el templo en la Montaña del Espejo Sagrado. Mientras caminaba al lado de Jin, Shuurei miró a su alrededor. Le dolía mover su cuerpo, y Riou y Shuuei casi se lo habían prohibido, así que esta era la primera ‘excursión’ que hacía. Los corredores estaban iluminados con antorchas situadas en intervalos, haciendo que el palacio sobresaliera a la vista con una misteriosa elegancia. Era como si éste no tuviera final. No había señal de presencia humana, y ella sintió como si estuviera perdida en otro mundo. Shuurei alzó la vista a lo lejos. Ella vio unas cosas gigantescas alineadas, que se veían negras a la luz de la luna.
“¿Montañas…?”
“Si. Verlas al amanecer, es una vista asombrosa. Riou mencionó que están cubiertas de nieve todo el año. Esta enorme cordillera montañosa no se compara en altitud con la cordillera de la Montaña del Dragón Durmiente de la Provincia Ran. En esta temporada, la nieve cubre las cimas de las montañas hasta donde alcanza la vista.”
“¡¿La nieve cubre las montañas?! Pero no hace tanto frío. Es casi el mismo clima otoñal que en Kiyou.”
“Parece que en los dominios de la familia Hyou, éste se regula para que la gente pueda vivir aquí. La gran sacerdotisa es impresionante. Por supuesto, sin magia es imposible entrar y salir desde aquí. Yo lo intenté, pero en ese lugar no se puede vivir. Incluso yo habría muerto en tres días. Ese lugar no es uno de los que fue separado por la magia del mundo exterior, sino que es otro lugar que originalmente es así.”
Shuurei sintió algo de frío en su espalda. La Montaña del Dragón Durmiente en la Provincia Ran tenía una altitud sobresaliente. Y pese a esto, ¿ésta enorme cordillera no se le comparaba…? ¿Un sitio con todas sus entradas y salidas selladas?
“…¿Dónde está este lugar…? ¿Dentro de éste país?”
“Si lo piensas un poco, lo descifrarás. De todas formas, aunque lo supieras, no tendría caso. Lo que creo que es más misterioso es que no hayas dicho frenética ‘¡Voy a ver a Ruka!’ y te hayas ido volando.”
Shuurei se quedó sin habla. Ella escuchó el chirrido de un insecto desconocido.
“Bueno, si conocieras a Ruka, tendrías que decir algo. Si te quedas en el clan Hyou o no, o qué será de tu cuerpo. Pero estás tan perdida que no sabrías que decir cuando la vieras.”
Todas las palabras de Jin eran correctas. Era como las que Tantan le había dicho, pero ella además sintió que Jin estaba sereno, como si la conociera lo suficiente para predecir la respuesta de Shuurei. En realidad, más que estar perdida, ella había dejado de pensar. Aunque había tratado de moverse, ella no se movió. Ella siguió pensando que debía meditar las cosas, pero pasó el tiempo ausente y con la mirada vacía. Quizás se debía a que no se trataba de sus obligaciones, sino de sus asuntos personales, que se había negado a pensar. Analizándolo, ella sentía que cuando le resultaba angustiante pensar en asuntos relacionados a ella, los hacía a un lado. Pero esta vez-
“¿No quieres pensar en eso? Probablemente, no quieres dar una respuesta lógica.”
Shuurei levanto la cabeza sorprendida. Jin bajó su ojo abierto hacia Shuurei.
“No quieres seguir la “mejor” respuesta que naturalmente te viene a la mente. Puede que sea la “mejor”, pero no sabes si es la respuesta “correcta” para ti. Es inesperadamente fácil cometer un error.”
Ella siempre había creído esto, pero Jin era realmente, a diferencia de su apariencia externa, una persona extremadamente racional. Aunque se trataba de una conversación casual, si ella pensara en ello después, se daría cuenta de que tenía muchos significados.
“Bueno, aunque tu cabeza no funcione, deberías pensarlo en algún rincón de tu corazón.”
Mientras caminaban bajo la luz de luna azul, Shuurei se miró ambas manos.
Su cuerpo.
Ante las palabras de Jin, ella tuvo la sensación de que en el vacío de su mente, sólo por un momento, desaparecieron las cosas innecesarias.
Si esto era algo que debía decidir con el corazón y no con la cabeza… entonces si decía eso, estaba bien…
“…Voy a dar una respuesta. Pero puede que no sea “la mejor”.
El ojo de Jin se entrecerró, como si hubiera pronunciado un breve ‘hmp’ en respuesta. Él parecía estar sonriendo un poco. Como si ya supiera qué clase de respuesta iba a dar.
“Pero, acerca de lo demás… Todavía no estoy seguro, así que no puedo ir a verla.”
Al momento, hubo un extraño y desagradable sonido, como el zumbido de las alas de un insecto.
Jin se quedó parado de forma artificial. Hubo una pausa vacía como si la oscuridad se hubiera ahondado. El sonido de los insectos se detuvo a la vez.
“-Eso es bueno.”
Una voz ronca salió de la boca de Jin, pero no era su voz.
“…¿Eh?”
Los ojos de Shuurei se volvieron puntos, y ella dejó salir una voz desatinada.
Un ratón chilló. Cuando ella miró hacia sus pies, el ratón blanco estaba chillando. En ese instante, Jin se transformó en otra persona. Al momento, aparecieron una tras otra, sigilosas, como sombras, personas con atuendos negros que portando espadas y se reunieron alrededor de él. La mente de Shuurei, que había estado en blanco desde que había sido conducida hasta ahí, se aclaro por completo de golpe. Al momento, ella tuvo la sensación incluso de escuchar algo que se rompía. Todo el pelo de su cuerpo se erizó. ¿Qué era eso? Shuurei gritó tontamente:
“¡¿Qué?! ¡¿Quéeeee?!”
“¡Shuurei-dono!”

A una velocidad más rápida que la del cuerpo humano, la espada de una de las figuras vestidas de negro, apareció frente a la garganta de Shuurei. Shuuei la rechazó haciéndola volar justo a tiempo. Luego Riou se precipitó para proteger la espalda de Shuurei. Sosteniendo en su mano una delgada espada. Era la primera vez que ella lo veía hacer esto y sus movimientos eran limpios y expertos.
“¡Ustedes! ¡¿Por órdenes de quién hacen esto?!”
Aunque ellos no parecieron perturbarse por el grito de Riou, ella notó que parecían algo irritados. Aún así, quizás al sentirse en desventaja, las figuras vestidas de negro no se enfrentaron a ellos, sino que se desvanecieron hábilmente en la oscuridad.
Cuando Shuurei volteó hacia sus pies, el ratón blanco había desaparecido.

***

“¡¿Qué?! ¡¿Salí del cuarto sola?!”
Cuando Shuurei regresó a la “Habitación de la Tranquilidad”, nuevamente se quedó atónita.
¿Había salido sola?
“¡No puede ser! Yo vi salir a Jin, y lo seguí –hey, ¡si hace sólo unos minutos estaba caminando con él!”
Shuuei y Riou se miraron uno al otro. ¿Jin?
“No, Jin nunca dejó esta habitación. Shuurei-dono estaba sola, ¿cierto?”
“…Shuurei-dono, Riou-kun dice que alguien tomó la forma de cierta persona que le desagrada y lo invitó a salir, entonces, ¿eso significa que hay algo en Jin que te desagrada?”
Shuurei se masajeó las sienes. Ese “Algo” brillaba en medio del fango.
“Si… ¿Acaso fue cuando estaba aturdida, que algo en mi inconsciente me jalaba vagamente?... ¿Es el verdadero Jin el que vino aquí con usted?”
“Si, definitivamente era el verdadero… Pero ahora, por alguna razón, no está aquí.”
“¿No sabe el motivo que lo trajo hasta aquí?”
“No, es malo para inventar excusas, pero obligarlo a hablar es toda una hazaña… Lo intenté varias veces, pero no mordió el anzuelo. Es realmente cuidadoso y precavido. Aparte de su ridícula afirmación de ‘Vine aquí porque alguien me pidió hacer algo’, no conseguí nada.”
Shuuei miró al techo, pero Shuurei se dio cuenta de que había algo atorado en su mente. Ella estaba absorta repitiéndolo. Era como si al pensar en cosas innecesarias, eso se le escapara.
“…Jin-san vino aquí porque alguien le pidió que hiciera algo…”
“¿Shuurei-dono?”
Ella había tenido extraños encuentros con Jin en momentos extraños. Primero en la cárcel, y cuando ocurrió el asesinato del Secretario de Asuntos Civiles, él estaba con Shusui…
Shuurei quería cortarse la cabeza en ese momento y morirse ahí. Justo como Jin había dicho, en verdad, desde el momento en que ella llegó ahí, sus ojos habían estado ciegos a pesar de que los tenía abiertos, y sólo se le ocurrió pasar el tiempo con la mente vacía como una maceta.
Bueno, en cierto modo había estado muy bien, -Shusui.
“¿Dónde está Shusui? Ella siempre ha sido parte del clan Hyou -¿cierto?
Riou miró hacia la alfombra, pero el ratón blanco no estaba ahí.
“…Si. Ella siempre ha tratado de ayudarte a ti y al emperador. Debes confiar en Shusui. Ahora, probablemente ella está encarcelada en algún lugar de esta casa –Supongo. Ran Shuuei y yo la hemos buscado por todos lados, pero todavía no la hemos encontrado. Tal vez está encerrada en algún sitio que al que la gente común no puede llegar. Sin embargo, es seguro que sigue viva.”
Shuuei estaba sorprendido por estas últimas palabras. Considerando la personalidad de Riou, seguramente no estaba mintiendo. Había muchas cosas que quería preguntarle, pero Shuurei sabía que éste no era el momento adecuado.
Shusui había sido capturada. Shuurei se mordió el labio inferior. Ahora tenía una cosa más por hacer. Porque la razón de su captura, seguramente tenía que ver con Shuurei y el emperador.
“…General Ran, quiero preguntarle algo.”
“¿Qué?”
“¿Estuvo usted en el templo de la Bahía de los Nueve Colores después de que me desmayé?”
Shuuei estaba confundido por el súbito cambio de tema. ¿La Bahía de los Nueve Colores?
“Estuve ahí. Lo siento, aunque no estuve cerca de ti, sino al lado del emperador.”
“Si. Eso era normal. En vez de ayudarme. Entonces, quisiera que me contara sobre aquella vez en detalle.”
Ella dijo esto con la expresión de un oficial.

Notas: Probablemente el palacio del clan Hyou se sitúa en las montañas Banri, las cuales anteriormente se describieron como inaccesibles, pero el primer emperador (hermano de la fundadora del clan Hyou) pudo escalarlas de algún modo.



***

Fuente: http://yuzutea.net/log/2010/01/saiunkoku-book-15-chapter-5-22/


>Temas Relacionados - Volumen 15 Prólogo - Volumen 15 Capítulo 1 1/3- Volumen 15 Capítulo 1 2/3 - Volumen 15 Capítulo 1 3/3 - Volumen 15 Capítulo 2 1/2 - Volumen 15 Capítulo 2 2/2 - Volumen 15 Capítulo 3 1/4 - Volumen 15 Capítulo 3 2/4 - Volumen 15 Capítulo 3 3/4 - Volumen 15 Capítulo 3 4/4 - Volumen 15 Capítulo 4 1/2 - Volumen 15 Capítulo 4 2/2 - Volumen 15 Capítulo 5 1/2 - Volumen 15 Capítulo 6 - Volumen 15 Capítulo 7 - Volumen 15 Epílogo