jueves, 30 de julio de 2009

GAIDEN 4: "Suzuran no Saku Koro Ni" ("La estación en la que florece el lirio de los valles") Parte 3

Nota aclaratoria: El siguiente texto es una traducción al español hecha de su original en inglés. Para mayores referencias, consultar la fuente que se cita al final.

GAIDEN 4
Relato "Suzuran no Saku Koro Ni"
("La estación en la que florece el lirio de los valles")
Publicada en Beans Vol. 9 (2007)
Posteado por keseranpasaran
Traducido por Violet Raven
(Parte 3)

> SEGUNDA PARTE

Capítulo 6

En lo profundo de una fría cárcel, Seien exhaló su helado aliento. Era pleno invierno, y éste era amargamente frío. Él se encontraba bien, pero estaba preocupado por su madre, quien también había sido encarcelada. Ella debía estar en muy malas condiciones.

Fue su hermano mayor quien fue el primero en venir a verlo cuando fue encarcelado. Estaba tan emocionado que seguía gritando palabras sin sentido y riendo como un desquiciado. Su madre, la primera concubina, vino siguiéndolo, pero se retiró con el rostro pálido al ver el comportamiento demente de su hijo. Ella finalmente se dio cuenta de lo retorcido que era su hijo. Los vigilantes los echaron al instante y después de eso, nadie excepto la gente que estaba involucrada, podía entrar, seguramente porque Ou Ki había girado algunas órdenes.

… Seien recordó que la primera concubina volteó a verlo cuando se fue. Desafortunadamente Seien estaba en prisión y no podía hacer nada para detener a su hermano por su bien. Él pensó cómo es que ella podía esperar eso de él ahora, pero no le daba la sensación de que fuera sarcástica. Quizás ella sabía que algo estaba mal pero no pudo hacer nada al igual que Seien.

Seien miró fijamente la pelota para malabares que su padre le dio. Cuando la agitó, los frijoles rojos en su interior hicieron sonidos secos. Se decía que los frijoles rojos ahuyentaban el mal… pero Seien no podía escapar de él.

Su padre debía estar terriblemente decepcionado al ver lo fácil que había sido embaucado su hijo.

Pensar en ello lo hacía deprimirse a muerte.

Se repitió lo que había pensado un millón de veces.

¿Quién había reunido al azar a las concubinas detrás de escena, sin ser detectado por la red de información de Seien y tendido una trampa su abuelo para que fuera el principal culpable de la traición? ¿Quién había encomendado a la familia Hyou…?

A su mente vino el rostro de Ou Ki, pero enseguida desechó la idea. Él no podía ser el único-

“¿Sabes quién es, Seien?”

Seien dio un ligero grito ante la voz que escuchó repentinamente. Él alzó la mirada incrédulamente para encontrar a su padre parado con los brazos cruzados al otro lado de las rejas. Él no lo sintió acercarse, ni sus pasos, pero tuvo la sensación de que toda esa terrible oscuridad fuera coloreada por mandato de su padre en ese momento.

Recibiendo un vistazo de su padre, él le dio la espalda instintivamente. Ni siquiera notó que se estaba mordiendo los labios.

No le importaba que los demás se rieran de él. Pero no quería que su padre lo viera así… No estaba seguro por qué.

“¿A qué viniste, padre?”

“No tiene nada de malo el que un padre venga a ver a su hijo.”

Él se sentía abatido. Lo había abandonado completamente hasta ahora.

“… Eso es totalmente anormal, padre…”

“¿Lo es?”

Estaba a punto de decir que si, cuando sintió una especie de deja vú. Seien sólo recordaba la espalda y la silueta de su padre. Como estaba ocupado, no lo veía seguido. Él frecuentemente salía a algún lado cuando tenía ganas y no siempre estaba en el palacio.

Aún así, no sabía por qué, pero parecía natural que su padre lo mirara fijamente. Como si siempre lo hiciera.

‘… No puede ser…’

Incluso si su hijo seguía buscándolo, él no era la clase de padre que se preocupaba por sus hijos. No se suponía que lo hiciera.

… Seien preguntó a modo de prueba.

“… Padre, ¿sabes qué edad tengo?”

“No. Ni siquiera estoy interesado.”

Él le dio una respuesta inmediata con orgullo.

Él era así, incluso para responder como padre, a la pregunta más básica de un hijo. Era sólo una idea ilusa, después de todo.

“… Entonces, vete por favor. Al menos déjame conservar la última pieza de dignidad que me queda. Si el Gyoshidai Ou ya actuó, la pena capital es inevitable. Estoy preparado para eso.”

Había pasado más de un mes desde que fue encarcelado. Significaba que la familia Ran no tenía intención de intervenir. Entonces, tampoco lo haría nadie más.

… Seien había sido abandonado, y derrotado. El emperador alzó ligeramente una ceja.

“Eres extraño. ¿El que yo esté aquí es más importante para ti?”

Él no pudo decir que sí. No le demostró ese tipo de debilidad a su padre. Él no quería convertirse en un simple niño. Quería que ellos fueran un emperador y un príncipe, no un hijo.

“Seien, la concubina y tú serán exiliados.”

Declaró el emperador. Seien no pudo comprender lo que dijo. ¿Qué es…?

“¡No seas ridículo! La traición es uno de los 10 grandes crímenes. Hasta un príncipe sería ejecutado indudablemente. Si haces una concesión aunque sea una sola vez, debilitarás tu autoridad. Los nobles tomarán ventaja de eso en el futuro. Tú no eres alguien que haría una cosa así.”

Lo único que él anhelaba era un padre que no fuera un padre, sino un emperador.

Él no quería un tratamiento especial. No podía soportar la compasión. Si su padre, quien había asesinado a sus parientes para hacerse emperador, reducía la sentencia para su hijo, ¿qué iban a pensar los nobles y los burócratas? Empezarían a pensar que se había vuelto débil, a subestimarlo y a tomar ventaja.

“No. No quiero que sea así.”

Seien hizo una mueca. Él no quería agobiar a su padre de esta manera.

Definitivamente no podía aceptarlo.

Tanto la familia Ran como la familia Kou mantendrían su distancia de la corte imperial, y las concubinas, quienes perdieron a Seien como su objetivo en común, involucrarían a los burócratas y devorarían el palacio imperial.

El cambio llegaría gradualmente, pero seguro. Él podía verlo. De todas las personas, sería él quien lo desencadenaría.

Seien agarró fuertemente los barrotes y gritó.

“¡No, no! ¡Condéname a la pena capital, padre! ¡Eso sería actuar de acuerdo a los planes de la familia Hyou!”

“Exilio. Ya lo he decidido.”

“¡¿Por qué?!”

“Porque eres un niño.”

Seien nunca descubrió el verdadero significado de esas palabras. Pero eran las últimas palabras que quería escuchar.

La fuerza abandonó el cuerpo de Seien. Sintiéndose patético, frenéticamente contuvo sus lágrimas.

El padre al que siempre había seguido con sus ojos, jamás volteó a ver a Seien. Estaba bien. Si era competente, él lo notaría. Seien quería convertirse en una figura como Shou Taishi o Sa Enjun para su padre.

Su último deber como príncipe era morir, pero él le dijo que sería exiliado porque era un niño. Ni siquiera lo consideraba un adulto.

Por primera vez, Seien se dio cuenta de su deseo de ser reconocido por su padre, y estaba desesperado al no serlo.

“Seien, voy a preguntártelo una vez más. ¿Descubriste quién es tu enemigo?”

Seien sacudió su cabeza levemente.

El emperador asintió. Sus ojos estaban ajenos al desprecio o al desdén.

“Muy bien. Tu enemigo te superó bien. Perdiste.”

“… Por favor, ordena la pena capital…”

“No daré marcha atrás al exilio. Si quieres morir, muere como desees. No impediré eso. De todas formas, las concubinas enviarán asesinos unos tras otros. Si no haces nada, morirás.”

Seien reaccionó a la palabra ‘concubinas’.

“Tú decides tu propio destino. No soy tan amable para darte una salida fácil.”

El emperador se dio la vuelta.

“Serán exiliados a la Provincia Sa. Partirán esta misma noche.”

Cuando el emperador salía de la prisión, Ou Ki estaba parado ahí, esperando. El emperador le dio una breve orden.

“¿Entendido? Seien y Suzuran serán exiliados.”

“El castigo para la traición es la pena capital, incluso si él sólo está implicado. Debería ser ejecutado y también su madre.”

“Ya escuchaste mi orden. No me desobedezcas.”

Ou Ki alzó la barbilla y miró fijamente al emperador.

“… Yo no te acepto como emperador.”

El emperador aflojó el extremo de sus labios.

Era una frase familiar. Ou Ki la había pronunciado muchas veces desde hace largo tiempo.

El emperador le regresó una frase familiar también.

“-Pero yo soy el emperador. Arrodíllate y obedéceme. Si no te gusta, usurpa el trono.”

Ou Ki no apartó sus ojos del emperador.

El emperador rió de brazos cruzados.

“Enjun regresó a la Provincia Sa para contener a los bandidos llamados ‘Satsujin-zoku’, y Kai Yu aceptó un nombramiento local. Ni la familia Ran ni los Kou actuaron. Es típico de ti tomar ventaja de esta oportunidad sin dudarlo, Ou Ki. Ahora Seien va a desaparecer del palacio imperial como lo deseabas. ¿Estás satisfecho?”

“Lo estoy… por ahora.”

“Seguro lo investigaste cuando murió la sexta concubina. ¿Por qué no lo arrestaste en ese entonces?”

Ou Ki hizo una mueca por primera vez.

“No encontré evidencias concluyentes.”

El emperador se encogió de hombros.

“Completamente derrotados. Tú y yo.”

Ou Ki asintió. Si, derrotados.

“-Mete a Seien y a Suzuran en un carruaje y envíalos a la Provincia Sa esta noche. No me importa quién envíe a qué clase de asesinos, pero si hay un solo asesino de la familia Hyou entre ellos, te mataré.”

“… Como ordenes.”

***

Capítulo 7


El emperador estaba jugando con una pelota para malabares en su mano, solo, en el trono. Era la pelota que había intercambiado con Seien. En ese momento, probablemente Seien estaba dejando el palacio junto con la segunda concubina.

“No esperaba esto.”

Ran Setsuna dio un paso adelante.

“No ordenaste la ejecución del Príncipe Seien.”

“Ustedes abandonaron a Seien muy pronto.”

“La apreciación de Ou Ki no estaba equivocada. Seien hizo demasiados amigos y enemigos. No tiene lo necesario para conquistar a sus enemigos, pero no es tan tonto como para ser destruido con facilidad. Él no es el mayor, sino el más alto en posición dentro de la familia. Con su sola presencia en la corte imperial, esta se dividirá en dos y el país entrará en caos a medida que él crezca. El número de enemigos no disminuirá con ése carácter suyo. Incluso sus aliados no son enteramente devotos hacia él, pero habrá facciones basadas en sus propios intereses. Habrán aún más burócratas y nobles que excederán en la lucha por la dominación, y menos burócratas que sirvan al pueblo. Eso tardará un poco más si Seien es eliminado ahora. Los demás príncipes y concubinas pueden ser manejados con algo de tiempo.”

Él dijo esto con una delicada sonrisa.

“¿Estás tan disgustado con él por haberse burlado del cuarto hijo en público?”

“No. Estaba contento por eso. Por eso respeté tus deseos y me quedé en el palacio imperial por un año más.”

Cuando se tiene una contienda, lo apropiado es hacer tu mejor esfuerzo sin importar qué tan grande sea la diferencia de habilidades. Pero Seien abiertamente disminuyó sus esfuerzos en público y siguió apaleando al cuarto hijo de la familia Ran para insultarlo. Y entonces lo ahuyentó, basado únicamente en su habilidad.

‘Seien carece de algo decisivo.’

Las excelentes habilidades de Seien y su confianza en sí mismo para abrirse paso, hacían imposible para él confiar en alguien más. Esa clase de cualidad es ventajosa para los consejeros, pero letal para un emperador.

Aquellos que no confían en nadie, no son confiables para los demás. No pueden conseguir sirvientes a quienes puedan confiarles asuntos importantes, y éstos últimos serán abandonados cuando pierdan su utilidad. Justo como hacía la familia Ran.

“¿Vas a regresar a la Provincia Ran?”

Él esperaba un inmediato ‘Si’, pero Setsuna mantuvo un silencio indeciso.

“… Estoy dudando un poco.”

Setsuna cerró los ojos.

“Si estás dispuesto a tomarnos a los tres bajo tu servicio seriamente…”

El emperador miró a Setsuna. Ni siquiera Setsuna podía entender a este emperador. Cruel e impulsivo. Él miraba con indiferencia a todos, pero reconocía los logros hasta de un simple soldado. Eliminó a todos sus parientes de sangre, pero dejó sueltos a Ou Ki y a Kai Yu sin importar las veces que ellos se le opusieran. No parecía confiar en nadie, pero otorgó poder a todos sus colaboradores fácilmente. Abandonó a las concubinas, pero ponía atención en los príncipes. Setsuna sabía que él había salvado la vida de cada príncipe una vez. Y aunque parecía despiadado, seguía amando a una mujer tan profundamente que ni él mismo se daba cuenta.

Esas contradicciones y caos, habían afectado incluso a los trillizos de la familia Ran.

‘Si...’ él pensó. Si este emperador, quien no tenía intención de reclutar seriamente a la familia Ran, se interesara e intentara verdaderamente conseguir a los trillizos.

Si este emperador deseara eso con todo su corazón.

… Él gustosamente se rendiría…

‘Sólo una vez.’

Por primera y última vez en su vida, la única oportunidad que ofrecería solamente a este emperador.

… Sin embargo, la respuesta que arrojó el emperador junto con la pelota para malabares, fue simple.

“Ni hablar. Es demasiado tarde. El tiempo se acaba.”

Setsuna miró la pelota y guardó silencio. Luego sonrió. Un poco desolado.

Setsuna sólo murmuró, ‘Es decepcionante’ y se fue.

… Él pudo escuchar una voz que lloraba.

El emperador cerró los ojos. Podía percibir a ‘Bakuya’ aún a la distancia, ya que él era su amo.
Él pensó que las espadas se pondrían irritables cuando les ordenó que se quedaran con Seien, pero estaban inesperadamente tranquilas. Especialmente ‘Bakuya’ protegía a Ryuuki muy bien.

“¿El Príncipe Seien partió…?”

Uu se acercó con un aire de tristeza.

“Si. No te deprimas porque mi tiempo se ha acortado. Podré vivir otros 5 o 6 años si me quedo en Kiyou.”

Uu tomó la mano del emperador y enroscó la manga de su ropa.

… La marca de una maldición se extendía a la parte superior de su brazo.

Era la maldición que estaba grabada en la pelota para malabares que Seien compró en la ciudad.

El extremadamente perceptivo emperador lo notó y por eso cambió las pelotas para malabares. Eso quería decir que la mortal maldición caería sobre el emperador en vez de Seien, a quien iba dirigida.

- Nada podía hacerse.

Uu no podía compararse a la actual ama de la familia Hyou. Aún con muchos esfuerzos, serían 10 años a lo sumo.- La maldición destruiría lentamente el cuerpo del emperador, y eventualmente lo llevaría a la muerte.

Pero el mismo emperador lucía despreocupado.

“Incluso aunque Ka Shin viniera corriendo como prometió, no serviría de nada. Los hechizos están fuera de su campo.”

“¡Su Majestad!”

“Decidí que sólo una vez. Que salvaría la vida de mis hijos sólo una vez. Ésta resultó ser la de Seien.”

Esa era la razón de que no pudiera convertirse en el “amo” de los trillizos Ran. Era demasiado tarde. Eso fue después de que ya le había dado su vida a Seien.

Repentinamente recordó la expresión de Seien cuando gritó pidiéndole la “pena capital”. Él no esperaba que un niño tan desafiante admitiera de buena gana la derrota, y que estuviera deseoso de aceptar la pena capital.

‘Si yo fuera él, habría escapado enseguida.’

Él no estaba avergonzado por la derrota y deseaba morir. Al parecer, ese orgullo sobrealimentado no había sido construido para él mismo. Seien, quien usualmente no tenía la costumbre de revelar sus verdaderas intenciones, imploró con ojos sinceros, honestos y frenéticos, ojos que se parecían a los del cuarto hijo de la familia Ran.

‘No sabía que yo les agradaba.’

Sabía que él lo vigilaba, pero pensó que estaba decidido a matarlo.

Interesante, pensó el emperador.

Todos eran sus hijos, pero eran completamente diferentes por dentro. También actuaban impredeciblemente. Eran como un estofado variado, y nunca se aburría de observarlos.

La confundida expresión de Seien cuando le dio una pelota para malabares, no fue una excepción. Cualquiera que fuera la reputación que él tenía ante la gente que lo rodeaba, su hijo seguía siendo suave y mostraba debilidad comparado con él y los Ministros que vivieron la época asolada por la guerra. Pero probablemente eso era a lo que se le llama “ser infantil”.

Seguramente Seien era diferente a los niños que él, Shouka y los trillizos Ran fueron alguna vez. El cuarto hijo de la familia Ran tenía unos ojos asombrosamente honestos. Ya no había conflictos visibles, y la época estaba cambiando lentamente.

El emperador cerró los ojos.

… Él aún podía escuchar el llanto en la distancia. Él llora tanto. El hijo más pequeño, quien advirtió el cambio inusual y estaba vagando como un fantasma en busca de su hermano, y Seien, quien mostró su verdadero yo únicamente a Ryuuki…

‘Debe ser… un pastor, quien cuide a una oveja.’

Él recordó que Sou Shungai solía trabajar medio tiempo como pastor.

Lo primero que decidió, fue sacar a Kou Shouka de la Provincia Kou. Él saldría con toneladas de quejas y comentarios sarcásticos, aunque, si tenía suerte, podría encargarle ambas ovejas a él.

Era cierto que Seien no confiaba en los demás. Pero… si Ryuuki hubiera nacido antes, y si su madre no hubiera sido ELLA, la decisión de Ou Ki habría sido diferente.

El emperador sonrió amargamente. –Una completa derrota.

‘… Ni siquiera Ou Ki pudo encontrar una evidencia. Suzuran debió haber sido burócrata, no estar en el harén. Ella habría sido un político de primera clase.’

***

Epílogo


Un poco antes.

… El emperador se dirigió hacia otra celda después de visitar a Seien. Esa celda era donde la segunda concubina fue encerrada. Dado que el jefe del Gyoshidai era Ou Ki, la prisión estaba limpia y la calefacción era buena.

En la profundidad de la celda, una pálida y frágil mujer permanecía sentada como si apenas estuviera viva.

El emperador miró fijamente a la segunda concubina.

… Habían pasado años desde que la vio por última vez. Él compartió la cama con ella sólo en una ocasión en su noche de bodas. Ella concibió a Seien inmediatamente, así que el dejó de visitarla, y luego de que ella se retiró a la villa para convalecer, rara vez la volvió a ver.

‘Sigue siendo una mujer hermosa.’

La intachable belleza que la hizo ser alabada como Lady Suzuran, todavía era exquisita. Al emperador no le importaba particularmente el aspecto, pero sin duda estaba sorprendido cuando la vio por primera vez. Sin embargo, eso fue todo lo que sintió.

Ahora era más serena y bella de lo que estuvo entonces, y se veía como si fuera a desvanecerse como un cristal de nieve al simple tacto. Seguía luciendo como una niña aún cuando ya habían pasado más de 10 años desde que había dado a luz a Seien.

¿Quién lo habría imaginado?

Ella hizo un trato con la familia Hyou, les informó detalladamente las acciones de Seien y les pidió una maldición mortal. Lo que es más, ella orilló a la sexta concubina al suicidio enviándole los cosméticos, y dispuso cuidadosamente las circunstancias para que su hijo, Seien, luciera como el culpable. Ella controló gradualmente las acciones de las concubinas, utilizando los asesinos que le prestó la familia Hyou y las damas de compañía, y entonces al final, usó a su propio padre e hizo que lo acusaran falsamente de traición.

Ou Ki se percató del acuerdo entre la familia Hyou y Suzuran desde antes, pero no tenía pruebas definitivas y no tuvo otra alternativa más que acompañarla hasta el final. Ou Ki probablemente no habría imaginado que el plan para deshacerse de Seien se cumpliría de esta manera.

En una cama en su villa, ella diseñó un plan más silenciosa y cuidadosamente que nadie más. Suzuran ganó.

“-Suzuran.”

Las largas pestañas de Suzuran aletearon ante la llamada del emperador. El emperador estaba verdaderamente impresionado.

“¿Cómo pudiste hacer todo esto tú sola?”

Suzuran sonrió fugazmente, como un pétalo de flor.

“… Quería escuchar esas palabras de ti.”

Era como un dulce susurro de amor.

“¿La recompensa para la familia Hyou es mi vida?”

“Si. Aunque ellos parecieron conformarse sólo con la de Seien.”

“¿Fuiste tú quien hizo rabiar a la sexta concubina para que tirara las pelotas para malabares de Ryuuki al estanque?”

Todo estaba en su palma.

“¿Tanto así deseas la muerte de Seien?”

“No. Pero él era el mayor obstáculo para tu reinado… Seien es del tipo de los que se convierten en el centro de una guerra sin quererlo. Mientras él exista, la batalla por el sucesor se verá acelerada. Las disputas en el harén no se apaciguarán, y tardará mucho resolverlas. Pensé que lo mejor sería cortar el capullo lo antes posible…”

Era la misma perspectiva política que tenían Ou Ki y Setsuna. Incluyendo la crueldad de elegir la política por encima del amor a los parientes sanguíneos.

Ella no era una mujer cuyo único valor fuera la belleza.

“¿Por qué pensaste algo así?”

Suzuran guardó silencio. Murmuró titubeante, con una expresión confundida parecida a la de una niña.

“… Según mi padre, se supone que debo ser ‘feliz’…”

Ella no se sentía muy feliz.

Es más, ni siquiera sabía dónde estaba su felicidad.

Por eso ella pensó. ¿Qué era la felicidad para ella en este momento?

Ella estaba asustada cuando Seien la visitaba. Pero también esperaba que fuera a verla. Porque Seien le recordaba al esposo que conoció una sola vez en su noche de bodas.

Sentía el corazón enfermo cuando su padre hablaba acerca de Seien y el emperador. Tenía envidia. Incluso el esposo al que no le importaba su esposa pondría atención a su ‘trabajo’. Ella sería evaluada, reconocida y le sería permitido estar al lado de esa fría silueta.

‘Sólo lo desee una vez.’

… Ella sabía que no le quedaban muchos años. Así que, sólo una vez. Ella quería que sus ojos voltearan a mirarla, sólo una vez.

Qué maravilloso sería si ella hiciera algo por su esposo y fuera alabada por él.

Entonces, ella empezó a reunir información en la villa.

Fue meramente una coincidencia que Seien se convirtiera en el blanco. Sin importar cuánto cambiaran las circunstancias, era su hijo quien significaba el mayor desaire para su esposo y su país. No era que ella nunca hubiera dudado, pero este era un asunto que concernía al futuro de la nación.

Sin duda, su esposo haría lo mismo.

Pero fue su esposo mismo quien salvó a su hijo.

Las cosas fueron por mal camino desde entonces.

“¿Querías que yo muriera?”

Suzuran cerró los ojos.

Él poseía muchas bellezas en su harén, y aún así no le dio el estatus de emperatriz a ninguna de ellas.

A ella no le importaba que él fuera frío. Ninguna concubina pudo capturar su corazón.

Pero mientras ella reunía información diversa, se dio cuenta de que él únicamente ponía atención a sus hijos.

Él les dio pelotas para malabares, y les entregó las preciadas espadas. Él salvó la vida de cada príncipe una vez.

‘¿Por qué?’

Ella se dio cuenta de que había alguien más en su corazón. Ninguna otra mujer podría vivir en su corazón. Pero él tenía un corazón que se preocupaba por sus hijos. Si –él tenía un corazón.

Así que ella decidió.

“Yo quería tu corazón. Si eso es imposible, entonces quiero tu vida.”

Esa era suficiente recompensa para la familia Hyou.

“Su Majestad, fui yo quien ordenó el hechizo mortal. Sólo yo puedo revertirlo. ¿Cuál de los dos me darás? ¿Tu corazón o tu vida?”

El emperador miró fijamente a Suzuran.

Sólo había una respuesta.

“-Tú ganas, Suzuran. Te daré mi vida. Mi vida es tuya.”

Suzuran sonrió como si estuviera a punto de llorar.

-Al final, éll ni siquiera le mintió diciéndole que la amaba. Honestamente, eso era casi cruel.

Ella no pudo olvidarlo desde que lo conoció por única vez. Él era aterrador, pero la atraía infinitamente. Fue esa sola noche cuando esos fríos ojos fueron suyos, sólo eso la mantuvo en el harén. Con la esperanza de que él la visitara otra vez al amparo de la oscuridad.

Pero eso no volvió a ocurrir.

Todas las mujeres que amaron a este hombre fueron infelices. Infelices -, pero querían estar cerca de él. No podían renunciar. Así que no abandonarían el harén.

Ella sabía. Igual que su reputación, este conquistador era quien incitaba los conflictos.

Suzuran le dijo con una sonrisa llorosa.

“… Eres el peor de los esposos.”

“Si.”

“Pero… estaba feliz.”

Ella estaba feliz. Su deseo se volvió realidad. El emperador vino a verla en persona, solo, y la estaba mirando.

Qué felicidad era esa.

“Entonces no revertiré la maldición. Tomaré tu vida.”

“Fue un error tomarte como mi esposa.”

El emperador cruzó los brazos y suspiró profundamente.

“Todos los estrategas y generales en el pasado murieron sin ser capaces de tomar mi vida. – Debí haberte hecho mi sirviente.”

Esa era la mayor alabanza que ni siquiera los trillizos Ran pudieron obtener. Suzuran sonrió.

Qué maravilloso habría sido si ése fuera el caso. Aún si no hubiera sido amada, podría seguir a su lado. La habría necesitado. Ella realmente envidiaba a los hombres que servían a este conquistador con sus vidas.

No se arrepentía. No era tan insolente para pedirle al emperador que la matara.

De repente, ella recordó al menor de los príncipes.

El gentil príncipe que le regaló lirios de los valles.

… Ella estaba encantada. De haber sabido que ella era la madre de ese encantador príncipe, habría reconsiderado asesinar a la sexta concubina.

“Su Majestad… ¿podría poner aunque sea un poco más de atención en el príncipe más joven?”

“¿Por qué no te preocupas por tu propio hijo?”

‘… Ignorando sus propias acciones…’

Suzuran dibujó a Seien en su mente.

Definitivamente ellos no podían ser una madre y un hijo. Pero a diferencia de su esposo, ella aún podía entenderlo.

‘Él es exactamente como yo.’

Él jamás podría ser feliz si su tendencia a elegir ‘todo o nada’ no cambiaba. Pero sólo un poco. Él era la clase de chico que estaría satisfecho si podía encontrar aunque sea un poco de verdadera felicidad.

Después de todo, él sobrevivió en la corte únicamente con la pequeña felicidad que le daba ese joven príncipe.

Él habría sido feliz si su madre no hubiera sido ella… Suzuran lo sabía.

Incluso si él descubría que ella era la autora de esto, seguiría protegiéndola. Igual que jamás dejó de visitarla, razonando esto como un deber o algo así.

… No era que ellos no pudieran amarse mutuamente. Simplemente no intentaron amarse el uno al otro. Probablemente eran muy parecidos. Sus debilidades, su frivolidad, e incluso las cosas que les desagradaban eran similares. Sentían antipatía el uno por el otro, así que se rindieron antes de intentarlo.

Pero Seien había cambiado gradualmente.

Él le llevó lirios de los valles, y rebanó duraznos para ella. No eran actos calculados como antes, sino auténticos. Al pasar el tiempo con el joven príncipe, el hielo de Seien se derritió, y entonces pensó en varios asuntos que alguna vez desestimó fríamente, su corazón se agitó, y paulatinamente empezó a mostrar su verdadera cara entre sus sonrisas similares a una máscara.

… Era cierto que ella dudó a causa de eso.

Pero si ella dejaba a Seien, alguien más haría lo mismo. Era demasiado tarde para que Seien cambiara, y a Suzuran se le agotaba el tiempo. El final sería el mismo si ella no hacía algo.

Pero si él pudiera dejar la corte imperial antes de eso.

Si él pudiera convertirse en alguien más, en vez de ser un príncipe.

Eso tomaría tiempo. Pero algún día, él podría vivir una vida diferente a la suya.

… Si caía hasta el punto más bajo, y aún así seguirse arrastrando hacia arriba.

Encontrando la luz.

… Suzuran tenía envidia incluso de eso, ella divisaba otro camino hacia el final.

Ella no rezaría por él.

“Parece que él tiene una suerte del demonio, así que puedes dejarlo solo.”

El emperador estaba aterrado. Su carácter agudo y terquedad eran exactamente iguales a los de Seien.

“Realmente eres como el lirio de los valles.”

Los blancos y primitivos lirios de los valles también son venenosos.

Aún así, siempre que no se les recoja para ponerlos en la boca, simplemente son flores bonitas. Fue un error haberla recogido y llevado al harén.

Como ella deseaba, el emperador nunca la olvidaría. Suzuran sobrepasó toda expectativa.

“… Un trabajo brillante.”

El emperador le dio ese breve pero alto elogio, y se volteó.

“Adiós, querida.”

Ella estaba un poco enfadada de que su esposo ni siquiera la tocara al final. Pero con lo último que le quedaba de orgullo, mostró la más hermosa sonrisa.

Justo antes de su muerte, aunque ella no rezara por la felicidad de su hijo, ella recordaría las flores. Las flores que su hijo, quien seguía visitándola solo pese a que ella le desagradaba, le dio por primera vez.

- Mientras más alto fuera su orgullo, más profundo sería el abismo en el que él iba a caer.

***

Parecía que nevaba.

‘Madre.’

Mirando que el rostro de su madre voló hacia el cielo con una expresión asustada, Seien cerró los ojos.

En la memoria de Seien, su madre siempre mantuvo una expresión asustada, de principio a fin. Ellos no se distanciaron, pero tampoco se volvieron más cercanos, y la distancia entre ellos no disminuyó ni un solo paso desde entonces.

‘Madre.’

Ella era como una hoja temblando en el viento, sin ser amada por su hijo, y muerta por la espada de un asesino en un sitio como ese, finalizando su vida.

A él no le importaba visitarla y proteger su pequeño mundo. Ella nunca lo rechazó aún cuando no se preocupaba por él, e intentó sonreír pese a que tenía miedo de su hijo.

Ella habría sido feliz de no haber sido su madre.

Por un momento, Seien hizo una mueca con una sonrisa llorosa.

Seien estaba aliviado con la muerte de su madre. En algún lugar de su mente, pensó que ella sería más feliz si moría aquí. Esa incertidumbre la había matado, y él hasta se sentía aliviado. Ya no tenía que verla llorar más. Todas sus lágrimas, sus penas y dolores, se habían terminado… Él fue el peor hijo, desde el inicio hasta el final.

‘Por favor, madre.’

Seien rezó por su madre por vez primera.

Fue la primera y la última ocasión. Él deseó que ella tuviera al menos un recuerdo feliz en su desafortunada vida, que había sido juguete del destino.

Y Seien estaba completamente solo.

Su largo cabello, prueba de que él era un príncipe, ya había sido cortado. Su madre estaba muerta, y Seien no era nadie. Él ya no tenía que seguir viviendo para proteger algo.

Pero, ¿por qué?

Cuando él volvió en sí, había matado a todos los asesinos de su madre.

La nieve caía.

Seien se arrodilló sobre la tierra carmesí donde yacían montones de cadáveres.

… Seien no comprendía.

‘¿Por qué?’

¿Por qué deseaba vivir incluso en este momento?

Él rió y su boca escupió sangre.

Algo cayó haciendo plaf en un charco de sangre. Él miró lentamente hacia abajo y encontró una pelota para malabares manchada de sangre..

Él se tambaleó y cayó al suelo. El lodo carmesí salpicó, bañando el cuerpo de Seien.

Seien agotó las fuerzas que le quedaban para agarrar la pelota para malabares. Este Seien era justo como una pelota. Completamente inútil pero aún así, ¿por qué no podía deshacerse de ella? ¿Por qué…?

‘Padre… Ryuuki.’

Él podía escuchar un llanto en la distancia.

‘Estoy… estoy solo.’

Sentía que él estaba llorando todavía en el jardín.

¿Cuánto tiempo esperaría Ryuuki a un hermano que nunca regresaría? Él esperaría y esperaría. Solo.

Él debía habérselo prometido entonces, aunque fuera mentira.

‘A tu lado…’

Te prometo que regresaré algún día.

La persistente nieve revoloteaba como los gansos. Él pensó que era como si fuera una lluvia de lirios de los valles.

Y entonces, su verdadero infierno comenzó.


Fin.

***
Fuente: http://keseranpasaran.livejournal.com/5560.html
Fuente: http://keseranpasaran.livejournal.com/5727.html
Fuente: http://keseranpasaran.livejournal.com/5938.html

***

>Temas Relacionados - Gaiden 4 Suzuran no Saku Koro Ni Parte 1 - Gaiden 4 Suzuran no Saku Koro Ni Parte 2 - Gaiden 4 Sen-Ichiya

2 comentarios:

  1. Hola Violet Raven

    Te escribo para felicitarte y agradecerte por crear este blog.

    Hace poco terminé de ver el anime de Saiunkoku y me enganché a su historia, luego averigué que estaba basado en una novela y estuve buscándola, hasta que dí con este tesorito.

    Empecé leyendo los gaiden y este cuarto me encantó (luego de Ryuuki, Seiran es mi otro personaje favorito y este gaiden me contesta un monton de preguntas que me dejó el animé).

    Sólo tengo una duda y quizás ya que tú estás más avanzada en la historia que yo, sabrías decirme si lo que le sucedió a Seiran durante el año que pasó en la provincia SA está descrito en alguno de los volúmenes de la novela (es que este gaiden me dejó con las ganitas de saber sobre esa historia, más que dice que fue todo un infierno).

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  2. Hola María:

    Me da gusto saber que tenemos una seguidora más de este espacio y gracias por el comentario :)

    De hecho, Seiran se me hace un personaje carismático, aunque opino que la autora no lo ha sabido aprovechar muy bien, pero ese comentario lo dejo para cuando avances más en la lectura y tal vez entenderás a lo que me refiero...

    Respecto a tu pregunta, de hecho si existe una historia breve que trata sobre el tiempo en que Seiran y Ensei formaban parte de los Satsujinzoku, solamente que no la he incluido aquí debido a que la versión en ingles que está disponible la sacaron de una versión china y por tal motivo se me ha vuelto algo difícil traducirla debido a su gramática, además de que está incompleta... yo tenía pensado esperar a que otra persona se decidiera a traducirla, como es el caso de otros volúmenes que han sido publicados por varios fans, pero como ha pasado el tiempo y no he tenido noticias de que algo así suceda, creo que a falta de otra opción, la versión de Ruby tendrá que bastar :)

    Si quieres ir adelantando y te mata la curiosidad, te dejo el link para que la veas por tí misma y te des una idea de qué trata, o si prefieres, también puedes esperar a que la traduzca y la suba en este espacio...

    http://hi.baidu.com/%D0%C7%C6%DA%B6%FE%B5%C4ruby/blog/item/4bff7f450c328e37869473a4.html

    En mi opinión, el encanto de ir leyendo cada volúmen, gaiden o historias cortas, es que en cada paso se van llenando los huecos que deja la intrincada red de personajes, momentos e historias que abarca esta novela, ¿no crees?

    Bueno, un gusto que estés por aquí y formes parte de esta banda de maniacos obsesionados con esta hermosa historia llamada Saiunkoku Monogatari...

    Besos!

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