sábado, 30 de abril de 2011

Fanfic "Relatos olvidados de los Archivos Imperiales" Relato 15 - Reflexión

Título: "Relatos olvidados de los Archivos Imperiales"
("Forgotten works of the Imperial Archives")
Autora: AltheaSaDiablo
Traducido por Violet Raven y corregido por Sakura Suzumiya

Relato 15 - Reflexión

Nota de la autora: Este también fue escrito hace un año para uno de los intercambios de saiunkoku_fic comm. Me pidieron algo situado en los tiempos del primer Emperador. No hay spoilers evidentes, pero si dejé unas cuantas referencias a la trama actual de Saiunkoku. E incluí casi todo lo que sé acerca del primer Emperador. Pero, me pregunto cuánta gente sabe quién es “Yousei”, ya que su nombre sólo es mencionado una vez en el anime… por Sa Eiki, lo cual espero que sea una pista suficiente.

Y como en “A fool’s paradise,” mil disculpas por el formato improvisado.

***

La luna atrapada en el estanque del jardín estaba llena y radiante, como un disco plateado flotando inmóvil en el agua serena. En un ángulo, chispas de luz fría simulaban desprenderse de su arqueado filo, cruzando entre los árboles que crecían en las cercanías, iluminando porciones de los jardines principales. Las rosas eran jóvenes, aunque seguían luciendo espléndidas, pequeñas rosas que flotaban cual luna en la oscuridad, trepando sus tallos.

Sou Gen había ordenado la creación del jardín aún antes de que el Palacio estuviera terminado. Cada línea había sido construida de acuerdo a sus órdenes con precisión, desde el huerto de bambúes, hasta las piedras que habían sido traídas desde cada rincón de la nación que él había forjado. Incluso la pendiente de los arcos del pabellón desde donde se admiraba la luna fue construido de acuerdo a su plan. Al pararse en el terreno, los edificios se elevaban a su alrededor. El jardín que él había ideado para la persona que muy pronto lo dejaría.

Él esperó, escuchando, hasta la última de las pausadas notas del erhu se volvió parte de la serena noche. Entonces, siguiendo el largo corredor, contando las columnas mientras pasaba –veintiocho delgadas y rojas columnas –finalmente alcanzó su corazón.

Ella contempló desde el estanque hasta las plantas del jardín, las puntas de granito que se clavaban en los robustos árboles cual espadas hundiéndose en la suavidad, brillando en la noche. Su brillante reflejo era del mismo tono que su pálido cabello, liso y sin atar a esas horas de la noche. En cierta forma, eso la hacía lucir más joven, más vulnerable de lo que jamás había sido; dando a su cuerpo la apariencia de tener más curvas. Ella era una mujer bella, su cara se igualaba a la de él en belleza, pero sus ojos eran únicos –de un profundo azul, que uno podía ahogarse en ellos. Ojos que observaban, y él se preguntaba qué es lo que miraba cuando contemplaba el jardín, con sus ásperas manos debido al manejo de la espada, descansando sobre el delicado arco del erhu.

Ella sabía que él estaba ahí, por supuesto. Pero su silencio podía ser tan melodioso como el agua, y él podía ser como una piedra que es arrojada a las quietas aguas del estanque. El agua salpicaría, y las ondas se multiplicarían y esparcirían más y más hasta ser consumidas por la profundidad, y el agua retornaría a ser como un liso espejo otra vez. Eso lo transtornaba, y siempre lo haría; ella parecía tan distante a él, desconocida e indescifrable, observando un mundo tan remoto e incomprensible para él.

“Pero tú lo construiste,” le dijo ella., tranquilamente con esa grave voz que todos decían que era muy parecida a la de él –esto no tenía lógica para él, esa voz sonaba muy diferente a sus propios oídos. Ella siempre se reía cuando lo escuchaba decir eso, y él sonreía porque era imposible estarse mirando a sí mismo, a su otra mitad. “La única razón por la que puedo mirar tan lejos, es porque tú estás en todo lo que veo. Siempre ha sido así.”

“No me digas,” él gruñó, doblando los brazos sobre el barandal. “No quiero saberlo. Es horripilante.”

“Ay, ¿por qué no? ¿No quieres saber de tus hijos? ¿Qué tal sobre tu biznieta? Se parece a ti con los demonios, aunque diría que es más bonita que tú. Hay otro biznieto o algo así, que me parece interesante, o cierto grupo de hermanos que tiene ocurrencias de lo más divertidas, sin mencionar sus hijos-“

“Te dije que no quería saber, ¿o no?” La miró furioso por el rabillo del ojo. “¿Y qué me dices de tus nietos? ¿Puedes verlos?”

“No, nunca he podido,” dijo ella animada. “Es mejor así, de todas formas, prefiero las sorpresas.¿Se parecerán a mí o a Yousei? No me molestaría que uno o dos salieran con el cabello como el tuyo, porque tienes un cabello muy bonito. Sería bastante extraño que les brillara, pero Yousei dice que-“

“¿Podemos dejar de hablar de él? Él no te tendrá hasta mañana, deja que el bastardo espere su turno.”

“Hermano…” suspiró ella. “Algún día, ustedes dos tendrán que dejar sus diferencias a un lado. Es una tontería, especialmente si él va a jurarte lealtad mañana después de la ceremonia.”

“Considerando que he comprado su lealtad con lo más valioso que tengo, no estoy seguro de que valga la pena.” Sou Gen recargó su mentón y fijó la vista en el sereno rostro de la luna. “No lo necesito. Construí este país sin él, y puedo mantenerlo sin el.”

“No, no podrías. Tendrías que pelear por él cada día de tu vida, y alfinal lo perderías por completo. Eso también lo he visto, ¿sabes? ¿Crees que yo soportaría algo así? ¿Crees que soportaría verte morir sabiendo que tu vida estaba en mis manos? ¿Y que todos los sueños que hemos compartido se volvieran polvo y cenizas? No y no.”

“No me importa,” dijo él tajantemente. “Elegiría eso, y lo haría libremente, en vez de tener que venderte. Si sólo tú cambiaras de opinión, desharía ese trato a punta de espada y no te obligaría a traicionar tus sentimientos.”

“Entonces tengo la fortuna de que mi corazón y el camino hacia el futuro estén en perfecta armonía.” Le dijo ella sonriendo, sólo por el deleite de obligarlo a mantener el ceño fruncido. “Tal vez es una gran ironía que los dos hombres que más amo en este mundo no se soporten el uno al otro, pero creo que era de esperarse. Ambos preferirían comer demonios escorpión vivos, que ponerse de acuerdo en algo.”

“Te amo,” dijo él, “mucho más de lo que odio a ese bastardo, detesto admitirlo. Esto lo hago sólo por ti.”

“Él me dijo exactamente lo mismo cuando le dije el precio de mi mano en matrimonio,” dijo riendo entre dientes. “Quizás ustedes dos se odian tanto porque son muy, muy parecidos.”

“No tenemos nada en común.”

“Tienen mucho en común.” Ella hizo a un lado el instrumento y tomó su brazo, y él quejándose, le permitió hacerlo. “Y su juramento hacia ti es mi regalo para ambos, el mejor que puedo darles. A ti, te regalo una nación, una dinastía que durará por los siglos, justo como siempre lo soñaste. Y a él le doy un futuro, algo que lo hará seguir adelante después de que yo haya muerto.”

“Yo nunca te pedí eso,” él dijo, entrelazando sus dedos entre los de ella. Estos eran largos y fuertes como los suyos; él los había sostenido desde antes de que las batallas comenzaran, al dormir juntos en sus cunas y soñar sus primeros sueños. “Yo nunca te he pedido nada, jamás. Sólo tu corazón.”

“Siempre lo has tenido, y siempre lo tendrás. Sólo tendrás que aprender a compartirlo, es todo.”

Él no pudo evitar romper en una sonrisa. Una sonrisa pequeña, pero ella había ganado y lo sabía. “No soy muy bueno compartiendo.”

“Si, lo sé. Ese es uno de tus muchos defectos. Pero te hace un buen Emperador.” Ahora estaban a la altura y veían lo mismo al contemplar el jardín en el que residía el corazón de ambos. “Yo tampoco soy buena compartiendo, pero ya he tenido suficiente tiempo para hacerme a la idea.”

Él la miró de reojo, confundido. “¿A qué te refieres?”

“Mañana te enterarás. Y me voy a burlar de ti por los cinco años que pasarás tragándote tu orgullo, y te diré ‘te lo dije’ todos los días.”

“Cambié de opinión,” murmuró él. “Darle tu mano en matrimonio a ese bastardo es una excelente venganza por todo el daño y sufrimiento que ambos me han ocasionado.”

“Y seguiré haciéndolo el resto de tu vida.” Aceptó ella.

“Bien.” Dijo él. “Más te vale.”



***

Fuente:
http://www.fanfiction.net/s/3591153/15/Forgotten_Works_of_the_Imperial_Archives

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