Nota aclaratoria: El siguiente texto es una traducción al español hecha de su original en inglés. Para mayores referencias, consultar la fuente que se cita al final.
> SEGUNDA PARTE
'Shouka sintió la presencia de alguien, y en el todavía sombrío jardín, alcanzó a ver al emperador, caminando lentamente ahí.
“Ryuuki-sama… ¿tuviste problemas para dormir?”
El emperador alzó la cara con un respingo, y cuando vio a Shouka, dejó salir un largo suspiro.
“… ¿Por qué es… que Shouka siempre me entiende mejor de lo que me entiendo yo mismo?”
Los ojos de Shouka se abrieron ante esas palabras que antes había escuchado de alguien más.
“Shouka… gracias por quedarte siempre en el palacio.”
El monarca, terriblemente pálido, dijo esto en voz baja.
“Pensé que podrías quedarte conmigo… para que yo pudiera persistir…”
La Provincia Sa no era la única parte del reino. Sosteniendo su corazón en pedazos, cada día, él tenía que cumplir con sus deberes como de costumbre. Aunque tenía miedo de dormir, ya no arrastraba a nadie a su cama como lo hacía antes. Sus pesadillas ya no eran aquellas sobre su pasado, las cuales se desvanecían cuando despertaba, sino una realidad que tenía que afrontar.
“… Deberías dormir. Tu cuerpo sufrirá un colapso.”
“…”
“Me quedaré a tu lado hasta que te duermas.”
Aliviado, Ryuuki asintió. Shouka lo tomó de la mano, y él lo siguió obedientemente. Justo como hacía cuando Ryuuki era un niño, él sostuvo su mano hasta que llegaron a su alcoba, y luego él puso a Ryuuki en su cama.
“Shuurei y Seiran están bien.”
Entonces susurrando, el emperador cerró los ojos.
“Es duro… para Shouka.”
“Es igual para todos.”
“Shouka…”
“¿Si?”
“¿Tocarás la biwa para mí alguna vez?”
Shouka fue incapaz de responder sin problemas a esta petición sorpresiva. Ni siquiera Shuurei le había pedido eso. El emperador no debería haber sabido-
“… ¿Por qué quieres eso?”
El emperador se dejaba llevar por el sueño.
“Mi padre… me dijo algo. ‘La forma en que Shouka toca la biwa es espléndida. Pero como es tan testarudo, incluso cuando yo se lo pedí, él se negó a tocar. Tanto así que incluso amenacé a ese maldito mocoso, y finalmente conseguí que tocara a cambio de las vidas de sus hermanos menores. Mientras yo esté vivo, seguramente el día en que lo escuches no llegará. Pero después de que te conviertas en emperador, algún día, cuando le pidas que toque y él lo haga, puede llegar.’”
“¿Puede llegar?”
“Él dijo, ‘si llegara el momento en que Shouka se sienta tan libre que pueda simplemente tocar la biwa por casualidad, ésa será la prueba de que te has vuelto el emperador más grande de la historia. Si quieres escucharlo, trabaja duro…'”
Probablemente el emperador no recordaría haber dicho eso cuando despertara.
… El brutal, cruel conquistador.
Sin embargo, él poseía un carisma abrumador que hizo que todos, empezando por los tres ancianos de la corte, se arrodillaran ante él.
Si eso le hubiera molestado, había muchas formas de suavizar más las cosas y no ser conocido como un monarca sangriento, pero...
… él siguió siendo despiadado hasta el final.
Había sido frío con sus consortes, pero siempre observaba a los príncipes. Mientras gruñía a Seiran por ser tan ‘ingenuo’ al ser derrotado por las concubinas, le ordenó a Shouka que lo recogiera si tenía ganas de hacerlo. Aunque Ryuuki no lo recuerda, en realidad él también fue en lugar del General Sou a los archivos y practicó esgrima con Ryuuki, haciéndolo llorar. También vigiló a los demás príncipes de esa forma.
Si- Ya fueran superiores o corruptos, él simplemente los observaba sin hacer nada.
Tal vez pensó que al igual que él, ellos no tendrían problemas para recorrer el camino por su propia voluntad y por su propio pie. Justo como él siempre decía, ‘no esperen nada de mí, hagan algo por sus propios medios.’
Sin embargo, ésa también era una simple hipótesis de Shouka. Después de que el Lobo Negro, quien había entendido todo, murió, ése maldito viejo de Shou Taishi jamás diría nada.
Su vista se movió del durmiente Ryuuki, a su propia mano. –una mano manchada de sangre.
La hija de él, quien había robado más vidas que cualquiera, y su esposa, se había apresurado a la Provincia Sa proclamando que no permitiría que una sola persona fuera asesinada.
“… Es extraño.”
“Quiero ver el día, en que las personas puedan apegarse sinceramente a sus ideales.”
El deseo de una amable mujer.
“Tu deseo finalmente está empezando a hacerse realidad…”
Su hija y los demás, para salvar una pequeña aldea, habían movido al país, gastando dinero en abundancia y usando la autoridad temerariamente.
Él había querido verlo. Sólo un poquito, el momento en que el idealismo estaba permitido.
Aún así, él no podía tocar la biwa.
“Shouka.”
Al momento en que Shouka se volteó irritado por el sonido de la voz de Shou Taishi (en su mente, su enemigo mortal), algo salió volando.
“En lugar de decirte ‘seguramente está bien’, toma esto.”
En el momento en que reflexivamente lo tomó, Shou Taishi repentinamente se volteó.
Mientras él se estaba preguntando de qué se trataba todo eso, rompió el sello escarlata del documento que le había aventado.
-La epidemia en la Provincia Sa está llegando a su fin. Ambos gobernadores han regresado a salvo a las oficinas provinciales.
Habiendo escaneado estas palabras, Shouka cerró los ojos.
Y lentamente dejó salir el respiro que había estado conteniendo.
(… El que Shou Taishi sea tan amable es demasiado extraño… ¿Qué ocurrió?)
Con los extremos de su boca tornándose en una sonrisa, Shouka empezó a despertar al emperador, quien acababa de dormirse.
Después de eso, Shouka planeaba decírselo también a Shusui y a Reishin.
***
“¿En qué estabas pensando cuando te fuiste de casa?”
Ante la sencilla pregunta de Hokuto, Shouka, sin pensarlo, le regresó esta respuesta.
“Porque el mayor de mis hermanos menores ya no cree en los cuentos de hadas, pero mi hermanito pequeño sí.”
“¿Cuentos de hadas?”
Junto a Shouka, quien estaba escogiendo algunos recuerdos para sus hermanos menores, Hokuto estaba jugando con un barril de juguete.
Si clavabas la pequeña espada del juguete en uno de los agujeros, una cabeza salía volando desde adentro. Pese a que él era más grande que Shouka, Hokuto sonreía abiertamente y estaba absorto jugando con él. Extrañamente, por mucho que lo pensara, siempre se equivocaba al escoger las tiendas de regalos.
Shouka, volteando la cabeza y sugiriendo algo más serio, de repente vio un pequeño pisapapeles en forma de biwa y lo agarró. En parte porque cuando tocaba la biwa, les contaba muchos cuentos de hadas a sus hermanos.
Los finales felices de los cuentos de hadas siempre decían:
“Y entonces, todos vivieron felices para siempre.”
… Pero, ¿por cuánto tiempo? Reishin había dejado de creer en los cuentos de hadas, pero Kurou había empezado a creer desesperadamente en ellos.
“Es bueno que la gente viva en paz. Escucha, Kurou, los hermanos que recibieron los tesoros de los inmortales, pelearon, y luego se mataron unos a otros, y después de eso, sus hijos se disputaron la herencia, y al final, el que haya quedó, murió solo y sin decir nada.”
“N-no es cierto, hermano Reishin. Los hermanos vivieron juntos y felices por siempre. Ellos les dieron los tesoros a los aldeanos, y todos les estuvieron agradecidos por siempre.”
“Idiota. Inténtalo y verás lo que pasa. Seguramente los aldeanos los despojaron de todo y luego los mataron.”
“Yo… yo nunca, jamás mataría a mis hermanos. Viviría feliz junto a ellos. No necesito ningún tesoro. ¿Cierto, hermano Shou?”
Al final, Kurou siempre lloraba y se aferraba a Shouka, y Reishin abruptamente se acercaba a ellos.
Fue entonces cuando los miembros del clan con ciertos planes empezaron a acercarse a cada uno de ellos. Reishin veía la realidad, y Kurou la apariencia, así que de cierta forma, se podía predecir que algún día, ellos se verían atrapados en la lucha por la herencia.
Los cuentos que terminaban con un final feliz por siempre. Shouka mismo, habiendo nacido primero dentro del clan Kou, sabía que tales cosas no existían.
“… Aún así, Hokuto, yo quería que mis hermanos menores creyeran en los cuentos de hadas.”
El pisapapeles de biwa hizo un sonido triste cuando lo regresó al anaquel.
Él había pensado que algo como la felicidad no sucedería así, simplemente, sin un precio. Pero entonces nacieron sus hermanos. Después de que los viera por un momento y los cargara adecuadamente, sin saberlo, ésas extrañas cosas vivientes daban sus primeros pasos tras él.
… Él no creía que hubiera algo en el mundo que regalara la felicidad. Entonces, si hubiera aunque fuera una sola cosa que dar a cambio…
“Pienso que cuando uno es protegido, entonces querrás proteger. Si tan solo este único cuento de hadas, pudiera hacerse realidad de alguna forma.”
Habían muchas cosas frágiles que podían romperse si no se las protegía. Pero, si él las protegía hasta el final, podrían seguir existiendo en realidad. Así que él pensó en hacer eso.
“Por eso dejé mi casa.”
Él había dicho muchas mentiras. También había roto muchas promesas. Incluso ahora, y de ahora en adelante. Shouka seguiría diciendo muchas mentiras. Ahora Kurou renunciaba a su hermano mayor, que siempre rompía sus promesas. Ya que su conducta, que seguía hiriendo los corazones de sus dos hermanitos, no podía ser justificada por ninguna razón, Shouka sentía que esto era probablemente por su propia auto-satisfacción.
Fue por eso que Shouka sonrió y ligeramente agregó:
“Probablemente.”
Hokuto volvió a hacer volar la cabeza del juguete.
“Huuh. Entonces, ¿qué clase de cuento es ése en el que tú, una persona tan realista, crees?”
… Shouka estaba callado. En seguida, silenciosamente tomó uno de los tambores de juguete alineados en los estantes, y golpeó por detrás de la cabeza a Hokuto. El tambor se rompió, con un gran boom que siguió haciendo eco, además de que la cabeza que Hokuto había puesto de vuelta en el barril, también salió volando y rodó hacia la calle principal, donde un niño que pasaba la vio y rompió a llorar.
“Maldición, ¿Qué demonios estás haciendo?”
“No quiero decírselo a un animal primitivo que vive de sus instintos. Ah, te dejo el costo de las reparaciones a ti.”
Shouka fríamente se dio la vuelta y empezó a retirarse. Entonces a su espalda, podía escucharla voz del tendero, quien gritaba “¡¿Qué es lo que hicieron?!”, mientras perseguía a Hokuto.
“Entonces, los tres hermanos se llevaron bien entre ellos. Felices por siempre.”
Sólo un cuento de hadas.
Si él pudiera proteger este cuento de hadas hasta el fin de su vida…
Quizás eso se convertiría en una de las pocas “verdades” de su mentiroso, calculador y frío ser.
“… Tienes razón, Hokuto.”
Él volvería a casa con las manos llenas de regalos, haciendo que Hokuto cargara el equipaje.
“Yo también quería creer en ellos.”
Pero, ya que le era molesto revelarle todo a Hokuto, él definitivamente no le contaría eso.
Epílogo
“Bienvenido a casa, Shouka…”
Viendo a Shouka, quien había regresado a la casa Kou después de casi un año, su tía abuela sonrió y rasgueó su biwa, por primera vez en un tiempo.
“Había pensado que sería de un momento a otro. El siguiente jefe de la familia Kou serás tú. Por supuesto que Reishin es inteligente pero, lamentablemente, él no piensa tanto en el clan Kou como tú.”
La mirada de la bella y refinada dama de repente se retorció con una alegría siniestra.
“Ése atroz emperador… cree que el clan Kou lo va a seguir con sumisión, así que ahora es la mejor oportunidad. Contigo, podremos enfrentar a ése emperador. Esta noche, voy a organizar a la familia. Pronto tendrás una buena oportunidad para mostrarle a todos tu sabiduría. Si Yuri y tú están aquí…”
Gyokukan notó la espada que Shouka tenía en la mano, y ella detuvo su mano, dejando de tocar la biwa.
“¿Qué estás haciendo, Shouka?”
“Tía… es por esto que regresé a la casa Kou.”
La vista de Shouka cayó hasta el arma en su mano.
“Desde hace tiempo, he estado enterado de lo que acabas de decir. Por esa razón, aún cuando me dijiste que protegiera al clan Kou, no pude decir nada en respuesta. Has sido tú quien ha estado protegiendo a la familia Kou hasta ahora. Sin embargo, si obedezco tus palabras, el clan Kou será completamente destruido…”
Él suspiró. Este niño de sólo 10 años tenía la sabia expresión de un adulto.
“¿Por qué crees que el emperador ha dejado en paz al clan Kou, hasta ahora? Fue para que él pudiera reducir a cenizas a aquellos que son como tú, y tener una razón para dejar impotente a la casa Kou… por eso el emperador no hizo nada y esperó.”
Gyokukan abrió grandemente los ojos.
“… Así que, yo dejé la casa para conocer al emperador, para poder elegir el camino que impediría que el clan Kou fuera aplastado. Por esa razón, he venido aquí.”
La mano de Gyokukan temblaba ligeramente.
“Para nada estoy pensando en proteger al clan Kou. Lo que yo quiero proteger es algo mucho más simple… sin embargo, tu existencia es una amenaza para ello.”
“-¡Idiota! Te he favorecido, ¿y ahora estás del lado del emperador?”
“Si. Tú no puedes vencer al emperador. Tía… tú tienes razón. Yo soy, claramente, el hombre que mejor representa al clan Kou. Puedo cortar y desechar mis sentimientos.”
Me gustaba tu biwa, dijo Shouka tranquilamente, y sirvió agua caliente en una taza que estaba cerca. Luego, él disolvió un polvo en ella.
“… Si amaneces viva, parece que el emperador atacará en seguida. No te equivoques, él aplastará al clan Kou hasta que no quede nada, tanto así que ni siquiera en cincuenta años podrá recobrarse. Por lo tanto, toma esto.”
Estás derrotada, Tía, Shouka le dijo claramente. Gyokukan entonces se echó a reír ante el niño que le ofrecía casualmente una taza de veneno.
“… Definitivamente mi pronóstico estaba equivocado. Cuando mostraste un absoluto desinterés en el poder, debí darme cuenta. –Shouka.”
“¿Si?”
Gyokukan tomó la taza.
“Cuando yo muera, ¿qué le ocurrirá al clan Kou? Tu padre, ése sobrino mío, ¿se convertirá en el líder?”
“Por lo menos, no tienes que preocuparte de que el emperador le haya puesto atención por tener, como tú, demasiada habilidad, ingenio y ambición. Probablemente la familia Kou será sometida a una transformación, acorde con estos tiempos, y seguirá manteniendo su posición como clan principal, junto con la familia Ran. Recibirá el suficiente honor, la fama y respeto, y tendrá gran influencia en la política. Te prometo que, mientras yo viva, el clan Kou no declinará.”
“-Muy bien.”
Gyokukan sonrió fascinada, y luego vació la taza de un solo trago.
En su juventud, ella había dominado las artes de la intriga y el poder dentro de la deslumbrante Residencia Imperial, como la glamorosa "Biwa-hime", vanagloriándose del favor del emperador y su propio esplendor.
Shouka, definitivamente, la había amado.
Gyokukan señaló la biwa.
“Toca, Shouka. Lo suficiente para verme partir hacia la tumba.”
Shouka obedientemente tomó la biwa, y empezó a hacerla sonar, pero entonces –se sobresaltó.
Gyokukan, quien había permanecido sentada con los ojos cerrados, tenía una pequeña y extraña sonrisa.
“El sonido no miente… Shouka, ése es tu sonido. Exactamente igual al mío, un sonido que continúa matando gente, pero a causa de eso, es que es extremadamente hermoso. Ése es precisamente el secreto de la familia Kou, la biwa de la muerte…”
Después de que Gyokukan respiró por última vez, Shouka siguió tocando la biwa. Cualquiera habría pensado que era Gyokukan tocando la biwa, sola, esa noche.
Al final, Shouka selló su biwa.
… Porque cualquiera que escuchara la biwa de un asesino, por supuesto que la odiaría.
***
Reishin tenía un pequeño secreto.
“Hermano Rei…”
“Silencio, idiota.”
Mientras escuchaban la biwa a través del biombo, Reishin sujetaba a Kurou entre sus rodillas para evitar que fuera con Shouka.
Kurou infló sus mejillas con enfado.
“¿Por qué Shou no fue con nosotros primero? La tía abuela ya es adulta, así que no necesita canciones de cuna.”
Su inmóvil tía debía estar durmiendo. Un sueño eterno del que jamás despertaría.
“Es un hermoso sonido, Kurou.”
“Si. Mucho… pero suena como si estuviera llorando.”
“Mi hermano no está llorando. Y si dejas que te escuche, tú y yo lo haremos llorar.”
Tomando toda la carga en sí mismo, él había salvado al clan. El estúpido clan no tenía idea de que era gracias al hijo mayor, de quien se habían burlado diciendo que era un tonto, que mañana podrían seguir viviendo despreocupadamente.
“¿Hicimos algo malo que hiciera llorar a mi hermano Shou?...”
“Es porque somos débiles. Mientras tú despreocupadamente estabas haciendo teruteru-bozu, Shou fue a las montañas, combatiendo crueles y diabólicos monstruos.”
Reishin, sin duda alguna, había dicho algo bastante acertado. Los ojos de Kurou se abrieron grandemente.
“Y por eso Shou no pudo mantener su promesa.”
“Correcto. Ya que tú y yo somos débiles, él no pudo mantener su promesa. Está bien si haces teruteru-bozus, pero debes hacerlo mientras te vuelves fuerte. De esa forma, algún día nuestro hermano podrá quedarse siempre en casa.”
La violentamente hermosa biwa de la muerte. ¿En que estaba pensando el hermano mayor, al no haberlos notado, mientras tocaba con gran determinación?
“Recuerda esto, Kurou. Ése sonido es por nuestro bien. Tú y yo hemos hecho tocar a nuestro hermano.”
Su hermano mayor no lloraría. Diría muchas mentiras. Rompería promesas, y absolutamente jamás diría la verdad. En ese momento, y de ahora en adelante. Para siempre.
“… Kurou, ¿quieres a nuestro hermano?”
“Si, lo quiero mucho.”
“Entonces, a excepción de la biwa, olvida todo lo que pasó hoy. Es demasiado complicado explicarte, así que no preguntes por qué. Si no lo olvidas para mañana, querrá decir que has decidido odiar a nuestro hermano, y él será sólo para mí.”
Aunque este era un absurdo sentido de la lógica, Kurou se lo tragó y asintió seriamente.
…Ambos estuvieron escuchando detrás del biombo hasta que llegó el alba y el sonido de la biwa murió. Al día siguiente, en medio del alboroto por la repentina muerte de Gyokukan, Shouka apareció con las manos cargadas de regalos.
“Bienvenido a casa, hermano Shou.”
El formal Kurou verdaderamente había olvidado todo a la mañana siguiente. Parecía que la frase “habrás decidido odiar a nuestro hermano” había sido bastante efectiva.
(Huh… tendré que posponer lo de 'quedármelo para mí solo')
“He vuelto, Reishin, Kurou. Perdón por romper mi promesa.”
La sonrisa de su hermano mayor no había cambiado.
Si –El hermano mayor, sin importar lo que sucediera, guardaría todo dentro de su corazón, con una cara apacible, como si estuviera tomando agua, ocultando todo.
Para protegerlos y que ellos no cambiaran.
Es por eso que él hizo olvidar a Kurou. Porque cada vez que se marchaba de casa, su hermano mayor deseaba proteger a su hermano menor, quien no sabía nada, inocentemente haciendo teruteru-bozu mientras esperaba por él.
Y es por eso que él recordaba. ¿Qué haría su hermano mayor para protegerlos? ¿Qué seguiría sacrificando?
¿Qué tan difícil era seguir sonriendo “como siempre”?
… ¿Por el bien de quienes fue que su hermano mayor decía tantas mentiras?
Es por eso que Reishin, sin importar cuántas veces le hubiera mentido, nunca, jamás odiaría a su hermano mayor.
Es por eso que, incluso ahora, Reishin pensaba que tal vez sólo un cuento de hadas, indudablemente se haría realidad.
Fuente: http://yuzutea.net/log/2009/04/otogibanashi-part-6-and-epilogue/
***
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SAIUNKOKU GAIDEN 3
Otogibanashi no Hajimari
(El principio del cuento de hadas)
Posteado por Charmian
Traducido por Violet Raven
(Parte 3)
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(El principio del cuento de hadas)
Posteado por Charmian
Traducido por Violet Raven
(Parte 3)
> SEGUNDA PARTE
'Shouka sintió la presencia de alguien, y en el todavía sombrío jardín, alcanzó a ver al emperador, caminando lentamente ahí.
“Ryuuki-sama… ¿tuviste problemas para dormir?”
El emperador alzó la cara con un respingo, y cuando vio a Shouka, dejó salir un largo suspiro.
“… ¿Por qué es… que Shouka siempre me entiende mejor de lo que me entiendo yo mismo?”
Los ojos de Shouka se abrieron ante esas palabras que antes había escuchado de alguien más.
“Shouka… gracias por quedarte siempre en el palacio.”
El monarca, terriblemente pálido, dijo esto en voz baja.
“Pensé que podrías quedarte conmigo… para que yo pudiera persistir…”
La Provincia Sa no era la única parte del reino. Sosteniendo su corazón en pedazos, cada día, él tenía que cumplir con sus deberes como de costumbre. Aunque tenía miedo de dormir, ya no arrastraba a nadie a su cama como lo hacía antes. Sus pesadillas ya no eran aquellas sobre su pasado, las cuales se desvanecían cuando despertaba, sino una realidad que tenía que afrontar.
“… Deberías dormir. Tu cuerpo sufrirá un colapso.”
“…”
“Me quedaré a tu lado hasta que te duermas.”
Aliviado, Ryuuki asintió. Shouka lo tomó de la mano, y él lo siguió obedientemente. Justo como hacía cuando Ryuuki era un niño, él sostuvo su mano hasta que llegaron a su alcoba, y luego él puso a Ryuuki en su cama.
“Shuurei y Seiran están bien.”
Entonces susurrando, el emperador cerró los ojos.
“Es duro… para Shouka.”
“Es igual para todos.”
“Shouka…”
“¿Si?”
“¿Tocarás la biwa para mí alguna vez?”
Shouka fue incapaz de responder sin problemas a esta petición sorpresiva. Ni siquiera Shuurei le había pedido eso. El emperador no debería haber sabido-
“… ¿Por qué quieres eso?”
El emperador se dejaba llevar por el sueño.
“Mi padre… me dijo algo. ‘La forma en que Shouka toca la biwa es espléndida. Pero como es tan testarudo, incluso cuando yo se lo pedí, él se negó a tocar. Tanto así que incluso amenacé a ese maldito mocoso, y finalmente conseguí que tocara a cambio de las vidas de sus hermanos menores. Mientras yo esté vivo, seguramente el día en que lo escuches no llegará. Pero después de que te conviertas en emperador, algún día, cuando le pidas que toque y él lo haga, puede llegar.’”
“¿Puede llegar?”
“Él dijo, ‘si llegara el momento en que Shouka se sienta tan libre que pueda simplemente tocar la biwa por casualidad, ésa será la prueba de que te has vuelto el emperador más grande de la historia. Si quieres escucharlo, trabaja duro…'”
Probablemente el emperador no recordaría haber dicho eso cuando despertara.
… El brutal, cruel conquistador.
Sin embargo, él poseía un carisma abrumador que hizo que todos, empezando por los tres ancianos de la corte, se arrodillaran ante él.
Si eso le hubiera molestado, había muchas formas de suavizar más las cosas y no ser conocido como un monarca sangriento, pero...
… él siguió siendo despiadado hasta el final.
Había sido frío con sus consortes, pero siempre observaba a los príncipes. Mientras gruñía a Seiran por ser tan ‘ingenuo’ al ser derrotado por las concubinas, le ordenó a Shouka que lo recogiera si tenía ganas de hacerlo. Aunque Ryuuki no lo recuerda, en realidad él también fue en lugar del General Sou a los archivos y practicó esgrima con Ryuuki, haciéndolo llorar. También vigiló a los demás príncipes de esa forma.
Si- Ya fueran superiores o corruptos, él simplemente los observaba sin hacer nada.
Tal vez pensó que al igual que él, ellos no tendrían problemas para recorrer el camino por su propia voluntad y por su propio pie. Justo como él siempre decía, ‘no esperen nada de mí, hagan algo por sus propios medios.’
Sin embargo, ésa también era una simple hipótesis de Shouka. Después de que el Lobo Negro, quien había entendido todo, murió, ése maldito viejo de Shou Taishi jamás diría nada.
Su vista se movió del durmiente Ryuuki, a su propia mano. –una mano manchada de sangre.
La hija de él, quien había robado más vidas que cualquiera, y su esposa, se había apresurado a la Provincia Sa proclamando que no permitiría que una sola persona fuera asesinada.
“… Es extraño.”
“Quiero ver el día, en que las personas puedan apegarse sinceramente a sus ideales.”
El deseo de una amable mujer.
“Tu deseo finalmente está empezando a hacerse realidad…”
Su hija y los demás, para salvar una pequeña aldea, habían movido al país, gastando dinero en abundancia y usando la autoridad temerariamente.
Él había querido verlo. Sólo un poquito, el momento en que el idealismo estaba permitido.
Aún así, él no podía tocar la biwa.
“Shouka.”
Al momento en que Shouka se volteó irritado por el sonido de la voz de Shou Taishi (en su mente, su enemigo mortal), algo salió volando.
“En lugar de decirte ‘seguramente está bien’, toma esto.”
En el momento en que reflexivamente lo tomó, Shou Taishi repentinamente se volteó.
Mientras él se estaba preguntando de qué se trataba todo eso, rompió el sello escarlata del documento que le había aventado.
-La epidemia en la Provincia Sa está llegando a su fin. Ambos gobernadores han regresado a salvo a las oficinas provinciales.
Habiendo escaneado estas palabras, Shouka cerró los ojos.
Y lentamente dejó salir el respiro que había estado conteniendo.
(… El que Shou Taishi sea tan amable es demasiado extraño… ¿Qué ocurrió?)
Con los extremos de su boca tornándose en una sonrisa, Shouka empezó a despertar al emperador, quien acababa de dormirse.
Después de eso, Shouka planeaba decírselo también a Shusui y a Reishin.
***
“¿En qué estabas pensando cuando te fuiste de casa?”
Ante la sencilla pregunta de Hokuto, Shouka, sin pensarlo, le regresó esta respuesta.
“Porque el mayor de mis hermanos menores ya no cree en los cuentos de hadas, pero mi hermanito pequeño sí.”
“¿Cuentos de hadas?”
Junto a Shouka, quien estaba escogiendo algunos recuerdos para sus hermanos menores, Hokuto estaba jugando con un barril de juguete.
Si clavabas la pequeña espada del juguete en uno de los agujeros, una cabeza salía volando desde adentro. Pese a que él era más grande que Shouka, Hokuto sonreía abiertamente y estaba absorto jugando con él. Extrañamente, por mucho que lo pensara, siempre se equivocaba al escoger las tiendas de regalos.
Shouka, volteando la cabeza y sugiriendo algo más serio, de repente vio un pequeño pisapapeles en forma de biwa y lo agarró. En parte porque cuando tocaba la biwa, les contaba muchos cuentos de hadas a sus hermanos.
Los finales felices de los cuentos de hadas siempre decían:
“Y entonces, todos vivieron felices para siempre.”
… Pero, ¿por cuánto tiempo? Reishin había dejado de creer en los cuentos de hadas, pero Kurou había empezado a creer desesperadamente en ellos.
“Es bueno que la gente viva en paz. Escucha, Kurou, los hermanos que recibieron los tesoros de los inmortales, pelearon, y luego se mataron unos a otros, y después de eso, sus hijos se disputaron la herencia, y al final, el que haya quedó, murió solo y sin decir nada.”
“N-no es cierto, hermano Reishin. Los hermanos vivieron juntos y felices por siempre. Ellos les dieron los tesoros a los aldeanos, y todos les estuvieron agradecidos por siempre.”
“Idiota. Inténtalo y verás lo que pasa. Seguramente los aldeanos los despojaron de todo y luego los mataron.”
“Yo… yo nunca, jamás mataría a mis hermanos. Viviría feliz junto a ellos. No necesito ningún tesoro. ¿Cierto, hermano Shou?”
Al final, Kurou siempre lloraba y se aferraba a Shouka, y Reishin abruptamente se acercaba a ellos.
Fue entonces cuando los miembros del clan con ciertos planes empezaron a acercarse a cada uno de ellos. Reishin veía la realidad, y Kurou la apariencia, así que de cierta forma, se podía predecir que algún día, ellos se verían atrapados en la lucha por la herencia.
Los cuentos que terminaban con un final feliz por siempre. Shouka mismo, habiendo nacido primero dentro del clan Kou, sabía que tales cosas no existían.
“… Aún así, Hokuto, yo quería que mis hermanos menores creyeran en los cuentos de hadas.”
El pisapapeles de biwa hizo un sonido triste cuando lo regresó al anaquel.
Él había pensado que algo como la felicidad no sucedería así, simplemente, sin un precio. Pero entonces nacieron sus hermanos. Después de que los viera por un momento y los cargara adecuadamente, sin saberlo, ésas extrañas cosas vivientes daban sus primeros pasos tras él.
… Él no creía que hubiera algo en el mundo que regalara la felicidad. Entonces, si hubiera aunque fuera una sola cosa que dar a cambio…
“Pienso que cuando uno es protegido, entonces querrás proteger. Si tan solo este único cuento de hadas, pudiera hacerse realidad de alguna forma.”
Habían muchas cosas frágiles que podían romperse si no se las protegía. Pero, si él las protegía hasta el final, podrían seguir existiendo en realidad. Así que él pensó en hacer eso.
“Por eso dejé mi casa.”
Él había dicho muchas mentiras. También había roto muchas promesas. Incluso ahora, y de ahora en adelante. Shouka seguiría diciendo muchas mentiras. Ahora Kurou renunciaba a su hermano mayor, que siempre rompía sus promesas. Ya que su conducta, que seguía hiriendo los corazones de sus dos hermanitos, no podía ser justificada por ninguna razón, Shouka sentía que esto era probablemente por su propia auto-satisfacción.
Fue por eso que Shouka sonrió y ligeramente agregó:
“Probablemente.”
Hokuto volvió a hacer volar la cabeza del juguete.
“Huuh. Entonces, ¿qué clase de cuento es ése en el que tú, una persona tan realista, crees?”
… Shouka estaba callado. En seguida, silenciosamente tomó uno de los tambores de juguete alineados en los estantes, y golpeó por detrás de la cabeza a Hokuto. El tambor se rompió, con un gran boom que siguió haciendo eco, además de que la cabeza que Hokuto había puesto de vuelta en el barril, también salió volando y rodó hacia la calle principal, donde un niño que pasaba la vio y rompió a llorar.
“Maldición, ¿Qué demonios estás haciendo?”
“No quiero decírselo a un animal primitivo que vive de sus instintos. Ah, te dejo el costo de las reparaciones a ti.”
Shouka fríamente se dio la vuelta y empezó a retirarse. Entonces a su espalda, podía escucharla voz del tendero, quien gritaba “¡¿Qué es lo que hicieron?!”, mientras perseguía a Hokuto.
“Entonces, los tres hermanos se llevaron bien entre ellos. Felices por siempre.”
Sólo un cuento de hadas.
Si él pudiera proteger este cuento de hadas hasta el fin de su vida…
Quizás eso se convertiría en una de las pocas “verdades” de su mentiroso, calculador y frío ser.
“… Tienes razón, Hokuto.”
Él volvería a casa con las manos llenas de regalos, haciendo que Hokuto cargara el equipaje.
“Yo también quería creer en ellos.”
Pero, ya que le era molesto revelarle todo a Hokuto, él definitivamente no le contaría eso.
Epílogo
“Bienvenido a casa, Shouka…”
Viendo a Shouka, quien había regresado a la casa Kou después de casi un año, su tía abuela sonrió y rasgueó su biwa, por primera vez en un tiempo.
“Había pensado que sería de un momento a otro. El siguiente jefe de la familia Kou serás tú. Por supuesto que Reishin es inteligente pero, lamentablemente, él no piensa tanto en el clan Kou como tú.”
La mirada de la bella y refinada dama de repente se retorció con una alegría siniestra.
“Ése atroz emperador… cree que el clan Kou lo va a seguir con sumisión, así que ahora es la mejor oportunidad. Contigo, podremos enfrentar a ése emperador. Esta noche, voy a organizar a la familia. Pronto tendrás una buena oportunidad para mostrarle a todos tu sabiduría. Si Yuri y tú están aquí…”
Gyokukan notó la espada que Shouka tenía en la mano, y ella detuvo su mano, dejando de tocar la biwa.
“¿Qué estás haciendo, Shouka?”
“Tía… es por esto que regresé a la casa Kou.”
La vista de Shouka cayó hasta el arma en su mano.
“Desde hace tiempo, he estado enterado de lo que acabas de decir. Por esa razón, aún cuando me dijiste que protegiera al clan Kou, no pude decir nada en respuesta. Has sido tú quien ha estado protegiendo a la familia Kou hasta ahora. Sin embargo, si obedezco tus palabras, el clan Kou será completamente destruido…”
Él suspiró. Este niño de sólo 10 años tenía la sabia expresión de un adulto.
“¿Por qué crees que el emperador ha dejado en paz al clan Kou, hasta ahora? Fue para que él pudiera reducir a cenizas a aquellos que son como tú, y tener una razón para dejar impotente a la casa Kou… por eso el emperador no hizo nada y esperó.”
Gyokukan abrió grandemente los ojos.
“… Así que, yo dejé la casa para conocer al emperador, para poder elegir el camino que impediría que el clan Kou fuera aplastado. Por esa razón, he venido aquí.”
La mano de Gyokukan temblaba ligeramente.
“Para nada estoy pensando en proteger al clan Kou. Lo que yo quiero proteger es algo mucho más simple… sin embargo, tu existencia es una amenaza para ello.”
“-¡Idiota! Te he favorecido, ¿y ahora estás del lado del emperador?”
“Si. Tú no puedes vencer al emperador. Tía… tú tienes razón. Yo soy, claramente, el hombre que mejor representa al clan Kou. Puedo cortar y desechar mis sentimientos.”
Me gustaba tu biwa, dijo Shouka tranquilamente, y sirvió agua caliente en una taza que estaba cerca. Luego, él disolvió un polvo en ella.
“… Si amaneces viva, parece que el emperador atacará en seguida. No te equivoques, él aplastará al clan Kou hasta que no quede nada, tanto así que ni siquiera en cincuenta años podrá recobrarse. Por lo tanto, toma esto.”
Estás derrotada, Tía, Shouka le dijo claramente. Gyokukan entonces se echó a reír ante el niño que le ofrecía casualmente una taza de veneno.
“… Definitivamente mi pronóstico estaba equivocado. Cuando mostraste un absoluto desinterés en el poder, debí darme cuenta. –Shouka.”
“¿Si?”
Gyokukan tomó la taza.
“Cuando yo muera, ¿qué le ocurrirá al clan Kou? Tu padre, ése sobrino mío, ¿se convertirá en el líder?”
“Por lo menos, no tienes que preocuparte de que el emperador le haya puesto atención por tener, como tú, demasiada habilidad, ingenio y ambición. Probablemente la familia Kou será sometida a una transformación, acorde con estos tiempos, y seguirá manteniendo su posición como clan principal, junto con la familia Ran. Recibirá el suficiente honor, la fama y respeto, y tendrá gran influencia en la política. Te prometo que, mientras yo viva, el clan Kou no declinará.”
“-Muy bien.”
Gyokukan sonrió fascinada, y luego vació la taza de un solo trago.
En su juventud, ella había dominado las artes de la intriga y el poder dentro de la deslumbrante Residencia Imperial, como la glamorosa "Biwa-hime", vanagloriándose del favor del emperador y su propio esplendor.
Shouka, definitivamente, la había amado.
Gyokukan señaló la biwa.
“Toca, Shouka. Lo suficiente para verme partir hacia la tumba.”
Shouka obedientemente tomó la biwa, y empezó a hacerla sonar, pero entonces –se sobresaltó.
Gyokukan, quien había permanecido sentada con los ojos cerrados, tenía una pequeña y extraña sonrisa.
“El sonido no miente… Shouka, ése es tu sonido. Exactamente igual al mío, un sonido que continúa matando gente, pero a causa de eso, es que es extremadamente hermoso. Ése es precisamente el secreto de la familia Kou, la biwa de la muerte…”
Después de que Gyokukan respiró por última vez, Shouka siguió tocando la biwa. Cualquiera habría pensado que era Gyokukan tocando la biwa, sola, esa noche.
Al final, Shouka selló su biwa.
… Porque cualquiera que escuchara la biwa de un asesino, por supuesto que la odiaría.
***
Reishin tenía un pequeño secreto.
“Hermano Rei…”
“Silencio, idiota.”
Mientras escuchaban la biwa a través del biombo, Reishin sujetaba a Kurou entre sus rodillas para evitar que fuera con Shouka.
Kurou infló sus mejillas con enfado.
“¿Por qué Shou no fue con nosotros primero? La tía abuela ya es adulta, así que no necesita canciones de cuna.”
Su inmóvil tía debía estar durmiendo. Un sueño eterno del que jamás despertaría.
“Es un hermoso sonido, Kurou.”
“Si. Mucho… pero suena como si estuviera llorando.”
“Mi hermano no está llorando. Y si dejas que te escuche, tú y yo lo haremos llorar.”
Tomando toda la carga en sí mismo, él había salvado al clan. El estúpido clan no tenía idea de que era gracias al hijo mayor, de quien se habían burlado diciendo que era un tonto, que mañana podrían seguir viviendo despreocupadamente.
“¿Hicimos algo malo que hiciera llorar a mi hermano Shou?...”
“Es porque somos débiles. Mientras tú despreocupadamente estabas haciendo teruteru-bozu, Shou fue a las montañas, combatiendo crueles y diabólicos monstruos.”
Reishin, sin duda alguna, había dicho algo bastante acertado. Los ojos de Kurou se abrieron grandemente.
“Y por eso Shou no pudo mantener su promesa.”
“Correcto. Ya que tú y yo somos débiles, él no pudo mantener su promesa. Está bien si haces teruteru-bozus, pero debes hacerlo mientras te vuelves fuerte. De esa forma, algún día nuestro hermano podrá quedarse siempre en casa.”
La violentamente hermosa biwa de la muerte. ¿En que estaba pensando el hermano mayor, al no haberlos notado, mientras tocaba con gran determinación?
“Recuerda esto, Kurou. Ése sonido es por nuestro bien. Tú y yo hemos hecho tocar a nuestro hermano.”
Su hermano mayor no lloraría. Diría muchas mentiras. Rompería promesas, y absolutamente jamás diría la verdad. En ese momento, y de ahora en adelante. Para siempre.
“… Kurou, ¿quieres a nuestro hermano?”
“Si, lo quiero mucho.”
“Entonces, a excepción de la biwa, olvida todo lo que pasó hoy. Es demasiado complicado explicarte, así que no preguntes por qué. Si no lo olvidas para mañana, querrá decir que has decidido odiar a nuestro hermano, y él será sólo para mí.”
Aunque este era un absurdo sentido de la lógica, Kurou se lo tragó y asintió seriamente.
…Ambos estuvieron escuchando detrás del biombo hasta que llegó el alba y el sonido de la biwa murió. Al día siguiente, en medio del alboroto por la repentina muerte de Gyokukan, Shouka apareció con las manos cargadas de regalos.
“Bienvenido a casa, hermano Shou.”
El formal Kurou verdaderamente había olvidado todo a la mañana siguiente. Parecía que la frase “habrás decidido odiar a nuestro hermano” había sido bastante efectiva.
(Huh… tendré que posponer lo de 'quedármelo para mí solo')
“He vuelto, Reishin, Kurou. Perdón por romper mi promesa.”
La sonrisa de su hermano mayor no había cambiado.
Si –El hermano mayor, sin importar lo que sucediera, guardaría todo dentro de su corazón, con una cara apacible, como si estuviera tomando agua, ocultando todo.
Para protegerlos y que ellos no cambiaran.
Es por eso que él hizo olvidar a Kurou. Porque cada vez que se marchaba de casa, su hermano mayor deseaba proteger a su hermano menor, quien no sabía nada, inocentemente haciendo teruteru-bozu mientras esperaba por él.
Y es por eso que él recordaba. ¿Qué haría su hermano mayor para protegerlos? ¿Qué seguiría sacrificando?
¿Qué tan difícil era seguir sonriendo “como siempre”?
… ¿Por el bien de quienes fue que su hermano mayor decía tantas mentiras?
Es por eso que Reishin, sin importar cuántas veces le hubiera mentido, nunca, jamás odiaría a su hermano mayor.
Es por eso que, incluso ahora, Reishin pensaba que tal vez sólo un cuento de hadas, indudablemente se haría realidad.
Fuente: http://yuzutea.net/log/2009/04/otogibanashi-part-6-and-epilogue/
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